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lunes 29 diciembre 2025
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Pedro M. González en el Cuadrilátero

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Hoy, a las 21:00, en el Canal 33 y en el canal El Jacobino, Pedro Manuel González ha participado en el debate del Cuadrilátero junto a David Ortega, Paula Fraga y Libertad Martínez para hablar del siguiente tema: «La Constitución a debate. ¿Texto sagrado o papel mojado?».

Financiación de los partidos políticos

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El refranero español es vasto y sabio y bien dice aquello de «no debes morder la mano que te da de comer», porque de ella dependes para tu subsistencia y sin ella estás condenado a luchar por tu existir.

Los partidos políticos españoles bien se aplican este refrán —ahí hay que reconocerles su inteligencia— y se aseguran de no acometer ninguna reforma, legal o no, en contra del actual Estado de partidos que les permite seguir subsistiendo sin mayores dificultades.

Y es que es el propio régimen el que subvenciona a los partidos, el que les paga, con lo que los sueldos de los miembros de dichos partidos dependen casi en exclusiva de las subvenciones que reciben del propio Estado, porque las aportaciones de los afiliados son mínimas y las donaciones de terceros son escasas y siempre interesadas, como no podía ser de otra manera. Claro, acorde con la idiosincrasia española.

Por tanto, con el régimen de poder actual es totalmente imposible plantearnos el acceso a una democracia, a un sistema de representación real en el que todos los ciudadanos tengamos la capacidad de elegir y derrocar a nuestros gobernantes, y ser así, finalmente, libres como nación.

¿Cómo deberían financiarse los partidos políticos?

Parece evidente que la situación actual en el que la gran parte de los ingresos de un partido provienen de las subvenciones que reciben del propio Estado es una aberración, se mire por donde se mire, porque eso evita que se planteen cambios estructurales de calado que puedan llevar a una mejora de nuestro sistema.

Por otro lado, también parece evidente que las donaciones de terceros conllevan un componente de favores debidos muy proclive a la iniciación de corruptelas varias, con lo que tampoco parece ser la mejor forma de financiación.

Así, sólo nos queda la opción de las cuotas de los afiliados, la cuál sería la variante más justa y equitativa, a la vez que garantizaría la libertad de los propios partidos políticos y, por ende, de la nación española.

En un contexto como el que planteo se conseguiría que los partidos se debieran a sus afiliados, y no al sistema que los mantiene en el poder. Ello conllevaría una auténtica liberación en el actual sistema de partidos y un acercamiento de los mismos a los problemas reales, porque tendrían que atender a los ciudadanos, para conservar a sus afiliados, en lugar de atender a los oligarcas que sostienen, o mejor dicho, se sostienen del régimen.

En España no hay Constitución

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Una Constitución debe defender el Derecho de uno frente al de todos.

Diferencia entre régimen y sistema político.

Antonio García-Trevijano 6 de Diciembre del 2014.

Fuente RLC: https://go.ivoox.com/rf/15098726

Música: Exultate jubilate KV 165 . Mozart.

Redacción

Revista de medios de noviembre de 2021

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Alberto Iturralde y Emilio Triviño ven en su ya vaticinada marcha atrás en el «decretazo» contra las eléctricas, y en otros como el de las cláusulas suelo, la evidencia de que todos los presuntos mecanismos de control no sirven al súbdito de la Monarquía de Partidos sino al disimulo de la comunión de intereses entre oligarquía política y económica.

El politólogo Santiago Armesilla trata de lo que Gustavo Bueno llama «derecha socialista», la tercera modulación de las derechas alineadas con el Antiguo Régimen (unión del Trono y del Altar), tras la derecha reaccionaria y la derecha liberal. Armesilla conecta «esta derecha alineada con lo que Marx y Engels exponen en el Manifiesto Comunista respecto de los socialismos reaccionarios (particularmente el socialismo feudal / clerical y el socialismo pequeñoburgués) y también con el socialismo conservador o burgués. Todos estos socialismos combinados, que criticaron Marx y Engels, darían lugar a los modelos de derecha socialista desde el Segundo Reich de Bismarck, pasando por el Estado de bienestar de William Beveridge en el Reino Unido y, ya pasando a España, los ejemplos del siglo XX más característicos: Antonio Maura, Miguel Primo de Rivera y Francisco Franco». Así, el vídeo «expone críticamente, desde el materialismo político, lo que fue la derecha socialista: una contrarrevolución desde arriba contra la revolución desde abajo de las izquierdas definidas anarquista, socialdemócrata y comunista. Y que, por ello mismo, es hoy un fósil histórico repudiado por la mayoría».

La audiencia de Sevilla condena a dos años y tres meses de cárcel al expresidente de Invercaria por un delito de malversación. Comentando esta noticia, Luis Escribano señala que «nuestro sistema judicial sea pésimo se lo debemos, en origen, al sistema partidocrático, que permite que el legislativo (partidos que aprueban el Código Penal y su ley procesal —Ley de Enjuiciamiento Criminal—) dicte leyes para que la clase política quede impune, tengan penas mínimas (en algunos casos), sean indultados, o consigan toda clase de rebajas en las cárceles (cuando alguna rara vez ingresan). (…) Entre la atenuante por dilaciones indebidas del Juez instructor (bajando las penas), los argumentos de la Audiencia Provincial para librar a Cantos y González (sobrino de Felipe González), y entre esos argumentos que la empresa pública INVERCARIA no considerara mermados sus fondos y que no los haya acusado (¿de qué partido eran los cargos que debían acusar?), unos fondos que eran públicos (¡manda narices los jueces de la Audiencia!), de nuevo se libran o imponen condenas mínimas por esta corrupción política. Si la mayoría de la nación sigue apoyando esta mierda con sus votos a los partidos, seguiremos obteniendo daños y perjuicios a nuestro patrimonio público. Pida a sus vecinos, amigos y familiares que votan a partidos que le explique por qué esos partidos permiten que ocurra… al menos, si no van a dejar de votar, que pasen vergüenza».

Alberto Iturralde y Emilio Triviño analizan el caso de Agapito García, ilustrado en el documental «Hechos probados: terror de Estado», que ejemplifica cómo Hacienda, al servicio de la ratio status de conseguir dinero sin límites para un Estado elefantiásico y corrupto, se sirve de un derecho tributario ante el que el súbdito contribuyente se ve indefenso como un delatado a la Inquisición (no necesariamente española, pues hubo otras mucho más mortíferas), obligado a demostrar su inocencia. Para ello, esta Inquisición moderna, a las órdenes de la monarquía de partidos, que trata a la gente como objetos dilectos de exacción, se sirve del principio inaudito de solve et repete, es decir, paga para poder reclamar, lo que es, en sí, un atentado a la presunción de inocencia. Si el sufrido penitente tiene dinero para pagar la deuda imputada, la multa y los intereses que taimadamente se dejan correr, podrá recurrir a los tribunales y obtener, con más frecuencia de lo que se cree, la restitución de lo aprehendido (desquitando honorarios de abogados); pero si no tiene solvencia económica, se verá embargado sin piedad, y arruinado quizás de por vida.

Daniel Ortega se atribuye la victoria en Nicaragua con más del 80% de abstención. La abultada tasa de abstención tiene el efecto de deslegitimar a un gobierno o candidato presidencial, que, aunque acceda al poder según la legalidad del sistema (hasta las dictaduras constituyen estados de derecho, pues en ellos rigen leyes), carece de legitimidad, y su consecuente debilidad lo hará más inestable y propenso a la caída.

