6 C
Madrid
domingo 21 diciembre 2025
Inicio Blog Página 1024

Izquierda reaccionaria

0

Don Gaspar Llamazares (foto: Jaime d’Urgell) El nuevo mundo que las revoluciones del siglo XVIII habían alumbrado requería una nueva ciencia de la política, tal como señalaba Tocqueville en su introducción a la "Democracia en América". La izquierda, que sigue sin disponer de una teoría del Estado y una práctica del poder distintas de las tradicionales, ha coadyuvado de forma decisiva, con sus prejuicios y utopías, al continuado éxito de la reacción. Aparte de la "incurable enfermedad del cretinismo parlamentario" (Marx) o de la duradera confusión entre parlamentarismo y democracia que afecta a los europeos, se ha mantenido la indiferencia inoculada por el marxismo, con respecto a la mejora institucional de un Estado, cuyo destino era la desaparición en una sociedad sin clases. Marx adoptó la utopía anarquista de la supresión del Estado, tras una supuesta etapa transitoria en la que el despotismo burocrático del proletariado utilizaría en sentido inverso la intacta maquinaria estatal de la burguesía. El desprecio ideológico de la democracia formal, emboscado en el rechazo del Estado, es la funesta seña de identidad de los partidos que provienen del marxismo.   A los dirigentes de Izquierda Unida se les ha hecho insoportable la herida de la desigualdad de los votantes españoles, y la han denunciado en los juzgados, alegando que la Ley Electoral es "injusta y anticonstitucional". Deben de haber abandonado un mundo feliz, o al menos ya no viven en Icaria ni en Erewhon. Según el esquema de Mannhein -ideología y utopía-, al estar integrados en el campo reaccionario de la conservación del orden existente, ya no representan, con una búsqueda de sociedades igualitarias, las posiciones utópicas de la ruptura y el cambio. Resalta la incongruencia de considerar injusta una ley electoral por su mayor o menor proporcionalidad cuando lo que debe garantizar es la representación política de la sociedad civil mediante un sistema de elección mayoritario a dos vueltas. La no separación de poderes consagrada en la Constitución  que invocan  los creyentes comunistas, es la negación de la libertad política, lo que demuestra que se puede abusar del poder y permanecer dentro de los límites de la ley, como decía Montesquieu. Si la constitución de la libertad política es "revolucionaria", palabra que sólo puede aplicarse a las revoluciones de la libertad (Condorcet), Izquierda Unida es profundamente contrarrevolucionaria.

ETA al rescate

0

El asesinato del ex-concejal socialista Isaías Carrasco a cargo de la ETA provocó la respuesta unánime e inmediata de los partidos con delegación en el Parlamento en la forma de un llamamiento a la participación en el referéndum del 9M. “El voto contra ETA” ha sido un titular recurrente en todos los medios de comunicación durante el fin de semana. Se cerraba de ese modo una campaña política que en sus últimos días había tenido a la abstención como tema central.   El diario británico Financial Times publicaba una entrevista al responsable de la campaña electoral del PP en la que éste afirmaba que la estrategia de los populares para obtener la derrota de su contrincante buscaba la abstención entre el electorado socialista, por medio de la creación de un panorama incierto ante temas tan capitales como la economía, la inmigración y los nacionalismos (29/2/08).   Poco antes, los diarios vascos Gara y Berria editaban un comunicado en el que la ETA convocaba a los “abertzales” a la abstención y el boicot de las elecciones, en un claro afán por desmarcarse del resto de formaciones políticas. La banda armada aducía en su texto que ese era el modo de dar al próximo inquilino de La Moncloa el mensaje de que “Euskal Herria seguía en pie” ante la situación de opresión del Estado español (Gara, 1/3/08). Todo esto apenas transcurridas 24 horas desde que varios cargos electos independentistas expresasen la misma idea en una rueda de prensa (Gara, 28/2/08). El protagonismo que había alcanzado la abstención ponía en peligro una afluencia alta de votantes a las urnas.   La participación, finalmente, ha sido similar a la del referéndum de 2004. Con su crimen, la ETA ha sabido articular un doble discurso en pro de sus intereses. Por una parte, ha protegido a la partidocracia de un descenso en el índice de participación, al movilizar a muchos ciudadanos que, de no haber mediado el atentado, verosímilmente se hubiesen abstenido, y, por otra, ha logrado la abstención de sus partidarios. Queda patente así la peligrosa simbiosis entre este régimen de poder y el terrorismo, y el papel fundamental que juegan los terroristas en el proceso de legitimación de los cargos electos.   hechos significativos Los partidos “del arco parlamentario” y los medios de comunicación convocaron durante el fin de semana al electorado a acudir a las urnas para derrotar a la ETA.     La participación en el referéndum del 9M se ha mantenido en porcentajes similares a los del año 2004.

