Bernard Madoff, uno de los pioneros del moderno Wall Street y ex presidente del mercado de Nasdaq, en paralelo a la sociedad inversora que fundó como una firma de corretaje que prestaba servicios de intermediación entre vendedores y compradores de acciones, montó un club de asesoramiento financiero a través del cual movía los fondos de multimillonarios –family offices-, hedge funds y bancos de todo el mundo, a los que ofrecía una rentabilidad muy alta, cercana al 10% anual; su tarjeta de presentación era impecable: sólo cinco meses de caídas entre 1993 y 2007. Madoff nunca estuvo dispuesto a explicar el secreto de su continuado éxito.   Los bancos han desarrollado herramientas financieras que son el resultado de combinar movimientos y posiciones en varios activos, generalmente en aquellos cuyo valor deriva de la evolución de los precios de otros activos denominados subyacentes (cestas de acciones, divisas, tipos de interés, índices bursátiles, materias primas, inflación, etcétera), con el fin de crear productos (de inversión o de cobertura) a la medida de las expectativas de sus mejores clientes, resaltando su atractiva rentabilidad y disimulando sus riesgos. Estos productos estructurados, que tenían como referencia los de Madoff, ofrecían garantía de capital o bien la posibilidad de invertir por un importe superior al que pone realmente el cliente mediante el apalancamiento, cuyo incremento provoca una mayor exposición a la insolvencia e incapacidad de atender pagos.   El reputado Madoff puso en marcha un gigantesco fraude de tipo piramidal, en el que el capital aportado por los nuevos inversores cubría la jugosa rentabilidad que esperaban los antiguos. Para que esta estafa se mantuviera en pie era necesaria la constante inyección de dinero fresco; se ha venido abajo en cuanto se han producido reembolsos masivos en la industria de los hedge funds. El financiero estadounidense ha sido descubierto por su falta de liquidez inmediata: necesitaba 7000 millones de dólares para satisfacer las reclamaciones de sus inversores. Se calcula que pueden haberse evaporado cerca de 40.000 millones de euros.   Ante su monumental desatención los reguladores del mercado de valores (SEC) aclaran que no “hay policías suficientes en el mercado para vigilar que las reglas se cumplen”.   hechos significativos Para paliar su falta de fondos el ayuntamiento de Barcelona sube los transportes públicos cerca de un 7%. El Banco Santander tiene 2330 millones ligados a la estafa de Madoff.

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