Viernes 1 de Julio de 2011. Faltan sólo 24 horas si retrocedemos a 1961 para que el Premio Nobel de Literatura Ernesto Hemingway se suicide con su escopeta. Pocos saben que había declarado haber matado a 122 prisioneros alemanes, uno de ellos un chico de 17 años por la espalda. Recuerdo que hace mucho tiempo leí unas declaraciones del autor de ‘El viejo y el mar’ que me dejaron fuertemente afectado. No recordaba el texto como para repetirlo aquí. Lo he buscado de nuevo. Ernest escribe una carta a su editor en agosto de 1949 en la que señala: "Una vez maté a un kraut de los SS particularmente descarado. Cuando le advertí que lo mataría si no abandonaba sus propósitos de fuga, el tipo me respondió: Tú no me matarás. Porque tienes miedo de hacerlo y porque perteneces a una raza de bastardos degenerados. Y además, sería una violación de la Convención de Ginebra. Te equivocas, hermano, le dije. Y disparé tres veces, apuntando a su estómago. Cuando cayó, le disparé a la cabeza. El cerebro le salió por la boca o por la nariz, creo".   Viernes 1 de Julio de 2011. Entro en elconfidencial.com para encontrarme un titular bastante poco valorado. Por debajo y con pequeño cuerpo de letra en la primera página: “Los partidos reconocen el 15-M y aprueban varias de sus propuestas”.   – Aumentará la cantidad del sueldo no embargable en concepto de cuotas hipotecadas impagadas, elevándose desde los 640 euros hasta los 961.   – Los embargados por las hipotecas la seguirán pagando hasta que la finiquiten.   – A partir de septiembre, los ciudadanos ya podrán conocer los bienes patrimoniales y rentas de los diputados y senadores. Los parlamentarios tampoco podrán cobrar complementos de pensiones ni indemnizaciones si trabajan o cobran una pensión.   – Los indignados no han conseguido que los grupos parlamentarios acepten reformar la Ley Electoral para dar más visibilidad a los grupos minoritarios.   – El propio presidente del Gobierno respondió a Rosa Díez que “el bipartidismo no le gustará a usted, pero le gusta a la mayoría de los ciudadanos”. Hizo oídos sordos a los cánticos de Sol, donde los manifestantes hicieron propia la sintonía del “ni PP ni PSOE nos representan”.   Lo que la partitocracia ha concedido a los ciudadanos después de las acciones del 15M es un auténtico insulto a la inteligencia, una tomadura de pelo, una ‘lluvia dorada’, mucho menos que los huesos que se arrojan a los perros para que se alejen de la mesa del guateque y no den la lata. Si después de debatir sobre el Estado de la Nación, éstos son los frutos, apaga la luz y vámonos. Es obvio que ni me coge por sorpresa ni me sorprende la reacción de la partitocracia a las protestas populares en la calle. Basta mirar mis anteriores textos para, con toda humildad, apreciar que me he cansado de advertir que tal como estaban planteadas las cosas no se conseguiría nada. Es preciso que al 15M y al DRY les entre de una vez en la cabeza que jamás, jamás, jamás de los jamases, se logrará ningún cambio de relevancia en el país extendiendo la mano para recibir la caridad de la oligarquía. Y, encima, han sido más roñosos de lo que esperaba. Ni se modificará la Ley Electoral, ni habrá Libertad Constituyente, ni separación de poderes, ni libertad política colectiva. No cambiará nada. Quiero suponer que todos los grupos que desprecian el actual régimen político español y han salido a la calle eran y son conscientes de que protagonizan, protagonizamos, un proceso revolucionario. Y las revoluciones no esperan dádivas ni óbolos. Luchan por derechos. No aceptan migajas. Conquistan el poder de los ciudadanos sobre sus vidas y destinos. Y quiero suponer también que ha sido el desconocimiento de la historia y de la Ciencia Política lo que ha abocado a una situación esperpéntica propia de la noche de los Reyes Magos: Zapatero y Rajoy consensuando unos caramelos a repartir. Mucho más grave sería admitir que ‘agentes’ de los partidos hayan manipulado las asambleas, las comisiones, las moderaciones y los micros para conseguir el sí pero no. O lo que es lo mismo, que los indignados creyeran que iban por el buen camino para ahora darse cuenta de que ni siquiera había camino, sino burocracia y reuniones, reuniones y burocracia. Toreo del más castizo.   Ya una vez cuando un simplón no sé que me dijo sobre el MCRC le contesté que nosotros estábamos en el mismo sitio. Sabemos quienes somos, con caras, nombres y apellidos y tenemos un extraordinario GPS: la ‘Teoría Pura de la República’, de D. Antonio García Trevijano. Conocemos lo que pensamos, lo que queremos y la manera de conseguirlo. Y no confundan estas afirmaciones con la soberbia. Se equivocarían rotundamente. Vuelvan a mirar a la ‘caridad’ del Congreso para que descubran que una reflexión a tiempo es una victoria. Y esa reflexión –así lo ha querido la historia – les toca a ustedes. Para mi, la reacción del Ejecutivo y Legislativo (es lo mismo) a sus peticiones es vergonzosa y, ya no sólo como repúblico, sino como simple ciudadano, lo que me procura es risa. Porque yo no lloro por los dictadores y los cretinos.   Zapatero, de tacón, y esos a quienes gritaban ustedes que “no nos representan”, han colocado la pelota en su tejado. Pero, cuidado, que no me mueve el pesimismo. Al contrario, la estupidez y falta de inteligencia de los políticos que nos desgobiernan les han conducido a mover la ficha equivocada. Han querido limpiar las calles arrojando migajas, pero han mostrado su verdadera cara y han confirmado que no cabe otra que derribarlos. Y eso se consigue abriendo un proceso de libertad constituyente que nos procure una nueva Constitución y, consecuentemente, una democracia formal.   Para hablar en nombre del Movimiento Ciudadano para la República Constitucional y definir estrategias está, es obvio, D. Antonio García Trevijano. Yo, simplemente quiero terminar señalando que el reciente debate sobre el Estado de la Nación nos ha mostrado ya claramente las fauces del rebaño de lobos que hay en la Cámara Baja. Baja hasta en su moralidad. Los que tenemos enfrente han cometido el gran fallo de quitarse la careta sin darse cuenta, puesto que, en su demencia, no les preocupa España ni sus gentes sino el poder y su reparto. Ese grave error debe ser el principio de nuestros aciertos. No es posible ni negociar ni esperar nada de la oligarquía ni de la dictadura de partidos. Hay que ir a por ellos. Con la teoría y con la acción. ¡Ya!

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