España avanza imparable a la ruina, si es que no lo está ya, y mientras sus ciudadanos más activos son molidos literalmente a palos a las puertas del Congreso, donde sus teóricos representantes permanecieron escondidos y parapetados tras un ejército de policías, la “casta” que aún domina las finanzas, la política, la judicatura y los medios de comunicación, presume de cartera, y en esto, como en otras muchas cosas, los socialistas y los populares se abrazan y se dan la mano. Porque no sólo España está “rescatada”, también sus grandes empresas, que caminan como “zombies” con multimillonarias pérdidas y sin horizonte de futuro ni esperanza remota de rentabilidad o al menos equilibrio en sus cuentas. Su deuda pasa a los bancos, de éstos al Estado y éste se la endosa a Alemania vía euro, de ahí el pánico del mercado a la deuda española, pues habrá algún día en que Merkel no aguante más o que la economía española, recortada hasta el abismo, caiga exhausta dándose de bruces contra el suelo.

Ejemplos salen a la luz a diario y si ayer era Telefónica quien llegaba a un acuerdo con Prisa por el que la sociedad que dirige César Alierta se comprometía a suscribir bonos convertibles en acciones por valor de 100 millones de euros del grupo de medios de comunicación, según informaba Prisa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), hoy es su máximo ejecutivo, el periodista Juan Luis Cebrián, quien es noticia por haberse puesto un sueldo de 13 millones de euros anuales. Prisa había anunciado ya que había cerrado un acuerdo con La Caixa, Banco Santander y HSBC para la conversión de parte de su deuda en acciones por 334 millones de euros. Esta decisión redujo la participación de la familia Polanco, que a partir de ahora será sobre todo gestora del gran capital.

“Mis emolumentos son los habituales del mercado”, aseguró ayer el presidente ejecutivo de Prisa, Juan Luis Cebrián, en la primera ocasión en que se refería abiertamente en público a la retribución que percibió en 2011, según informa El Confidencial. Sin embargo, el salario de 8,2 millones que la compañía comunicó a la CNMV –más de 13 millones de acuerdo con el desglose que la firma hizo posteriormente ante el regulador estadounidense (SEC)- se aleja dramáticamente de lo que se embolsan los primeros ejecutivos del sector de medios de comunicación. También de lo que obtienen los jefes de las compañías cuya capitalización es similar a la que presenta la editora de El País, según el mismo diario digital. Otro colega, el diario “El Plural”, anticipa que Cebrián prepara un “giro ideológico” en el diario, por el cual cesará al actual director, Javier Moreno: se trataría de “dar menos relevancia a la política y a los informativos en su programación”, refiriéndose a la SER. En el diario, directamente se habla de una reconversión ideológica, un giro que llevaría al diario ocupar un lugar más de centro o centro-derecha”.

“¿La razón? Evidentemente contar con la simpatía del Gobierno, pero también de los bancos que aceptaron cambiar parte de la deuda que mantiene el grupo con ellos -unos 3.500 millones de euros- por paquetes accionariales, hasta el punto de que poseen cerca del 40% de la empresa que una vez fue de Jesús de Polanco y su familia”.

 

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