La confusión terminológica entre Estado y nación deriva en la deconstrucción de la conciencia nacional y en el estatalismo. Sólo si se comprende que la nación es una realidad previa al Estado, objetiva e independiente de la voluntad colectiva, puede comprenderse al Estado como herramienta que debe ser controlada. Máxime en la realidad española como hecho histórico único, en el que el nacimiento del Estado fue posterior al Imperio.

La comunidad histórica configura el hecho nacional como algo dado, objetivo. A tal punto que los españoles lo son no porque estén en España, sino porque son de España, al igual que su flora, su fauna o sus ríos.

La paradoja de la sinrazón llega al extremo con la cuadratura del círculo de los nacionalismos estatalistas autodenominados «de izquierdas», que quitan al proletariado lo único que Marx les daba, sus hijos, en favor del Estado. Mucho más fino, Gramsci definía al Estado como la suma de hegemonía y dictadura. Y es que el Estado no puede nunca ser democrático, sino jerárquico. La democracia es otra cosa, configurándose como la forma de gobierno que ordena las relaciones de control entre nación y Estado a través de su separación en origen y la representación.

Más allá de cualquier concepción ideológica, el Estado se define como la personalidad jurídica de la nación. La maquinaria que permite que esta actúe permaneciendo como vehículo de su historia. Y a tal punto es importante que, desde la consolidación de los Estados nación en la Revolución francesa, es el único elemento objetivo que tenemos para identificar a la nación, depurando así la manipulación histórica.

La sociedad política que transita en el vehículo del Estado conduce su rumbo tomando su volante. La forma y mecánica de ese vehículo permite a la nación marcar la ruta de ese gobierno (república) materializando el control de su devenir por el camino de la historia nacional (democracia).

1 COMENTARIO

  1. España es una realidad de existencia cardinal colectiva,es decir,una comunidad forzosa,que NUNCA podrá ser un proyecto de vida en común elaborado por el consenso de las clases autoritarias.Hay que decir la verdad sobre la realidad de mala vivencia como la corrupción sistemática de la clase gobernante en esta Monarquía dentro de un Estado de partidos y de autonomías.

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