Sobre la partidocrática renovación del Tribunal Constitucional se expresa Gregorio Morán en los términos siguientes: «Se ofende a quienes aún creen que los Reyes Magos vienen de Oriente, cuando la verdad es al revés como demostró nuestro emérito yendo a vivir en Abu Dabi y llevándose de paso los regalos. La engañifa del Tribunal Constitucional es una patochada de mafiosillos que han deteriorado la imagen del supuesto guardián de la Constitución hasta límites que rondan el terrorismo de Estado. Por principio se trata de renovar el Tribunal y lo que hacen es pasarlo por la escombrera. No me creo una palabra de que haya dos mirlos blancos y dos grajos negros; cuando alguien participa en una componenda así no hay buenos y malos sino adictos y perversos. Tengo hacia los jueces en general una cierta prevención que viene de la experiencia. (…) Pero me cabe una pregunta ciudadana: ¿el juez Arnaldo no tiene el puntillo de retirarse para dignidad de su gremio y de la Constitución? Doy por ausente la suya. De todos modos el asunto deja muchos flecos, entre otros selecciono la humorada del portavoz de Podemos, el abogado Jaume Asens, que bendijo el trágala “tapándose la nariz”, lo que le ha valido inmerecidas consideraciones. Con toda probabilidad este trepador incandescente no sabrá que esa idea de la pinza en la nariz fue el recurso que inventó el periodista italiano Indro Montanelli, un conservador ilustrado, para orientar el voto hacia la corrupta Democracia Cristiana. Uno se pregunta desde cuándo estos aspirantes a los cielos del poder empezaron a taparse la nariz para no olerse a sí mismos».

Ignacio Ruiz Quintano reflexiona sobre la anulación por parte del TC del impuesto de la plusvalía municipal, y sobre la declaración de inconstitucionalidad de los sucesivos estados de alarma: «Una ministra del Reino promete, subida a un púlpito, y entre ovaciones enfermas de sus partidarios, “arreglar el lunes”, tal que la Camacha de Cervantes en El coloquio de los perros (hacer nacer berros en una artesa era lo menos que ella hacía), el cobro de un impuesto declarado ilegal por el TC. En cola, un Tony Manero de la Españeta-teta que hace de presidente declara al mundo de las elites que él, desde luego, volvería a confinarnos contra la Constitución, según dictamen del TC, que con estos respetos viene a ser un busto de Kelsen para que caguen las palomas. Con groserías así, España ofrece oficialmente al mundo la magia política de un hamponato. “Quis custodes?” ¿Quién protege? Nadie. La relación protección-obediencia era el núcleo del dibujo hobbesiano del Estado: tú me proteges y yo te obedezco. Esto lo saben los malos, que intentan conquistar el Estado para hacerse con tu obediencia (además de tu bolsillo) y ahorrarse su protección: el negocio redondo. (…) Del Estado autoritario franquista, con el partido como órgano del Estado, al Estado total progresista, con el Estado como aparato instrumental de los partidos, que son un solo partido, dueño del poder soberano. Nada contra el partido, nada fuera del partido, todo para el partido, todo a través del partido. Al afeitarte, los barberos del sistema te meten en la boca la manzana del “Estado de derecho”, que significa que hasta la violación del derecho puede hacerse de manera legal por los Tom Hagen de la película. Y todo pasa por el miedo, factor del gobierno despótico para Montesquieu y sostén del gobierno revolucionario para Robespierre».

Comentando la información del Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF) sobre la situación de la negociación del Anteproyecto de Ley de la Función Pública de Andalucía, Luis Escribano señala que «el gobierno del PP y C’s pretende colonizar políticamente la Función Pública andaluza, y ha previsto en el Anteproyecto de Ley crear más altos cargos por debajo del rango de Dirección General, para ser ocupados por más políticos nombrados a dedo. Además, en el Anteproyecto evitan regular las infracciones, sanciones y el procedimiento para exigir responsabilidades a los altos cargos directivos. No tienen vergüenza alguna. Estos han venido a heredar y empeorar el caos creado por el PSOE, y el que no quiera verlo, padecerá las consecuencias como el resto de andaluces, salvo que sea un ingenuo u otro corrupto».

