Adán y Eva, por Cranach el Viejo Adán, Eva y Méndez El Edén era un exclusivo club náutico en temporada baja. Cubierto de una solera limpia todo estaba elegantemente dispuesto, como si fuese inminente la llegada de muy principales visitantes, aunque en realidad todavía faltara una eternidad para que aparecieran los primeros holgazanes. La tarde y el sol mediterráneo llenaban las cosas con la quietud tibia del tránsito a ninguna parte. Adán y Eva pertenecían a ese mundo, era su regalo imposible. El camarero sonreía con pulcritud cuando ellos volvían de buscar cangrejos entre las rocas, o de navegar. Jugaban unas manos de cartas, pedían langosta y cenaban mirando el mar y conversando con suavidad. Si la brisa era demasiado fresca, tomaban el helado en la sala central y pedían al maître que encendiera el televisor, aunque enseguida dejaban de seguir la emisión. Pero aquella noche un sindicalista barbudo explicaba ante los micrófonos que la protesta que él mismo protagonizaba encabezando una manifestación no era contra nadie, sino a favor del empleo. Durante toda la velada Adán y Eva permanecieron silenciosos, muy serios y pálidos. Intercambiaron algunos cortos susurros y se retiraron despidiéndose con la amabilidad de siempre. No acudieron nunca más. Eligieron abandonar el Paraíso; sufrir y ser libres. Comenzar a existir. La protesta a favor, la desobediencia de Estado, expresada por un sindicalista español, había desatado la mayor revolución de la Historia: pasar de criatura a creador diciendo no. Los padres de todo hombre intuyeron que lo creado por una fuerza ajena a la voluntad de quienes participan de esa creación sólo puede ser conservado en estado de absurdidad. A partir de entonces el club náutico fue severamente reglamentado por aquellos que permanecieron en él para ocuparse de que todo estuviera listo si la Humanidad regresaba. Se hizo necesario institucionalizar el desconocimiento, asalariar a los felices. Como siempre, la ignorancia activa hizo mucho más por la tradición que cualquier formol y el Edén sin utilidad siguió abierto convertido ahora en promesa. Según dicen, a pesar de todo, la luz de la tarde sigue iluminando la vajilla impecable, los manteles y las largas horas del personal.
Crisis de Prisa
La función de los medios informativos los obliga a ser, en el mejor de los casos, la expresión del contrapoder civil al poder estatal y, en el peor, la proyección propagandística de sus órganos partidistas. Los anglosajones tuvieron libertades civiles antes que libertad política. Por eso todavía tienen prensa independiente. El diario Le Monde demostró que la ideología de la objetividad, además de contradictoria, era imposible. En España se llaman independientes los periódicos que no dependen de financiación ajena. Uno de ellos, El País, hoy dependiente de la banca, consiguió unir su proyecto periodístico al consenso informativo de la oscura Transición, aportando su aparato intelectual a la Monarquía de Partidos, interpretada por el PSOE. A cambio, la empresa creada por redomados franquistas (Polanco, Cebrián, Fraga, Mendo), aparte de mayores ingresos por publicidad oficial que el resto de la prensa, obtuvo licencias y concesiones estatales en régimen de oligopolio, incluso de monopolio temporal. Así devino Prisa, en pocos años, un coloso con pies de barro, financiado por la banca nacional y extranjera, cuyo sostén y crecimiento requerían continuos privilegios y favores de los partidos gubernamentales, obtenidos por el genio tenebroso de la unión del chantaje (Polanco) con la intriga corruptora (Matías Cortés) y la asistencia de un ejército de abogados (Uría & Menéndez). Prisa ha roto sus relaciones profesionales con Uría & Menéndez. Esta significativa noticia ha sido valorada por El Confidencial como síntoma de que la crisis de la empresa propietaria de El País no puede ser afrontada con la claridad que requieren los bancos extranjeros, a salvo de los chantajes a la banca nacional, para renovar el crédito a Prisa, cuyas deudas a corto plazo superan seis veces sus beneficios. Matías Cortes ha exigido manos libres, o sea, sucias, para no tener que informar al despacho de abogados de la tramoya que ha de urdir ante la situación de quiebra técnica en que se encuentra el grupo, presionando al gobierno y a la banca española para que aquél subvencione o ésta compre la parte del HSBC y BNP Paribas, en el crédito de 1.950 millones de euros, vencido el pasado 31 de marzo y renovado por un mes, ante la rotunda negativa de esos dos bancos extranjeros a conceder el año de prórroga que pedía Prisa. La venta de Digital Plus, tan difícil de realizar a causa de la depreciación de este activo por la aprobación de la TDT de pago, tampoco sería suficiente para evitar el concurso de acreedores, antigua suspensión de pagos, si la banca española resiste las tortuosas intrigas de Matías Cortés y Cebrián. florilegio "La ruptura de relaciones personales tapa conflictos morales, económicos o ideológicos, incluso en la devenida incompatibilidad de caracteres."
