El Ministro de Justicia D. Mariano Fernández Bermejo afirma que la postura de la Fiscalía del Tribunal Supremo apoyando la rebaja de penas a los condenados por el caso Ekin no supone “ningún cambio de filosofía”. El Sr. Fernández Bermejo respondió así a las preguntas sobre la información publicada por el diario “El País”, según la cual el Fiscal del Alto Tribunal ha decidido apoyar parcialmente los recursos de casación de 33 de los 47 condenados en diciembre de 2.007 en el juicio al entorno de ETA.   Desde luego no existe cambio de filosofía en la actuación de la Fiscalía, ya que ésta consiste únicamente en obedecer a pie juntillas las instrucciones de quien ocupa el vértice de la estructura jerárquica del Ministerio Público, nombrado directamente por el Presidente del Gobierno. Así lo reconoce expresamente el Sr. Bermejo cuando se pronuncia sobre las líneas maestras de la actuación de la Fiscalía, pues sus criterios son dictados directamente desde el ejecutivo como una parte más de su actuación de gobierno. Nadie mejor que él para saber cuál es la “filosofía” de la Fiscalía ya que ésta no es otra que la voluntad coyuntural del gobierno, convertida así en auténtica Razón de Estado. La última oferta terrorista de nuevas conversaciones políticas con el gobierno, y la difícil posición del ejecutivo tras el fracaso del “alto el fuego permanente” etarra hacen imposible plantear la cuestión frontalmente.   La debilidad del gobierno, que lo es en realidad del Estado, aconseja adaptar la postura procesal de la fiscalía cursando las órdenes oportunas al Fiscal General del Estado nombrado “dedocráticamente” y simulando una independencia en la actuación totalmente inexistente, de tal forma que la acción del ejecutivo quede incólume de cara a la opinión pública. La crítica por los partidos de oposición a la actuación del Fiscal General del Estado es tan constante en lo personal como persistente en su apoyo institucional, sabedores de que en algún momento llegará su turno y nombraran para el puesto a uno de sus correligionarios. Cardenal, Conde-Pumpido y el propio Bermejo han sufrido las críticas del bando rival por su docilidad en el cargo, pero lejos de denunciar la iniquidad de la forma de elección del Fiscal General del Estado, o aún la existencia misma de tal cargo político, han preferido esperar el momento de su sustitución.   Fernández Bermejo y Conde-Pumpido (foto: eitb.com)

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