A vueltas con el TC y el enésimo reparto de sus magistrados, se pronuncia Ignacio Ruiz Quintano: «la vida llevaría a García Pelayo a presidir el TC de la Constitución del 78, y a traicionarla por Rumasa, y a volver a Venezuela para morir, según la leyenda, de melancolía. Aquella gatada del TC fue el primer clavo en el ataúd del 78; el último lo acaba de remachar Casado al vender su parcela heredada en ese poder constituido que se atribuye poder constituyente, lo que lo convierte en un poder constitucionario. Es el entierro goyesco de la sardina’78. Con su decisión, Casado aplaza la ley de pandemias que nos vendía, versión posmoderna de la ley habilitante de Hitler en Weimar. –El TC no es poder judicial –justifica Casado, y no lo hace por el “presque nulle” [sic] de Montesquieu. “Poder judicial” sólo es un epígrafe en la Constitución’78 (el término no aparece más), porque, idealmente, no es un poder, sino una autoridad que Casado deslegitima para siempre con su enjuague timótico (de timo, no de ira). Para él la política es un listo (él), un tonto (Ayuso) y un primo (el votante). La estampita de Julián Delgado. La “atonía popular” hace el resto». Todo esto lleva al mismo Quintano a reflexionar sobre los traidores de la Transición y Antonio García-Trevijano: «Quien mejor retrató a estos traidorazos fue el coordinador de la Junta Democrática, que los padeció, y que vio en el espectáculo español a la muerte de Franco el espectáculo francés a la caída de Robespierre: el primer impulso del ejecutivo es continuar el robespierrismo (Arias) sin Robespierre; atropellados por la alegría popular, tras un intento de apertura de Barère (Fraga), proponen un pacto de reconciliación nacional entre represores y reprimidos (reparto de botín, ley electoral apañada), y Boissy d’Anglas (Suárez) presenta una Constitución por consenso (del poder y las finanzas); este Estado, sin división de poderes, es gobernado por Barras (Gonzalón) como botín de una clase gobernante (sindicato de profesionales del poder)… a perpetuidad. Qué desfachatez».

Alberto Iturralde y Emilio Triviño entrevistan a José Antonio Villalba, profesor de matemáticas en Secundaria para hablar sobre la situación de la Enseñanza en España. El profesor pasa revista a los males del sistema educativo actual que parten fundamentalmente de la LOGSE (aunque en épocas anteriores se apuntaban indicios de deterioro), como la bajada de nivel en la exigencia de contenidos, que son sustituidos paulatinamente por la evaluación de las llamadas «competencias», que son procedimientos o técnicas, —y podríamos añadir— la terapeutización de los alumnos mediante diagnósticos y censos, instrumentos de control férreo de los psicopedagogos a través de los departamentos de Orientación y planes de acción tutorial, que contribuyen grandemente a otro de los males de la enseñanza actual, la ideologización interesada manu militari de la actividad docente, que convierte en dogmas de fe vías decreto ideologías como la de género y la «queer». No se pretende, pues, formar a ciudadanos que sepan desenvolverse social y profesionalmente, sino a un precariado laboral sumiso a consignas político-ideológicas (lo único que su escasa formación en la tecnología intelectual que supone su propia lengua les permita asimilar y repetir) que puedan identificar en la correspondiente papeleta de voto que se les indique.

Éric Zemmour: demagogia sin consenso

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Hoy en el capítulo nº 28 del programa «Coloquio y análisis político» Álvaro Bañón y Carlos Villaescusa recapitulan las diferencias fundamentales entre la República Constitucional y el Estado de partidos en relación con la vacunación por Covid-19.

Comentan brevemente la propuesta del PSOE y Más País para destecnificar y burocratizar la dirección de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, junto a otros organismos al servicio de la partidocracia.

Por último, analizan el vídeo anunciando la candidatura de Éric Zemmour al Gobierno de Francia. Adjuntamos enlace del vídeo de presentación del candidato Éric Zemmour a las elecciones presidenciales francesas:

https://youtu.be/JIpAOFqqziM

Monarquía injusta

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El rey Felipe VI, en la entrega de despachos de jueces en Barcelona.

Cuando la Justicia se suplica y las sentencias se dictan en nombre del jefe del Estado, el derecho se convierte en simple gracia administrativa. Más allá de meros formulismos rituales, tales expresiones forenses son anuncio y advertencia para quien a ella acude.

Acompañado por la ministra de Justicia, Dña. Pilar Llop, D. Felipe VI presidió en Barcelona el pasado 29 de noviembre la entrega de despachos a la nueva promoción de jueces. Además, el Monarca también compartió el acto con la fiscal general del Estado, Dña. Dolores Delgado, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Sr. Lesmes, y el presidente del Tribunal Constitucional, D. Pedro González-Trevijano.

En su discurso el Rey pidió a los nuevos jueces que se volcaran en defender la  «legitimidad constitucional y moral del poder judicial».

Curiosa llamada a un texto que sólo garantiza que la política designe y retribuya a la Justicia, como escenificó la fotografía final de los protagonistas del totum revolutum de la inseparación de poderes que son ejemplo vivo de la vacuidad del discurso regio. Tal valor digno de protección sólo puede referirse al pacto entre la jurisdicción y la política elevado a la categoría de razón de Estado. Del rebus sic stantibus de esta monarquía de partidos. Y no se romperá mientras no estén separados en origen los poderes del Estado.

Solo así se entiende una frase del discurso del monarca que encierra y resume la concepción fascista de la ida estatal totalitaria: «Las instituciones de toda sociedad son esenciales para hacer realidad la idea de estado».

Es la seguridad jurídica de que el crimen de Estado jamás será castigado, el latrocinio administrativo en masa permanecerá impune y la corrupción de la Justicia será retribuida convenientemente en el escalafón en función del cumplimiento de las órdenes, expresas o no, del jefe. Parece no importar. Caminemos, pues, ciegos, hacia otro pacto por la Justicia que dure no ciento cincuenta, sino mil años.

El sistema proporcional, del Río de la Plata a la República de Weimar (2ª parte)

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Hoy publicamos el capítulo nº 11 del programa «Escenario internacional», presentado y conducido por Marcelino Merino. En este caso abordamos con Daniel Vázquez Barrón y Gabriel Sánchez Corral, las perversiones del sistema proporcional y la nula representación política del ciudadano.

De partidos y sindicatos (2ª parte de 3)

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Hubo otro sindicato que gozó de cierto prestigio y capacidad de actuación en el tardofranquismo compitiendo con Comisiones, la Unión Sindical Obrera (USO). Surgida en los años cincuenta en núcleos cristianos de clase obrera, se presentaba como sindicato obrero, humanista, autónomo a partidos políticos y al Estado. Y todo ello desde un socialismo cristiano. Primero perdió lo segundo, y segundo perdió lo primero.

Se constituye formalmente en clandestinidad en el año 1961. La política de USO quería unidad de acción de confederaciones sindicales, mientras CCOO quería un sindicato unitario. Se hacía, por tanto, imposible el entendimiento.

Ya legalizada la USO, una gran parte de la organización se integrará en 1977 en la UGT, y posteriormente en 1980 otra parte lo haría en CCOO. Estas deserciones masivas supondrían un claro daño del que USO tardaría mucho en reponerse.

En 1976 celebró la UGT su trigésimo congreso, con la autorización del Gobierno de Arias Navarro. Autorización que no se concedería a CCOO que lo tuvo que realizar de forma clandestina. Todo el mundo entendió dos cosas: primera, que era una maniobra gubernamental para dividir al sindicalismo de clase y, segunda, que la UGT, como ya pasara con Largo Caballero en la dictadura de Miguel Primo de Rivera, gozaba de la bendición del Gobierno para acabar siendo el sindicato oficial de los próximos tiempos.

Gozó también la UGT del apoyo internacional de sindicatos y partidos europeos. Lo que no tuvo el histórico sindicato anarquista, la CNT. Sin apoyo exterior, con una decadencia del pensamiento anarquista, y sin posibilidad de participar en la representatividad sindical por coherencia con su ideal, la CNT perdió la influencia que tuvo en otras épocas. Una escisión de la CNT, la CGT, entraría en el sistema, en clara contradicción con su ideario anarquista. Actualmente la CNT ha perdido la posibilidad de participar en mesas de negociación, lo que la sitúa más propiamente como organización obrera y política que como sindicato con capacidad de negociación.