Partitocracia

0

  "Araña" (foto: Manuel Salvador) Partitocracia Una meta ilusoria una meseta transitoria una metástasis planetaria una monumental metralla   Un metacarpo ensangrentado una metáfora anestesiada una metalurgia sin liturgia una metamorfosis de semáforos   Un meteorito malhumorado un metacrilato musculado una metonimia fortuita una metafísica mirada   Un metraje incalculable una métrica suicida una metrópolis de sombreros una metrorragia de deseos un metacentro mar adentro una metra y dos amígdalas en un prado   Una meteorología intempestiva un metabolismo metadónico un meterete mequetrefe un metódico velatorio (abarrotado) un metepatas mutilado un mecenas sin moneda   Una misa, un acorde, una veleta y un mercado, un mate y un petate de soldado, un cementerio de venados, un estoque en una mano, una maleta, un mástil desmembrado, un maremoto, una mortaja y un esqueleto desolado.

Muerte del PC

0

Como si fuera un azar de la Naturaleza, extraño a la decisión de los votantes, la muerte del histórico PC, en las urnas, se atribuye a un inesperado bipartidismo. Al parecer, pues no está científicamente probado, una especie de virus mortal, que sólo prospera en la naturaleza de los partidos minoritarios, ha destruido el organismo donde anidaba la idea comunista. No se sabe por qué los dos partidos mayoritarios están inmunizados contra el riesgo biológico de bipartidismo. Se comprende que el médico director de IU, coalición que ha obtenido la mitad pro-indivisa de un escaño en Cataluña y un diputado en el resto de España, proclame su inocencia en la defunción del PC, de la que se siente responsable, pero en modo alguno culpable.   Esto tiene mas fundamento del que el propio Llamazares supone, pero en sentido contrario. Ha sido la miope práctica politica del PC de los últimos treinta años -desde que Santiago Carrillo pactó con el franquismo, por egoísmo de partido, para ser admitido en la clase politica y participar en el reparto por cuotas del Estado monárquico- la que ha creado la tendencia al bipartidismo. Los ideales de la libertad politica necesitaban el concurso del PC, para llegar a realizarse mediante la ruptura pacífica y democrática de la dictadura. Esa fue su noble función en la Junta Democrática. Pero el precio de su legalización, otorgada por el falangista Suárez, era letal a largo plazo. A diferencia de lo que sucedió a sus hermanos en Italia, Francia y Portugal, después de las dictaduras fascistas, aquí quedó reducido a partido testimonial. La oligarquía politica ya no lo necesita. El PSOE cumple mejor que IU el papel de izquierda estatal.   Pero este Diario no sería ecuánime si, en estos momentos, olvidara la deuda de gratitud y reconocimiento público, contraída frente a tantos comunistas olvidados por la historia que, desde 1956, sacrificaron literalmente sus vidas al ideal de la libertad colectiva. Y tampoco sería justo si, como los demás medios, silenciara el hecho de que los únicos dirigentes políticos de partido, entre toda la clase política, que conservaron la palabra en su comportamiento público y el desinterés personal en su retirada de la acción, fueron dos comunistas de la Transición: Gerardo Iglesias y Julio Anguita.   florilegio "La naturaleza humana es egoísta como la de todos los animales. Incluso el altruismo constituye la manifestación genética del egoísmo inteligente, o sea, a distancia y a largo plazo. Ante el horizonte del interés inmediato, el narcisista egoísmo de partido se convierte en peligroso egotismo."

