Max Turiel

MAX TURIEL.

Hay una frase de Dostoyevsky que dice: “Para mantener a un individuo en prisión de por vida, sólo hay que hacerle creer que no lo está”. El sentido es exacto, la traducción imperfecta. Mi variación: “Para mantener a los españoles en una dictadura no hay nada mejor que hacerles creer que están en una democracia”. Dejaré varias líneas en blanco para que el lector medite. En realidad, la frase se comenta sola y el resto de mi texto sobra. Lo completo (el texto) por “horror vacui”.

 

 

 

Antes de hacerlo, dos breves aclaraciones con muy mala leche y para casi todos los políticos, legisladores, puteros de la economía, jueces y fiscales españoles: a) Dostoyevsky era un escritor ruso y no un exjugador del Spartak de Moscú, y b) Individuo no necesita la forma femenina individua cual sargento no necesita sargenta.
En los últimos años de la dictadura, se supone que los españoles vivieron en un tercer grado penitenciario que consistía en ir a dormir a España, pero rápidamente pasaron a la libertad condicional. Luego vino la libertad total según algunos  historiadores. ¿…?. La supuesta liberación, si llegó a haberla, duró un nanosegundo. Los de siempre, es decir, los mismos de antes con distintas gafas, bigotes, barbas y chaquetas se la llevaron a un lugar llamado “catre”. ¿Razón?. El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente (manida frase) y en España la simple toma de contacto con el poder pudre al instante. Así que, sobando poder bajo un disfraz democrático y dándose cuenta (los “demócratas” y sus partidos) de que lo mismo da una cosa que otra si la sabes controlar, lo que debió de ser no fue y los españoles, buena gente, ingenuos, nobles y quijotescos -los cien mil hijos de la putana Wataba excluidos- no son mas ni menos y siempre de la misma ralea. Nos lo tragamos. Nos comimos ese cocido durante mucho tiempo hasta que algunos recobraron la idea de que una cárcel puede tener sinónimos y extenderse 500.000 km2. Los españoles podemos ser lentos pero no tontos. Ahora en ese tono vocal cantamos. Sin ninguna prisa y sin ninguna pausa, con indignados o sin ellos, con flautas o gaitas, con perros o con loros flaubertianos entonamos un himno: Esta “Democracia” Es Una Mierda. Y conviene ser muy claro: una mierda literalmente. Excrementos salidos de culos y no razones expulsadas por  cerebros. Y… Como ellos… Ellos tienen buen tracto intestinal…  todos los días expulsan y además lo hacen sobre las ideas de la gente mas brillante, esa que se pudre en oscuras cátedras, academias y  represaliados círculos de inteligencia. Es otro exilio peor que cualquiera. El exilio en España de la inteligencia nata y de las que pudieron ser espléndidas generaciones (perdidas).

NOTA: Creo que me he pasado dos pueblos, una villa romana, tres provincias, dos comunidades autotónomas y la frontera lusitana. Bueno ¡Da igual!. También Homero exageraba mucho ¡y ahí sigue! Qué tío!.
POSTSCRIPTUM: Redactadas estas líneas como renglones listados (“lesteraria” en celtíbero) de un campo arado pero estéril, pare la vacaburra Wat-abo: los abogados de Madrid casi se aporrean en las elecciones (anuladas parece) a Decano. Yo ni sabía donde se votaba.¡Ay! Tocar poder como sea.

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