El punto en que se acabó con la posibilidad del sistema sindical unitario se dio al frustrarse el proyecto de elaboración de un sindicalismo unitario desde las organizaciones sindicales disidentes que se llamó Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS). UGT, en coherencia con los intereses del PSOE, se opuso rompiendo el proyecto de COSal apostar por la «pluralidad sindical» en contra del sentir unitario de CCOO. Efectivamente, la apuesta de CCOO era por el modelo de los órganos de representación unitaria (los comités de empresa), que era lo propio de su tradición unitaria. Pasado el tiempo tuvo que ceder y acatar las órdenes del PCE, ya que los partidos eran perjudicados en esa concepción.

En 1977, ya dimitido Arias Navarro y con Suárez como presidente, la búsqueda del consenso entre los partidos para que, sin riesgo de perder ellos comba, se pudiese responder a una inflación galopante (19% en el 76, con previsiones del 30% para el 77), un paro entonces sin precedentes cercanos ¡del 5%!, y con un déficit impresionante (de 3500 millones de dólares en el 75, 4200 en el 76, y 5000 en el 77), se firmaron los llamados Pactos de la Moncloa. Como con la Constitución, negociados y firmados por los jefes de los partidos políticos al margen de la nación española y del Parlamento, sin que nadie los hubiese votado, y sin que hubiese debate público alguno.

Fue un pacto de medidas económicas y políticas que realmente se llamaba Acuerdos sobre el programa de saneamiento y reforma de la economía, que se firmaron en la Moncloa, y que, por eso, en un arrebato de originalidad, fueron siempre llamados Pactos de la Moncloa.

Lo firmaron el Gobierno, UCD, PSOE, PCE, PSP, PSC, CSC, PNV, CiU y Fraga, por parte de AP, que no suscribió el acuerdo político, pero sí el económico. Se llevaron los Pactos al Congreso el mismo día de su firma y prescindiendo de los necesarios trámites previstos legalmente.

Formalmente CCOO y UGT no firmaron al no ser partidos políticos, pero sí los consensuaron. Hasta el punto de que a cambio de subvenciones y «devoluciones patrimoniales» ambos sindicatos cometieron la traición del «entreguismo»,concretada en una pérdida de derechos laborales y peores condiciones. Por la crisis, los trabajadores tenían que estrecharse, y a cambio los sindicatos garantizaban su modus vivendi en la maquinaria estatal, gracias al consenso.

Lo de las devoluciones patrimoniales ha sido una ignominia que empezó entonces y no sé si ha acabado al día de hoy. Bajo la propaganda de «devolución de patrimonio histórico» se hizo a UGT y CCOO, precisamente a ellos, entrega del Patrimonio Sindical Acumulado (PSA).

«El Patrimonio Sindical Acumulado está integrado por inmuebles, cuya titularidad corresponde a la Administración General del Estado y que, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley 4/1986, de 8 de enero, de Cesión de Bienes del Patrimonio Sindical Acumulado, se ceden en uso a las organizaciones sindicales y empresariales para que puedan desarrollar las funciones que les reconoce el ordenamiento jurídico», nos define la página oficial del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Es decir, se les cede a los sindicatos UGT y CCOO, brazos sindicales de los partidos PSOE y PCE, los edificios que habían pertenecido al Sindicato Vertical. El patrimonio del sindicato único estatal pasó a ser mayoritariamente de los sindicatos estatales de los partidos.

Por cierto, que confundir esto con la devolución de un patrimonio sindical incautado tras la Guerra Civil es mucho confundir, ya que ni existía CCOO antes de la guerra, ni se le entregó nada al sindicato mayoritario entonces, la CNT.