Martirologio político

0

Matar es muy fácil, hacer política del asesinato es algo muy difícil. El poder de ETA ya no son las pistolas, son los medios de comunicación, es la clase política del Estado de Partidos, que baila al son de sus disparos. ETA ya no necesita liturgias para sus adeptos, tiene la habilidad de proyectarse en los mítines de los grandes partidos.   Cuán absurda resulta la prohibición de sus insignificantes reuniones públicas cuando tiene a su servicio los altavoces del Estado. ETA puede prescindir de su periódico GARA para propagar el terror de sus acciones sobre la población, para ello cuenta con los titulares de la prensa del Estado de partidos: "ETA irrumpe en la campaña electoral". Cuán absurda resulta la persecución de sus fuentes de financiación cuando tiene espacios gratuitos en la prensa oficial. ETA ya no necesita acudir a la masacre como muestra de poder, la muerte de una sola persona provoca en el corrupto Estado de Partidos, el mismo efecto que el de miles. Cuán absurda resulta su persecución policial cuando una pistola y una bala bastan. En sus pequeños zulos, los terroristas se nutren del martirologio político del monstruoso Estado de Partidos. En los cuarteles de los grandes partidos políticos, todos acuden a ETA para arrancar votos de la masa demagogizada y procesionar a sus mártires.   Erróneamente, los cuasi-ciudadanos españoles, han acudido a votar creyendo que esta acción debilitaría a los terroristas. Al contrario, ETA se refuerza con el Estado de partidos al que el voto de los españoles da aliento. Para derrotarla, no se necesitan procesiones urnarias salidas de la martirizacion terricida, como hacen los partidos políticos, sino reformas institucionales inteligentes, que acaben con su base social y su magnificada influencia política. Reformas que acaben con el Estado de Partidos y conduzcan a la democracia representativa de la República Constitucional. La unidad de los abstencionarios, más numerosos que los terroristas y que los afiliados a los partidos, es imprescindible para sacar a las masas de su estado servil y gregario.   Procesión (foto: Silvio Rizzo)

Numerología del poder

0

  ” ¿Personas? ¿Números?”, por Littlepixer Recrear una ficción de la realidad sociopolítica no permite esquivar continuamente su contradicción con la verdad. Tampoco la lógica interna de tan atroz mascarada puede eliminar todos los resquicios a la misma realidad. Entre bastidores, la cosa se relaja. Ya no se actúa; y aparecen anécdotas que, detrás de su aparente inocencia, desmontan la enjoyada coreografía. Aunque solo sea por un fugaz momento. En otras ocasiones, la circunstancia combinada con las palabras desvelan la tramoya. Cuando ya nos habíamos recuperado de la inoportuna revelación de la cordial camaradería con confidencia entre Zapatero y Gabilondo, líder de opinión de la cadena de televisión de uno de sus grupos mediáticos, que acababa de entrevistarle (algo, en todo caso, más sorprendente por el torpe desliz de su exhibición que porque no se imaginara); no podíamos prever que los postres de otra de las audiencias de ZP terminaran por brindarnos una nueva muestra, aunque ésta tanto más categórica cuanto sibilina.     Después de interrogarle como candidato a presidente del Gobierno en las próximas elecciones legislativas (las pasadas del 9-M), uno de los hombres más influyentes de España, el director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez, retó a ZP a que pronosticara (sic) “cuántos escaños obtendrá” —dando por sentado que los escaños serán suyos—. El entonces expresidente se niega a decir un número, sólo pide ampliar la actual mayoría [de escaños] (sic) “para poder gobernar con autonomía” —reconociendo que antes no lo ha hecho—; pero no tiene inconveniente en hacer un pronóstico por escrito, en un sobre cerrado, para abrirlo luego de las votaciones. Pedro J. se adorna, como si los cuchillos de oro y joyas no dieran puñaladas, y recuerda la similar anécdota de Lincoln, que, aunque terminó venciendo en las presidenciales de 1864, había vaticinado que iba a sufrir una dura derrota.   Se ha abierto el sobre. Y ZP había escrito… ¡un número!  No se trataba de ganar o perder, sino de adjudicarse un número. “PSOE 172”, los votos de los españoles ni eligen a nadie ni deciden nada, sencillamente, otorgan… ¡un número a un partido!  ¿Podría Lincoln haber escrito algo así?

