Antonio Brufau, presidente de Repsol YPF, ha recordado a los interesados en hacerse con el control de la petrolera, que éste se produce cuando se pasa del 30% del capital, y para ello, habría que lanzar una opa por el 100% de la empresa; y si se quedan por debajo de aquel porcentaje, pueden limitarse a “colaborar” y “aportar valor”. El señor Brufau estima que los Estados han de “intervenir poco” en la economía, pero no cree ser la persona indicada para decirle al Gobierno español si tiene que aceptar o rechazar las operaciones de compra accionarial en las que están involucrados los rusos, aunque señala que las soluciones deberían atenerse a “criterios estrictamente privados” y que “no todo el mundo es malo o bueno por su procedencia”. Sin embargo, dos altos mandos militares españoles elaboraron el pasado enero un informe para el Ministerio de Defensa, al que ha tenido acceso “El Mundo”, titulado “Repercusión del actual reto energético en la situación de seguridad mundial”, donde sostienen que Rusia utiliza sus recursos energéticos “sin más escrúpulos que los imprescindibles para garantizarse resultados y recuperar el papel preponderante que tuvo en el ámbito internacional”: “Sólo tiene que amenazar con cerrar la espita para que las cosas recuperen el estado de normalidad que le convenga”. Así pues, de la lectura de ese estudio se deduce que la entrada de Lukoil conllevaría evidentes riesgos nacionales, ya que el gobierno ruso “rentabiliza una energía que compra barata y que vende cara a quienes le parece y con los ritmos adecuados para sus intereses”. Mientras otra inmobiliaria, Habitat, quinta del sector en España, ha presentado suspensión de pagos con una deuda de 2.300 millones de euros, la de Sacyr, que asciende a 18.550, sigue siendo la clave de un trasvase petrolero que Zapatero no vetará. Al respecto, José Bono no desea “alentar la maledicencia” de los que apuntan al Rey como intermediario en la operación Lukoil, “dando credibilidad a un rumor mal intencionado”. En todo caso, no hay que olvidar, proclama el Presidente del Congreso, que Juan Carlos I “ha hecho más por la monarquía y la democracia que todos sus antepasados juntos”. hechos significativos Un informe que ha dejado de ser secreto confirma que Aznar tenía noticia del paso por España de presos hacia Guantánamo. Chávez pide que se vuelva a elaborar una enmienda constitucional que permita su reelección ilimitada.
Desde la ventana
(foto: centrifuga*desaparecida) Desde la ventana Proyecto la imaginación en la laguna de la memoria y encuentro un antiguo espejo. El fuego resplandeciente atrae las miradas y encanta ingenuamente. Las llamas del hogar encendido son generadoras de espontáneas formas danzarinas, el hogar calienta y acompaña el silencio o las conversaciones de los reunidos a su alrededor; la ventana es la frontera transparente que comunica con el exterior. El fuego y la ventana son símbolos que definen la casa como caparazón de intimidad. En el ruidoso mundo, retumban sin cesar máquinas de control social productoras de conformismo, tecnologías que eliminan las distancias y gestionan el tiempo a la velocidad de la luz. El brillo de las pantallas encendidas construye prendidas miradas, miradas perdidas; cientos de canales informan monótonamente, forman los deseos y deforman la realidad. La televisión, convertida en calidoscópica ventana reductora de cerebros, penetra en nuestras casas sustituyendo al fuego del hogar. Ventana pequeña, horizontal y anuladora, por donde entra la arrogancia de la corte, la agresividad comercial y bufones atolondrados. Terremotos y detergentes, guerras y desodorantes, alegrías deportivas y matanzas indiscriminadas, son experiencias íntimas, minúsculas imágenes prefabricadas que se mueven en el salón. La saturación de simulacros y voces domesticadas, vertidas en la mente desde la más tierna infancia, explica la disminución de las capacidades de memoria y atención. Suplantando a la madre, al padre y al maestro, la televisión se convierte en la nueva niñera, providencia de hogares divididos o de padres muy ocupados. Anonadados espectadores son congregados al perverso guateque catódico, una omnipresente feria de vanidades, controlada, producida y reproducida por gigantescos y poderosos oligopolios sin control. Violencia, mediocridad, vulgaridad, trivialidad, escabrosidad… arcadias de distracciones de ilotas. El eclipse intelectual, moral y artístico responde a la complicidad, papanatería y cinismo de la fascinación por los medios de producción de comunicación y cultura; el interés corporativo sustituye al juicio crítico. Es difícil disociar enseñanza, televisión y cultura. Cultura, comunicación e información son hoy una única corporación ideológica. Los medios de comunicación de masas emiten lo accesorio y omiten lo fundamental, ninguneando a quienes sostienen criterios distintos. «La tele basura» nos encierra en «la caja tonta» de la partitocracia, que confunde el mundo con su propio discurso fetichista.