En el 2007 el reparto del PSA en metros cuadrados edificados estaba en los siguientes términos:

241710 metros cuadrados a——la administración

200258 metros cuadrados a——UGT

181644 metros cuadrados a——CCOO

100466 metros cuadrados a——patronal

 64675 metros cuadrados ——–disponibles

 15595 metros cuadrados a——-entidades privadas

   9490 metros cuadrados a——-USO

   4101 metros cuadrados a——-CGT

En 1981 en el Acuerdo Nacional de Empleo los sindicatos UGT y CCOO, y el Gobierno, pactaron la financiación vía erario de los sindicatos. Así como la presencia de lo que llamaron «agentes sociales» (sindicatos y patronal) en los Consejos de administración de las empresas públicas (INSERSO, INSS, INEM, etc.) Así como en el sector financiero público. Dicho de otra manera, los sindicatos más representativos estarían en los organismos públicos y en las cajas de ahorro. Partidos y sindicatos como consejeros. Así acabaron las cajas.

Jurga Lago entrevista a Pedro Manuel González

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El 30 de noviembre de 2021 se publicó la entrevista realizada por Jurga Lago, divulgadora lituana con gran seguimiento en su país, a Pedro M. González. Dicha entrevista está dirigida a dar a conocer las ideas de la libertad política extramuros de España.

La implantación de la partidocracia en Europa tras la II Guerra Mundial no es un problema español únicamente. Así lo demuestra la notable atención e interés que esta entrevista está suscitando en Lituania sobre el diagnóstico de la situación política actual europea, sus orígenes y la alternativa democrática basada en los principios de la república constitucional.

El discurso del rey

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Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 85 de «La lucha por el derecho», analiza el discurso del rey en la entrega de despachos a la nueva promoción de jueces.

Se ha comentado la noticia siguiente:

– El Rey pide a los nuevos jueces defender la ‘legitimidad constitucional y moral’ del Poder Judicial | Nacional | CONFILEGAL: https://confilegal.com/20211129-el-rey-pide-a-los-nuevos-jueces-defender-la-legitimidad-constitucional-y-moral-del-poder-judicial/

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  3. Además, cuando recibas cualquier comunicación nuestra, clicando en la sección de baja que contendrá esa comunicación, podrás darte de baja de todos envíos de comunicaciones del MCRC previamente aceptados.
  4. Cuando te hayas suscrito a la recepción de mensajes informativos a través de Whatsapp podrás cancelar la suscripción desde el formulario del Diario donde te diste de alta, indicando que deseas darte de baja.
Si consideras que hemos cometido una infracción de la legislación en materia de protección de datos respecto al tratamiento de tus datos personales, consideras que el tratamiento no ha sido adecuado a la normativa o no has visto satisfecho el ejercicio de tus derechos, podrás presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos, sin perjuicio de cualquier otro recurso administrativo o acción judicial que proceda en su caso.

¿Están seguros tus datos?

La protección de tu privacidad es muy importante para nosotros. Por ello, para garantizarte la seguridad de tu información, hacemos nuestros mejores esfuerzos para impedir que se utilice de forma inadecuada, prevenir accesos no autorizados y/o la revelación no autorizada de datos personales. Asimismo, nos comprometemos a cumplir con el deber de secreto y confidencialidad respecto de los datos personales de acuerdo con la legislación aplicable, así como a conferirles un tratamiento seguro en las cesiones y transferencias internacionales de datos que, en su caso, puedan producirse.

¿Cómo actualizamos nuestra Política de Privacidad?

La Política de Privacidad vigente es la que aparece en el Diario en el momento en que accedas al mismo. Nos reservamos el derecho a revisarla en el momento que consideremos oportuno. No obstante, si hacemos cambios, estos serán identificables de forma clara y específica, conforme se permite en la relación que hemos establecido contigo (por ejemplo: te podemos comunicar los cambios por email).

Resumen de Información de nuestra Política de Privacidad.

Responsable del tratamiento MOVIMIENTO DE CIUDADANOS HACIA LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL (MCRC) Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. NIF: G-86279259
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