Parlament de Catalunya (foto: jormc) El holding catalán Los catalanes han acudido a las urnas para elegir a los miembros que componen su Parlamento autonómico. A primera vista parece que los ciudadanos de ese territorio han elegido a sus representantes políticos en dicha institución. Pero, al mirar el régimen electoral existente, se deducen conclusiones radicalmente diferentes: para la elección de los 135 parlamentarios, el territorio catalán se ha dividido en cuatro distritos electorales definidos por los límites de las provincias actuales, de acuerdo con su población: Barcelona (85), Tarragona (18), Girona (17) y Lleida (15); desaprovechando su división municipal y comarcal para elaborar un sencillo mapa de 135 distritos catalanes que eligiesen a su representante en dicho Parlamento.   A principios de este año los mismos socialistas catalanes habían propuesto transformarlo en un sistema mixto: 64 diputados elegidos por cada uno de los distritos definidos por las comarcas, los distritos de Barcelona y los partidos judiciales; y otros 71 de forma proporcional a las listas electorales. Por razones partidistas el proyecto no siguió adelante. Así que los ciudadanos catalanes no han elegido a ningún representante político, solamente han podido escoger una de las Listas Provinciales elaboradas por cada Partido o Agrupación correspondiente, cuyos integrantes han sido colocados en el orden que ha querido el dirigente de cada Partido, aunque los medios de comunicación ensalcen este régimen electoral “como si” fuera un sistema de representación democrática. Ese Parlamento catalán elegirá a un Gobierno que se hará cargo de un verdadero holding de órganos y entes públicos, preñado de privilegios y prebendas; una hidra burocrática que ha ido creciendo a lo largo de estos años de loca descentralización hasta convertirse en un monstruo que asfixia cualquier aliento de vida social y económica en cualquier rincón del territorio catalán.   Para hacernos una rápida visión: Los Presupuestos de Cataluña para 2010 ascienden a 39.700 millones de euros (M€) distribuidos entre: 27 órganos de la Generalitat (7 órganos superiores, 15 departamentos y otras 5 secciones presupuestarias más gestionan 32.519 M€), 3 entes dedicados a la salud y servicios sociales (14.088 M€), 26 entes administrativos (926 M€), 5 entes comerciales y financieros (138 M€), 44 entidades de derecho público (6.667 M€), 50 sociedades mercantiles (3.026 M€), 59 consorcios (3.099 M€) y 36 fundaciones (648 M€); para llegar a aquella cifra hay que deducir 21.411 M€ de transferencias internas entre los diversos entes enumerados.   No es nada extraño que estos días Joan Rossell, presidente de la Patronal catalana “Fomento del Trabajo”, se haya quejado de la enorme carga burocrática que soportan las empresas catalanas. En el mismo acto manifestaba la imperiosa necesidad de gastar menos y mejor, pues a través de las Administraciones Públicas actualmente fluyen recursos que sobrepasan el 40% del Producto Interior Bruto español.

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