La vida sigue igual

0

Ha terminado la campaña electoral en el Estado de los poderes inseparados. La paz del cementerio volverá a reinar tras la matemática del pacto postelectoral y con ella, el engranaje de la Justicia partitocrática comenzará a girar de nuevo, ejecutando eficazmente su labor.   El Tribunal de lo Político que es el falsamente denominado Constitucional retomará sus actividades y verán ustedes como en breve tendremos su veredicto sobre temas tan importantes como el Estatuto catalán, paralizado hasta que el panorama político estuviera despejado con un nuevo ganador al que obedecer.   La cobardía de quien espera un resultado electoral para decidir el sentido de un fallo judicial aplicando supuestamente criterios jurídicos, evidencia la falsedad del sistema que lo sustenta. Bajo la excusa de no influenciar en los resultados electorales se retrasa sin disimulo la solución a un problema que hipócritamente se disfraza como de carácter jurídico. Asumir como cierta tal aberración equivale a reconocer la prevalencia de los tiempos políticos sobre el deber estatal de juzgar y hacer cumplir lo juzgado.     Edificio del Tribunal Constitucional Con la victoria electoral del PSOE el visto bueno del Tribunal Constitucional al Estatuto queda más cerca, sabedores al fin Sus Excelentísimas Señorías de los vientos que han de correr en la nueva legislatura-judicatura.   En esta ocasión la Razón de Estado tenía que esperar al momento procesal oportuno en el que se conociera el ganador de la contienda partidista, precisamente al contrario que en el asunto de “Los Albertos”, en que la premura en dar una solución al entuerto de estos hijos predilectos del sistema era inaplazable por las nefastas consecuencias institucionales que conllevaría su ingreso en prisión.   La ecuanimidad y la valentía institucional sólo pueden garantizarse con la separación de poderes. No puede esperarse actuación judicial independiente, sólo sometida a Derecho, cuando tal separación es inexistente tanto orgánica como funcional y económicamente. En el Estado de poderes inseparados el reino de la deslealtad sólo puede dirigirse por criterios de simple oportunidad partidista.

Superávit presupuestario

0

“Balance de las Cuentas Públicas 2007” (Febrero 2008) Durante la agresiva y zafia campaña electoral nos repitieron una y otra vez las bondades del “superávit presupuestario” como resultado de una buena gestión pública; el atributo de la eficiencia económica, el trofeo a la eficacia política. Un mero saldo contable entre los ingresos y los gastos presupuestarios ejerce gran fascinación en la gente y euforia en los dirigentes políticos.   Toda la clase política lanzó maravillosas propuestas para su utilización. Unos querían amortizar parte de la Deuda Pública, otros deseaban consolidar el sistema de pensiones y los hay que preferían dedicarlo a bajar los impuestos y las cuotas sociales; pero pocos se detuvieron a reflexionar sobre cuántos ingresos tributarios se han necesitado para mantenerlo o qué agentes públicos han sido los verdaderos protagonistas de dicho superávit.   En los tiempos de crisis económica que se avecinan ensalzar este saldo positivo no es precisamente la actuación más recomendable y en los Presupuestos de 2008 deberían haber previsto este escenario económico desfavorable.   En la quimera electoral poco importaron las recomendaciones clásicas de la política económica y fiscal que aconsejan inversiones productivas y reducciones de cargos públicos, de parte de los tres millones de funcionarios de los tres niveles de Administración Pública (AA. PP.: Estado, Comunidades Autónomas y Entidades Locales), de los oropeles de los diecisiete gobiernos regionales y de las subvenciones de multitud de instituciones sin/con fines lucrativos.   Resulta más rentable, con esa óptica electoralista, ofrecer rebajas fiscales, descuentos y promociones sin fin, que presentar planes de cómo se financiarán estos "regalos" o qué servicio público será necesario recortar para hacerlos realidad. . En determinadas coyunturas económicas, y la que se avecina es una de ellas, resulta más pernicioso que se produzca un superávit en los presupuestos del Estado -signo de una recaudación excesiva o de un gasto insuficiente- que un moderado déficit, capaz de impulsar reactivaciones de la economía en los sectores más sensibles a la depresión del mercado. Un gobierno que presume obtener un superávit en las cuentas públicas confiesa ser un mal gestor.

Qué democracia

0

Desde la revolución francesa, la ciencia política salvo excepciones se ha dedicado a cultivar mitos. Uno de ellos es el de la democracia. Una de las palabras que más invocan los partidos, los medios de comunicación y la gente corriente es “democracia”. Incluso para descalificar a alguien por cualquier cosa se le acusa de no ser demócrata. Hasta la Iglesia en sus preces pide por las instituciones democráticas. Ahora bien, los entomólogos políticos han encontrado casi mil definiciones de democracia. La democracia se ha convertido en una religión ad usum delphinis. La palabra está tan prostituida que hace años propuso Hayek sustituirla por demarquía, que significa lo mismo. ¿Qué es la democracia?   El principio de la democracia, ya lo sabía Platón, es la libertad política. Pero le ha salido un serio competidor en el principio de la igualdad. Por lo pronto habría que distinguir entre la democracia como resultado de la libertad política y la democracia como resultado de la igualdad. Tal fue el gran tema de Tocqueville, quien previno contra la falsificación de la democracia si se pone la igualdad como su principio. Hay una razón muy simple: mientras haya libertad habrá desigualdades. Las desigualdades son una consecuencia de la libertad. Por tanto, habrá que elegir entre ser libres o ser iguales. Dicho de otra manera: sin libertad política, una libertad de acción colectiva, no hay auténtica democracia. Orwell lo explicó bastante bien. La democracia es ante todo un régimen de hombres libres. Y si todos son libres el régimen será republicano.   Pero también aquí se tropieza con otra falacia: la inmensa mayoría de los regímenes son hoy republicanos y sin embargo no se puede decir que en todos ellos exista libertad política. Ciñéndonos a España, ¿existe libertad política? Dominada por el consenso oligárquico cuya punta de lanza son los partidos, es evidente que no. Bastará con mencionar el hecho de que a los electores –a los “ciudadanos”- se les obliga a votar listas cerradas confeccionadas por los jefes de los partidos. Al votar, ¿están ejerciendo su libertad política o adorando al jefe?   La palabra democracia se emplea frecuentemente para encubrir la falta de libertad política. Por poner otro ejemplo, en una auténtica democracia no se convocaría a los “demócratas” a manifestarse contra cualquier acción criminal de ETA, sino a los ciudadanos o mejor aún para evitar equívocos a los hombres libres. Es la concepción borreguil de la democracia, una democracia domesticada, o sea, envilecida. La misma palabra libertad padece ese envilecimiento en las sociedades actuales. Otro ejemplo al respecto es el de la socialdemocracia sueca que consiguió hacer sinónima la palabra libertad a la libertad sexual para manejar mejor a los suecos. También Orwell se ocupó de la falsificación de la libertad. El lenguaje político –y no sólo el político- está lleno de falsificaciones y de mitos en los que la gente cree a piés juntillas. De ello no se libra la democracia.

Malestar cívico

0

Consejo Territorial del PSOE (Foto: inmamesa) El hombre de partido tiene razones de Estado para amar el poder propio, idolatrado por unos votantes que abandonan el sentido común para identificarse con las imágenes de los partidos predominantes. Este fetichismo electoral cumple la humillante misión de asignar cuotas de poder estatal a los oligarcas, refrendando las listas que éstos presentan. Tras el forzoso sometimiento a la voluntad de un solo amo, los españoles ya pueden entregarse feliz y voluntariamente a la de dos jefes nacionales o a la de media docena de jefecillos regionales, creyéndose libres.   La estable subordinación colectiva al parasitismo estatal de los partidos ha provocado la satisfacción de una parcialidad y la frustración de otra. Después de la fase ascendente, el PSOE comienza a mantenerse por inercia en el poder, hallando la estabilidad por medio de la repetición de sus fórmulas exitosas, tal como hace la Naturaleza con las especies antes de extinguirlas.   El discurso victorioso e irrisoriamente vacuo del Sr. Zapatero señala de nuevo ilusas esperanzas globales. Sin razón de ser "en" el mercado, y con una existencia estatal que niega la libertad política, la izquierda sólo es palabrería sectaria, cuya mala conciencia apela a la retórica de la injusta desigualdad. No obstante, el problema de la libertad y el conflicto de la igualdad son superados mediante la síntesis oligárquica del consenso. La tolerancia mutua es la bandera que enarbolan las facciones del Régimen, que estarán siempre inclinadas a volverse intolerantes con los que intenten poner fin a la usurpación política.   Tanto el triunfo de la inmoralidad como la supremacía de la imbecilidad en la moderna sociedad política española, se presentan en los medios de comunicación como inalterables realidades. A los fabricantes y comerciantes de ilusiones partidocráticas les resulta inconcebible un mundo político determinado por la jerarquía de valores de la sociedad civil. Los partidos que fueron reconstruidos después del totalitarismo se inspiraron en éste para instalarse en el Estado y ser plebiscitados por una sociedad a la que impedían su representación en el mismo. Contra la sinrazón del anacrónico poder establecido y la indeterminación social, ha de abrirse paso la racionalidad institucional de la democracia con el surgimiento de una ciudadanía determinante.

