Puesto que estas son fechas preelectorales y postelectorales para uno y otro país (Francia y España) asisto como fiel espectadora al cambalache que se organiza en torno a múltiples temas que por lo general a nadie importan lo más mínimo pero que ahora resurgen con una fuerza inusitada, renovada y como tal, incoherente. ¿Y qué cosas de las vidas privadas de sus ciudadanos importan de verdad a los políticos? En general y de verdad, nada, porque lo que les importa de verdad es otra cosa, es poder, es ganar. Pero de todos los debates que se crean aquí y allá- ninguno crea más expectación como el del laicismo, la guerra contra la religión, los grupos de reivindicación de ateísmo materialista, los practicantes del hedonismo…todos en suma defensores de su libertad, también y por su puesto de su expresión. Pero en esto del laicismo existen considerables diferencias en uno y otro país, claro. Los franceses tuvieron su ley de 1905 ya centenaria cuyas intenciones surgieron en su momento para derrocar a los católicos más que nada, para acabar con su hegemonía, destruirlos, sin embargo ahora esa ley viene a todos muy bien, porque todos pueden convivir en feliz armonía, ¿y quiénes son todos? pues budistas, los cristianos (católicos, ortodoxos, protestantes, mormones) musulmanes y judíos. Ahora vuelven a recordar esa ley, de hecho lo hacen constantemente. Estas son las principales religiones de Francia, siempre teniendo en cuenta que el punto de partida de todo francés es la de no ver bien la religión, punto. El francés, “filósofo por naturaleza” comparado con nuestros pensadores frailunos, únicos en su especie, convive más o menos bien con los cultos religiosos pero no los ve bien. Ahora como se está en contra del Islam aunque pocos sean los que se atrevan a decirlo, pero no se puede decir abiertamente, se ataca a todas las religiones: la religión es un cáncer para la sociedad, expresan los más intelectuales y hay que ponerle límites claros y ver hasta dónde va a llegar eso de ejercer el culto. Estoy resumiendo el tema, claro, es mucho más complejo. Total, que el 30 de marzo –ahora hace un año- ha habido una conferencia donde representantes de estas religiones han salido a la palestra para expresar el sentimiento mutuo que todos profesan de continuar viviendo juntos en una sociedad común para todos, donde el laicismo es el pilar del pacto republicano, uno de los soportes de la democracia, uno de los fundamentos del deseo de querer vivir juntos. Estas reuniones se repiten con frecuencia, claro, así es Francia. Que no quieren dilapidar esta preciosa adquisición con demagogias preelectorales de uno y de otro lado y que lo que hay que hacer es guardar serenamente ese cabo, esa llave que abre la puerta de la convivencia evitando amalgamas y riesgos de estigmatización. Tengo otros amigos que ven con horror cualquier tipo de religión solo por ser religión, una pena, son los llamados ateos o agnósticos que curiosamente no hacen otra cosa en su vida sino que hablar de religión, por lo tanto, no lo tendrán tan claro, porque yo de lo que no me interesa, desde luego, no hablo.

En España somos -con mis respetos- el triple de bestias y de incoherentes. Lo del laicismo, que yo encuentro muy natural, puede resultar para algunos -en mi familia o en la de aquel sin ir más lejos- o quizás para muchos otros más, la anulación total de sus creencias. Atavismos extraños porque nadie perderá nada, eso, no tiene nada que ver. Nadie vendrá a prohibir orar o no sé qué ritos más. La práctica de la religión es algo público. Yo defiendo, un laicismo como el que en su día defendió mi buen Galdós, por ejemplo, es decir, una sociedad donde impere la libertad de cultos porque esa es la única manera de que las sociedades progresen de verdad y sus miembros se ayuden los unos a los otros. Unos y otros en España han utilizado en sus campañas las nobles creencias del ser humano para manipular a las personas. Claro que deberían de ser los dirigentes de todas las Iglesias las que deberían de prohibir esto. Pero no, frente a esta sublime idea de convivencia y fomento de libertad del ser humano y de creer dónde, a quién y cómo se quiera y respetarlo, vienen unos cafres y se ponen a quemar iglesias o a profanarlas, como si una cosa tuviese que ver con la otra. (Esto ya sucedió en la República en España y ahora de igual manera encontramos focos absurdos de enagenación mental, aquí y allá). Desaceleración total, una confusión muy grande en todos los dominios. Todo está mezclado, todo es confuso, la Iglesia católica se mezcla demasiado en asuntos que no le conciernen, se pone delante de los micrófonos a hombros de gigantes y luego la pelota se le devuelve en forma de bestia salvaje faltando el respeto a sus dirigentes o incluso asesinándolos. Tremendo.

Luego está la cuestión de la expresión. Todo el mundo tiene derecho a expresarse, no digo que no, la libertad de expresión, esa la tenemos todos, y cada uno le debe poner sus límites. Yo añadiría una letra pequeña que es que a poder ser este derecho de expresión tenga buen gusto por favor. Estas patrañas de hoy, que ni ridiculizan, ni ironizan, ni son catársis de nada, porque no son nada, tan solo recursos de gente que no tiene inspiración y que tan solo pretenden llamar como sea la atención o molestar me parecen dignas de una sociedad en total decadencia, osea, un horror con hache.. Podríamos seguir y seguir de incoherencia en incoherencia tratando de clasificar, de hacer social y público lo que pertenece a la vida privada de los ciudadanos. Como en una noria interminable de acontecimientos históricos que se han sucedido en nuestra vida –ahora española- que probablemente no tengan explicación y que solo hacen enaltecer la bestia que cada persona tiene dentro de si y me produce un vértigo enorme ver con qué rapidez se puede despertar saltando por encima de la razón, de la amistad. Las religiones, la filosofía, el ateísmo desde luego lo que sí deben procurar por encima de todo es dar paz y tranquilidad al ser humano, procurarle su descanso y comprensión del mundo y sobre todo la amistad social y de los pueblos civilizados, porque ¿somos civilizados no?.

Fotografía de el señor está hablando…

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