Max Turiel

MAX TURIEL.

Empezamos con una cita hiperculta. En momentos muy amargos para España y Europa le preguntaron a Erwin Schrodinger, uno de los padres de la Mecánica Cuántica, si Ortega y Gasset era fascista o comunista: “ No es ni lo uno ni lo otro: simplemente un hombre razonable”. Viene esto a cuento porque, salvando los parsecs de distancia con los citados, ser razonable está al alcance de cualquiera y yo lo soy. No soy de izquierdas ni derechas ni monárquico ni republicano: quiero, puedo ser y soy razonable. Soy además español y quiero lo mejor para España (creo que la mayoría de los que escriben en este diario también) y querer lo mejor puede implicar incluso una España desgajada.

Por otro lado, mantener la idea de una España Democrática Fallida y postular la salida del Rey y la apertura de un periodo constituyente en el que España pueda decidir libremente entre República o Monarquía, no implica aborrecer la Monarquía ya que no sería razonable, ni democrático. Una Monarquía Constitucional pero desde la urnas.

Aquí llegados, los lectores se preguntarán ¿tiene algún interés lo que dice…?. La respuesta es: poco. Sí, poco, hasta que introduzco en un triple salto mortal con seis tirabuzones y carpado (carpe diem, carpa el día. Étimo desde “carpar” como el movimiento del pez llamado carpa) la siguiente propuesta: Elena de Borbón. Hispaniarum Regina. He necesitado la introducción de razonabilidad para que se entienda que lo que digo no es guasa sino razón razonable.

Repito, no me inclino ni por república ni por monarquía pero ayudo a mi país, estado y nación. Si la Monarquía, desplazado el Rey, tuviera algún futuro pasaría por esta mujer discreta y muy elegante. Una fea que, como otras, con los años ha ganado a guapa o, al menos, atractiva.. Mujer divorciada sin escándalos, espontánea, cercana, afable, coherente, reservada en amoríos y amante esposa sincera de España. Desplazada en actos oficiales (quizás adrede, su sombra se empieza a alargar). Desplazada su descendencia: no son los “cools”y aguantando desde niña  el “ fea-tonta “ sin serlo. Todo eso imprime carácter, templa y acaba despertando la simpatía e incluso la ternura. Seguro que lee a Shelley, es tímida y se pregunta porqué su nombre fue escrito en el agua. Es el reflejo de su madre y su progenitora no es borbona. La Historia es extraña y en los tiempos que vivimos una reina divorciada es lo de menos. Es hasta romántico: una mujer condenada al olvido y la soledad, ceniza ya, renace como el puto ave fénix para devenir la imagen monárquica de una España Constituyente. ¡Increible!. Esta idea de una hispaniarum regina me vino, y a otros muchos posiblemente, desde el sentimiento (pathos) por encima de la razón. Pero una vez sentida y sabiendo que el sentimiento no engaña, la razón la acepta. Incluso desde mi más profundo rechazo al Rey

Quizás, si llegara el momento, decepcionará o cambiaría o alcanzaría las expectativas o las superaría. No se sabe. Lo que sí sabemos es que con periodo constituyente o sin él, Felipe y Leticia ( Don y Doña) por muchos esfuerzos que hagan no transmiten más que sosez y antipatía (más ella que él, todo hay que decirlo).  Por eso, entre el “anthi-pathos” el “pathos” y los “patos” siempre hay que quedarse con el sentimiento y la patita fea. Habiendo su padre  perdido el  “pathos”, el sentir de un pueblo, a base de meter la pata en campo propio y ajeno. No teniéndolo su hermano, sin meterla y aún siendo patito guapo, está claro que la Monarquía para sobrevivir necesita una troyana.

NOTA DE DISTENSIÓN: Supongo que si Elena lee esto me pedirá en matrimonio pero, aún divorciado como ella, le digo ya que, con todos mis respetos, prefiero seguir como guardián ¿entre? el centeno y tratando de averiguar dónde van los patos republicanos cuando se hielan los estanques monárquicos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí