El rescate de la banca en España arruinará los servicios básicos”. Esta era la conclusión del editorial de The New York Times el pasado lunes, a la que añadía: “España necesita de un segundo rescate”. O sea, la intervención y la sustitución de irresponsables por profesionales. Afirmaciones ambas a las que llega cualquiera que se tome la molestia de sumar y restar. Resulta grotesco que, en los días posteriores, Gobierno y tertulianos televisivos de uno u otro bando, donde la mayoría no tienen la menor idea sobre lo que habla, centraran sus debates en si era un rescate, una línea de crédito o la abuela de Caperucita cuando lo único relevante es que se trata de un dinero que los españoles tendremos que devolver con sus correspondientes intereses –no los bancos, como mendazmente afirma Rajoy- y que la cifra es claramente insuficiente, los pisos van a bajar un 35%, eso no está contemplado, y la subida brutal de la mora tampoco. Para Barclays el agujero real es de 210.000 millones, de los que 38.000 son de Santander y BBVA.

Y lo que ya es letal, el dinero esta saliendo de España aceleradamente. Los extranjeros, los ricos o los moderadamente acomodados están sacando su dinero tan rápido como pueden, prefieren tener sus euros en Frankfurt, Londres o Zurich, y cuanto más dinero sale más insostenible es la situación. Es ridículo hablar de una deuda de 775.000 millones, porque es la “computable”, una mera convención contable de los burócratas de Bruselas. ¡Fíjense lo que le han importado a los mercados y a las agencias de “rating” la diferencia entre computable y no, entre rescate y línea de crédito! Ni siquiera el hecho, en este caso significativo, de la prelación a la hora de cobrar ha tenido  importancia. La clave para el mercado es la deuda real, la de verdad, la que tienen que devolver esta y las generaciones futuras, que es lo que el BdE denomina “pasivos en circulación”, y que supera ya de largo el billón de euros, una cantidad que España no puede devolver. Y los más de 40.000 millones en concepto de intereses en los próximos doce meses que tampoco podremos pagar aún liquidando los servicios básicos, que los liquidarán.

Los pasivos en circulación a finales de 2011 ascendían, según el BdE, a 932.151 millones de euros, de los cuales 649.000 corresponden al Estado; 192.000 a las CCAA; 64.000 a las Corporaciones Locales; y 27.000 a la Seguridad Social. Pero ahí faltan varias cosas. La primera es que han pasado cuatro meses y medio desde entonces y si suponemos la misma tendencia de crecimiento que en el cuarto trimestre de 2011 -en realidad ha sido mayor-, tenemos que la deuda real hoy es 81.000 millones mayor, luego los avales del Estado, fundamentalmente a la banca, 135.000 millones, y que sí necesita un rescate de 100.000 millones, adivinen ustedes quién va a pagar las cantidades avaladas. La segunda es los miles de facturas en los cajones de CCAA y Ayuntamientos que hay sin contabilizar ¿A cuánto asciende? No lo sabemos, pero si suponemos que la Comunidad de Madrid ha dicho toda la verdad con sus nuevas cifras y lo extrapolamos al total de España estamos hablando de unos 20.000 millones.

Sumamos y tenemos 1,17 billones de euros. Ahora añadan el rescate y estamos en 1,27 billones, que si nos creyéramos la cifra que el Gobierno utiliza para el PIB, 1,073 billones, falsa de toda falsedad, la deuda pública total sería del 118 % del PIB. Una cifra inasumible en principal y en intereses, lo que en opinión del WSJ hace inevitable la intervención. Un país no puede pagar el 7% de interés en los bonos 10 años sin ser intervenido, ninguna economía puede sostenerlo, por más que la mafia política esté dispuesta a mantener a toda costa su botín, sus blindajes y sus dos millones de paniaguados nombrados a dedo. La desfachatez, la desvergüenza y el cinismo de esta mafia dilapidando el dinero de los españoles, blindando sus privilegios y los de sus familias carecen de precedentes en el mundo democrático. Y mientras tanto, ni un sólo euro irá a la economía real. Y lo que es peor, Rajoy está decidido a salvar a los bancos insalvables, lo que equivale a tirar el dinero al fregadero. Espero que Bruselas impida tal locura. 

Bancos quebrados sosteniendo a un Estado quebrado

Decía la pasada semana que uno de los tres factores esenciales que hacía el rescate bancario completamente insuficiente era el hecho de que estaban financiando la deuda del Estado para evitar su quiebra y que este, a su vez, tenía que endeudarse para financiar a los bancos y evitar la suya. Todo un dislate tan clamoroso que resulta inaudito que no hayan exigido lo obvio: el rescate de ambos, de España y de la banca. Algo que los principales bancos de inversión estiman de momento en 350.000 millones y subiendo. Un día después, el martes, el premio Nobel Joseph Stiglitz y Moody´s afirmaban exactamente lo mismo. El tema es tan disparatado que sólo el apego enfermizo al poder de Rajoy –“yo soy el Presidente”,  recuerda cada poco– explica que se haya resistido a los dos, porque ningún Gobierno sobrevive a un rescate. Y como dirían en Bloomberg asombrados “y Mr. Rajoy en medio de la crisis haciendo juegos de palabras y yéndose a ver un partido de fútbol”. Lo que la agencia ni siquiera imagina es que para una mayoría de españoles es más importante el fútbol que el futuro de sus hijos.

