Es razonable que debido a los cuarenta años de dominación soviética, Varsovia quiera alejarse de Moscú en la medida de lo posible aunque naturalmente manteniendo unas correctas y necesarias relaciones diplomáticas.

No obstante en su deseo de alejarse del pasado de dominación rusa, es muy posible que integrarse definitivamente en la eurozona y adoptar el Euro como moneda no sea la mejor decisión, pues permitiría una injerencia que vendría dada por la cesión de parte de su soberanía nacional a la Unión Europea en la que predomina la influencia de Alemania. Quiero aclarar que entiendo esa soberanía nacional como la que reside en el pueblo y se ejerce por medio de sus órganos constitucionales representativos, siempre que lo fueran de los ciudadanos y no de los partidos políticos integrados en el estado.

Esa cesión se hace como ya sabemos las demás naciones integradas en la eurozona, mediante la aceptación del predominio de las Directivas aprobadas por la Comisión Europea en detrimento de las leyes nacionales, además de la pérdida de la independencia en asuntos monetarios al no poder el Banco Nacional de Polonia decidir sobre la política monetaria de su própio país una vez adoptado el Euro en un delicadísimo momento económico como el que vivimos.

Esta Unión Europea, con sus no elegidos sino impuestos Van Rompuy y Barroso a la cabeza, y su numerosas veces rechazada Constitución Europea y vuelta a votar bajo el nombre de Tratado de Lisboa hasta que se ha convertido en una suerte de ¨trágala¨, tomará las decisiones en lugar de los supuestos representantes de los ciudadanos polacos que como España, están aquejados de ese contagioso mal de los regímenes sucedáneos de la democracia formal conocido como partidocracia.

En España por el momento ya nos hemos podido percatar de que no podemos realizar la maniobra de devaluar nuestra moneda puesto que tenemos cedida la soberanía monetaria al Banco Central Europeo, del que el Banco de España es mera sucursal. Al igual que nosotros si Polonia entra finalmente en el Euro, verá imposibilitado el poder devaluar su moneda por lo que teóricamente se verían afectadas sus necesarias exportaciones entre otros asuntos.

Aunque de cara a la galería son los Jefes de Estado los que ostentan el poder y el protagonismo, es realmente la Unión Europea a través de su Comisión la que silenciosamente entre bastidores y aprobando norma tras norma, directiva tras directiva, va poco a poco fabricando sin prisa pero sin pausa un aparato de poder antidemocrático no representativo de la ciudadanía por no haber sido elegido directamente y su falta de irrevocabilidad, que recuerda demasiado a un aparato de poder de estilo soviético.

Es trístemente irónico que Polonia, después de haber disfrutado de un periodo de libertad durante la última década del siglo XX y la primera del XXI, vaya a hacer una cesión de soberanía tan importante a un órgano supraestatal no democrático, y me temo que si Polonia se entrega por completo a la Unión Europea para alejarse de Rusia, dará un paso atrás en su ya larga lucha por la independencia.

Fotografía de Gingerpig 2000

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