Traducir

Política de privacidad

Queremos que leas y comprendas esta Política de Privacidad. Por eso, la hemos redactado en un lenguaje fácil y sencillo. No obstante, si quieres consultar las cuestiones más importantes, puedes dirigirte directamente al final y las verás especificadas de forma concisa en una tabla.

¿Quiénes somos y qué hacemos con tus datos?

En la asociación Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC) (en adelante, “MCRC"), somos responsables del tratamiento de tus datos de carácter personal que llevaremos a cabo desde la página web del Diario Español de la República Constitucional (en adelante, el “Diario”): www.diariorc.com, la cual incluye la tienda de la editorial del MCRC (en adelante, la “Tienda”), cuyo dominio es de nuestra titularidad, según la información recogida en esta política de privacidad. Debes saber que somos una asociación cultural con domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid, y nuestro NIF es G-86279259. Si tienes cualquier duda o consulta acerca de cómo tratamos tus datos, puedes escribirnos a [email protected] y estaremos encantados de atenderte. El acceso y/o uso al Diario te atribuye la condición de usuario (en adelante, “Usuario”), e implica la aceptación, desde dicho acceso y/o uso, de la presente Política de Privacidad para las finalidades indicadas en la misma así como el Aviso Legal, que también puedes consultar en el Diario.

¿Qué información recabamos sobre ti?

Recogemos los datos estrictamente necesarios para garantizar el correcto funcionamiento del boletín, la provisión de los servicios de venta ofrecidos en la Tienda, así como para asegurar que cumplimos con lo que nos piden los Usuarios, ya sea mediante la solicitud de información como el envío de compras realizadas a través del Diario. Recabamos información sobre ti cuando:
  • Nos solicitas información, ya sea vía email o a través de nuestro formulario web.
  • Te suscribes a nuestro boletín informativo, y/o solicites el envío las publicaciones por Whatsapp.
  • Nos remites obras para su publicación en el Diario.
  • Realizas una compra en la Tienda.
  • Dejas un comentario en la sección de comentarios de los contenidos del Diario.
Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, recuerda comunicarnos las modificaciones que se vayan produciendo de tus datos de carácter personal a través de un correo electrónico a nuestra dirección. Además, cuando navegues por el Diario, podrán instalarse en tu dispositivo distintas cookies y otros dispositivos de seguimiento con el fin de asegurar un correcto funcionamiento de la página web, tal y como te explicamos en la Política de Cookies que puedes consultar en el Diario.

¿De dónde hemos obtenido tus datos?

Como puedes ver en el apartado anterior, los datos personales que necesitamos tratar en relación con el Diario, nos los aportas libremente a través de distintos canales. No obstante, en caso de que aportes datos personales de un tercero, garantizas que le has informado de esta Política de Privacidad y has obtenido su autorización para facilitarnos sus datos con las finalidades indicadas. Igualmente, te haces responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. Como Usuario, garantizas que los datos que nos facilites -ya sean tuyos o de un tercero- serán veraces y exactos, debiéndonos comunicar cualquier modificación de los mismos. Nos reservamos el derecho a excluir del Diario a aquellos usuarios que hayan facilitado datos falsos, sin perjuicio de las demás acciones que procedan en Derecho.

¿Cómo funciona el boletín y la lista de difusión de Whatsapp?

El MCRC cuenta con un boletín informativo digital mediante el cual se comunica con sus asociados y suscriptores para mantenerles informados de las últimas publicaciones, novedades, acciones y participaciones. Suscribirte al boletín es muy sencillo, simplemente tienes que indicar tu correo electrónico en el apartado al efecto del Diario. Así mismo, el MCRC dispone de una lista de difusión de Whatsapp mediante la cual realiza avisos informativos con las publicaciones del boletín. Si quisieras recibir los avisos mediante la lista de difusión simplemente tendrás que aportar tu número de teléfono. Todos los datos que nos proporciones serán tratados de conformidad con esta Política de Privacidad.

¿Cómo usaremos tus datos y en base a qué?

