El Partido Popular sigue denunciando las constantes filtraciones del “caso Gürtel” a la prensa más complacida con las investigaciones del juez Garzón, y más comprometida con sus designios. Éste podría estar, por ello, incurriendo en un delito de revelación del secreto del sumario. Uno de los últimos implicados en esta trama de corrupción, el senador cántabro y tesorero del PP, Luis Bárcenas, es mencionado en una grabación a la que ha tenido acceso “El País” y que alude a la financiación de ese partido; en ella, Francisco Correa dice: “Yo a Bárcenas, a su casa y a Génova, le he llevado 1000 millones de pesetas por las adjudicaciones en la época de Cascos”. Precisamente, el señor Bárcenas -al que esta situación le recuerda los mejores tiempos de la propaganda de Goebbels- llama la atención sobre la “utilización torcida” de las instituciones del Estado y de las funciones jurisdiccionales que posee Baltasar Garzón, para auspiciar y proseguir una verdadera causa general contra el PP, que ha presentado una querella por prevaricación contra aquél por retrasar su inhibición, y que el Tribunal Supremo tome cartas en el asunto, a pesar de conocer, al menos desde el 13 de febrero, que existían, entre los implicados en este caso, varios aforados. Mariano Rajoy se ha referido al sospechoso celo instructor del juez Garzón, puesto que no es la primera vez que irrumpe en plena campaña electoral para perjudicar al PP, aludiendo “al caso del lino” con el que intentó salpicar a Loyola de Palacio antes de unas elecciones europeas. Por su parte, Zapatero ha salido en defensa de Garzón y ha tachado de “inaceptable” que traten de intimidarlo con la presentación de una querella. El jefe del Gobierno recomienda a Rajoy que respete a la Justicia y colabore con ella; y ha destacado la incongruencia de los que critican, ahora, a quien hace unos años ensalzaban a causa de sus estelares actuaciones en contra del terrorismo de Estado. Ya sólo hace falta que el señor X alabe el sentido de Estado de don Baltasar para despejar cualquier duda sobre su imparcialidad. hechos significativos El vicepresidente del CGPJ, Fernando de la Rosa, sugiere celebrar una sesión de espiritismo democrático: "quiero pensar que Montesquieu no ha muerto" porque eso supondría "la muerte de nuestra sociedad". Desde el Banco Santander señalan que el impacto de la crisis económica en su negocio se dejará sentir "de verdad" en el 2010, cuando hayan agotado sus reservas cubriendo los impagos.
Lección
Escuela (foto: Pachakutik) Lección En sus rostros se adivina cierto miedo, como una sombra que les obligara a abrir mucho los ojos, como si aguantasen la respiración antes de dar un grito. Todavía son pocos en el instituto, pero se les distingue enseguida. Solos, o acompañados tal vez por algún amigo -han dejado los corrillos vocingleros-, deambulan por el patio o por los pasillos en silencio, asaltados a traición por una solemnidad apabullante.   Son la avanzadilla de lo que está por venir. Son las primeras sombras de la crisis. De repente el monstruo ha entrado en casa y las paredes han dejado de ser sólidas. Y por vez primera la sensación es distinta. Sólo quieren escapar de la eterna pubescencia a la que el instituto les ha condenado.   El otro día me confesaba uno de ellos: -Yo no quiero estar aquí. Yo quiero ponerme a trabajar cuanto antes y ayudar a mi familia. Pero mi padre se ha empeñado en que debo sacarme el título, en que tengo que ir a la universidad.   El padre es albañil y está en paro. Hace un año habría metido a su hijo en la obra. Hace un año el chaval habría podido ganar en quince días lo que yo en un par de meses. El ataque de responsabilidad del padre, esa visión de futuro que creía perdida para siempre en este país, me ha hecho pensar en la posibilidad de que algo esté cambiando. Y, por un momento, he vuelto a creer en la gente, en el inmenso poder que destila su voluntad de supervivencia.   Una vez más la sociedad, esa sociedad a la que la infame pedagogía, la perversa corrupción política y la opinión apoltronada de ciertos profesores han culpado del fracaso de su mierda de sistema educativo, nos dará una lección a todos. Ojalá sea pronto.
Problemas enlazados
Dos temas ocupan la atención de los medios informativos y no porque sean nuevos, insólitos o extraños a esta Monarquía de los Partidos. A primera vista parece que no guardan relación entre si, que no tienen la misma causa, que obedecen a motivos diferentes. Pero bien examinados se descubre pronto que los dos problemas tienen la misma fuente de procedencia, el mismo vicio institucional. Nos referimos a la agitación de los jueces, no acallados con el nombramiento de un nuevo ministro de Justicia, y al continuo afloramiento de la corrupción en todos los partidos estatales, que no cesa de manifestarse desde los primeros años de la Transición, tanto en los centrales como en los autonómicos o municipales. Las mentes superficiales, acomodadas a la situación y conformadas por el tiempo transcurrido sin afrontar siquiera el examen de la naturaleza de estas anomalías, las atribuyen a los inevitables factores subjetivos que se derivan de la escasez de medios para el desempeño honorable de la función judicial o para cubrir las necesidades financieras de las campañas electorales de los partidos. El vulgo cree que son males perennes e incorregibles del egoísmo anclado en la naturaleza humana. La mentalidad que no disculpa el crimen individual motivado por la pobreza, es la misma que considera normal el maltrato de los jueces por el Gobierno y el robo de dinero público por todos los partidos. Se entiende bien que los patrones de la Monarquía, o sea, los partidos constitucionales, se indignen tanto con la rebelión judicial y tan poco con su propia corrupción. Pero fallan en su misión todos los medios de comunicación, sin excepción, que después de treinta años de vigencia del problema, siguen alejándose de su análisis y, por tanto, de la solución. A los medios informativos, verdadero sostén del Régimen, les aterroriza la crítica destructiva. Siendo así que, tanto en la física como en la moral, sólo se construye destruyendo lo necesario para construir. No es el caso de este singular DIARIO. Porque sabe la solución, y el modo inteligente de llegar a ella, será implacable en la tarea de destrucción de la causa del problema. Este subsistirá mientras no haya separación de poderes en el Estado; mientras el poder judicial, con presupuesto autónomo, no sea elegido por los actores jurídicos en el proceso de la justicia legal; mientras las campañas electorales no sean gratuitas; mientras la prensa sea más fiel al Estado que leal a la sociedad. Esto no es quimera ni sueño de los buenos deseos. Está construido en la ciencia de la República Constitucional. florilegio "La libertad construye lo nuevo, el consenso mantiene la vieja incoherencia."
Austeridad, despilfarro
Según el Ministerio de Economía y Hacienda, el conjunto de las Administraciones Públicas cerraron los presupuestos del ejercicio 2008 con un déficit de 41.874 M€, el 3,82% del PIB, consecuencia del saldo negativo del Estado (2,74), de las Comunidades Autónomas (1,45) y de las Entidades Locales (0,39) parcialmente compensado con el saldo positivo de la Seguridad Social (0,76). Además el endeudamiento acumulado se incrementó hasta alcanzar el 39,4% del PIB. Pensemos que el cierre del ejercicio 2007 se realizó con un superávit de 23.250 M€, 2,21% del PIB, cifras que los gobernantes de turno nos recordaron hasta la saciedad para presumir de su gestión. Así que la caída ha sido brutal: 65.133 M€, un 6% del PIB.   