Hoy publicamos el capítulo nº 32 del programa «Escenario internacional» y el tercero de la serie geopolítica, presentado y conducido por Marcelino Merino, donde Fulgencio del Hierro, Gabriel Sánchez Corral y Aitor Céspedes Suárez hablan sobre la reciente cumbre de la OTAN en Madrid, analizando las consecuencias, el papel de la UE y la situación geopolítica en la que queda España.
La noche
O el largo camino de la partitocracia a la libertad política
Compañera del alma humana, inspiradora y misteriosa, metáfora de la soledad y del acecho, espejo íntimo. Inquietud del hombre viejo y silencioso pánico del niño en sus primeras soledades. Su literatura ha poblado de personajes nocherniegos mundos infinitos y, bajo su manto, se ha escrito la más bella música que haya producido la humanidad. La atracción por su negrura y su silencio ha cautivado las mentes y forjado los más grandes talentos; música, pensamiento, literatura.
La noche de Cioran, con su batín de tela escocesa sentado a la mesa camilla de su pequeño apartamento parisino, intentando definir la olla en la que hierve el mundo. La noche transfigurada de Arnold Schönberg, música descriptiva de un mundo que agoniza y que se perdió para siempre. La noche de Zweig. O la aterradora noche de Céline, la de «los jodidos», la noche colectiva. Esa es la noche de la que quiero hablar. La noche sin esperanza de alborada, atenazadora y amenazante que conduce implacablemente a la resignación.
En España, hemos padecido largas noches negras. La larga noche del dictador que murió sin sobresaltos en la cama de un hospital, el que tendía su graciosa mano concediendo estancos y administraciones de lotería a los bien recomendados, el del cuerpo de habilitados de clases pasivas, las pólizas de cinco pesetas y el papel de pagos al Estado.
Con su desaparición, albergábamos la esperanza de una aurora, lo recuerdo vivamente, la libertad estaba ahí, tan cerca, porque ya no estábamos bajo la férula del tirano. Lamentablemente, no comprendimos el poder y el alcance de lo que esta libertad significaba, al fin y al cabo, nunca en nuestra historia la habíamos conocido. Pero vino a convertirse en la fatamorgana de un aviador de otro tiempo, un espejismo de auroras otorgadas. No alcanzamos a comprender que las mañanas hay que conquistarlas.
Sostenía Antonio García-Trevijano que a las dictaduras suceden las oligarquías y, como siempre, tenía razón. Para mayor gloria del expolio público, las oligarquías han demostrado tener su propio régimen político, homologado internacionalmente e indecentemente denominado democracia. Se trata del Estado de partidos, oligarquía de partidos o partitocracia, pueden ustedes elegir.
El Estado de partidos, es el eufemismo y la continuación con otro nombre de aquella larga noche. Es el secuestro de la nación que, aturdida, da palos de ciego y se debate entre la olla y la sartén sin conciencia de su poder. El Estado de partidos, es decir, el gobierno de las oligarquías, es también el más demandado por los hegemones que reinan sobre el mundo, porque tiene apariencia de democracia, y siempre resultará mas sencillo y rentable negociar con élites no elegidas que con naciones realmente representadas y con conciencia de su poder.
Cualquiera me podría decir, es cierto, que es libre porque puede hacer lo que quiera y yo le respondería que libre no es, que tiene derechos, derechos que le ha otorgado el consenso de las oligarquías. Porque no tiene el derecho a elegir ni a su representante político en el parlamento, a quien poder exigir responsabilidades de su gestión en una oficina cercana a su casa —pues en el Estado de partidos la responsabilidad política queda diluida en el consenso y la omertá—, ni tampoco tiene el derecho a elegir a la persona que quiere como gobernante, ya que ésta saldrá en fumata blanca a través del mismo consenso y la misma omertá de las mismas oligarquías.
La noche de la partitocracia parece no tener límites. Consuma el rapto de las naciones que, negándoles la libertad política, les otorga derechos. Compartimenta la sociedad civil en identidades y diferencias para distraer precisamente de la verdadera representación política. Ceba a los pueblos con consignas simples y pacatas. Reemplaza la cultura por el más grosero entretenimiento. Produce su propia libertad de expresión proscribiendo la libertad de pensamiento y despoja a la sociedad civil de los recursos del debate público.
La noche se extiende. Respecto a la América española, que, según dice la derecha mediática, se ha teñido de rojo, tengo que negar la mayor. De lo que se ha teñido Hispanoamérica —y ahí no se parará— es de partitocracia, de consenso entre opuestos, de pacto entre oligarquías. Más pronto que tarde sus naciones quedarán a merced y rindiendo vasallaje al hegemón de turno.
La noche continúa.
Oligarquía constitucionaria en Chile
Hoy en el capítulo nº 46 del programa «Coloquio y análisis político» Fernando de las Heras y Juanjo Charro analizan el proceso constituyente de Chile, subrayando las diferencias abismales que lo diferencian de un período de libertad constituyente.
Fraude constitucional
Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 115 de «La lucha por el derecho» nos habla de la inexistencia del principio de unidad jurisdiccional en España.
Tutela jurisdiccional mutilada
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en lugar de despachar ejecución forzosa sobre la sentencia que dictara estableciendo la obligatoriedad de que al menos el veinticinco por ciento del contenido curricular se enseñe en español en esa comunidad autónoma, ha dictado Providencia dando traslado a las partes para que se pronuncien sobre la posibilidad de elevar cuestión de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional tras el cambio normativo operado por la Generalidad suprimiendo tal porcentaje.
El propio TSJC reconoce su impotencia para dar cumplimiento a su propia sentencia ante el nuevo marco legal. «Estamos ante una situación que impide de forma sobrevenida la ejecución de la sentencia como consecuencia de la promulgación de unas normas legales que suscitan dudas de constitucionalidad», señalando que ello le obliga a plantear cuestión de inconstitucionalidad.
Estamos ante un claro ejemplo de cómo el principio de unidad jurisdiccional es requisito indispensable para llegar a la independencia de la Justicia. Este principio supone que la autoridad judicial es única e idéntica en todo el ámbito de la actuación judicial, independientemente del órgano que la ejerza. El mismo «poder jurisdiccional» reside en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de cualquier pueblo que en el mismísimo Tribunal Supremo.
La división o categorización de la función jurisdiccional parcelándola permite acotar fácilmente el alcance de su potestad en función de criterios políticos. La transformación de los órganos judiciales en oficinas burocráticas y la creación de tribunales especiales o políticos, como el propio Tribunal Constitucional, son consecuencia de la ruptura del principio de unidad de jurisdicción.
Al contrario, la unidad de jurisdicción no divide ésta sino sólo la estructura mediante una articulación devolutiva para garantizar el derecho al recurso del justiciable. Por eso, ante la existencia de una sola jurisdicción, sobra cualquier tribunal político que decida sobre la constitucionalidad de las leyes que emanan del legislativo, ya que cualquier Juzgado en su plena jurisdicción puede realizar tal declaración judicial que se decantará finalmente de manera ordinaria con la firmeza de la resolución que se dicte al respecto al resolverse el último recurso extraordinario de inconstitucionalidad por el Tribunal Supremo.
En este concreto caso, y de existir tal elemental principio de unidad de jurisdicción, el TSJC hubiera podido declarar la inconstitucionalidad de la norma autonómica y ejecutar la sentencia entretanto el sistema ordinario de recursos declarara en firme su legalidad o ilegalidad.
La noche del consenso
En la llamada transición española no hubo ruptura democrática con el franquismo. La vida política española está enmascarada por el consenso partidocrático.
Antonio García-Trevijano, 24 de Sept. del 2016.
Fuente RLC: https://www.ivoox.com/rlc-2016-09-24-respuestas-a-preguntas-los-audios-mp3_rf_13038888_1.html
Música: Último mov. de la Misa Votiva de Jan Dimas Zelenca(1679-1745).
Entrevista a Carlos Villaescusa
Hoy, en el séptimo capítulo de «La huella», Heliodoro Rodríguez entrevista al repúblico Carlos Villaescusa.
Música: «Melodía para Lázaro», compuesta por Heliodoro Rodríguez.
¿Por qué nadie recuerda el currículum de Bonilla, Sánchez y compañía?
Hoy en el capítulo nº 45 del programa «Coloquio y análisis político» Juanjo Charro y Fernando de las Heras, nos hablan de la corrupción moral de la clase política actual, la prensa y buena parte de la población en España.
Se ha recordado la noticia siguiente:
– El curioso currículum menguante de Moreno Bonilla, el futuro presidente del PP andaluz | Nacional | EL DIARIO.ES https://www.eldiario.es/andalucia/misterioso-curriculum-moreno-bonilla_1_5028049.html
Obligación de corromper la Justicia
Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 114 de «La lucha por el derecho» nos habla del asalto del Gobierno al Tribunal Constitucional y al Consejo General del Poder Judicial.
Se han comentado las siguientes noticias:
– El Gobierno impulsa una reforma legal para desbloquear en julio la renovación del Constitucional | Nacional | EL DIARIO.ES https://www.eldiario.es/politica/gobierno-impulsa-reforma-legal-desbloquear-julio-renovacion-constitucional_1_9112124.html
– La renuncia al ascenso de Dolores Delgado facilita el pacto para renovar el CGPJ | Nacional | EL MUNDO https://www.elmundo.es/espana/2022/06/23/62b3514b21efa0ee6d8b45e5.html
La justicia y el tiempo
Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra. El tiempo vuela, como las naves, como las nubes, como las sombras. El verso de Virgilio se encuentra a menudo inscrito en los relojes de sol o de péndulo de nuestras plazas. Y también ínsito en la mente burocrática de los rectores de los designados en la Justicia de poderes inseparados de esta monarquía de partidos de Estado y en el Estado. Si para el común de la ciudadanía la justicia que no se despacha a tiempo ya no es justicia, para la élite del privilegio su decurso se convierte en un factor vital de contemporización de los intereses de casta más atendidos de protección, elevados a la categoría de razón de Estado.
Un ejemplo de ello es la pendencia en el Tribunal Supremo de la sentencia resolviendo los recursos de casación sobre el denominado «caso ERE» que implica a lo más granado de la defenestrada clase política andaluza sección PSOE. Dos predicciones: la primera que una vez acabado el proceso electoral andaluz la sentencia será dictada enseguida. La segunda que una vez consumada la debacle socialista, a los implicados no les va a ir muy bien.
Ambos vaticinios son fruto de la comprensión del sometimiento de la Justicia a la política, y cómo ésta rige los tiempos y los contenidos de las decisiones de aquella. No es nada nuevo, baste recordar las declaraciones del que fuera presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, D. Carlos Dívar, señalando la inconveniencia del dictado de la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el estatuto catalán coincidentemente con la convocatoria electoral en dicha comunidad autónoma por las «distorsiones» que ello conllevaría a dicho proceso de elección política. También la contemporización de la marcha de los procesos de ilegalización de partidos según la conveniencia y voluntad de lo que tan nefastamente se da en llamar políticas antiterroristas.
Por no hablar de la elección de los representantes políticos en la propia Justicia, dependiente de los tiempos de negociación en órganos con el CGPJ y el TC. La relatividad del tiempo judicial afecta a la memoria y percepción de quien es minutero del reloj de la inseparación.




