Roberto Centeno

ROBERTO CENTENO.

Los últimos datos oficiales conocidos dibujan los peores registros de toda la crisis: la recesión se ha agudizado, hemos pasado de un 0,6% oficial en el tercer trimestre de 2011 al 1,6% negativo en el mismo periodo de 2012. La caída del consumo -el índice más importante, el de comercio al por menor, se desplomaría en octubre hasta el 8,1% interanual, ¿y nos dicen que el PIB solo ha caído el 1,6%?, nos toman por imbéciles- agrava la crisis en el cuarto trimestre; la destrucción de empleo medido por la EPA (1) se ha acelerado con 800.000 parados más en septiembre, en tasa interanual, con un crecimiento del 98% respecto a la subida del paro EPA en el mismo periodo del año precedente -404.000- y los pasivos en circulación o deuda pública total han superado el billón de euros, mientras la socialización de pérdidas de unos bancos y banqueros incompetentes y corruptos se ha convertido en el mayor saqueo a las arcas públicas de la historia de España.

La última estimación oficial de déficit 2012, que da por buenas las cifras falsas de CCAA y Seguridad Social, e incluyendo el coste del rescate bancario es del 9,9% del PIB. Montoro, después de haber ordenado en noviembre no pagar una sola factura, va jurando por los pasillos que el déficit será del 7%, excluyendo las inyecciones a la banca. ¿Pero cómo un ministro de Hacienda puede ser tan manifiestamente tramposo? Hay miles de millones en gastos por pagar en los cajones no contabilizados. Pero, además, hasta septiembre la mayoría de CCAA han recaudado entre el 10 y el 25% de lo prometido y recortado menos de la mitad, por lo que deberían ser intervenidas aunque, como hace un año, no lo serán. En cuanto a la Seguridad Social el déficit superará los 13.000 millones frente a cero que Montoro juró en abril que sería. ¿Cómo reaccionarán los mercados cuando empiecen a aparecer agujeros por todos lados como en 2012?

Si la corrupción y el despilfarro son hechos siempre punibles, en la situación de España hoy, con 6 millones de parados y un 24% de las familias viviendo por debajo del umbral de la pobreza, deberían ser de prisión sin fianza. No hay derecho a que en esta situación el banco malo, por ejemplo, con un 90% de deuda avalada por los españoles, empiece su sendero de ruina alquilando sus oficinas en el sitio más caro de Madrid, que se tiren por la fregadera decenas de miles de millones  enrescatar bancos que después se van a cerrar en un 60%, que se mantenga un despilfarro público de más de 100.000 millones al año para mantener estructuras completamente innecesarias y cientos de miles de familiares y amigos, solo porque ni Rajoy ni la casta están dispuestos a renunciar. Hay que ser unos miserables para dilapidar así los recursos de una nación al borde del abismo.

Las cifras de ejecución del presupuesto del Estado a noviembre ilustran perfectamente este disparate: su gasto corriente se incrementa un 2% y el de las regiones en un 15 %, un auténtico escándalo, mientras los ingresos suben un 11,2 %. La exportaciones, la gran excusa de estos irresponsables, tienen un valor añadido demasiado reducido y un efecto sobre el empleo casi nulo para poder cambiar nada. Y, además, ¿de qué sirve que el déficit por cuenta corriente tenga un superávit de 5.000 o 10.000 millones anuales, si necesitamos más de 5.000 a la semana para refinanciar los vencimientos y la deuda nueva? Cinco años después de comenzada la crisis, la destrucción de empleo sigue creciendo, igual que las pérdidas de renta y riqueza de los ciudadanos, y el endeudamiento sube hasta las estrellas. A quienes ven luz al final del túnel que Dios les conserve el oído, porque lo que es la vista…

 


(1) He explicado por activa y por pasiva los descuadres brutales entre cifras oficiales y realidad, algo que aparte de una estafa es un auténtico insulto a la inteligencia, como, por ejemplo, que el PIB oficial 2012 en euros constantes después de cinco años de crisis se estime superior al de 2007. Pero en el tema del paro la situación resulta más disparatada si cabe por las discrepancias abisales entre la EPA y el paro registrado. ¿Cómo son posibles valoraciones de una misma realidad tan increíblemente dispares? El incremento del paro en 2010, medido por paro registrado, fue de 177.000 personas; medido por la EPA, 370.000. En 2011, el paro registrado subió en 320.000, según la EPA 577.000. En 2012, entre enero y septiembre, el paro registrado subió en 283.000, y en la EPA de 505.000. Y el último disparate: ¿Cómo es posible que en diciembre haya bajado el paro registrado en 59.000 personas y a la vez caído el número de cotizantes a la Seguridad Social en 99.000? ¡Una discrepancia de 158.000!  ¿Se puede saber a qué se dedica Eurostat tolerando tamaños fraudes estadísticos a sus miembros?

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