En distintos puntos de la Geografía Española se empiezan a suceder manifestaciones contra los Recortes que la Partidocracia antidemocrática está aplicando sobre los derechos laborales y salariales de los españoles.

Se tratan de manifestaciones que no pueden llegar a ningún sítio, son protestas que empiezan y acaban en la frustración continuamente porque no hay cauces de canalización de las demandas sociales, el jefe del partido mayoritario controla las acciones del Poder ejecutivo, y mantiene bajo una ley de mordaza de hierro a los representantes legislativos que él mismo ha elegido por lo que no hay control ni límite a la acción de gobierno. Nadie va a atreverse a discutir los recortes porque no se deben ni dependen de quien les votó sino de quien los eligió para ir en una lista.

Sin Libertad Política colectiva toda manifestación o huelga es un malgasto de energías y sueldos que sólo sirven a la legitimación de unos dirigentes sindicales que tiene pactada con la casta política las coreografías de protesta. La simple escenificación de una protesta sin que esta tenga un objetivo político ni medios para plasmarlo es un engaño objetivo a las personas afectadas por los recortes que sin saberlo, colaboran necesariamente con aquellos que están arruinándoles las vidas. Para mayor burla, las coreografías acaban con la escenificación de un acuerdo que refuerza y legitima tanto la medida por la que se protestaba como el status quo partidocrático.

El Gobierno del PP puede permitirse decir claramente que vamos a la ruina porque no teme ninguna medida de la Sociedad Civil, ni de los parlamentarios a los que paga y mantiene, ni de los jueces. Ni de los sindicatos a los que mantiene dentro del Estado.

La gente que honestamente empieza a salir a la calle buscando una solución tiene que pedir su Libertad Política Colectiva con carácter previo a toda medida de reforma económica o parcial. La conquista de la Libertad es lo único que da entrada a la posibilidad de que cambien las cosas. Poder elegir y revocar a los representantes, exigirles que planteen iniciativas legislativas que limiten al Gobierno si este mantiene una política antisocial, expulsar del Estado a los sindicatos estatales para que sean los trabajadores los que los controlen como entidades destinadas a defender intereses sectoriales… Estos deben ser los puntos que los trabajadores deberían exigir con carácter previo.

No podemos permanecer quietos y callados hasta que pasen cuatro años y volvamos a ir como corderos a refrendar unos representantes que no elegimos, o acudiendo a la calle para que se hagan una foto unos dirigentes sindicales mantenidos por el Estado ni un minuto más. Eso es una burla trágica, un ridículo colectivo que nos convierte a todos en súbditos. Hay que hacer una huelga general revolucionaria por la Libertad Política Colectiva. Hay que hacer una huelga política.Todo lo demás es un fraude.

Fotografía de Erick / D’Loop

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