3.3 C
Madrid
viernes 26 diciembre 2025
Inicio Blog Página 54

Democracias con apellido

0

El significado del concepto de democracia es, simple y llanamente, el gobierno del pueblo. La democracia griega de Pericles ­-en aquel tiempo el pueblo, era sólo una parte reducida de la sociedad- quedó definida por la historia como democracia directa, hoy imposible. En el siglo XVIII apareció, de la mano del barón de Montesquieu, el concepto de separación de poderes que, unido a la representación política del elector (representante elegido de manera uninominal por su distrito), dio como fruto la democracia representativa, única posible, perfeccionada en la obra y pensamiento de Antonio García-Trevijano.

Jorge Ruiz de Santayana (George Santayana) acuñó el concepto de democracia material para definir el utópico igualitarismo que la terca Clío terminó por confirmar.

El siglo XX, ha sido pródigo en adjetivos que han intentado reformular o pervertir, por decir mejor, las definiciones de tan elevado concepto. De la RDA al régimen de Franco, todo es democracia.

La dictadura organicista del general Franco, también le aportaría un adjetivo a la palabra, un apellido que tuviera cierto prestigio intelectual anterior, y que hubiera sido avalado años atrás por eximios intelectuales como Fernando de los Ríos o Salvador de Madariaga.

La democracia orgánica del dictador desarrolló un corpus teórico para definirla y justificarla, sirviéndose de intelectuales de gran talla al servicio de tan pintoresco gobierno del pueblo, aunque algunos terminarían cayendo en desgracia. Partiendo del Estado totalitario y corporativo de los primeros años de la dictadura, que fueron prácticamente un calco de las grandes formulaciones fascistas, la doctrina del nuevo régimen se fue adaptando a los nuevos tiempos tras la caída del Reich y de Mussolini; representación limitada y de conducto reglamentario, mediante la familia, el sindicato y el municipio, y ejercida desde la cúspide hacia abajo.

Los poderes del Estado, según la teoría organicista de la unidad, se dividen en sus funciones pero se concentran en el dictador para conseguir la unidad política, social y nacional.

Desde un punto de vista formal, la oligarquía de partidos española es una forma de franquismo sin Franco. La representación política limitada, la división de funciones concentrada en un solo poder y, «las Cortes», hoy Congreso de los Diputados, como elemento decorativo e inútil.

En la democracia orgánica de Franco, la representación del ciudadano era jerárquica, se denominaba Tercio de Familia y se llevaba a cabo de manera indirecta a través de asociaciones de jefes de familia, sindicato y municipio. De esta manera desactivaría la representación ideológica de la etapa republicana y sería el Estado, finalmente, quien ostentase la supuesta representación.

En el caso de la oligarquía actual, sigue siendo el Estado quien detenta y hurta la representación a la ciudadanía. La falsedad y la mentira política del régimen de partidos comienza con la definición de la forma de Estado, que se especifica en la falsa Constitución del 78, como monarquía parlamentaria. Monarquía sí es, desde luego. Pero nunca parlamentaria, porque no existe el parlamentarismo en España. Para que existiese, como en el caso del Reino Unido, tendría que haber parlamentarios elegidos uninominalmente por su distrito, con oficina en él y como única lealtad, la debida a sus electores. Por lo tanto, estamos ante una monarquía de partidos, cuya segunda mentira proclamada a voces, es que los integrantes de las listas de partido son calificados como electos. Pero, ¿electos por quién? ¿quién los ha elegido?, el caudillo de cualquiera de los partidos del Estado que, mediante el pacto, burla sin disimulo la representación ideológica que dicen defender. Ahí tenemos el caso tan actual de la cesión de «representantes políticos» de partidos de izquierdas -permítanme la ironía- a formaciones nacionalistas que, por definición, son de extrema derecha, con el objetivo de que puedan formar grupo parlamentario propio. Los cedidos representan dinero, millones de euros para el coleto del partido, que acepta tal transacción, es decir, los unos los compran y los otros se venden, con el único propósito de alcanzar o mantenerse en el poder los primeros, y conseguir ventajas, canonjías y dinero, los segundos. En este caso, es el nacionalismo periférico, pero puede ser cualquier otro partido, nacionalista o no. Ni es la primera vez, ni será la última.

¿Y, qué pasa con los representados? ¿Quién los representa ahora? Esta cuestión carece de importancia, porque ni en sus escaños ni en cualesquiera otros, hay representación ciudadana, sus Señorías sólo representan al jefe que los sentó tan cómodamente allí.

La naturaleza omnímoda del poder en el régimen del General, hacía que éste lo ostentase con mano de hierro y autoridad indiscutible, con un partido político estatal único y de naturaleza institucional. El Estado y todos sus poderes se identificaban en su persona.

