Qué va a pasar en Andalucía? Antes de responder a esta pregunta convendrá aclarar qué no pasará: Arenas no será presidente de la Junta de Andalucía. Las listas del PP, que no sus candidatos (éstos son inexistentes en el régimen neofranquista que padecemos), son las que han recibido un mayor número de votos. Pero el número de escaños que ocuparán los funcionarios del PP con el cargo de parlamentarios autonómicos andaluces no alcanza la mayoría absoluta del número de delegados legislativos autonómicos. Los funcionarios de los otros dos partidos que se repartirán el resto de escaños votarán, sin duda alguna, contra la investidura del contumaz Arenas.

Comencemos de nuevo. ¿Qué va a pasar en Andalucía? Las listas del PSOE quedaron en segundo puesto en la carrera por el reparto del subestado andaluz. Y sus ya electos funcionarios de partido van a adelantar al PP por la derecha con la ayuda de IU. Griñán será investido presidente de la Junta de Andalucía. Nos resta dilucidar cómo ocurrirá. Veamos las tres opciones.

Un Gobierno de coalición PSOE-IU es tan posible como improbable. Son muchas las razones para ello. Veamos la más evidente. Sería un suicidio para IU. Una cosa es que la militante que ocupaba la única Alcaldía de capital de provincia que tenía IU (léase Rosa Aguilar) se pase unilateralmente a las filas del eterno adversario para ocupar una Consejería sin el más mínimo pudor (y esto después de haber acusado reiteradamente a Felipe González en el Congreso de dirigir a los asesinos de los GAL); y otra cosa muy distinta es que toda la coalición IU abrace al PSOE. Si así lo hiciera IU, ¿qué razón podrían encontrar sus simpatizantes para votar sus listas en el futuro? Ninguna, sería igual que votar las del PSOE.

En las otras dos opciones, los funcionarios legislativos de IU también votarían a favor de la investidura de Griñán. No pueden abstenerse. De hacerlo, entregarían el Gobierno a Arenas y eso es exactamente lo que entendería su electorado. En una de estas opciones, IU votará a Griñán y pasará a la oposición sin más novedad.

La última variante, y la más plausible, convierte de nuevo a Diego Valderas, coordinador regional de IU, en presidente del Parlamento andaluz (ya lo fue a mediados de los 90). Está por ver si será ésta o no la única exigencia de la tercera formación andaluza antes de darle el Gobierno a la segunda. El número uno de la lista de IU por Sevilla, Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, ya se ha desmarcado. Quiere estar en la mesa de negociación política con el PSOE, pero su formación lo ha dejado fuera. Tiene Sánchez Gordillo tanta fama pasada de inflexible como futura fama de genuflexo puede ganarse Valderas.

Una Comisión de Investigación en el Parlamento para desnudar las vergüenzas de la trama de los EREs falsos es una de las músicas que más suenan en la sede regional de IU. Hasta ahora, Griñán se ha negado. Pero hoy o mañana accederá. Y estará dispuesto a dar en bandeja las cabezas de los anteriores consejero y viceconsejero de Empleo, Antonio Fernández y Agustín Barberá, respectivamente –ambos imputados por la trama que robaba los dineros previstos para los desempleados afectados por un ERE. Pero por un ERE real, de los que dejan a una familia sin ingresos con los que llenar la nevera y pagar la luz, el agua y la hipoteca.

Esto es lo que pasará en Andalucía. Valderas será presidente del Parlamento y Griñán de la Junta. Se formará una Comisión de Investigación sobre la trama de los EREs falsos. Esta comisión no desvelará nada que no haya destapado ya la juez Alaya. Griñán dirá que la corrupción es un fenómeno aislado, que Andalucía va bien y que todo el peso de la ley debe caer sobre los corruptos.

IU, con Valderas a la cabeza, está en una posición inmejorable para romper la baraja; para decir “Hasta aquí hemos llegado” y hacer reventar el régimen desde dentro; para denunciar la corrupción sistemática existente en todas las administraciones públicas; para exigir la apertura inmediata de un periodo de Libertad Constituyente que ponga fin a esta monstruosidad neofranquista y de a los españoles la oportunidad de decidir libremente, por primera vez, su futuro, la forma del Estado que quieren y también la forma de Gobierno. Tiene Valderas la oportunidad de poner sobre la mesa el debate de la ausencia de democracia en España.

Pero no lo hará. Él y los otros once parlamentarios de IU se taparán la nariz mientras miran a otro lado y dan por buenas las explicaciones de Griñán.

Y después, vuelta a empezar. ¿Qué pasará entonces en Andalucía?

Javier Torrox

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