En este panorama la Administración Central ha asumido la mayor parte del coste de la crisis ya que sus ingresos no financieros se han reducido en un 18,2%, entre los que destacan el Impuesto de Sociedades (-39,1%), el IVA (-14%), el IRPF (-1,8%) y los Impuestos especiales (-1,1%), debido al impacto de la crisis económica sobre la economía de los contribuyentes, de las rebajas fiscales efectuadas y del mantenimiento de su nivel de gastos (en algunos casos han aumentado: desempleo, financiación territorial o servicio de la Deuda Pública). En esta situación de crisis la lógica presupuestaria aconseja una moderación en los gastos públicos consuntivos de acuerdo con los ingresos esperados y una expansión en aquellos gastos de inversión que compensen el retraimiento de la inversión privada y mitiguen los efectos de la recesión. El mismo Presidente del Gobierno ha proclamado en alguna ocasión la importancia de hacer un gran esfuerzo de austeridad. Pero las realidades públicas caminan por senderos muy distintos ya que ningún gestor público adopta iniciativas de las que se pueda deducir esa tendencia. El mismo Consejo de Ministros hace gala de esos principios acordando reducir los gastos corrientes en 1.500 M€ y posteriormente la Ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, viaja a Barcelona con un séquito estatal, como si fuera “Sissi Emperatriz”, para asistir a la reunión de la Comisión bilateral Estado-Generalidad de Cataluña y ofrecer a ese Gobierno autonómico un regalo de 800 M€, que se añadirán a los 4.000 M€ que piensa invertir el Estado en dicho territorio durante 2009, con la finalidad de hacer efectivo lo pactado en el nuevo Estatuto y así aplacar su rebeldía política y mantener a dicho territorio dentro de la “Confederación española”. Pero no pensemos que el despilfarro del dinero público se localiza en esa autonomía, pues los demás territorios siguen sin aprobar ningún plan de austeridad digno de tal nombre, como si la disminución de ingresos tributarios no fuese con ellos. Su capacidad dilapidadora sigue intacta y si no pueden pagar lo que consumen, porque les llega poco dinero del Estado (según dicen ellos), dejan las obligaciones contraídas pendientes de pago, aunque con esas moratorias lleven a sus proveedores al borde de la suspensión de pagos.
Vanidad garzoniana
La oposición nominal no está dispuesta a que el juez Garzón, acogiéndonos a la insuperable cursilería de su hagiógrafa Pilar Urbano, siga viendo amanecer desde la Audiencia Nacional, teniendo en el punto de mira a los dirigentes del PP y a su entorno de traficantes y comisionistas varios. Las instrucciones que prepara esta estrella del firmamento judicial tienen un regusto prevaricador que solivianta a las huestes de Rajoy, que se han convencido de la necesidad de inhabilitarlo, dada su escandalosa parcialidad y la manifiesta intención de dañar los intereses electorales de la derecha estatal, y por tanto de favorecer al PSOE. Baltasar Garzón (foto: eitb24.com) Para los griegos era propio de la naturaleza humana buscar ese profundo reconocimiento de la comunidad que es el kleos y el kydos (la gloria y la consideración), pero ¿por qué es tan difícil curar a los hombres de la presunción y llevarlos a una aceptación lúcida y serena de sus condiciones? La vanidad, al ser una admiración de sí mismo que se funda en la que uno cree inspirar a los demás, brota de la vida social, pero es como una enfermedad innata, originaria, más universal incluso que el egoísmo. Si nos metemos en vericuetos psicoanalíticos, nos topamos con que la obsesión exhibicionista depende íntimamente del complejo de castración -se acentúa la integridad de los propios genitales y se renueva la satisfacción infantil que se experimenta al comprobar la falta de miembro en las mujeres-. Por otro lado, el alcance de los medios de comunicación alimenta la glotonería narcisista y fomenta el deseo enfermizo de vanagloria. El ansia de notoriedad, de fama, pueden estar unidos a un carácter débil: sin confianza en sí mismo, sin valor (o con una valentía que venga acompañada por un tintineo de condecoraciones); con un mayor deseo de venganza, con menos franqueza, y más sospechas y astucias. Las personas de espíritu ambicioso -que compensan su mediocridad con una intensa actividad- que se encuentran bajo el manto del poder, piensan que las necesidades del Estado son las de sus almas mezquinas. El juez Garzón, ajeno al espíritu de la democracia, trata de seguir reforzando con su conducta, la Monarquía de un partido estatal más que del otro.