En la oligarquía de partidos estatales, la naturaleza del poder es también de arriba hacia abajo. Pero para conseguirlo, tiene que alcanzar la mayoría absoluta en las votaciones proporcionales, ésta la puede lograr un solo partido, con un todopoderoso presidente sin ningún control en su acción de gobierno, porque el Parlamento lo controla él con su mayoría absoluta. O bien, esta mayoría absoluta la puede alcanzar mediante el reparto de prebendas, cargos y sinecuras entre los partidos con los que ha pactado para conseguirla, asegurándose así el control de la Cámara. ¿Qué hay mas exigencias de los partidos que lo apoyan?, pues mas prebendas. Es requisito imprescindible en nuestra oligarquía de partidos estatales que el poder ejecutivo tenga bajo su control al poder legislativo, y nombre, con reparto o sin él, a los miembros del poder judicial y de ese tribunal político llamado ostentosamente Tribunal Constitucional. ¿Dónde queda entonces la separación de poderes?

Sería una necedad afirmar que «con Franco vivíamos mejor» o que el régimen que padecemos sea como la sangrienta dictadura del General. Pero como decía al comenzar, hablamos desde el punto de vista formal. Ni la orgánica de Franco ni la de partidos estatales de ahora, pueden ser consideradas de ninguna manera, como democracias, pónganle el apellido que le pongan y, desde este punto de vista formal, todos los partidos españoles, son partidos franquistas.

Los liberalísimos

0

Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 174 de «La lucha por el derecho» y en el cuarto programa de la serie «El hecho nacional» nos habla de un liberalismo mal entendido.

Tenerife arde sin control

8

¿Responsables?

Llevamos prácticamente una semana en la que los canarios nos mantenemos en vilo observando con estupor e impotencia cómo una buena parte de la Corona Forestal es engullida por las llamas, un acontecimiento para el que existen muy pocos registros similares y que suma la friolera de 10000 hectáreas calcinadas en lo que llevamos de evento, teniendo que retrotraernos hasta el año 2007, donde se llegaron hasta las 16820 hectáreas en Tenerife, según los datos del Instituto de Estadística de Canarias (ISTAC); un acontecimiento, este último, sin precedentes en los registros efectuados por esta institución para la isla de Tenerife.

Con todo esto creo que no soy el único que se pregunta, ¿qué ha pasado y quién es el responsable? En las redes sociales podemos encontrarnos multitud de testimonios, en audio o en vídeo, de personas que alegan que los medios no se han puesto a tiempo y que cuando se han puesto lo han hecho de forma ineficiente. También supuestos trabajadores de los equipos de extinción en otras zonas, personas que se encontraban en sus casas próximas al fuego, o incluso el testimonio del alcalde de alguno de estos pueblos. Podemos seguir adentrándonos si quisiéramos un poco más en las diferentes narrativas que se nos presentan en Internet, y encontrar especulaciones de todo tipo en cuanto a la supuesta intencionalidad del incendio o, incluso, señalando el supuesto uso de elementos de alta tecnología empleados desde la estratosfera para provocarlos. No voy a entrar a valorar ninguna de estas cuestiones, algunas por ser intrínsecamente inverosímiles y otras porque no tengo el conocimiento ni los datos técnicos para determinar si el operativo se ha ejecutado correctamente, pero lo que sí puedo hacer es animar a los implicados a dar la cara con nombres y apellidos en su propia plataforma o asociación, para denunciar las supuestas ineficiencias del operativo.

Por tanto, vamos a intentar ir al foco, a la chispa que originó el incendio, un incendio que ya estaba ardiendo antes de la noche del 15 de agosto, cuando se dio la alarma. Si acudimos al sabio refranero español con la famosa frase «más vale prevenir que curar», puede que a muchos les resulte baladí, pero estamos ante una máxima que forma parte de nuestros instintos más primitivos y que nos ha permitido sobrevivir como especie a lo largo de milenios; el miedo. Ojo con esto porque igual que el miedo es parte natural del comportamiento humano, debemos aprender a convivir con él para no llegar a justificar métodos de prevención demenciales, pues no se trata de acabar paranoicos, se trata de entender los riesgos y actuar proporcionalmente a la amenaza que se pretende evitar o combatir; es decir, que el miedo no se apodere de nuestras vidas. Es por ello que, atendiendo a esta máxima, me he dispuesto a investigar qué es lo que nuestros supuestos representantes políticos en Canarias han hecho para prevenir semejante golpe a nuestro entorno natural protegido. Primero debemos entender que antes de que se produzca cualquier alerta por incendio en la isla de Tenerife, hay una serie de equipos destinados a la prevención y extinción de incendios a nivel insular. Estos equipos están circunscritos al operativo BRIFOR, pertenecientes al Cabildo de Tenerife, con una estructura organizacional sobre la que encuentra el CECOPIN, como órgano coordinador del mismo, en la cúspide. Este operativo es el encargado de realizar las tareas de prevención puntuales, siguiendo el Plan de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de Tenerife (INFOTEN), pero tengo constancia de que su papel en la prevención es inexistente; ya que de hecho el Plan Anual Para la Prevención, Vigilancia y Extinción de Incendios, les reserva un papel secundario en favor de las licitaciones públicas de trabajos para empresas externas a la administración. Esto último es muy relevante, ya que entonces, el responsable de tomar estas acciones de prevención no se encuentra dentro del CECOPIN, porque no viene reflejado en su marco de referencia, que es el INFOTEN, pues en este sólo se hace mención a unas labores de prevención muy específicas entre las que, por ejemplo, no se encuentra la limpieza de las zonas que funcionan como cortafuegos. Por tanto, ya sólo nos queda inevitablemente mirar hacia arriba, es decir, a una orden ejecutiva proveniente del Cabildo de Tenerife; encargado de aprobar las licitaciones públicas para que las empresas adjudicatarias puedan realizar estas labores de limpieza del monte.