Intervención del rey
Por vez primera en esta Monarquía de Partidos, un canal de televisión, el de Intereconomía, ha tenido la honradez informativa y la valentía política de invitar, y dejar oír sin censura, la inequívoca y potente voz de la República Constitucional, en tres de los cinco participantes en una interesante tertulia sobre la Transición. Los otros dos, Fernando Suárez (ex vicepresidente del Gobierno) y el periodista-historiador Jesús Palacios, manifestaron que compartían sin reservas el diagnóstico de los repúblicos De Diego, Peralta y Trevijano, de la imposibilidad institucional de controlar la acción de gobierno, dado que los diputados de esta Monarquía partidista no representan a los electores ni a la sociedad civil, y además no hay separación de poderes en el Estado. Los cinco participantes estuvieron de acuerdo en afirmar que este Estado de Partidos no es una democracia, ni se parece a ella. El único punto de fricción se produjo cuando García-Trevijano dijo que Sabino Fernández Campos, jefe de la Casa Real cuando se produjo el golpe de 23-F, le felicitó por haber sido el único que tuvo el valor de denunciar, en un artículo publicado entonces en EL MUNDO, la directa intervención del Rey en el golpe de Estado. El Sr. Suárez manifestó que no daba crédito a esa información. García-Trevijano lo remitió al télex de Juan Carlos a Milán del Bosch (“después de nuestra última conversación ya no puedo dar marcha atrás”) y a la información que le dio el propio Sabino sobre la cancelación de la audiencia a Don Alfonso de Borbón, para que en su lugar recibiera al general Armada, que se presentó de improviso en la Zarzuela, abandonando su puesto de mando en Jaca sin autorización, por la inminencia del golpe militar concertado con el Rey. Los que siguen negando esta felonía han sido ridiculizados por la propia Reina, quien acaba de declarar a Pilar Urbano que Juan Carlos engañó a los generales golpistas haciéndoles creer que estaba de acuerdo con ellos. El que no sepa interpretar estas palabras no pertenece al género racional de los animales. El lema polaco de que el Rey reina pero no gobierna sólo ha sido válido en la monarquía británica. Ni siquiera se cumplió en la instauración orleanista donde Thiers repitió la falsa leyenda. Y mucho menos en esta Monarquía juancarlista donde es constante la intervención del Rey, no sólo en los asuntos económicos domésticos (Mario Conde, Javier de la Rosa, los Albertos, etc.), sino en las grandes operaciones empresariales de carácter internacional. Así lo confirma el comunicado de la Casa Real, a propósito de la posible compra del paquete decisorio en Repsol por la empresa rusa Lukoil, cuando dice que el Rey abrió las puertas de Moscú para que las empresas españolas se aprovechen de esa apertura. O sea, de la entrada de capital ruso para dominio del buque insignia del sector energético español.
