Paco Corraliza

PACO CORRALIZA

Nadie, probablemente, comprendió en vida a Friedrich Nietzsche como lo hizo una mujer; la fina y femenina inteligencia aguzada de una (¡cómo no!) espiritual mujer judía, la rusa Lou Andreas-Salomé. En una carta a ella, Nietzsche la calificó con el cariñoso apelativo de “cerebro hermano(1).

La mujer es el organismo «vivo» más perfeccionado de la Naturaleza (de la «Madre –mater– Naturaleza»; de la espiritualizada «Madre-Materia»); es, «puede-ser», de forma milagrosamente innata, simultáneamente receptáculo y manantial de Amor: es el «Sí-Tú» que tan magistralmente bien prepara al «No-Yo» para que afirme «Sí-Tú-también». La mujer convierte a la criatura en Hijo; la criatura convierte en Madre a la mujer; y, entre ellos, opera («inter-actúa») el Amor.

La relación (el lazo «entre») madre-hijo es el símbolo vivo perfecto del recíproco «Inter-Esse» que personifica; del «Entre-Sí»; del Amor fundacional que afirma al niño como Hijo y al hombre como Padre. Y, entrambos, le ponen Nombre a ese «Hijo»; le nombran. Todas esas relaciones se dan en el espacio inter-personal presencial y presente donde se establece el Amor intercambiando regalos (presentes), se afirman verdades y se despliega la Libertad junto con todas esas verdades y, éstas, con todas sus libertades. El judío para mí más espiritual e inteligente de todos los tiempos, Jesus de Nazaret, con su cuerpo clavado en una cruz y en un acto de enseñanza suprema, mostró su sabia, noble y generosa fortaleza en el Amor con estas palabras, dirigidas a su propia Madre, María, y a su «discípulo amado», Juan: “Mujer, ahí tienes a tu Hijo; Hijo, ahí tienes a tu Madre” (Jn 19, 26-27). [«Libertad-reconocimiento»]

Tuvo que ser Hannah Arendt, de nuevo una muy inteligente y espiritual mujer judía, que tanto sabía de Amor, quien escribió (1954): “la razón de ser de la Política es la Libertad”(2). Y, cuatro años antes, había dejado escrito (1950): “la filosofía tiene dos buenos motivos para no encontrar nunca el lugar donde surge la Política. El primero es la creencia de que hay en «el hombre» algo político que pertenece a su esencia. Pero esto no es así: «el hombre» es apolítico. La Política «nace» en el «entre-loshombres», por lo tanto, completamente «fuera-de-el- hombre».[…] La Política surge en el «entre» y se establece como relación.”(3) Libertad-ser»]

Y, ahora, sin más, unas citas de Lou Andreas Salomé (1894) y de Friedrich Nietzsche (contrástense éstas con las reflejadas en «XXXIX-1»):

Lou Andreas: “la única diferencia que, de verdad, determina la valía de los seres humanos radica tan solo en el grado y la especie de sus facultades intelectuales: ennoblecer a los hombres no significa otra cosa que consolidar la inteligencia «entre» ellos”.(1) [véase la cita de Tocqueville en «VIII»].

Friedrich Nietzsche (1878): “a pesar de todo, yo pregunto cuánto debe, en el balance total, perdonársele a un pueblo que, no sin culpa de todos nosotros, ha tenido la historia más dolorosa de todos los pueblos y al que se deben el hombre más noble (Cristo), el sabio más íntegro (Spinoza), el libro más portentoso [la Biblia] y la ley moral más eficaz del mundo.”(4)

Lou Andreas: “de todas las grandes dotes espirituales de Nietzsche, ninguna está ligada de modo tan profundo e inflexible con el conjunto intelectual de su organismo como su genio religioso. ¡Otra época cualquiera, otro período cultural, seguro que no habrían permitido que este hijo de un párroco [pastor luterano] se convirtiera en pensador! Sin embargo, bajo las influencias de nuestro tiempo, su espíritu religioso adoptó la dirección del conocimiento y satisfizo aquello que instintivamente anhelaba con más apremio -como la expresión más natural de su salud-, sólo que de forma patológica; esto es, lo logró únicamente por medio de un replegarse hacia sí mismo en vez de acudir a un poder vital incomprensible y existente en el exterior. Así, alcanzó precisamente lo contrario de aquello a lo que aspiraba: no una unidad superior de su ser, sino su más íntima división; no la fusión de todas las emociones e instintos de un individuo unitario, sino su partición en un «dividuo».”(1)

Friedrich Nietzsche (1873): “sólo en la ilusión del amor, sólo al resguardo de la ilusión del amor, es decir, sólo en la incondicional creencia en lo perfecto y justo, el hombre es capaz de crear. Obligar a alguien a no amar incondicionalmente es cortarle la raíz de su fuerza. Por verse obligado a abandonar su sinceridad, se disecará.”(5)

