JERÓNIMO SAAVEDRA.

Pocas veces se tiene la oportunidad de saber qué hay en el interior de las personas, y conocer de verdad cuáles son los impulsos vitales y los sentimientos que inspiran sus ideas. En este libro que recoge en parte las memorias de Carlos Alberto Biendicho y que han elaborado los escritores Illy Ness y Alfredo Molley, a los que ya recordaba por sus “Hijas de Adán”, he podido conocer aspectos personales del amigo que sólo pude entrever en las distintas ocasiones que nos vimos, tanto en el Senado, cuando acudía a pedir o dar alguna información, o en la calle y en otros ámbitos, como sucedió en la librería Berkana, cuando se presentó “Outing en España”, la obra de Fernando Bruquetas, que también tuve el placer de prologar.

Aunque ya este libro se titula acertadamente “Gaviotas que ensucian su propio nido”, rindiéndole inteligente homenaje a Juan Goytisolo, autor de “Las virtudes del pájaro solitario”, siempre he pensado que Biendicho es una “rara avis”: militar, ex seminarista y un gay en el Partido Popular, que además funda una Plataforma en el partido conservador en contra de la opinión de sus líderes, y abiertamente opuesto a la línea dura y las directrices que emanan de la calle Génova.

Eso es luchar contra corriente en la política y en la vida, algo que me es muy familiar. No deja de ser un aliciente que haya personas así, que a pesar de tener todo en contra, se mantengan fieles a sus ideas, aunque no sean las mías. A los demás nos puede dar la impresión de que es una contradicción o una pérdida de tiempo, pero en el fondo no son ninguna de las dos cosas, más bien creo que es constancia y fe en lo que uno hace y cree. Así, me enseñaron, deben ser las personas con calidad humana ejemplar.

 

 

Hoy Biendicho padece una enfermedad grave* pero por fortuna en vías de curación gracias a los avances de la investigación científico-médica y al arrojo de Carlos Alberto, entre otras cosas, pues se ha sometido voluntariamente a todo tipo de pruebas y experimentos con vacunas de nueva generación. Tiene SIDA, pero tampoco este mal ha logrado arrebatarle el coraje de sentarse a contar sus memorias y dejarnos con ellas su visión personal de muchas facetas de la vida. Con la pluma ágil del que no tiene tiempo que perder, nos ilustra sobre algunas interioridades personales y políticas, que acabaron por hacer de él lo que ahora es y soporta estoicamente sin desperdiciar ni un gramo de oxígeno. Así que en estas páginas está casi todo lo que ha considerado y considera importante: hay desengaños y cierta amargura pero también pasión, hilaridad en algún momento e ilusiones. Así es la vida, nos dice, dejándonos el sabor del que ha logrado superar casi todo con valor y vehemencia. No lo ha tenido fácil. Eso se ve desde el primer momento, y vuelvo de nuevo a Goytisolo: cuando tuve oportunidad de ver en el Teatro Real la adaptación libre de su novela sanjuanesca, que entonces figuró con el título de El viaje a Simorgh, me apercibí de que el músico José María Sánchez Verdú, el pintor Frederic Amat y el Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid lograban ensamblar en la escena con Jesús López Cobos y con todo el reparto esas virtudes del pájaro solitario elevadas con audacia a la máxima armonía. Y esas condiciones de esta gaviota solitaria –también a mí me lo parece– son cinco: la primera, que se va a lo más alto; la segunda, que no sufre compañía, aunque sea de su naturaleza; la tercera, que pone el pico al aire; la cuarta, que no tiene determinado color; la quinta, que canta suavemente. Oigamos pues el canto literario que tanto Carlos Alberto Biendicho como Illy Ness y Alfredo Molley nos ofrecen y prestemos atención a su melodía. Seguramente tengamos que aprender y disfrutar mucho con él.

Jerónimo Saavedra Acevedo, fue alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, presidente de Canarias y ministro de Educación y de Administraciones Públicas.

* Carlos Alberto Biendicho falleció el 16 de noviembre de 2010 víctima de un cáncer asociado al SIDA.

El libro está disponible en Bubok.

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