Descabezados
Las portadas y las pantallas vuelven a llenarse con la detención del último cabecilla de Eta, las jubilosas reacciones de los profesionales del poder y la abrumadora presencia del juez Garzón. Aunque la lucha contra el terrorismo ha de continuar sin descanso, este duro golpe a su estructura organizativa nos hace presentir que su descomposición está mucho más cerca, vienen a decirnos los portavoces oficiales y oficiosos del régimen, que han propalado el mismo inminente acabamiento a lo largo de treinta años, sin que esta hidra, descabezada una y otra vez, haya dejado de recomponerse. Detención de un ex-jefe de ETA (foto: Florent/Sio) Zapatero, con su sonrisa de estereotipada amabilidad, nos hablará de la firmeza de unas instituciones “democráticas” que resisten el embate terrorista, pero que no deben de gozar de tanta salud cuando las esporádicas acciones de Eta amenazan con derrumbarlas. Es decir, una pequeña organización terrorista que asesina y extorsiona con el fin de obtener la independencia del País Vasco, es presentada como una gran potencia militar capaz de poner en jaque al Estado. Y la fiel oposición, dejará a un lado sus acerbas críticas a la gestión gubernamental de la crisis económica para congratularse de este apresamiento de, en términos inapropiadamente bélicos, otro jefe militar del “enemigo”, (que parece atenuar la gravedad de uno de los problemas capitales de España, tal como se refleja en las encuestas), y volver a expresar su rendido e incondicional apoyo a la lucha antiterrorista, ya que serán anatematizados los que pongan en tela de juicio la sagrada unidad política que debe reinar en el combate contra Eta. Hace unos días la prensa resaltaba el estado de desánimo que imperaba entre los etarras encarcelados, a los que siempre se ha utilizado como baza de negociación política, aplicándoles un régimen penitenciario especial que les niega derechos elementales de cualquier preso común, como el de cumplir su condena en establecimientos cercanos a su residencia familiar. Quizá esto propicie otra negociación de una tregua. En todo caso, parece imposible que cualquier gobierno de esta oligocracia haga lo más sensato en este terreno: negar tajantemente el derecho de autodeterminación y no insinuar o prometer su reconocimiento.
Seguridad Social
Miguel Ángel Fernández (bde) La comparecencia del Gobernador del Banco de España en el Congreso de los Diputados, en la que habló de la situación actual y futura del sistema español de la Seguridad Social, ha tenido el mismo efecto que la apertura del ánfora de Pandora al esparcir su contenido por el mundo. Los grandes cancerberos del sistema se lanzaron a su yugular con ataques “ad hominem” (apóstol del miedo, vanidoso, fanatismo ideológico y otras lindezas) en vez de rebatirlo con criterio. La Seguridad Social no es sistema independiente del Estado, aunque elabore y gestione su presupuesto con cierta autonomía, así que sus problemas se insertan en las finanzas públicas y en las decisiones políticas, por lo que el Gobernador del Banco de España tiene la facultad de informar sobre la marcha del sistema. Nuestro modelo de Seguridad Social tiene al Estado como receptor de las cuotas detraídas a las empresas y trabajadores (actúa como un impuesto sobre los salarios) durante el año y como pagador de las pensiones de todos los que cotizaron (o no) durante su vida. Cuando el total de cuotas no cubre el total de gastos, o en casos de garantía de pensiones mínimas, el Estado inyecta recursos complementarios con cargo al resto de los impuestos. Por eso es muy importante en este modelo conocer la evolución de la población nacional (pirámide poblacional a lo largo de los años, incorporación de nuevos cotizantes, esperanza de vida, emigración…) para ver la relación entre cotizantes y pensionistas y la situación de la economía nacional en cada momento, pues una bajada drástica de la actividad económica puede empeorar la relación comentada. Los presupuestos de la Seguridad Social para 2009 se elevan a 129.996 M€ (un tercio de los PG del Estado para 2009) y se financian principalmente con las cuotas sociales (112.437 M€) y con las transferencias corrientes del Estado (7.450 M€). Dicho presupuesto se dedica al pago de las pensiones y otras ayudas (109.100 M€), a la dotación al Fondo de reserva (8.903 M€), a los gastos de gestión (5.000 M€) y a otros gastos. El tan cacareado Fondo de la Seguridad Social ascendía en 2008 a 57.223 M€ y solamente serviría para pagar las pensiones de medio año. Por tanto la viabilidad de este sistema depende de decisiones de política fiscal del Gobierno (bajar cuotas, subir transferencias estatales, ajustar el cálculo de cada pensión, fijar la edad de jubilación…).
Modernidad nostálgica
El término “nostalgia” fue acuñado en 1688 por un médico, Johannes Hofer, para designar la enfermedad que contraían los mercenarios suizos que luchaban lejos de las altiplanicies de su país. Pero ese doloroso sentimiento por el ansia de retornar al hogar o el afán de recuperar lo perdido ya se reconoce en la antigüedad, expresado por Homero, Virgilio, Boecio o Petrarca. El retorno al principio era un concepto religioso (neoplatónico) que implicaba volver a lo que el hombre ha sido, a su más lejano pasado, a sus orígenes; y si Dios es el principio, el regreso a éste constituye el verdadero cumplimiento de nuestro destino, invirtiendo el proceso de emanación por el cual los seres humanos se alejan de Él. Si el Género humano, en su unidad originaria, fue quebrantado a causa del pecado original, conforme a la doctrina marxista (la idea de la alienación tiene un precedente en San Agustín) la división de la comunidad primitiva en clases sociales antagónicas nos sumió en la explotación del hombre por el hombre. Una revolución puede proponerse fundar un orden nuevo, pero también restaurar un orden inmemorial, lo que supondría una vuelta al comienzo, una “revuelta” en nombre de la búsqueda impotente de la felicidad perdida o de la romántica añoranza de una economía prehistórica. Arrumbada la modernidad futurista del fascismo, los nacionalismos que extrañan un espacio y un tiempo distintos del lugar y el tiempo en los que les ha tocado vivir, se han dedicado a inventar un pasado glorioso que legitime sus presentes ambiciones estatales. Inmersos en las costumbres cínicas de la posmodernidad, los nuevos oligarcas españoles no acaban de estar satisfechos con la obra de la Transición, aunque vivan de sostenerla y encarecerla. Con una crisis que traza un futuro incierto y con las fuentes del presente agotadas, ¿por qué no recurrir a los ejemplos del pasado? Pero no del inmediato, ya que hay una evidente continuidad entre el franquismo y la Monarquía de los partidos estatales. El PP debería renunciar a restaurar el sistema canovista y el PSOE a hacer rebrotar la II República, para, en otro feliz consenso, desempolvar la modernidad de Primo de Rivera y Largo Caballero, y poner en marcha un vasto programa de inversiones públicas que mejore las infraestructuras. Primo de Rivera (foto: eduardoasb)
El verdadero 23-F
