Javier TorroxJAVIER TORROX.

Rajoy es un hombre honrado. Lo ha dicho Cospedal. Cómo vamos a dudar de los honrados prohombres que nos impiden la representación política en el Parlamento y la elección directa de nuestro gobierno al tiempo que nos dicen que vivimos en un edén democrático. Nos ilumina la honradez de Rajoy, de su gobierno de partido, de Cospedal y de todo el PP. Rajoy, referente de la moralidad pública de Occidente. Todos los militantes del PP saben que Rajoy es un hombre honrado. Lo ha dicho Cospedal, que también es honrada. Previamente había dicho el honrado Rajoy hace unos días que nadie podría demostrar que Bárcenas no fuese inocente. Pero Cospedal, que es omnisciente, ya nos ha asegurado que su ex tesorero es un delincuente. Para él no se aplica la presunción de inocencia que la secretaria del PP nos exige para sí y el honrado Rajoy.

Ah, arbitrariedad, tierna amante del juancarlismo y sus gobiernos, explícale a los ciudadanos que coger sobres llenos de dineros aportados por munificentes empresarios es una conducta honrada y sin tacha. Artur Mas también es un hombre honrado, aunque la Justicia haya probado que su partido se hizo con más de 5 millones de euros aportados por Ferrovial, movida también sin duda alguna por la filantropía. Porque Artur Mas también es un hombre honrado. Como lo son también Urdangarín, su esposa la princesa y el jefe de su casa, el monarca; como lo son todos los demás dirigentes y militantes de los partidos, sindicatos y asociaciones patronales estatales.

Se preguntará usted, amigo lector, qué responsabilidad puedan tener los militantes en la honradez de sus cuadros de mando. Yo se lo diré: el consentimiento. Es el mismo consentimiento que opera en la trama de los EREs falsos con la que el PSOE ha robado -desde el gobierno- a los desempleados. Quien consiente estas honradas prácticas es tan honrado como el que las realiza. Quizá no haya responsabilidad jurídica por parte del militante de base, pero nadie puede negar su responsabilidad política.

La pobre responsabilidad política debe de ser una señora poco agraciada, nadie quiere bailar con ella. De hecho, todos los gobiernos y partidos estatales niegan su existencia desde hace más de 35 años. Una cosa es no sacarla a cenar y mirar para otro lado y otra muy distinta es esperar que los desagradecidos ciudadanos no nos apercibamos de ello: la responsabilidad política existe y no se dirime en los juzgados.

Honrados militantes de los partidos estatales, del PP, del PSOE, de CiU,… ¿Es que no hay ningún Casio, ningún Bruto en vuestras filas? Vuestros dirigentes están corrompidos, son unos golfos y unos ladrones. Vuestros partidos políticos son en realidad estatales, facciones del Estado asalariadas por el Estado. Esta es la razón por la que la corrupción todo lo ocupa en vuestros organigramas y medios de acción. De vuestra honradez depende que las cosas cambien o sigan como hasta ahora. ¿Sois vosotros honrados?

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