Los datos de carácter personal recabados por el MCRC podrán ser utilizados para las siguientes finalidades: (i) Información. (ii) El envío del boletín informativo del MCRC mediante correo electrónico, y para enviarte mensajes informativos por Whatsapp en el caso de haberte suscrito. (iii) El envío de compras realizadas en la Tienda. (iv) La publicación de comentarios en el Diario. Desde el MCRC utilizaremos tus datos con las siguientes finalidades:
  1. Atender tus peticiones de información.
  2. Enviarte el boletín informativo en el case de haberte suscrito.
  3. Enviarte cualquier compra realizada en la Tienda a la dirección que nos proporciones.
  4. Generar facturas relacionadas con las compras realizadas en la Tienda.
  5. Atender cualquier solicitud de ejercicio de tus derechos que nos puedas hacer llegar, en cumplimiento de nuestras obligaciones legales.

¿Durante cuánto tiempo guardamos tus datos?

Sólo mantendremos tus datos durante el tiempo que sea estrictamente necesario para ofrecerte la información que requieras y poder realizar los envíos y realizar un seguimiento de los mismos, y posteriormente durante el periodo que resulte indispensable para poder cubrir eventuales responsabilidades o para la formulación, ejercicio o defensa de reclamaciones. No obstante lo anterior, podrás solicitar la eliminación de tus datos, y en caso de resultar aplicables dichos plazos legales de conservación, se mantendrán bloqueados durante el tiempo que la normativa establezca. En cuanto a nuestro boletín, conservaremos los datos proporcionados en tanto no manifiestes tu voluntad de darte de baja de los servicios.

¿Vamos a comunicar tus datos a terceros?

No cederemos tus datos a terceros excepto cuando se nos requiera por Ley, y en particular, podremos comunicar tus datos a las siguientes entidades, siempre en relación con las finalidades descritas:
  • A los órganos competentes de las Administraciones Públicas en cumplimiento de las obligaciones legales que nos sean de aplicación.
  • A nuestros proveedores de servicios auxiliares, necesarios para el normal funcionamiento de los servicios contratados, incluido el envío de las compras realizadas en el portal. En el caso de que algún proveedor se encuentre en una jurisdicción ajena al ámbito de aplicación del RGPD, te garantizamos que se encontrarán adheridos al Escudo de Privacidad (Privacy Shield) UE - EE. UU. Puedes aprender más haciendo click en este hipervínculo: https://www.aepd.es/sites/default/files/2019-09/guia-acerca-del-escudo-de-privacidad.pdf
    • A nuestros colaboradores, en el seno de prestaciones de servicios, los cuales estarán obligados a su vez a guardar la más estricta confidencialidad.

¿Cuáles son tus derechos y cómo puedes ejercitarlos?

  1. Derecho a acceder a tus datos personales para saber cuáles están siendo objeto de tratamiento y con qué
  2. Derecho a rectificar cualquier dato personal inexacto -por ejemplo, si necesitas actualizar la información o corregirla en caso de que fuera incorrecta-.
  3. Suprimir tus datos personales, cuando esto sea posible. Si la normativa vigente no nos permite eliminar tus datos, los bloquearemos durante el tiempo restante.
  4. Solicitar la limitación del tratamiento de tus datos personales cuando la exactitud, la legalidad o la necesidad del tratamiento de los datos resulte dudosa, en cuyo caso, podremos conservar los datos para el ejercicio o la defensa de reclamaciones.
  5. Oponerte al tratamiento de tus datos personales.
  6. Llevar a cabo la portabilidad de tus datos.
  7. Revocar el consentimiento otorgado -por ejemplo, si te suscribiste al boletín y ya no deseas recibir más información-.
  8. Ejercer tu derecho al olvido.
Podrás ejercitar tus derechos en cualquier momento y sin coste alguno, indicando qué derecho quieres ejercitar, tus datos y aportando copia de tu Documento de Identidad para que podamos identificarte, a través de las siguientes vías:
  1. Dirigiendo un correo electrónico a nuestra dirección: [email protected]
  2. Dirigiendo una solicitud escrita por correo ordinario a la dirección Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid.
  3. Además, cuando recibas cualquier comunicación nuestra, clicando en la sección de baja que contendrá esa comunicación, podrás darte de baja de todos envíos de comunicaciones del MCRC previamente aceptados.
  4. Cuando te hayas suscrito a la recepción de mensajes informativos a través de Whatsapp podrás cancelar la suscripción desde el formulario del Diario donde te diste de alta, indicando que deseas darte de baja.
Si consideras que hemos cometido una infracción de la legislación en materia de protección de datos respecto al tratamiento de tus datos personales, consideras que el tratamiento no ha sido adecuado a la normativa o no has visto satisfecho el ejercicio de tus derechos, podrás presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos, sin perjuicio de cualquier otro recurso administrativo o acción judicial que proceda en su caso.

