Hemos llegado a Albacete muy cansados. Nos ha recibido un comité de bienvenida organizado por la asamblea de Albacete. El resto del día nos hemos limitado a esperar o a descansar mientras esperábamos. Hasta las 10 y media de la mañana, cuando llevábamos ya un buen rato en la puerta, no han abierto el polideportivo que nos han cedido para alojar nuestros bártulos y descansar nuestros cuerpos.   Por la tarde, sin asamblea, ha sido extraño. Además el hecho de que Albacete sea la mayor población que hemos pisado desde que salimos hace ya dos semanas desde Valencia, sumado a la abundancia de juventud entre los caminantes, ha hecho que la algarabía triunfara en los planes personales y ahora mismo están muchos ejecutando un botellón. Ah, eso sí, un botellón político apartidista. De lo único relacionado con la marcha de lo que se ha hablado es de la noticia de la Asamblea de Madrid, supongo que Sol, que no quería que hubiera manifestación en Madrid el día 24j. La respuesta de todas las marchas ha sido unánime y firme: ¿para qué se pensarán en Madrid que estamos haciendo las marchas de indignados si no es para culminar en una gran manifestación? Lo reconsiderarán.   Mañana temprano acompañaremos hasta la entrada a la ciudad a nuestros anfitriones, para dar la bienvenida como hoy hicieron con nosotros, a los caminantes que llegan desde más al sur de la costa del Mediterráneo, Alicante, Murcia y Almería, cuyas marchas ya se han unificado y llegan mañana a Albacete, de donde partiremos ya todos juntos.   Mi labor difusora de las ideas que nos acerquen a la libertad colectiva se hace casi sola, sin resistencia, cuando va despojada de toda afiliación ni mención al MCRC, y en buena medida también a la República. La gente sólo comienza a ver la ausencia de democracia, y ahí sí ayudaría contar con panfletos informativos con ideas sin firma: diputado de distrito, mandato imperativo, gobierno sometido a las leyes, leyes promulgadas por el Consejo Legislativo, el principio de mediación entre Sociedad y Estado, la derogación del mandato, el cese del poder ejecutivo, etc. Porque la instintiva desconfianza de este movimiento espontáneo de individuos indignados hacia grupos ya organizados, por temor a ser manipulados e infiltrados, los hace anteponer su pasión contraria a las siglas, a las ideas firmadas. Es un “partir de cero” kafkiano. Mañana sí hay asamblea y Albacete merece conocer la manera de salir de esta crisis por la vía de la libertad política.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí