Este lunes saltó en todos los medios de comunicación una noticia muy vinculada a la provincia de Jaén, conocida como la del “chofer camello”. No nos referimos a uno de los chofer de los Reyes Magos que han tenido a bien repartir regalos a todos los niños que en el 2011 han sido buenos, en este caso hablamos de Juan Francisco Trujillo Blanco, chofer de Francisco Javier Guerrero, ex director general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta de Andalucía vinculado a la trama de los EREs en Andalucía.

Trujillo, vivía en Los Llanos del Sotillo, aldea del municipio de Andujar en la provincia de Jaén. En los últimos días ha declarado ante la administración de justicia que junto a su antiguo jefe se gastaban el dinero que desfalcaban de la Junta de Andalucía en fiestas, lujos y cocaína, la administración concedió alrededor de 900.000 euros en subvenciones a empresas fantasma de Trujillo. Este pobre hombre empezó de auxiliar administrativo en el ayuntamiento de Andujar y fue ascendiendo hasta llegar a trabajar en Sevilla de chofer de Javier Guerrero, con todo esto tuvo la posibilidad en los últimos años de aumentar su patrimonio considerablemente y el de su familia, por el sencillo mérito de ser militante activo del PSOE de la localidad de Andujar. Mérito el cual sólo se puede entender en la partidocracia que nos ha tocado sufrir en los últimos 30 años en España y donde se valora enormemente la afiliación política a la que pertenece cada persona, mucho más que su experiencia o conocimientos técnicos para desarrollar cualquier puesto de trabajo de confianza que se desarrolla en la administración política.

Esto es sólo la punta del iceberg de lo que significa el caso de los EREs en Andalucía y que salpica a todo el territorio andaluz a lo largo y ancho. Pero lo más grave es que no se puede reducir simplemente a la corrupción que se ha generado con la desviación de fondos públicos a través de subvenciones a empresas y prejubilaciones falsas. Todo esto es perfectamente predecible y cada vez sorprende menos, don Antonio García- Trevijano cuando describe la partidocracia lo explica perfectamente, como la corrupción es inherente al modelo de estado que representa ya que una falta de control deriva tarde o temprano en lo que hoy en día estamos siendo testigos. Como decíamos, a través de estas acciones también se ha desarrollado una paulatina desmantelación del sector industrial andaluz, que aunque muy desconocido, infravalorado y muchas veces negado, este ha tenido unas dimensiones considerables en el desarrollo económico y social de Andalucía.

En otro momento, si tenemos oportunidad, trataremos el tema de la actividad industrial que se ha dado en este territorio ligada a la metalurgia, la minería y la manufacturación de alimentos y de cómo la política que se ha aplicado ha sido para fulminarla a favor de otros sectores como el turismo salvaje y su consecuente burbuja inmobiliaria.

Fotografía de Craigyc

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