Llegados a este punto, entendemos ya que el Cabildo de Tenerife es el encargado de promover las acciones más importantes de prevención de incendios forestales, ya no hablamos de un error técnico sino de responsabilidades políticas. Recordemos que lo que estamos analizando aquí son las causas que han podido influir en que el incendio esté consumiendo los montes con tanta voracidad, todo ello sin atender a elementos variables como la climatología u otros datos que desconocemos sobre los detalles del operativo de extinción. Pero ahora necesitamos saber si estas labores de prevención se han estado realizando, si es posible determinar que efectivamente ha habido un desinterés político. El desinterés político en las necesidades reales de los ciudadanos es un hecho incontestable, no es lógico acotar esta afirmación a una cuestión puntual y aislada como la que analizamos aquí, pues se trata de una característica indisociable de un Estado de partidos estatales; justo lo que tenemos en España, un régimen antidemocrático.

Sin embargo, no nos dispersemos, tenemos que terminar lo que hemos empezado y para ello acudiremos al Plan Anual para la Prevención que he mencionado con anterioridad. Justo aquí descubriremos también cómo desde el 2017, hay una serie de zonas prioritarias de desbrozado y eliminación de combustible que funcionan como cortafuegos, pero de todas estas zonas que se han determinado, no llegan ni a la mitad aquellas en las que se han ejecutado las labores de limpieza correspondientes; estamos hablando de siete años en los que nadie se ha preocupado de prevenir lo que estamos sufriendo aún a día de hoy. Por último y para rematar la faena, resulta que ya en el 2022, el Cabildo de Tenerife y su promotora, Isabel Díaz, habían destinado unos 62 millones de euros para reforzar tanto la preservación como la seguridad de los entornos naturales, lo que implicaba (según afirmaba) un aumento de hasta 200 efectivos para el operativo BRIFOR entre el 2022 y 2025. ¿Qué hay de eso un año después? Pues bastante poco, de hecho, BRIFOR sigue rondando los 350 efectivos desde 1998, eso sí, resulta que Isabel Díaz antes de abandonar la política tras el pasado 28M y con una trayectoria de 30 años, se quejaba de la falta de efectivos en equipos de vigilancia forestal. Muy bien, sabemos que esta señora perteneciente al PSOE ya no está y que ha cambiado el partido que preside el Cabildo de Tenerife, pero ¿dónde estaba la supuesta oposición entonces? Pues calladitos, sabiendo que es mejor no remover la basura, no vaya a ser que les pongan palos en las ruedas cuando a ellos les toque disfrutar del poder. Este es sólo el resultado, casi anecdótico, de las implicaciones tan nefastas que tiene un régimen de poder antidemocrático como el español. Priman los intereses de los partidos por encima de los intereses de los ciudadanos, ya ni siquiera porque no sean capaces de conectar con los segundos sino porque la naturaleza de un Estado de partidos estatales implica la corrupción sistémica, pues no hay mecanismos de control independientes que regulen y moderen la acción política; menos aun cuando ni existe separación de poderes. Un Parlamento integrado por militantes de partidos estatales, que además dependen del partido para estar en su lista, antes siquiera de que los ciudadanos puedan votarles (que tampoco les votan a ellos individualmente, votan por la lista), no es más que un carnaval de facciones estatales al servicio del jefe de su propia facción y al de sus intereses dentro del Estado; ya sea en su ramificación autonómica como nacional. Sólo tenemos que observar cómo se eligen a los presidentes, por medio de pactos entre los jefes de los partidos.

A día 20 de agosto, que es cuando me encuentro redactando estas líneas, el incendio sigue sin control, pero es sólo una cuestión de tiempo y perseverancia el que se acabe controlando. De igual forma pasará con el leviatán estatal, es cuestión de tiempo que los españoles comprendan la necesidad de poner control a la voracidad del Estado y que se movilicen activamente para instituir las reglas de juego que pongan coto a su glotonería incontrolada.

El mito de la lengua

0

Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 173 de «La lucha por el derecho» y en el tercer programa de la serie «El hecho nacional» desmitifica el argumento de los separatistas según el cual el tener una lengua propia da derecho a tener un Estado propio.