Municipios protagonistas
La Comisión Ejecutiva de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) se reunió con el Presidente del Gobierno y la Ministra de Administraciones Públicas para hablar del Fondo Extraordinario de Inversiones de 8.000 M€ y de la posibilidad de un mayor endeudamiento de las entidades locales. Elena Salgado (foto: psoecantabria) El presidente de la FEMP, al referirse a dicho Fondo, dijo que éste permitirá aumentar de forma considerable las inversiones locales, un balón de oxígeno muy importante para las pequeñas y medianas empresas, contratistas y suministradoras de los municipios. La utilización del Fondo esta condicionada por su cantidad (se repartirá según la población) y por su objetivo concreto dentro de las obras nuevas en una serie de servicios tasados: espacios públicos urbanos, promoción industrial, redes viarias, saneamiento, alumbrado, equipamientos sociales, sanitarios, educativos, culturales y deportivos, protección del medio ambiente, gestión de residuos urbanos, abastecimiento de agua y tratamiento de aguas residuales, prevención de incendios… Además las entidades locales tienen una enorme bola de nieve de Obligaciones pendientes de pago (a finales de 2006 se acercaban a los 18.000 millones de euros) que han ido acumulando por carecer de dinero líquido para pagarlas, pues en ese año los Derechos pendientes de cobro ascendieron a 20.000 millones de euros; de ahí que el Presidente de la FEMP plantease la posibilidad de incrementar la capacidad de endeudamiento para hacer frente a estas obligaciones. Pero no sólo cuentan con esas deudas a corto plazo (que siguen creciendo con la actual crisis) sino con multitud de préstamos pendientes de amortizar (en junio de 2008 el endeudamiento ascendía a más de 30.000 millones de euros). La creación de este Fondo extraordinario es una decisión política muy importante, porque tiene en cuenta a los municipios como gestores de la política del Gobierno nacional y porque estas entidades son las idóneas para elaborar proyectos de dimensiones óptimas que pueden ponerse en marcha en poco tiempo y realizarse intensivamente en lo que respecta al en factor trabajo. Es una pena que no sea un método ordinario de gestión política.
Bono se mueve
El presidente del congreso de los diputados, José Bono, tras perder la iniciativa de homenajear a sor maravillas con una placa conmemorativa en el Congreso y la de celebrar los treinta años de la Constitución mediante la lectura de la carta otorgada, por personajes famosos como Nadal o Casillas, se ha referido a la reforma de la ley electoral (LOREG 1985). Para Bono, la ley electoral debe reformarse para que "los electos se sientan mucho más cerca de los electores que de las cúpulas de los partidos que elaboran las listas electorales" ya que "se puede tender a llevarse mejor con los que hacen las candidaturas que con los que hacen las elecciones", lo que para él "tiene algún peligro". Bono puso como ejemplo el sistema británico en el que los representantes tienen vínculos más fuertes con los electores que con el presidente que después los elije para el gobierno. El presidente del congreso reconoce así de forma explícita lo que denunciamos en el MCRC: que los partidos no funcionan democráticamente por lo que incumplen la utópica norma constitucional y que los representantes lo son únicamente de sus jefes de partido siendo apenas un espectro presentativo de la sociedad civil. José Bono (foto: Chesy – Fotos CC) Sin embargo, Bono no sólo no se atreve a proponer el sistema mayoritario uninominal en distritos o mónadas, a doble vuelta y con capacidad de revocación del mandato por parte del elector, como proponemos en el MCRC, sino tan siquiera el modelo anglosajón o francés que no contemplan la revocación del mandato ni la doble vuelta para evitar la paradoja de Arrow como hacemos nosotros. Según las palabras de Bono "me parece que, a estas alturas, se podría hacer un acercamiento suave, pero no exagerado, a que los electos se sientan mucho más cerca de los electores que de las cúpulas partidistas que hacen las listas" y propone encontrar formas combinadas con distritos pequeños y distritos más amplios para componer el congreso de los diputados, descartando el sistema mayoritario uninominal. La desfachatez de la clase política no tiene límite, ya que no sólo reconoce ya la falsa representación de los ciudadanos en el congreso sino que con un aire de displicencia y de distante soberbia afirma que se podría hacer un acercamiento "suave pero no exagerado" estableciendo el carácter de una reforma inefectiva en lo que a la representación atañe. En el fondo los políticos no temen tanto al terrorismo como al pueblo, al fin y al cabo aquel le proporciona los votos ignorantes y bienintencionados de los siervos voluntarios del Estado de partidos.