Garbanzos negros
Como el artículo 117 del vigente texto constitucional sólo acoge la autonomía personal de jueces y magistrados en el ejercicio de su función sin establecer un Poder Judicial separado, es imposible esperar que en tal marco jurídico prospere cualquier reclamación de independencia institucional. El orgullo y responsabilidad de la noble profesión de juzgar a sus conciudadanos sólo puede expresarse personalmente por algunos jueces dignos a los que les importe poco su progresión en el escalafón. El Juez decano de los juzgados de Zaragoza, D. Ángel Dolado reclamó públicamente en la Facultad de Derecho de esa ciudad ante los estudiantes que asistieron al acto convocado con motivo de la festividad de San Raimundo de Peñafort, patrón de abogados y jueces, la necesidad de diseñar una Administración de Justicia única en todo el territorio estatal como única forma efectiva de aplicación del principio de unidad jurisdiccional. Tras hacer un llamamiento a la sociedad para que arropen a los jueces huelguistas, aprovechó su presencia en la Facultad para pedir a los futuros jueces, fiscales, abogados y procuradores que colaboren desde la fase estudiantil con reivindicaciones, movilizándose para que “no tengan que sufrir” lo que ha sufrido él los últimos diecinueve años de trabajo. Facultad de Derecho de Zaragoza (foto: Näystin) Dolado aprovechó para criticar el acuerdo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) contrario al derecho de huelga de los jueces, señalando que dicha resolución “no dice absolutamente nada” y “no prohíbe la huelga” recordando que los magistrados aragoneses no descartan recurrir tal acuerdo aún cuando haya pasado ya la jornada del 18-F. “Ni nos respetan ni nos quieren” llegó a decir en anterior ocasión el mismo Juez Decano de Zaragoza. Debería saber el noble magistrado que el respeto es el reverso de la dignidad, y la consideración social de la función jurisdiccional indisoluble a su independencia funcional y económica. Mientras sus reivindicaciones no den ese paso adelante denunciando las miserias sistémicas de la inseparación del que el citado artículo 117 del texto de 1.978 es reflejo, las reivindicaciones judiciales serán presentadas como mera reclamación de élites funcionariales muy lejos del respeto de la sociedad civil que las ve como algo ajeno.
Justicia verídica
Qué exigencia en boca del señor Rajoy. Pide -¡al Gobierno!- la imparcialidad de la Justicia porque los buenos españoles la desean. La Verdad es un absoluto. Lo es porque mantiene anclado el pensamiento al sustrato que lo vio nacer, la Naturaleza. Asoma ya en la conciencia de la fe animal, es un axioma del sentido común y un anhelo estético; por eso fue antes intuida, instituida y representada que buscada. Es la fotografía que observamos del tiempo, mientras este se aleja. Era absolutamente indispensable para nuestra mente mucho antes de devenir material de la Metafísica y hogar de la Razón, vigor de la Ciencia. Para negar la Verdad hay que contradecirse, callar, o matar. Y las tres son formas verdaderamente sucias de decir no a la Verdad. Frente a la Verdad, la incomprensible existencia es sólo relativa, se afirma a sí misma mientras prospera. La Justicia de Rajoy no es veraz pues, engastada en el poder ejecutivo, no permite a la mente del ciudadano referirse a una instancia distinta dentro del Estado y pierde su valor absoluto. Entonces, como la existencia metafísica, la Justicia se hace relativa y su inherente imparcialidad pasa a ser simple atributo negativo de la justicia partidocrática. Es decir, nuestros políticos nos han condenado a la no imparcialidad, a la parcialidad que prospera, como lo hace el mismo Régimen, irracionalmente afirmada en su propio acontecer. La