España existe desde hace miles de años, ¿cierto? Pues, tal y como yo lo veo, lleva sin existir más de 100 años, ya que desde la pérdida de las últimas colonias en 1898, la dignidad territorial de nuestra tierra la hemos ido perdiendo o vendiendo ¿Por qué? Como siempre, por mala gestión política y pasividad ciudadana. Todos los males nacionales, sean del país que sean, siempre se ocasionan por los mismos motivos: mala gestión política y pasividad civil.
Sí, la sociedad civil es tan responsable como la política. Ya está bien de ese maniqueísmo imperante de malos políticos-buenos ciudadanos; eso no existe, no existe la una sin la otra, sino que la política emerge de la sociedad civil. Y ¿qué le pasa a la sociedad? Que se ha parado, no es que estén en paro, sino porque los más dignos podrían decir: ¡No me da la gana pararme y vivir de subvenciones porque tengo dignidad! No, ni eso, se paran ellos, porque no piensan, no crean, solo asumen e imitan, asumen e imitan, asumen e imitan, como robots TELE-dirigidos. No se reflexiona lo más mínimo, pues de eso aparentemente se encarga la indignación, pero no nos engañemos, la indignación es impotencia, resignación, rencor, rabia, sentimientos, etc, pero ¿qué hay de reflexión si la reflexión, para que sea rigurosa debe ser, en primer lugar, desapasionada? ¿De qué sirve ver el problema entonces y repetirlo una y otra vez como si los demás fueran estúpidos? Si todo el mundo lo ve, parece que a la gente le hace sentirse bien saber reconocer los problemas, cosa que no está mal, aunque la pasión es buena si luego hay reflexión. Pero sin reflexión calmada hay un análisis incompleto, resignado (que es lo que lleva pasando desde que tengo uso de razón: mucha pasión, muchos gritos, muchos aplausos y mucha leche, pero seguimos cayendo a velocidad de vértigo, en cuanto a dignidad, cultura, economía, instituciones…). Además de saber y decir las causas y los problemas en sí, habrá que saber los remedios.
Los siguientes párrafos son reflexiones que parten del punto de vista existencialista ateo sartreano, a través de los que pretendo dar a entender lo que era la libertad y el Ser para Sartre.
El ser en-sí, es aquel que está en el mundo, sin proyección (como la sociedad civil de ahora), solo está ahí, sin más; es lo cósico, como un árbol, una piedra, o un grano de arena, o el mismo ser humano, pero como cosa física no subjetiva (carne, hueso,músculo y venas) no crea ni destruye, no ama ni odia. El Ser para-sí es la constitución de la libertad humana, es intencionalidad y proyección, creación y destrucción, amor y odio.
La libertad, según Sartre, es el fundamento del ser, el enfrentamiento del ser contra las situaciones; es decir, el hombre, a diferencia de las cosas, tiene libertad, y no solo la tiene, sino que, más “sartreanamente” hablando, la tuvo, la perdió y debe luchar por encontrarla de nuevo. Lo que resume en su genial frase de: “Un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”, o sea, está condenado a elegirse a sí mismo tarde o temprano, a tomar decisiones que decidan su ser, partiendo de su base cultural impuesta, claro está, pero sin ser esta la esencia de su ser. En resumidas cuentas, se podría decir, aunque suene extraño que “Siendo (actuando, eligiendo, creando, destruyendo, bailando, cantando, teniendo relaciones sexuales….) se llega a ser”. Otra importante frase de Sartre para este contexto es la que dijo en la conferencia de El existencialismo es un humanismo: “La existencia precede a la esencia” (en lo referido al ser para-sí) ¿Qué quiere decir esto? Que un lápiz, un compás o una rueda son cosas que fueron creadas con una intencionalidad a priori, muy a diferencia de lo que sucede con el ser humano, cuya intencionalidad surge a posteriori. Primero se es libre, luego se pierde la libertad con los condicionamientos, las costumbres y el idioma. Todo eso es un paso intermedio para el ser. Tarde o temprano el hombre será libre y, es más, estará obligado a ser libre y decidirse a sí mismo. Nadie falta a su cita consigo mismo. Quizás no quiera su idioma, quiera otro, otro país, otra familia, otras costumbres; todo eso es factible a modo individual y será ahí donde nazca el SER humano individual: tras las decisiones tomadas a lo largo de una vida.
El problema es que la gente parece “apalancarse” en el ser inauténtico, prácticamente inanimado, del maniqueo. Aquel que piensa que lo malo es negro y lo blanco es bueno y que se oponen siempre; aquellos a los que los tonos grises les ocasiona dolor de cabeza; aquellos que votan cada cuatro años y luego se lavan las manos mirando impresionados la tele viendo casos de corrupción, de amiguismo y de más basura moral que se ve. No hace nada el ciudadano hasta que le tocan su pensión y sale como una fiera a la calle, pero hasta ese momento no hace nada, ni dice nada, ni crea nada, ni destruye nada. Son presos del pensamiento de masa, quieren que otro piense por ellos, que se lo den todo masticado y cuanto menos tenga que pensar y más vulgar sea, la comunicación mejor. Eso para mí, es dejar de existir.
España es un país con, al menos, 37.000.000 de piedras. Todos fueron libres pero perdieron esa libertad y ahora no hacen nada para recuperarla. Eso les convierte en piedras. Y quizás me quedo corto.
Referencias:
[1] El ser y la nada, Jean Paul Sartre.
[2] El existencialismo es un humanismo, Jean Paul Sartre.

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