La Comisión Constitucional del Congreso ha aprobado la modificación legal acordada por el PSOE y el PP para reducir el mandato de los Magistrados del Tribunal Constitucional que va a nombrar el Senado en noviembre tras el consenso alcanzado por ambos partidos. La reforma supone descontar de los nueve años de mandato el tiempo que los partidos han tardado en renovarles, en este caso tres años. Tras el acuerdo de las formaciones mayoritarias para desbloquear la renovación del TC en la cuota correspondiente al Senado, pendiente desde 2.007, ambos grupos han decidido que estos cuatro Magistrados tendrán un mandato más reducido por razones prácticas a la hora de solventar en un futuro las dificultades en la renovación de la institución por terceras partes.   Para evitar que alguno de los nuevos Magistrados pudiera recurrir en amparo la reducción de su mandato se decidió acometer con urgencia la reforma legal, aprovechando para ello la proposición de Ley Orgánica de Reforma Electoral referida al diseño de la papeleta salmón destinada a escoger el menú de senadores ofrecidos por los partidos. Dicha proposición de ley reduce el tamaño de la “sábana” para el Senado, elimina la obligación de presentar los candidatos por orden alfabético, coloca a los partidos en orden de aparición según los votos de los últimos comicios y suprime la mención a los suplentes, dos por cada candidato en lugar de uno como hasta ahora.   El PSOE y el PP han utilizado la puerta de atrás para este cambio legal sirviéndose para ello de la tramitación de la única enmienda registrada, presentada en su día por CiU para exigir un mínimo de firmas a los candidatos que aspiran a integrar la Cámara Alta. Una pretensión nacionalista ya alcanzada al ser asumida por la subcomisión del Congreso encargada de la reforma global de la Ley Electoral (LOREG). Tras su aprobación en la Comisión Constitucional, la proposición de ley que reforma la papeleta electoral del senado y la de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, pasarán en un mismo paquete al Pleno para su remisión al Senado, entrando en vigor antes de los nombramientos de Magistrados por esta Cámara previstos para noviembre.   Después se deberá acometer la renovación parcial del TC que corresponde al Congreso, que toca a final de año y que no debiera retrasarse ya que el PSOE y el PP la tienen apalabrada. Ahí se pretende encajar la pretensión de las formaciones catalanas de proponer un candidato, habida cuenta de que los nombres sugeridos al Senado por el Parlament han quedado fuera. Todo encaja.

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