Imparcialidad de Rajoy sólo demagógicamente puede ser anhelo ciudadano si es acuerdo entre partidos. Las pasiones de igualdad se incluyen en un circuito político cerrado; las de libertad, aunque actualizándose en estructuras institucionales a cada paso, siguen una trayectoria irreversible. Del Estado no regresa libertad a la sociedad civil, sino su represión o, con suerte, la organización forzada de su energía. Pero la libertad colectiva, la cosa en movimiento, la república natural, sigue haciendo más allá del Estado, que no deja de ser una criatura suya. En cambio, la Justicia sólo puede concretarse en ese Estado para después volver a la sociedad civil. Políticamente, la Libertad es autónoma; la Justicia, heterónoma. La Justicia sólo es civilizada -si puede serlo en absoluto- cuando regresa limpia a la población desde la administración estatal. Y para permanecer limpia tiene que formar un circuito distinto y distinguido, sin interruptor partidario, desde la pasión de igualdad hasta la compensación real del abuso, pasando por el Estado. Como le ocurre a la Verdad que es absoluta aunque hija de la Naturaleza, la Justicia, a pesar de ser heterónoma en su legitimación y débil con respecto a los otros poderes del Estado, sólo es verídica si es independiente. Mariano Rajoy en Pontevedra (foto: Partido Popular)
Diferencia y conservación
Jorge Papandreou, Presidente de la IS (foto: Parti socialiste) Desde un incomprensible “punto cero” acerca del cual podríamos debatir (o que podríamos silenciar) indefinidamente, la naturaleza se ha venido constituyendo a través de una progresiva diferenciación de su vida interior y exterior, a la vez que mediante una permanente consolidación de estructuras que han probado ser suficientemente aptas para la supervivencia. Esta creciente complejidad denota una capacidad, en la naturaleza, de “conservar el terreno ganado” (Rimbaud) y de abrirse flexiblemente a lo incierto y por venir. Podemos observarlo en la vida exterior e interior de todos los reinos naturales, pero sobre todo en el animal. Así, por ejemplo, nos maravillan las progresivas adaptaciones de la estructura ósea y la musculatura, cada vez más precisas y capaces de proveerse de lo necesario para un bienestar cada vez mayor, que acompañan tantas otras (sistema nervioso, funciones corporales). En lo que respecta a lo interior, quizá el lenguaje humano sea el área por antonomasia de observación de este gran fenómeno. En el vasto proceso evolutivo de la vida siempre hay momentos en los que por muy diversas razones se da una tendencia a mezclar lo que ya había sido convenientemente diferenciado (regresión). Una diferenciación que, recordémoslo, fue en su día revolucionaria, novísima, y que por su propia fuerza logró consolidarse en su medio. Una de las mezclas susodichas es lo que en el mundo político se conoce como “socialdemocracia”. Un régimen que, amparándose en una supuesta ambición de igualdad social (que tampoco consigue), oblitera lo propiamente democrático: la libertad política. De aquí surge una miríada de adaptaciones (políticas) menores condenadas de antemano al fracaso, como el conocido discurso de que la corrupción en la “democracia” es inevitable, o el de que lo que tenemos es mejorable (aunque, al tiempo, no mucho más, pues al fin y al cabo se trata nada menos que de democracia + lo social). Pero se olvida que la inteligencia natural de las cosas ha creado ya una voz mucho más exacta para definir un régimen semejante: oligarquía de partidos sembrada de demagogia, moralmente una vergüenza sin duda muy mejorable. Topamos, pues, con unas tinieblas en las que la confusión aspira a todavía a Ser mediante una voluntad de ocultar la solución clara y verdadera, relativizándolo todo.