Javier Cercas ha presentado en el Hotel Palace de Madrid su último libro “Anatomía de un instante”, acerca de los preparativos y el desarrollo del golpe de Estado del 23-F y las reacciones que produjo. Este autor sostiene que “la verdad es la verdad” y que España ya está “suficientemente madura para soportarla”, así que no cree que su obra “vaya a provocar ninguna catástrofe”. Según Cercas, lo que da alas a los golpistas es la obsesión de acabar con la carrera política de Suárez que dominaba a la oposición, la prensa y al propio Rey, quien echaba la culpa de la calamitosa situación de esa época al presidente que unos años atrás había colocado en la cabina de mando de la Transición, y al que ahora quería defenestrar. El general Armada, tutor de don Juan Carlos desde que éste era un adolescente, atento a las quejas de su señor, fue difundiendo por cuarteles y ambientes selectos, la idea de que el Rey estaba en peligro y que él mismo estaba dispuesto a salvar la Monarquía presidiendo un gobierno de concentración, del que los socialistas formarían parte, de lo que fue informado Enrique Múgica en Lérida. A pesar de la dimisión de Suárez para que la “democracia” no fuese “un paréntesis”, ciertos militares, para quienes el Rey no sólo era el jefe del Estado sino también el del ejército y el heredero de Franco, se aprestaron a golpear: tras la toma del Congreso, al “elefante blanco” se le da permiso para ir allí y tratar de convencer a Tejero de que desista y acate la “solución Armada”, cosa que no hace al enterarse de que en el futuro gobierno de concentración entrarán políticos socialistas e incluso comunistas. El famoso mensaje televisivo del monarca que tuvo la virtud, según los cronistas oficiales, de “parar el golpe”, “era una condena del golpe de Tejero pero no necesariamente del golpe de Armada”, argumenta Cercas, quien afirma que los historiadores no se han ocupado de este asunto al no existir documentos, y que por tanto él se ha limitado a fijarse en cosas que no se han interpretado bien. Un ejemplo de ello es el télex del Rey a Milans del Bosch diciéndole de madrugada: “después de este mensaje ya no puedo volverme atrás” (reproducido en“ABC”, 23-11-1995). hechos significativos Sarkozy elogia la capacidad de Zapatero y de Berlusconi, a pesar de no ser inteligentes, para ganar elecciones. Aznar considera que hay que afrontar “el peligro real del comunismo del siglo XXI” que se está extendiendo por Suramérica.
Malas tierras
Malas tierras (foto: mueredecine) Malas tierras El término “cultura” puede significar cualquier cosa y ninguna al mismo tiempo: se ha transformado en una categoría tan opaca como iluminadora, que sirve tanto para sostener como para invalidar el argumento que sea. La mera invocación de la sagrada cultura nos libra de la necesidad de ser rigurosos o precisos. Zapatero parece levitar cada vez que escucha o dice esa mágica palabra, pero, al estar muy poco cultivado, cae bajo el hechizo de las obras de Almodóvar, Barceló, y Suso de Toro, tomándolas por altas manifestaciones culturales. En una época de decadencia estética y cultural Zapatero no pertenece a la minoría que percibe aún la apremiante evidencia de la calidad, ni falta que le ha hecho para llegar a detentar la presidencia de la Real oligarquía de partidos; y para mantenerse en ella, le sobra con estar al tanto del alcance propagandístico de la superchería mediática, apreciar el poder de las imágenes omnipresentes, y apoyar o “estimular” con subvenciones la “cultura como espectáculo” -que es a la que tienen acceso sus potenciales votantes-, cuyas figuras más relevantes volverán a compartir con él la tarima de los escenarios electorales, en una comunión “laica” de la cultura y la política “progresistas”. Más allá del fetichismo de la mercancía cultural, o la devastadora inversión de valores que se ha producido en las sociedades que adoran el consumo del espectáculo continuo y total, la posibilidad de la percepción misma parece anulada en esas masas a las que excita y embriaga precisamente percibir lo que sea (como fogonazos ininterrumpidos) sin preocuparse de su calidad, en un dominio de la sensación que expulsa a la reflexión. Si antes los viajes estaban asociados al conocimiento, el turismo los ha convertido en entretenimientos vacíos, con su voracidad de novedades incesantes y el ansia de ver el mayor número de monumentos, cuadros, paisajes y cosas en el menor tiempo posible. Los romanos pensaban que una persona culta debe saber cómo elegir compañía entre los hombres, entre las cosas y entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. Pues bien, en tierras hispanas, con un inmenso patrimonio artístico, seguimos mal acompañados, adoleciendo de pobreza humanística y científica, y lo que es más grave, de incultura política.