Implicaciones y consecuencias posibles en el Sahel

0

Hoy publicamos el capítulo nº 54 del programa «Escenario internacional», presentado y conducido por Marcelino Merino, donde Fulgencio del Hierro nos habla del golpe en Níger, de la acción exterior de Rusia y China y de la decreciente influencia francesa y europea en el Sahel.

El derecho de autodeterminación

0

Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 172 de «La lucha por el derecho» y en el segundo programa de la serie «El hecho nacional» analiza el origen del derecho de autodeterminación y su verdadero alcance.

Partidocracín

1

¡Hola, hola, amiguitos y amiguitas! Soy yo, Partidocracín. ¿Cómo estáis?

¿Quéeee? ¿Cóooomo? ¿Que no me conocéis? ¿No sabéis quién soy?

Pues veréis, niños y niñas. En España, el país en el que vivís, existe algo llamado oligarquía de partidos, o partidocracia. Es un sistema político que consiste en que el gobierno (krateîn en griego es gobernar), y por lo tanto el poder, lo ostentan los partidos políticos.

Estos días atrás, en vísperas de elecciones generales, sé que todos vosotros habéis oído mucho la palabra «democracia». Y aunque ambos vocablos comparten ciertos rasgos etimológicos, no tienen nada que ver el uno con el otro. Porque dêmos en griego significa pueblo. En una democracia, el pueblo, los gobernados, son quienes ostentan la soberanía, y tienen derecho a elegir y controlar a sus gobernantes.

Oh, diréis con sorpresa. Pero, ¿no es esto lo que ocurre en España? ¿Y en muchos otros países? Ay, amiguitos, qué ingenuos sois. Yo sé que en el colegio, y en la televisión, y seguramente en casa, os lo dicen así. Hablan de la democracia, y se les llena la boca de gozo. Incluso a los más mayorcitos os sonará aquello de que en España existen tres poderes separados: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Y que son independientes entre sí, y que se controlan los unos a los otros.

Bueno, pues no es cierto. Que algo se repita muchas, muchísimas veces, no lo convierte en verdad.

La realidad es esta: en España, como en muchos otros países de vuestro entorno, quienes gobiernan son los partidos políticos. Y no, amiguitos. No hay separación de poderes. Es una falacia. Son los mismos que legislan quienes a su vez lo ejecutan, y quienes controlan la justicia. Y ahí es donde entro yo. Veréis, después de tantos años haciéndoos creer lo que no es, y haciendo suyos mis acólitos términos como democracia, libertad, igualdad… he nacido yo, Partidocracín. Yo soy la manifestación de todo este sistema. Y hay ya tanta gente que cree en mí, que voy ganando fuerzas día tras día. Dentro de poco, al ritmo que van las cosas, quién sabe, puede incluso que me haga tan fuerte que cobre presencia antropomórfica, y entonces ya no os tendréis que preocupar de a quién votar, porque solo existirá una opción: yo. Pero dejemos ese tema, me estoy adelantando a los acontecimientos. Eso le quitaría mucha diversión al juego, además.

Como os iba diciendo; en España la forma de gobierno es la partidocracia. El pasado día 23 de julio, cuando mamá y papá, y los abuelitos, y los tíos, y hasta los hermanos mayores, fueron a votar, ¿sabéis a quién lo hicieron? Pues a mí. «Oh, no» diréis. «Yo me fijé muy bien, y cada uno votó a un partido diferente». Sí, sí. Eso os pareció a vosotros. Pero en realidad todos estaban votando lo mismo: la continuidad y el refuerzo de la partidocracia.

¿Os fijasteis, cuando los acompañasteis al colegio electoral, que metían en un sobre un papelito con una larga, larguísima lista de nombres? Bien. ¿Y sabéis quiénes son esas personas? No, claro que no. Y los votantes tampoco lo saben. Pero no importa. Porque todas esas personas, todos esos nombres en la lista, se deben solo a uno: a su jefe de partido. Si alguna vez veis imágenes del Congreso, con muchos diputados y diputadas, discutiendo acaloradamente, no os dejéis engañar. Están ahí solo para hacer bulto. Porque van a votar lo que se les ordene. Es lo que se llama «mandato imperativo». Así que lo mismo daría que esos sillones estuviesen vacíos, u ocupados por, no sé, muñecos. O espantapájaros. El resultado no cambiaría. Pero todos ellos quieren un sillón, y cobrar mucho dinero por sentarse en él. Y cuando los votantes introducen el sobre con sus nombres en una urna, los están legitimando. Es lo que se llama «legitimidad de ejercicio».

Pero amiguitos, no creáis que las cosas han sido siempre tan fáciles para mí. Hace muchos años, cuando vosotros todavía no habíais nacido, se murió un señor que ni siquiera necesitaba una cortina de humo para gobernar. Se llamaba Franco, y hacía lo que quería. ¡Incluso organizaba votaciones, y a veces llamaba a su régimen «democracia orgánica»! Y de democracia no tenía nada.  Pues bien. Cuando este señor se murió, generando un vacío de poder, hubo un periodo convulso e incierto, en el cual cupo incluso la posibilidad de que el pueblo, dêmos, gobernara. Yo por aquel entonces era mucho mas débil y pequeñito de lo que soy ahora. Prácticamente un esbozo. Pero ya existía. Porque unos cuantos señores se reunieron en secreto y establecieron ellos solitos las reglas del juego.

