La Revolución política comienza como una sublevación civil que deja sin legitimidad histórica y sin autoridad moral al Régimen de poder establecido. Esto no quiere decir que toda sublevación de los gobernados, o de una parte trascendente de ellos, termine siendo verdadera revolución, aunque produzca cambios en el gobierno o en las leyes. Para ser revolucionario, el cambio en la forma de Estado y en la forma de Gobierno ha de ser sustantivo. Y ha de configurarse de manera que todo el mundo pueda reconocerlo. La Revolución se define por la naturaleza de los medios usados para hacerla. La libertad colectiva solo puede venir de acciones voluntarias de la libertad colectiva. La Revolución establece una nueva relación de poder, donde la libertad colectiva atribuye el mando y la representación a los que antes sólo tenían capacidad para obedecer y ser representados por estructuras estatales predeterminadas.   Se llamaron Revolución de la Libertad y Revolución de la Igualdad a los cambios operados en la forma de gobierno (no en la de Estado) tras la toma de la Bastilla y del Palacio de Invierno, a pesar de que ninguna de ellas fue emprendida en nombre de toda la sociedad gobernada, ni en beneficio de todo el pueblo, como sucedió con la revolución de la independencia estadounidense. Es pretensión pseudo-revolucionaria que el individuo o la clase obrera sean sujetos de la historia. Sin libertad colectiva las libertades individuales o de clase son otorgadas. El poder que las otorga está fuera de toda posibilidad de control. Sin libertad colectiva no puede haber más que sustentaciones ideológicas de las libertades individuales o de la igualdad social, o de las dos falsedades juntas (socialdemocracia). El MCRC afirma que no es ideológico porque no defiende ninguna parcialidad liberal o social. Por definición la libertad política colectiva no puede ser ideológica. Un solo individuo que promueva la libertad colectiva mediante acciones colectivas es verdadero revolucionario. No lo es el partido o sindicato que defienden los intereses materiales o espirituales (culturales) de una parte social, sin un contexto de libertad colectiva.   La llamada del MCRC a la abstención universal en las urnas de la partidocracia es de naturaleza revolucionaria. No discrimina a ninguna ideología. Liberales, anarquistas, socialistas y comunistas son igualmente llamados a la abstención. Les pedimos que no voten hoy para que, cambiado el sistema proporcional de listas de partido por el sistema uninominal de distrito, a doble vuelta, puedan elegir mañana  a  su representante.  El MCRC recuerda a los que piden un cambio inmediato de Régimen, que ese espejismo también se produjo en las postrimerías del felipismo, cuando la alternancia, el PP, no había acreditado su corrupción.

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