Estética de la libertad
Al igual que ocurre con la estética, los pilares de una democracia no son cuestión de gustos subjetivos. ¿De qué pueden ser? De la bella razón científica “en” la política. Aquella que se fundamenta en la separación de poderes políticos y consagra, con moralidad y prudencia, el poder del pueblo y por el pueblo. Aquella que aplicada al arte por Donatello le permitió realizar la maravilla de la silueta ecuestre del condotiero Gattamelata que deslumbró al mundo por su fidelidad a la imagen de un caballo en movimiento. Y si el pueblo y sus necesidades y valores son tal “caballo en movimiento”, es evidente que el poder democrático debe “dibujarlo fielmente” en sus acciones de gobierno. No son juegos de palabras. Porque es cosa muy diferente “la razón en política” que la “razón de la política” o la “razón de Estado”. Estas dos últimas construcciones filosóficas nos remiten a los dos grandes acontecimientos de la historia política occidental: el pensamiento filosófico-político de la Grecia Clásica y el Estado moderno de la Europa mercantil. Pero ¿por qué las razones del poder político no significaron el poder del pueblo y para el pueblo? Porque aquellas teorías políticas se limitaban a justificar socialmente el gobierno: las clásicas mediante una concepción idealista del bien, con la prudente excepción de Aristóteles, y las modernas por medio de la eficacia eutáxica del propio gobierno aunque fuera a costa del “antiestético” crimen de Estado. Hay, pues, dos usos de la razón científica respecto de la política: la razón al servicio de la justificación del poder despótico y oligárquico, que todavía hoy en día se realiza bajo la forma del Estado de partidos, y la razón científica al servicio de la libertad política. Y, además, son posibles dos combinaciones entre la razón científica y la política: la “política en la razón” que, siguiendo el totalitarismo platónico, las ideologías del siglo XIX y XX impusieron cruelmente en las sociedades de todo el mundo; y la “razón en la política”. La política de los gobiernos occidentales podrá ser objeto de la estética de la libertad política si, por lo menos, un tercio de la población culta de dichos países, logra superar el nivel de las justificaciones ideológicas de la política y consiguen cambiar la mentalidad de “la política fundamentada en Ideas absolutas”- aunque sean las liberales o socialistas- por la de la razón y la ciencia “en” la política, la única que garantiza el poder del pueblo y sus representantes legítimos en el gobierno y el parlamento legislador. El Gattamelata (foto: Rionda)
Tercera cultura
Arcadio Espada (foto: Nono fotos) En un país en el que el conocimiento, la ciencia y la cultura se toleran más que fomentarse, la llegada de una plataforma como la recientemente presentada Tercera Cultura, que pretende establecer puentes entre lo tradicionalmente conocido como “humanidades” y los avances científicos es un soplo de aire fresco en una atmósfera que a ratos parece asfixiante. Integrada por varios intelectuales y científicos, su propósito es el de establecer un movimiento basado en una nueva forma de percibir la cultura, y promover así el desarrollo de una opinión crítica en España, combatiendo supersticiones y dogmatismos. Como recordaba Arcadi Espada, uno de sus promotores más conocidos “la democracia funciona cuando las personas cuentan con un pensamiento crítico”. La idea no es novedosa ni original, sino que puede considerarse una “franquicia”, en el mejor de los sentidos, de la Fundación “Edge” auspiciada por el intelectual norteamericano John Brockman. Su visión de la cultura engloba el conocimiento científico y tecnológico, la literatura, el arte, etc, buscando el diálogo entre ciencias y humanidades, mediante “la participación de científicos y otros pensadores cuyo trabajo o escritos se basan en un mundo empírico, y quieren ocupar el lugar de los intelectuales tradicionales para hacer visible el sentido más profundo de nuestras vidas, redefiniendo quienes y qué somos”. Su origen se remonta a 1959, cuando el escritor británico C. P. Snow pronunció una conferencia con el título de “Las dos culturas”, en donde apuntaba cómo los “intelectuales literarios” se consideraban a sí mismos los únicos posibles, excluyendo del grupo a los científicos más ilustres. De esta situación surgió la propuesta de una “tercera cultura” que comunicara aquellos intelectuales de formación literaria con los procedentes del mundo científico. Para Snow es tan inculto aquel que no haya leído un clásico de Shakespeare o Cervantes como el que desconoce las leyes de la termodinámica o cómo se transmite la información genética. Mientras tanto, el aprendiz de intelectual que dice gobernarnos se monta enseguida al carro de los últimos éxitos deportivos para anunciar un nuevo Ministerio del ramo. Qué mejor forma de publicitarse considerando el tiempo dedicado por los telediarios nacionales a la información deportiva. Ojalá nos equivoquemos, pero muy posiblemente la Tercera Cultura Versión Española será más que minoritaria, al fin y al cabo, es lo que hay.
Cultismo partidista
El uso del pasado para apuntalar o minar el presente es costumbre contemporánea. Y la consciencia de ello ha llevado a los actores a ocultar o enmascarar determinados hechos a las generaciones posteriores. La evaluación histórica de los dos últimos siglos es así hoy el campo de batalla ideológico. Nadie puede presentarse honestamente como inocente o neutral, pero lo decente es desvelar previamente un criterio, basarse en hechos demostrables y mantener coherencia lógica en la reconstrucción. Mas no nos referimos aquí a lo estrictamente historiográfico, sino a la instrumentalización de pretéritos episodios sueltos que se usan de forma moralista para aleccionar sobre la actualidad política, como si fuera el presente lo que hubiera así de interpretarse. Tal maniobra resulta tanto más bochornosa cuanto más lejano el lapso temporal, ya que el anacronismo es brutal; y de ningún modo lo que hizo o dijo el personaje de antaño lo hizo o dijo en las circunstancias del ahora, más bien al contrario, son las conocidas circunstancias del ahora y lo que hizo o dijo aquel lo que hace inferir que aconteció una situación parecida para dar pie al paragón. Lo que realmente sucede en una pieza de este tipo, es que su autor busca en los archivos algún suceso o texto que pueda aprovechar para su propósito. El “actualismo” es algo común y perfectamente justificado, lo truculento es el trance de presentárnoslo como si fuera virtud profética de la antigüedad, invistiendo el discurso de magna y atemporal autoridad ajena, recreando así una especie de “intelectualismo histórico-moral”, aunque la conocida máxima se haya demostrado condición no suficiente, y no baste conocer la propia historia para no repetirla. El caso paradigmático es el historiador y periodista César Vidal, quien en su editorial diario en el programa radiofónico “La Linterna” de COPE, utiliza esto no como un recurso excepcional sino por costumbre, convirtiéndolo en su sello personal. Pero lo terrible de su discurso, así tan contundente, es que distribuye la energía por igual en denunciar los hechos y enterrar su causa, ya que las circunstancias del statu quo actual apuntalan también el partido del Sr. Vidal. Un claro ejemplo puede encontrarse en su alocución del pasado jueves, donde utiliza una frase del escritor latino Claudiano para desvelarnos la actual corrupción y despilfarro en España, cuya causa no está, en contra de lo que cabalmente podríamos pensar, en el orden político-institucional consagrado por la Constitución del 78 (autonomías inclusive), sino en algo que al presentárnoslo ácrono, por ende no tiene absolutamente nada que ver con ello: en palabras de Vidal, que “gente carente de la preparación adecuada (…) ha trepado a las más altas cimas del poder político”, corrosivo mal que ya anticipara el citado Claudiano en el año 399.