Había un hombre, un tal García-Trevijano, que durante un tiempo me dio mucho miedo. No engañaba a la gente, y se desvivía por contar las cosas como eran, y por intentar cambiarlas. Fijaos si era cabezota, que hasta estuvo en la cárcel por defender sus ideas.

Pero vinieron en mi ayuda unos cuantos amigos. Tantos, que tardaría mucho en nombrarlos a todos. Allí estaban Corrupción, Ansia de Poder, Ignorancia… y entre todos se consiguió que a ese señor no le hicieran ni caso, cuando puso las cartas sobre la mesa. Y mientras le ninguneaban, y le traicionaban, yo me iba haciendo más fuerte.

Este señor tan peligroso continuó así el resto de su vida. Y lo que es peor, convenció a otros, que a día de hoy quieren acabar conmigo. Cada vez que oigo las palabras «tercio laocrático», por ejemplo, se me pone la piel de gallina. Pero son pocos. Incluso a mí a veces me sorprende que no se les haga mucho caso, porque lo que cuentan no es más que la pura verdad. Aunque están muy solos. Y encima, a veces les chupan la sangre parásitos que dicen buscar lo mismo que ellos solo para medrar. Como lo tienen difícil, todavía tengo la esperanza de acabar con ellos.

Mientras tanto, yo continúo con mi festín. Ya no me tengo que esconder tanto como antes. Cada partido nuevo que se crea, aparte de vaciar un poquito más las arcas de vuestro Estado, hace que me crezca un nuevo apéndice. Hay una estrategia muy interesante, que consiste en plantear a la gente dos mentiras contrapuestas, y dejar que se peleen por ellas. Porque verdad hay una, pero mentiras… ¡Todas las que queráis y más! Y cada vez que los votantes se pelean entre sí, o creen haber encontrado una nueva ilusión en algún partido después de que otro les haya decepcionado… Bueno, para que lo entendáis, digamos que para mí ese tipo de cosas es como para vosotros el hacer ejercicio.

Y como ya no me tengo que esconder actúo a ojos vistas. Por ejemplo: les puedo hacer ir a votar una y otra vez. ¿No me creéis? Pues es así. Ahora mismo, por ejemplo. Mis apéndices, los partidos políticos, suelen turnarse para gobernar. Esos turnos no tienen nada que ver con los votos que obtengan. Pero como necesitan esa «legitimidad de ejercicio», si no sale quien ellos querían, o más bien quien yo quería, hale, a volver a votar. O a establecer pactos entre ellos. Total, la pantomima de las elecciones ya se ha realizado. A veces no hace falta repetirla. Y mientras yo a ponerme en forma.

¿Nunca os ha pasado eso de: «venga, voy a tirar una moneda al aire a ver qué sale: cara, hago esto. Cruz, lo otro». Parece que la decisión queda en manos del azar, pero en realidad si sale cara, volvéis a tirar una y otra vez hasta que sale cruz, que es lo que queríais en realidad, aunque no os lo reconozcáis ni a vosotros mismos.

Con los votos pasa lo mismo. Pueden repetir las votaciones hasta que salga lo que ellos quieran. Y como seguirá habiendo votantes, que harán lo que se les diga en nombre de la democracia… Pues eso.

Y esto es todo, amiguitos. Ya no tengo que estar en la sombra y puedo presentarme ante vosotros como lo que soy, sin caretas. Ya no me hacen falta. Y ya sabéis, cuando seáis mayores, votad. No hace falta que os lo diga, tenéis el mensaje muy machacado. Votad a quien queráis, pelearos por ello, sentid miedo si no resulta elegido el apéndice que preferíais, y euforia si os agrada. Pero votad. Porque tengo hambre. Un hambre insaciable.

La ideología nacionalista. El origen

0

Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 171 de «La lucha por el derecho» y en el primer programa de la serie «El hecho nacional» nos explica por qué España, como nación, no es producto de la voluntad.

Tribunales e inconstitucionalidad

0

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, ha declarado que si la normativa catalana en materia lingüística «es inconstitucional ya lo decidirá el Tribunal Constitucional, y no el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC)».

Tras visitar la escuela Ramón Llull de Rubí (Barcelona), Pere Aragonés se refería a las resoluciones dictadas por el TSJC ordenando impartir el 25% de materias en español aplicando la previa doctrina del Tribunal Constitucional (TC) y citando su jurisprudencia.

Según Aragonés, el TSJC «se extralimita claramente en sus funciones» porque «quiere hacer de TC, de Parlament y de Govern» y pidió al órgano judicial «que hagan de jueces» y que «apliquen las leyes» porque, ha añadido, en Cataluña «hemos aprobado una ley» en materia de lenguas «que se tiene que aplicar».