Rusia europea
Con la obsesión mediática por la crisis económica y con la esperanza puesta en los acuerdos de la UE con los EEUU para superarla, no se ha dado importancia capital al acercamiento moral y político del Presidente Obama al Presidente de la República rusa, para adoptar conjuntamente, como principio, el completo desarme nuclear de ambas potencias. Tampoco se le da significado europeo a la petición rusa de entrar en la OTAN, como si sólo fuera una operación de propaganda para desvirtuarla de sentido actual. Este Diario considera que Rusia forma parte de Europa y que la UE no alzará la plenitud de su potencia hasta que la integre en su seno, pese a las dificultades que hoy parecen imposibles de vencer, y que en un futuro no muy lejano se habrán desvanecido. La gran dificultad que se opone a la unificación europea no es de carácter económico ni estatal, sino de orden geográfico y político. Hay un problema de límites espaciales, de fronteras de Europa con Asia. Y otra cuestión, de orden cultural, más decisiva: la definición del espíritu europeo en tanto que algo distinto, pero integrado, en la idiosincrasia particular de cada una de las naciones de Europa. Llama la atención la gran simpatía que despierta en nosotros el pueblo ruso y la fácil comprensión de su compleja literatura, así como que sea Rusia el país que más ediciones ha publicado del Quijote. Muchos observadores han creído ver en ello una similitud de psicologías populares. Pero esto no seria explicable sin una causa profunda que las hubiera asemejado. Se pueden encontrar lejanos fundamentos de la comprensión mutua en el paralelismo de la singularidad que marcó el destino ruso con la que determinó el porvenir de la cultura luso-española. La Gran Rusia y la Península Ibérica fueron los únicos territorios europeos que, por su vecindad a otros continentes diferentes, no solo tuvieron la oportunidad histórica de decidir no ser europeos, sino que cuando rechazaron esa posibilidad ya habían asimilado los elementos asiáticos o africanos que, durante siglos de dominación tártara o árabe, se infiltraron en las lenguas y costumbres de sus previas culturas europeas. La Rusia de Kiev era occidental. Y Cuando la Rusia moscovita se libera de los tártaros miró a Europa a través de la cerradura de Bizancio. El monje Filoteo, en una carta a Iván III, marcó el destino occidental de Moscú como “Tercera Roma”. Al mesianismo ruso de regeneración de la civilización occidental lo hicieron perdurar Pedro El Grande, el Zar Alejandro en el Congreso de Viena, la alucinante visión de Dostoievski ante un cuadro de Claude Loraine en el Museo de Dresde y los tanques soviéticos en la primavera de Praga. Un tipo de mesianismo excéntrico que se encarnó en el eslavismo, la ortodoxia eclesiástica, el socialismo estatal y, ahora, en la codirección del proceso de globalización mundial, para que Rusia pudiera devenir europea.
Sexo opiáceo
La obsesión por igualar (en realidad, por "uniformar") a los españoles, no es en el fondo más que una cortina de humo que se corre sobre la impostura política de llamarle democracia a la oligarquía sostenida por la monarquía de partidos. Como es el principio del vasallaje (y no la pretensión de la libertad) el que se persigue, la apología mediática de las bajas pasiones con que se degradan los usos y costumbres de la sociedad, acaba imponiendo la pasión colectiva de ser todos la misma cosa, con la esperanza de que la invisibilidad de la jerarquía en medio de la polvareda que levanta la masa, neutralice la insatisfacción de muchos ante la progresiva explotación laboral promovida por los faraones financieros así como ante el saqueo de la sociedad civil a cargo de la Banca. A pesar de que el relativismo posmoderno ha fomentado una gran permisividad en cuanto a la variedad de las tendencias eróticas (incluyendo la relativización de gustos pervertidos como el sadomasoquismo), hacer del sexo un objeto más de los que se venden en el escaparate de la sociedad de consumo ha supuesto uniformar a la población del modo más efectivo que nunca antes hubiera soñado ningún oligarca: así, el sexo, propuesto como ejercicio lúdico antes que como derecho o experiencia realizadora, se ha convertido en el más potente de los opiáceos, destruyendo el inconformismo de