Nuestra circunstancia
La foto de las Azores (foto: fluzo) Al observar a quienes acaparan la atención de unos medios de comunicación que han cimentado las famas de los que se pavonean en ellos, y a esos profesionales de la ambición, el oportunismo y el encumbramiento, es decir, a los mandamases políticos y ricos allegados que integran el club oligárquico, se aprecia en tales élites una parodia siniestra de aquellas “minorías selectas” que reclamaba Ortega. “El País” denuncia con gran despliegue tipográfico la guerra sucia contra el terrorismo, pero no la que emprendió González, sino la que apoyó Aznar, según consta en un informe secreto que revela su connivencia con los vuelos en los que se trasladaban prisioneros a Guantánamo. Si unimos a las ejecutorias de esos ex gobernantes, la del santificado Suárez (por obra de una infame Transición) y la que lleva Zapatero, por mucho que sus lacayos mediáticos sostengan lo contrario, la más alta gestión de esta Monarquía de partidos se ha caracterizado, en líneas generales, por la ignorancia, la prepotencia, el cinismo, la irresponsabilidad y la inmoralidad. En la colmena rezongona de nuestra época las pasiones más comunes siguen siendo el ansia de enriquecerse a cualquier precio, el medro y la búsqueda de bienestar y placeres materiales, cumpliendo con aquella pretensión del anarcoindividualismo: la “asociación de egoístas” de Max Stirner o el “yo soy yo y mi circunstancia” que haría suyo (o copiaría sin citar la fuente, como ha desvelado García-Trevijano) el autor de “La rebelión de las masas”. Aunque alimenta la falsa conciencia cívica con simulacros electorales que regulan el fraude político, el despotismo partidocrático necesita promover la tendencia a recluirse en un individualismo estrecho, obsesionado con poseer exclusivamente el yo y no compartirlo con nadie, pues de esta forma aparta a los ciudadanos de los asuntos públicos, apaga las pasiones comunes y elimina las ocasiones de actuar juntos. Pero una vez guarecidos del abuso de un poder, que pueda ser depuesto y que, separado, sea controlado y vigilado, la genuina vida política, con la alegría que nace de estar en compañía de hombres igualmente libres, consistirá en la acción colectiva para mantener, cambiar o empezar algo completamente nuevo.
Supercrédito
En el Consejo de Ministros será aprobado un real decreto ley para conceder un crédito extraordinario de 11.000 millones de euros con cargo a las cuentas de 2008, con el fin de reactivar la economía y frenar la destrucción de puestos de trabajo. La mayor parte de ese dinero -8.000 millones- se destinará, con carácter de urgencia, a la inversión en obra pública municipal y a los equipamientos de los ayuntamientos. Y del resto, destacan lo 800 millones para la recuperación de nuestro “pulmón exportador”, del estratégico sector del automóvil, que emplea a más de 300.000 personas, y que durante este año ha sufrido un retroceso en matriculaciones de más de un 25%, y de un 7% en producción. Rodríguez Zapatero ha confirmado que “estamos en la antesala de lo que puede ser la primera recesión global desde la Segunda Guerra Mundial” y que "España está siendo especialmente sensible a la pérdida de empleo”. El jefe del PP, por su parte, celebra que el presidente “haya descubierto la crisis” por fin, pero le reprocha utilizar el burladero de la crisis internacional para eludir sus propias responsabilidades; asimismo, califica de precipitadas las iniciativas del Gobierno, que constituirían “un puro desbarajuste”, y que además aumentarán el gasto público y la carga fiscal. El presidente de la CEOE, Díaz Ferrán, cree que tales medidas serán recibidas por la deprimida economía española como una “inyección en vena”, y pide que se pongan en vigor con la mayor celeridad posible, puesto que los anteriores planes de apoyo extraordinario no están surtiendo el efecto deseado: “las restricciones crediticias no sólo no se están corrigiendo, sino que se están agravando”. Díaz Ferrán explica que muchas empresas cierran o van al concurso de acreedores, no porque sean inviables, sino debido a la falta de ese crédito de tesorería o de capital circulante para poder continuar en el día a día y pagar a los proveedores. Esos son los créditos que todavía no están llegando a las empresas, lo que provoca la destrucción de empleos. hechos significativos La morosidad se desboca: el número de embargos crece un 11% respecto al mismo período de 2007, y en algunas regiones más del 50%. Mariano Rajoy pedirá "mañana mismo" una comisión de investigación sobre el asunto de Repsol y Lukoil. Varios medios convierten a Gabriel Albiac en el novio de Rocío Carrasco, "Rociíto".