Al margen de las consideraciones de fondo sobre la regulación lingüística, lo que dejan claro estas palabras es la resistencia de la clase gobernante de la partidocracia a perder ese filtro último de voluntades políticas que es el TC, situado fuera de la jurisdicción ordinaria, elegido por políticos y formado por personas que no tienen ni siquiera que pertenecer a la carrera judicial.

La supresión del Tribunal Constitucional es imperativa para toda idea que pretenda la instauración de una democracia en España. El control constitucional solo puede ser efectivo si la jurisdicción es única y plena en todos sus órganos, desde el más modesto juzgado de instancia hasta el Tribunal Supremo (TS), pudiendo resolver sobre la constitucionalidad de normas y actos, y decantando su jurisprudencia a través del sistema ordinario de recursos hasta llegar a una Sala de lo Constitucional del propio TS.

El actual régimen de fiscalización de la constitucionalidad de la Ley deja en manos de la clase política a través de sus delegados en el TC, la definición, concreción, y lo que es más grave, la creación o eliminación de derechos fundamentales. Los jueces y magistrados solo pueden proponer cuestiones de inconstitucionalidad, no declararla, de la misma forma que el recurso de inconstitucionalidad queda reservado al presidente del Gobierno, al Defensor del Pueblo a cincuenta Diputados, a cincuenta Senadores y a los órganos ejecutivos y legislativos de las Comunidades Autónomas, es decir y en suma a la misma clase política.

Y qué decir de los gobernados, que tienen que contentarse con el recurso de amparo contra actos y decisiones concretas ya emanen de los tribunales o de las administraciones públicas. Pero controlar la constitucionalidad de la Ley, nada de nada.

Mito de la unidad, según Antonio García-Trevijano

0
El mito de la unidad

Antonio García-Trevijano, el 2 de agosto de 2007, publicó un artículo en el Diario Español de la República Constitucional para analizar el mito de la unidad. Traemos a colación dicho análisis:

Traducir

Política de privacidad

Queremos que leas y comprendas esta Política de Privacidad. Por eso, la hemos redactado en un lenguaje fácil y sencillo. No obstante, si quieres consultar las cuestiones más importantes, puedes dirigirte directamente al final y las verás especificadas de forma concisa en una tabla.

¿Quiénes somos y qué hacemos con tus datos?

En la asociación Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC) (en adelante, “MCRC"), somos responsables del tratamiento de tus datos de carácter personal que llevaremos a cabo desde la página web del Diario Español de la República Constitucional (en adelante, el “Diario”): www.diariorc.com, la cual incluye la tienda de la editorial del MCRC (en adelante, la “Tienda”), cuyo dominio es de nuestra titularidad, según la información recogida en esta política de privacidad. Debes saber que somos una asociación cultural con domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid, y nuestro NIF es G-86279259. Si tienes cualquier duda o consulta acerca de cómo tratamos tus datos, puedes escribirnos a [email protected] y estaremos encantados de atenderte. El acceso y/o uso al Diario te atribuye la condición de usuario (en adelante, “Usuario”), e implica la aceptación, desde dicho acceso y/o uso, de la presente Política de Privacidad para las finalidades indicadas en la misma así como el Aviso Legal, que también puedes consultar en el Diario.

¿Qué información recabamos sobre ti?

Recogemos los datos estrictamente necesarios para garantizar el correcto funcionamiento del boletín, la provisión de los servicios de venta ofrecidos en la Tienda, así como para asegurar que cumplimos con lo que nos piden los Usuarios, ya sea mediante la solicitud de información como el envío de compras realizadas a través del Diario. Recabamos información sobre ti cuando:
  • Nos solicitas información, ya sea vía email o a través de nuestro formulario web.
  • Te suscribes a nuestro boletín informativo, y/o solicites el envío las publicaciones por Whatsapp.
  • Nos remites obras para su publicación en el Diario.
  • Realizas una compra en la Tienda.
  • Dejas un comentario en la sección de comentarios de los contenidos del Diario.
Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, recuerda comunicarnos las modificaciones que se vayan produciendo de tus datos de carácter personal a través de un correo electrónico a nuestra dirección. Además, cuando navegues por el Diario, podrán instalarse en tu dispositivo distintas cookies y otros dispositivos de seguimiento con el fin de asegurar un correcto funcionamiento de la página web, tal y como te explicamos en la Política de Cookies que puedes consultar en el Diario.

¿De dónde hemos obtenido tus datos?