Relevo ministerial
Hace unos días la intervención de Fernández Bermejo en el Congreso -“claro que no dimito, tengo que trabajar por este país”- era jaleada por sus compañeros de partido:”torero, torero”. El propio Zapatero ha confirmado en “Antena 3” que no iba a destituir a Bermejo, pero que éste le confesó que había llegado al cargo para resolver problemas, no para crearlos, ni ser él mismo “un problema para el proyecto socialista”. Antes de su dimisión, que Zapatero considera ejemplar y digna de un aplauso, columnistas con tanto predicamento en las filas del PSOE como Maruja Torres y Manuel Vicent expusieron en “El País” su desagrado ante la exhibición cinegética del ex ministro –posando junto a docenas de ciervos muertos-; y Pachi López, a las puertas de Ajuria Enea, declaró en “El Mundo” que “a ningún socialista le gusta la cacería de Bermejo”, en la que coincidió con el juez Garzón cuando éste acababa de poner en marcha la “operación Gürtel”: lo que ha sido utilizado por el PP para contraatacar. La designación del nuevo ministro, un coruñés llamado Francisco Caamaño, seis días antes de las elecciones gallegas, no es mero oportunismo, sino la demostración de que “nunca Galicia pesó tanto en España como ahora y nunca España se preocupó tanto de Galicia como ahora”, asegura José Blanco, cuya permanencia en la vicesecretaría general del PSOE, por tanto, también redunda en beneficio de la comunidad gallega. En su toma de posesión, Caamaño ha ofrecido a las asociaciones judiciales “un diálogo sereno y abierto para buscar acuerdos” puesto que la Justicia necesita, de una vez por todas, entrar en el siglo XXI para ser útil a los españoles. El nuevo ministro ha sorprendido a los jueces al señalar que la Constitución les otorga una independencia que “debe ir unida a la responsabilidad”. A pesar de que en España sólo hay elecciones legislativas, el ministro de Justicia cree que el poder legislativo y el ejecutivo responden ante los ciudadanos, mientras que el judicial lo hace “con su correcta actuación”. hechos significativos Homenaje a las “Cortes Constituyentes” y al “espíritu de consenso” en la Universidad de Alcalá de Henares. El PP ya tiene redactada la querella por prevaricación contra el juez Garzón, si éste no se inhibe del “caso Gürtel”. La caries tiene los días contados tras identificarse el gen que produce el esmalte dental.
¡Entra en razón!
Buda durmiente (foto: Silvio Tanaka) ¡Entra en razón! Patachara se había enamorado de su siervo, quien pertenecía a una casta inferior. Su familia había arreglado ya su matrimonio con un hombre de su misma casta al que no conocía, pero decidió fugarse con el siervo y vivir en una aldea lejana. Al poco tiempo quedó embarazada y pidió a su (ahora) marido volver con su familia para el parto, como es tradición. Pero no pudieron. A los dos años estaba otra vez embarazada, y esta vez le hizo prometer a su marido que, costase lo que costase, volverían.   Era un camino largo, de varios días. De pronto, mientras atravesaban una jungla, arreció una terrible tormenta. Decidieron que ella se quedase con el niño mientras él iba a buscar algunos troncos y hojas grandes para guarecerse de la lluvia y el viento. Pasó el tiempo y no volvía. Y empezó a sentir los dolores del comienzo del parto. Incapacitada para andar y para pensar, se puso de cuclillas y parió una hermosa criatura, otro niño. Exhausta por el esfuerzo físico y psicológico, se puso a nadar como pudo buscando a su marido. Pronto halló su cadáver. Una serpiente venenosa le había mordido en el tobillo y había muerto casi en el acto.   La tormenta había aumentando el caudal del río. No podía cruzar con ambas criaturas a la vez, así que decidió cruzar primero con el recién nacido, dejarlo en el otro lado, y después recoger al mayor. Habiendo dejado a su recién nacido y ya regresando al otro lado observó cómo un águila lo apresaba y se lo llevaba por los aires. Y los gestos de dolor ilimitado de la madre hicieron pensar al mayor que su madre quería que empezase a cruzar. Se lo llevó la corriente.   Sin saber apenas cómo, Patachara finalmente llegó a su aldea natal, que había sido completamente arrasada por un alud de barro tras la tormenta. De su familia y tantas otras no quedaba ni rastro. A partir de entonces enloqueció. Muchos la recuerdan caminando desnuda, sin ruta, hablando para sí. Pero un día un famoso maestro espiritual de nombre Siddharta Gautama atravesó aquellos parajes. Al verla, le espetó: “¡Entra en razón, mujer!”. Y se sintió avergonzada de su desnudez. Se unió al grupo y un día junto al río la corriente se llevó su dolor.