¿Están seguros tus datos?

La protección de tu privacidad es muy importante para nosotros. Por ello, para garantizarte la seguridad de tu información, hacemos nuestros mejores esfuerzos para impedir que se utilice de forma inadecuada, prevenir accesos no autorizados y/o la revelación no autorizada de datos personales. Asimismo, nos comprometemos a cumplir con el deber de secreto y confidencialidad respecto de los datos personales de acuerdo con la legislación aplicable, así como a conferirles un tratamiento seguro en las cesiones y transferencias internacionales de datos que, en su caso, puedan producirse.

¿Cómo actualizamos nuestra Política de Privacidad?

La Política de Privacidad vigente es la que aparece en el Diario en el momento en que accedas al mismo. Nos reservamos el derecho a revisarla en el momento que consideremos oportuno. No obstante, si hacemos cambios, estos serán identificables de forma clara y específica, conforme se permite en la relación que hemos establecido contigo (por ejemplo: te podemos comunicar los cambios por email).

Resumen de Información de nuestra Política de Privacidad.

Responsable del tratamiento MOVIMIENTO DE CIUDADANOS HACIA LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL (MCRC) Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. NIF: G-86279259
Finalidades de tratamiento de tus datos personales - Atender tus solicitudes de información, comentarios, peticiones y/o consultas en el marco de tu relación con el MCRC. - Atender las solicitudes para el ejercicio de tus derechos. - Enviarte todas las comunicaciones a las que te hubieras suscrito, incluido el boletín (si te hubieras suscrito) y comunicaciones por Whatsapp. - Enviar cualquier compra realizada en la Tienda del MCRC.
Origen de los datos tratados - Nos los has facilitado libremente tú mismo o un tercero en tu nombre. - Los hemos recabado a través de nuestro Sitio Web mediante cookies. Puedes obtener más información sobre este tratamiento en nuestra Política de Cookies.
Base de Legitimación para el tratamiento - El tratamiento es necesario para la ofrecerte la información necesaria en atención a tu condición de asociado del MCRC. - Para determinados tratamientos, nos has dado tu consentimiento expreso (ej participación en una acción; boletín…). - Contrato de compra entre las partes.
Cesión de datos a terceros - Cedemos tus datos a proveedores de servicios, incluidos aquellos relativos al envío de las compras realizadas en la Tienda. - En ningún caso se cederán tus datos a personas ajenas a la actividad del MCRC (ya sean asociados o ajenos a la asociación) y los servicios que nos has sido solicitado. - Cedemos tus datos a determinadas autoridades en cumplimiento de obligaciones legales (ej. Administraciones Públicas).
Plazos de conservación - Conservaremos tus datos durante el tiempo que siga vigente tu relación con el MCRC. - Si nos pides expresamente que los eliminemos, así lo haremos salvo que exista una obligación legal que nos lo impida o que, por ejemplo, necesitemos utilizarlos para la formulación, ejercicio y defensa de reclamaciones.
Derechos del interesado Podrás solicitarnos el ejercicio de tus derechos por correo electrónico: [email protected], o por escrito a nuestro domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. Puedes pedirnos el derecho a acceder a tus datos, a solicitar su rectificación o supresión, a limitar el tratamiento de tus datos, o a oponerte a determinados tratamientos, a retirar el consentimiento que nos hubieras prestado, a la portabilidad de tus datos o a no ser objeto de una decisión basada únicamente en el tratamiento automatizado. Si no estás de acuerdo con el tratamiento que realizamos de tus datos, puedes presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos: www.aepd.es. Si tienes alguna duda sobre esta Política de Privacidad o el tratamiento de tus datos, escríbenos a nuestra dirección de correo electrónico [email protected], y estaremos encantados de atenderte.

¡Hola! ¿Quieres recibir todas nuestras novedades al instante?
Envíanos tu número de teléfono y te añadiremos a nuestra lista de
difusión de Whatsapp.