muchos, que se refugian del mundo incrustando la cabeza en el hoyo del placer físico como un avestruz atemorizado, al tiempo que se dejan llevar por las olas de las tendencias de la cultura de masas, doblegados por la imposición política de ser todos idénticos, los hombres unidimensionales de los que hablaba Marcuse. Igualar por abajo, explotando las necesidades fisiológicas de los vasallos, ha sido la excelente estrategia de ingeniería socio-política que, con la connivencia de los medios públicos o de concesión pública (la televisión en abierto promueve ya abiertamente la pornografía, ignorando a las mafias que controlan tan misógino negocio y el discurso supuestamente feminista de la clase gobernante), han aplicado los oligarcas posmodernos. En España, dados los precedentes valores castradores, la fórmula garantizaba el éxito total que pudo ya vislumbrarse con la chabacanería pseudo-oficial del destape. Por todo ello, y aunque hablamos de un procedimiento común a numerosos espacios geográficos y además bastante viejo (basta recordar cómo los japoneses nutrían de prostitutas a los trabajadores chinos a los que explotaban en Manchuria)*, su reciente promoción cultural ha posibilitado domar al león popular, que ya perezoso por naturaleza, no rugirá mientras los intensos goces físicos contrarresten sus profundas carencias morales, especialmente el servilismo derivado de su sumisión a la casta político-financiera. *Como puede observarse en la primera parte de la excelente trilogía 'La condición humana' (años 50-60), obra maestra del cine a cargo del director nipón Masaki Kobayashi.
El palafito estatal
El Presidente del Gobierno se reúne con los presidentes de los principales bancos. Resultado: las entidades que asumiendo libremente el riesgo mercantil decidieron lucrarse mediante estafa financiera, aquellas que indujeron crediticiamente hipertrofia en la demanda inmobiliaria y que ahora someten a la indigencia monetaria a quien les place, son comprendidas, auxiliadas, y avaladas por el Estado. El Presidente del Gobierno se reúne con sus compañeros de partido. Resultado: un Gobierno con nuevos rostros ayuda a olvidar antes de las elecciones europeas que ningún responsable político ha querido tomar una sola medida eficaz para remediar los daños que los oligarcas financieros causaron. El Presidente del Gobierno se reúne con los presidentes y directores generales de las coorporaciones de la comunicación. Resultado: la bochornosa y extenuante crítica-defensa de la vida y milagros del Poder, se convierte en constante propaganda electoral recompensada con ingresos fabulosos. Rodríguez Zapatero (foto: zapatero 2008) La tiranía, el imperio, el absolutismo, la dictadura, el totalitarismo, la oligocracia y la partidocracia, es decir, todas las formas de monarquía, niegan la representación institucional de la sociedad en el Estado y, como consecuencia, necesitan de la identificación política. Esta identificación produce autismo en el monarca -“El Estado soy yo” (Luis XIV), “Yo no estoy en crisis” (Rodríguez Zapatero)-; reduce a la condición de cortesana a toda la sociedad que espera en los pasillos de palacio las resoluciones de las camarillas; y enclasa sociológicamente (clase entendida al modo marxista) a quienes desempeñan o aspiran a desempeñar cargos de mando. Los partidos se comportan como dinastías de gobernantes que han llegado al acuerdo de alternarse en el poder. Pero para que el Estado monárquico pueda permanecer escrupulosamente distanciado de la sociedad civil (y por encima de ella), es decir, para que el orden social se mantenga sin la intervención de la propia sociedad, son necesarias estructuras reales de separación, que ya hemos denominado alguna vez mediatizadoras. El conjunto de la sociedad adquiere el aspecto de un palafito. Lo que podrían ser cimientos institucionales son zancos designados desde arriba que mantienen al Estado y sus cofrades higiénicamente alejados del lodo societario. Estos pilares son tres: Prensa, televisión y radio (medios de comunicación); banca (medios de financiación); y partidos políticos (medios de transición). En el caso concreto del PSOE, un cuarto poste dota de prestigio a la opresión: la cultura estatalizada. Educación, ocio, pensamiento y arte ministerializados y supervitaminados.