Friedrich Nietzsche (1874; citado por Lou): “¿Cómo puede un hombre conocerse a sí mismo? Este es un asunto oscuro y misterioso; y si la liebre tiene siete pieles, bien podría el hombre despellejarse siete veces setenta, que ni aún así podría exclamar «¡Ah!, ¡Por fin! ¡Éste eres tú realmente! ¡Ya no hay más envolturas!”(1a)

Friedrich Nietzsche (1878): “en cualquier forma de amor femenino se manifiesta también algo del amor materno.” […] “La mujer llega, por amor, a ser lo que representa en la imaginación de un hombre enamorado de ella”.(4)

Friedrich Nietzsche (1886): “Uno busca a alguien que le ayude a dar a luz sus pensamientos; otro, a alguien a quien poder ayudar: así es como surge una buena conversación.” […] “Lo que se hace por amor acontece, siempre, más allá del bien y del mal.”(6)

En febrero de 1888, en carta a su amigo Franz Overbeck, Nietzsche se lamenta de “la falta de un amor humano realmente refrescante y reconstituyente, de la absurda soledad, la cual trae consigo que casi todos los restos de conexión con los hombres sean mera causa de heridas.”(7)

En el mes de diciembre de 1888, sólo unos días antes de sufrir el colapso psíquico, el Filósofo-poeta Friedrich Nietzsche escribió una poesía desgarradora. En ella parece intentar, desesperadamente, «auto-afirmarse» valiéndose de un personaje ficticio inventado por él mismo: el Zaratustra. Recordemos que Nietzsche era filólogo (= amante de la palabra o lenguaje) y, con sólo 24 años, catedrático de Lengua Griega en la Universidad de Basilea; y que la palabra “etimología” está originalmente vinculada en griego con las expresiones: «ser»; «yo soy»; «verdad»; y «palabra o lenguaje» [véase «Libertad-rastreo etimológico»].

“Ya hace diez años…,

ni una gota me ha alcanzado,

ni un viento húmedo, ni un rocío de amor

-una tierra sin lluvias…-

Ruego ahora a mi sabiduría,

no sea avara en esta aridez:

¡derrámate tú mismo, gotea tu rocío

sé lluvia del desierto amarillento!

En otro tiempo exhorté a las nubes

a que se alejaran de mis montañas,

en otro tiempo les dije «¡más luz, sombrías!»

Hoy las seduzco para que vengan:

¡rodeadme de oscuridad con vuestras ubres!

-¡quiero ordeñaros,

vacas de las alturas!-

Sabiduría tibia como leche, dulce rocío de amor,

derramo sobre la tierra.

¡Fuera, fuera, verdades

de mirada lúgubre!

No quiero ver sobre mis montañas

verdades amargas, impacientes.

Dorada de sonrisa,

se me acerca hoy la verdad,

endulzada por el sol, por el amor bronceada,

sólo verdades maduras arranco del árbol.

[…]

¡Eres demasiado rico,

tú, corruptor de muchos!

A demasiados despiertas envidia,

a demasiados conviertes en pobres…

Incluso a mí tu luz me arroja sombra

me estremece el frío, ¡vete, rico!

¡vete, Zaratustra, apártate de tu sol!

Quieres regalar, deshacerte de tu abundancia superflua,

¡pero tú mismo eres el más superfluo!

¡Sé inteligente, tú, rico!

¡Regálate primero a ti mismo, oh, Zaratustra!

[…]

Tienes que volverte más pobre,

¡sabio ignorante!,

si quieres ser amado.

Solamente se ama a los sufrientes,

sólo se da amor al hambriento:

¡Regálate primero a ti mismo, oh, Zaratustra!

– Yo soy tu verdad…”(8)

 

(1) ANDREAS-SALOMÉ, Lou. “Friedrich Nietzsche en sus obras”. Editorial Minúscula, S.L. 2005. [Ed. orig. 1894].

(1a) NIETZSCHE, Friedrich. “Tercera consideración intempestiva. Shopenhauer como educador”. [Ed. orig. 1874].

(2) ARENDT, Hannah. “Entre el pasado y el futuro”. IV “¿Qué es la libertad?”. Ediciones Península. 2003. [Ed. orig. 1954].

(3) ARENDT, Hannah. “La promesa de la política ”. “¿Qué es la política?” . Ed. Paidós Ibérica, S.L. 2008. [Ed. orig. 1950].

(4) NIETZSCHE, Friedrich. “Humano, demasiado humano”. Jorge A. Mestas; Edic. Escolares, S.L. 2002. [Ed. orig. 1878].

(5) NIETZSCHE, Friedrich. “Segunda consideración intempestiva. Sobre la utilidad y los inconvenientes de la Historia para la vida”. Libros del Zorzal, 2006. [Ed. orig. 1873].

(6) NIETZSCHE, Friedrich. “Más allá del bien y del mal”. Ediciones Folio, S.A. 2002. [Ed. orig. 1886].

(7) SAFRANSKI, Rüdiger. “Nietzsche. Biografía de su pensamiento”. Círculo de Lectores. 2001.

(8) NIETZSCHE, Friedrich. “Nietzsche contra Wagner”. Editorial Losada, S.A. 2011. [escrito 1888].

 

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