Memoria del futuro (foto: Jaume d'Urgell) Disfraz ideológico El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, firmará convenios de colaboración con ocho comunidades autónomas (todas ellas gobernadas por el partido del Ejecutivo) para elaborar un mapa de fosas de la Guerra Civil y posteriormente proceder a las exhumaciones. Por otra parte, el Consejo de Ministros ha acordado ampliar el plazo hasta Diciembre de 2011 para que los hijos y nietos de exiliados republicanos puedan optar a la nacionalidad española. Además, la Junta de Andalucía “no descarta” continuar las excavaciones en el parque Federico García Lorca del municipio granadino de Alfacar. La consejera andaluza de Justicia y Administración Pública, Begoña Álvarez, ha asegurado que “se va a facilitar ahora financiación para los trabajos previos” antes de proceder a excavar.   Pero los mapas de fosas en las comunidades autónomas controladas por el oligarca PSOE conducen a nuevas especulaciones de terreno y nuevos contratos de obra. El partido gobernante se acuerda ahora de los exiliados, desde que llegara al poder en 1982, y deja pendiente hasta la víspera de las próximas elecciones generales los trámites de nacionalización de sus descendientes para lo cual, en un año, ha recibido 161.463 peticiones. En cuanto a continuar excavando en el parque del municipio de Alfacar, ya no es buscando los restos del poeta García Lorca (nunca lo ha sido). Según la Sra. Álvarez está previsto construir una instalación “vanguardista”, lo que ha provocado el rechazo de más de un centenar de intelectuales que defienden que el paraje continúe siendo lo que es, “un lugar para la memoria, la reflexión y el recuerdo”.   La nueva puesta en escena de la manoseada Ley de Memoria Histórica, en virtud de la cual el poder mediático del Gobierno pretende aglutinar la mayor carga posible de sentimientos republicanos ideologizados oculta, por ejemplo, que Doña Clara Campoamor (entre otros) fue duramente perseguida hasta su exilio por las dos facciones predominantes de la oligocracia. Es con este espectáculo tan ruin, deplorable, macabro, rayando en la necrofilia, cargado de tráfico de influencias y beneficios personales, enmascarado de ideología, como consiguen los incautos votos republicanos -y demás de izquierda-, los que hoy detentan el poder. Es la sociedad civil española la que debe ir quitando el falso disfraz ideológico a estos farsantes sin escrúpulos que nos oprimen.

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