Al menos 35 ex altos cargos políticos han encontrado colocación en varias grandes empresas españolas, y el ejemplo a seguir comienza por dos expresidentes como Felipe González y José María Aznar, que prestan sus servicios como consejero independiente y asesor externo, respectivamente, para dos compañías energéticas: Gas Natural y Endesa, informa el diario 20 Minutos.
Además, una veintena de exministros han encontrado acomodo en varias de las mayores empresas del país,  la mayoría pertenecientes a sectores regulados e influidos de forma directa o indirecta por el propio Gobierno. Una decena trabajan para el sector energético y cuatro para el financiero. El resto se reparten entre constructoras, ‘telecos’, consultoras y aerolíneas.

 

 

También secretarios de Estado, subsecretarios y otros altos cargos políticos ocupan puestos de responsabilidad en las principales cotizadas. Es el caso, por ejemplo, del exsecretario de Estado de Comunicación Alfredo Timermans (PP)– consejero de Telefónica– o el expresidente del PNV Josu Jon Imaz, actual presidente de Petronor.

“Su amplia carrera política le reporta un conocimiento extenso en el ámbito regulatorio, así como sobre el funcionamiento de las instituciones públicas”. Estas cualidades reconocidas por la eléctrica Iberdrola acerca del exministro de Interior, Administraciones Públicas y Justicia, Ángel Acebes (PP), constatan parte de lo que buscan las compañías al fichar a un antiguo alto cargo. Y es que diversos estudios apuntan a que “los consejeros políticos crean mucho valor para las empresas por un mal tipo de razones, es decir, proporcionando una vía de acceso privilegiado al regulador”, tal como opina –sin descartar que puedan aportar valor por sí mismos– el investigador Juan Santaló, de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada en su artículo “¿Qué pintan los políticos en los consejos de administración de empresas privadas?”

 

Si bien la Ley de Regulación de los Conflictos de Intereses impide durante dos años a expresidentes y exministros ocupar cargos relacionados con su anterior ocupación, existen resortes para sortear esta regulación. Así, la exvicepresidenta económica socialista Elena Salgado fichó tres meses después de dejar el cargo por la eléctrica Endesa a través de su filial chilena, motivo por el que no se pudo oponer la Oficina de Conflicto de Intereses.

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