Pero no hay disparate en España que no sea susceptible ser multiplicado por la mafia política. Ahora nos enteramos, o al menos un servidor, que quienes están comprando deuda masivamente no son los grandes bancos sino los nacionalizados . O sea,  bancos quebrados, nacionalizados con nuestro dinero, los utilizan para que el Tesoro les de unos papeles que nadie quiere, que estos llevan a Frankfurt y los irresponsables del BCE le cambian por dinero en efectivo que jamás podrán devolver, para que la mafia política mantenga íntegro su botín de dimensiones épicas.

Claro que de nuevo la culpa es de quien pone el dinero, el BCE ¿Cómo es posible que estos insensatos que imprimen billetes como si fueran cromos hayan entregado hasta mayo 288.000 millones, el 82,8 % de lo que adeuda toda Europa,  a estos irresponsables y sin control ni condición alguna? ¿Es que se cree el BCE que España va a poder devolver en 30 meses tal cantidad de dinero mas los 140.000 adicionales que Rajoy necesita antes de final de año, 85.000 para amortizar vencimientos y el resto deuda nueva para seguir financiando al sistema? El problema no es solo de volumen, que también, es sobre todo de coste, ¡estamos pagando el doble de lo que pagamos por lo que se amortiza! Aunque de repente alguien ha dicho que los 100.000 millones están condicionados a cerrar todos los bancos inviables no sistémicos, y ocho de diez lo son, empezando por los nacionalizados que deben cerrase de inmediato: Novagalicia, Banco de Valencia y Catalunya Bank. Y dentro de los sistémicos está Bankia, con más de 150.000 millones de euros en activos, que se resiste a cerrar el 80% de las participadas inviables solo porque el megalómano de Rodrigo Rato las juntó para ser un gran banquero sin molestarse siquiera en analizarlas. Y el Gobierno se ha apresurado a decir que eso ni se plantea. Normal, sin el canal preferente para estafar al BCE,  bancos nacionalizados y los quebrados, el chiringuito se iría al garete.

Ni tienen plan alguno, ni tienen pensado tenerlo

Como diría Rosa Díez mientras a Mariano le salía espuma por la boca, que el presidente del Gobierno coja un lápiz y un papel y escriba conmigo: “La deuda con el BCE en mayo ha subido en 14.500 millones, cinco veces más que en mayo 2011”. El déficit público en el primer cuatrimestre es un 54% mayor que el del año pasado –un 10 % del PIB en términos anualizados–, aunque la excusa son los “adelantos” a CCAA y Seguridad Social, una burla porque no solo no los van a devolver, es que necesitan mucho más porque siguen gastando un 50% más de lo que ingresan, y tampoco pueden amortizar los casi 30.000 millones de vencimientos de deuda. Y la Seguridad Social igual, los gastos crecen al 4,5% e ingresos caen al 1,6%. Es decir, la deuda de España no sólo es ya inasumible, está creciendo a gran velocidad y los desequilibrios estructurales también. El descontrol del gasto es absoluto: 115.000 millones más de lo que ingresaremos extrapolado a nivel año.

Pero hagamos ciencia ficción y supongamos que se decide recorte de gasto para situar la deuda en un nivel asumible, en torno al 60% del PIB en 20 años ¿Cuál sería la cuota anual? Unos 75.000 millones. Ahora súmele el sistema financiero, cuya deuda es el 109% del PIB, el doble de Francia o Alemania y el triple de EEUU, y un 165% del PIB de empresas no financieras y familias, la mayor del mundo: más de 250.000 millones. Nadie puede pagar el 25% del PIB durante 20 años, y Rajoy en lugar de explicar a Europa que España necesita urgentemente una quita, como Grecia, Irlanda o Portugal, sólo piensa en cómo conseguir más dinero de Europa para mantener el botín y el poder, pero ni tiene plan alguno ni tiene pensado tenerlo. La gestión de Rajoy es una auténtica tragedia, ha mantenido y agravado la de Zapatero, la falta de realismo, la improvisación y el caos en la toma de decisiones son ya escandalosas.

Decir, cómo hacen hoy estos insensatos y sus palmeros, que “remediar esto ya no depende de nosotros” cuando mantienen intacto un despilfarro autonómico y local de 120.000 millones de euros, cuando las medidas tomadas van todas contra el consumo y de la economía productiva, cuando la gestión de la crisis de Bankia ha sido un monumento a la incompetencia y al disparate, es un insulto inaceptable a los españoles y al resto de Europa, y lo mejor que nos puede ocurrir es que sustituyan a este Gobierno de incapaces y mentirosos por tecnócratascomo en Italia hoy o España en los 60. La solución no es el BCE, la solución no es más dinero sin control, la solución es acabar con un modelo de Estado corrupto hasta la médula que ni España ni nadie pueden seguir manteniendo.

Roberto Centeno

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