Como puedes ver en el apartado anterior, los datos personales que necesitamos tratar en relación con el Diario, nos los aportas libremente a través de distintos canales. No obstante, en caso de que aportes datos personales de un tercero, garantizas que le has informado de esta Política de Privacidad y has obtenido su autorización para facilitarnos sus datos con las finalidades indicadas. Igualmente, te haces responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. Como Usuario, garantizas que los datos que nos facilites -ya sean tuyos o de un tercero- serán veraces y exactos, debiéndonos comunicar cualquier modificación de los mismos. Nos reservamos el derecho a excluir del Diario a aquellos usuarios que hayan facilitado datos falsos, sin perjuicio de las demás acciones que procedan en Derecho.

¿Cómo funciona el boletín y la lista de difusión de Whatsapp?

El MCRC cuenta con un boletín informativo digital mediante el cual se comunica con sus asociados y suscriptores para mantenerles informados de las últimas publicaciones, novedades, acciones y participaciones. Suscribirte al boletín es muy sencillo, simplemente tienes que indicar tu correo electrónico en el apartado al efecto del Diario. Así mismo, el MCRC dispone de una lista de difusión de Whatsapp mediante la cual realiza avisos informativos con las publicaciones del boletín. Si quisieras recibir los avisos mediante la lista de difusión simplemente tendrás que aportar tu número de teléfono. Todos los datos que nos proporciones serán tratados de conformidad con esta Política de Privacidad.

¿Cómo usaremos tus datos y en base a qué?

Los datos de carácter personal recabados por el MCRC podrán ser utilizados para las siguientes finalidades: (i) Información. (ii) El envío del boletín informativo del MCRC mediante correo electrónico, y para enviarte mensajes informativos por Whatsapp en el caso de haberte suscrito. (iii) El envío de compras realizadas en la Tienda. (iv) La publicación de comentarios en el Diario. Desde el MCRC utilizaremos tus datos con las siguientes finalidades:
  1. Atender tus peticiones de información.
  2. Enviarte el boletín informativo en el case de haberte suscrito.
  3. Enviarte cualquier compra realizada en la Tienda a la dirección que nos proporciones.
  4. Generar facturas relacionadas con las compras realizadas en la Tienda.
  5. Atender cualquier solicitud de ejercicio de tus derechos que nos puedas hacer llegar, en cumplimiento de nuestras obligaciones legales.

¿Durante cuánto tiempo guardamos tus datos?

Sólo mantendremos tus datos durante el tiempo que sea estrictamente necesario para ofrecerte la información que requieras y poder realizar los envíos y realizar un seguimiento de los mismos, y posteriormente durante el periodo que resulte indispensable para poder cubrir eventuales responsabilidades o para la formulación, ejercicio o defensa de reclamaciones. No obstante lo anterior, podrás solicitar la eliminación de tus datos, y en caso de resultar aplicables dichos plazos legales de conservación, se mantendrán bloqueados durante el tiempo que la normativa establezca. En cuanto a nuestro boletín, conservaremos los datos proporcionados en tanto no manifiestes tu voluntad de darte de baja de los servicios.

¿Vamos a comunicar tus datos a terceros?

No cederemos tus datos a terceros excepto cuando se nos requiera por Ley, y en particular, podremos comunicar tus datos a las siguientes entidades, siempre en relación con las finalidades descritas:
  • A los órganos competentes de las Administraciones Públicas en cumplimiento de las obligaciones legales que nos sean de aplicación.
  • A nuestros proveedores de servicios auxiliares, necesarios para el normal funcionamiento de los servicios contratados, incluido el envío de las compras realizadas en el portal. En el caso de que algún proveedor se encuentre en una jurisdicción ajena al ámbito de aplicación del RGPD, te garantizamos que se encontrarán adheridos al Escudo de Privacidad (Privacy Shield) UE - EE. UU. Puedes aprender más haciendo click en este hipervínculo: https://www.aepd.es/sites/default/files/2019-09/guia-acerca-del-escudo-de-privacidad.pdf
    • A nuestros colaboradores, en el seno de prestaciones de servicios, los cuales estarán obligados a su vez a guardar la más estricta confidencialidad.

¿Cuáles son tus derechos y cómo puedes ejercitarlos?

  1. Derecho a acceder a tus datos personales para saber cuáles están siendo objeto de tratamiento y con qué
  2. Derecho a rectificar cualquier dato personal inexacto -por ejemplo, si necesitas actualizar la información o corregirla en caso de que fuera incorrecta-.
  3. Suprimir tus datos personales, cuando esto sea posible. Si la normativa vigente no nos permite eliminar tus datos, los bloquearemos durante el tiempo restante.
  4. Solicitar la limitación del tratamiento de tus datos personales cuando la exactitud, la legalidad o la necesidad del tratamiento de los datos resulte dudosa, en cuyo caso, podremos conservar los datos para el ejercicio o la defensa de reclamaciones.
  5. Oponerte al tratamiento de tus datos personales.
  6. Llevar a cabo la portabilidad de tus datos.
  7. Revocar el consentimiento otorgado -por ejemplo, si te suscribiste al boletín y ya no deseas recibir más información-.
  8. Ejercer tu derecho al olvido.
Podrás ejercitar tus derechos en cualquier momento y sin coste alguno, indicando qué derecho quieres ejercitar, tus datos y aportando copia de tu Documento de Identidad para que podamos identificarte, a través de las siguientes vías:
  1. Dirigiendo un correo electrónico a nuestra dirección: [email protected]
  2. Dirigiendo una solicitud escrita por correo ordinario a la dirección Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid.
  3. Además, cuando recibas cualquier comunicación nuestra, clicando en la sección de baja que contendrá esa comunicación, podrás darte de baja de todos envíos de comunicaciones del MCRC previamente aceptados.
  4. Cuando te hayas suscrito a la recepción de mensajes informativos a través de Whatsapp podrás cancelar la suscripción desde el formulario del Diario donde te diste de alta, indicando que deseas darte de baja.
Si consideras que hemos cometido una infracción de la legislación en materia de protección de datos respecto al tratamiento de tus datos personales, consideras que el tratamiento no ha sido adecuado a la normativa o no has visto satisfecho el ejercicio de tus derechos, podrás presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos, sin perjuicio de cualquier otro recurso administrativo o acción judicial que proceda en su caso.

¿Están seguros tus datos?

La protección de tu privacidad es muy importante para nosotros. Por ello, para garantizarte la seguridad de tu información, hacemos nuestros mejores esfuerzos para impedir que se utilice de forma inadecuada, prevenir accesos no autorizados y/o la revelación no autorizada de datos personales. Asimismo, nos comprometemos a cumplir con el deber de secreto y confidencialidad respecto de los datos personales de acuerdo con la legislación aplicable, así como a conferirles un tratamiento seguro en las cesiones y transferencias internacionales de datos que, en su caso, puedan producirse.

¿Cómo actualizamos nuestra Política de Privacidad?

La Política de Privacidad vigente es la que aparece en el Diario en el momento en que accedas al mismo. Nos reservamos el derecho a revisarla en el momento que consideremos oportuno. No obstante, si hacemos cambios, estos serán identificables de forma clara y específica, conforme se permite en la relación que hemos establecido contigo (por ejemplo: te podemos comunicar los cambios por email).

Resumen de Información de nuestra Política de Privacidad.

Responsable del tratamiento MOVIMIENTO DE CIUDADANOS HACIA LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL (MCRC) Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. NIF: G-86279259
Finalidades de tratamiento de tus datos personales - Atender tus solicitudes de información, comentarios, peticiones y/o consultas en el marco de tu relación con el MCRC. - Atender las solicitudes para el ejercicio de tus derechos. - Enviarte todas las comunicaciones a las que te hubieras suscrito, incluido el boletín (si te hubieras suscrito) y comunicaciones por Whatsapp. - Enviar cualquier compra realizada en la Tienda del MCRC.
Origen de los datos tratados - Nos los has facilitado libremente tú mismo o un tercero en tu nombre. - Los hemos recabado a través de nuestro Sitio Web mediante cookies. Puedes obtener más información sobre este tratamiento en nuestra Política de Cookies.
Base de Legitimación para el tratamiento - El tratamiento es necesario para la ofrecerte la información necesaria en atención a tu condición de asociado del MCRC. - Para determinados tratamientos, nos has dado tu consentimiento expreso (ej participación en una acción; boletín…). - Contrato de compra entre las partes.
Cesión de datos a terceros - Cedemos tus datos a proveedores de servicios, incluidos aquellos relativos al envío de las compras realizadas en la Tienda. - En ningún caso se cederán tus datos a personas ajenas a la actividad del MCRC (ya sean asociados o ajenos a la asociación) y los servicios que nos has sido solicitado. - Cedemos tus datos a determinadas autoridades en cumplimiento de obligaciones legales (ej. Administraciones Públicas).
Plazos de conservación - Conservaremos tus datos durante el tiempo que siga vigente tu relación con el MCRC. - Si nos pides expresamente que los eliminemos, así lo haremos salvo que exista una obligación legal que nos lo impida o que, por ejemplo, necesitemos utilizarlos para la formulación, ejercicio y defensa de reclamaciones.
Derechos del interesado Podrás solicitarnos el ejercicio de tus derechos por correo electrónico: [email protected], o por escrito a nuestro domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. Puedes pedirnos el derecho a acceder a tus datos, a solicitar su rectificación o supresión, a limitar el tratamiento de tus datos, o a oponerte a determinados tratamientos, a retirar el consentimiento que nos hubieras prestado, a la portabilidad de tus datos o a no ser objeto de una decisión basada únicamente en el tratamiento automatizado. Si no estás de acuerdo con el tratamiento que realizamos de tus datos, puedes presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos: www.aepd.es. Si tienes alguna duda sobre esta Política de Privacidad o el tratamiento de tus datos, escríbenos a nuestra dirección de correo electrónico [email protected], y estaremos encantados de atenderte.

¡Hola! ¿Quieres recibir todas nuestras novedades al instante?
Envíanos tu número de teléfono y te añadiremos a nuestra lista de
difusión de Whatsapp.