Rajoy visita La Sagrada Familia (foto: ppcatalunya) Si la vida interna de los partidos políticos españoles fuera tan sólo decente, no perderíamos más de un minuto comentando los ejemplos que nos ofrecen los partidos de EE.UU. Si la vida interna de los partidos políticos españoles fuera democrática, sólo nos acordaríamos de las primarias estadounidenses por la relevancia internacional del presidente de esta poderosa nación. La vergonzosa esclerosis de la clase política española nos ha proporcionado el último ejemplo de incultura democrática ocurrida en el Partido Popular. Tras la estrepitosa derrota electoral de Mariano Rajoy, los partidarios de la alianza atlántica, siguen practicando lo que al otro lado del charco jamás sería admitido: La presentación del mismo candidato derrotado y elegido a dedo como sucesor dinástico por el anterior jefe de partido, el neocon Aznar. La renuncia por amenazas anónimas de la vehemente y cobarde nueva candidata a jefe del PP, María Cristina Castro, y la actitud irrespetuosa hacia ella del condenado Jiménez Losantos en su programa radiofónico, ponen en evidencia el carácter mafioso de las luchas de poder en los partidos de la monarquía Española. Contrasta este tipo de procedimientos, con las elecciones primarias en los Estados Unidos, diseñadas para elegir democráticamente al candidato a la presidencia del país. En unas elecciones tan reñidas como las protagonizadas por los candidatos demócratas, Obama y H. Clinton, tan sólo se ha cuestionado por razones tácticas, la conveniencia de prolongar en demasía la pugna entre ambos candidatos. Los superdelegados del partido demócrata que todavía no se han decantado por ninguno de los dos candidatos, unos ochocientos, decidirán apoyar al más votado hasta el momento en caso de estimar perjudicial para el partido la excesiva duración de estas elecciones . Con la ausencia de elecciones separadas al ejecutivo y al legislativo, y la legalidad del sistema proporcional, cualquier intento por democratizar la vida interna de los partidos españoles se hace imposible, al coincidir en las mismas manos, la candidatura a la presidencia, la jefatura del partido y la confección de las listas al congreso.
Modelos
El principal partido que oposita al Poder, discute sobre el modelo a seguir en su crítica al partido gubernamental. Solamente hay dos, según dicen sus ideólogos más escuchados y atendidos: el modelo separatista de los estatutos de autonomía de Cataluña y semejantes, y el modelo contrario, nacional, exclusivamente español, ¡pero respetuoso con la “legítima y democrática constitución de 1978”! Llamazares, jefe de IU con “diputado y medio” en el Congreso de los diputados, reclama a los partidos dominantes que no saben ser justos; tampoco quieren ser libres (Sieyès: “han querido ser libres y no saben ser justos”); y exige la reforma de la ley electoral, pero ¡en el justo sentido de hacerla más proporcional! Los tres modelos políticos alternativos que se proponen son contrarios a la democracia representativa y al concepto de nación histórica y política. La nación llamada España no se reduce a una “constitución de 1978”, es evidente, no hace falta ser un lince o un jurista del Tribunal Constitucional para aventurar tal convicción. Por muchos cambios estatutarios que se realicen y por muchas aprobaciones de estatutos que sentencie el TC de Madrid, España seguirá siendo España, y su Historia, la misma. Los estatutos de autonomía, aunque tiendan a la fragmentación nacional, no “acaban” con una nación histórica o política. ¿Cómo lo harían? Un estado independiente no hace “estatutos” con su “estado colonialista”, simplemente declararía su independencia. Lo que si puede poner en peligro la integridad política de una nación “tan moderna” como España es su constitución. Si su ley fundamental no permite la existencia de la libertad política y la democracia representativa, entonces está echando leña al fuego de los separatismos. Por lo que la clave está, no en los estatutos como equivocadamente se repite hasta el cansancio, sino en la constitución. ¿Y nada puede hacer una buena ley electoral? Sí, pero la reforma debe ir hacia una ley electoral que recoja el sistema mayoritario y no el proporcional. Habría que interpelar a los ideólogos de la oposición en el régimen, sobre la forma que tienen los ciudadanos estadounidenses y franceses de elegir a su presidente de gobierno, porque eso es precisamente lo que nos falta. Sello: República de España y EEUU.
El espíritu felón
Dedicatoria de Rex Harrison a Sid Grauman (foto: jvoves) El espíritu felón “Aquí estoy formando a hombres/ a mi semejanza e imagen/ a una estirpe que se me parezca/ que sufra, que llore/ que goce y se alegre/ y, como yo, no te respete”. Prometeo hablaba así a Zeus cuando Goethe puso fin al poema. Si el titán rebelde no representase un canto a la libertad que la Naturaleza mantiene muy por encima de la valoración que de ella hacen los hombres, habría sido un traidor. Pero no hay moral en el camino que siguen los aludes y los mitos. Y, por el contrario, todo lo volitivo es moral; incluso la liberación de las pasiones que propugnaron los inmoralistas. Toda inteligencia que no es contemplación de datos, que no es un dato en sí misma, -¿acaso tal cosa existe?- es moral cuando regresa de aprehender el mundo, cuando se hace mundo. La inteligencia crítica es una capacidad, y como ocurre con las demás, nunca trabaja ex novo. Incorpora lo anteriormente criticado a su propio desarrollo y, si ese bagaje no termina siendo debilitador, permanece siempre en pie, presentando la batalla que Nietzsche hacía inherente al hombre libre. La unión de devenir natural, volición e inteligencia crítica, posibilita por sí misma la existencia de la traición. Es decir, todo humano es potencialmente traidor. La maldad no es fundamental en esa génesis. La traición radica en la negación de aquello que no puede ser sustituido en el pensamiento ni los sentidos. Por eso, mientras la disidencia se disfraza de personal siendo intelectual o moral, la traición siempre se realiza contra personas, nunca contra ideas o estructuras. La traición a la patria tuvo que denominarse Alta Traición. En este sentido, la maldad, el ensañamiento con el ídolo caído, es el principio en la resurrección de la carne corrompida. Este sucio trabajo sí puede ser enfilado hacia las ideas que recuerdan el pecado; por eso siempre terminan siendo transformadas o abandonadas. Durante la medianoche de la traición, la mirada de los cobardes se dirige hacia el exterior de la estancia, buscando el aire. En el alféizar de la ventana sonríe, como en el filme del gran Lean, un Rex Harrison de chocolate.
La inconstitución del 78
En 1930, el matemático Kurt Gödel demostró su teorema de la incompletitud. En él se hace referencia a la consistencia de los sistemas lógicos, y demostró matemáticamente cómo ningún sistema consistente (por ejemplo, las matemáticas) puede demostrarse a sí mismo. Es decir, cualquier sistema comienza a tener problemas en algún momento cuando aparece la recursividad: cuando se refiere a sí mismo. Constitución española de 1978 (fuente: Wikimedia Commons) Si los problemas con la recursividad se producen en los sistemas que están bien formulados y que son consistentes, desde luego aparecen con mucha mayor facilidad en sistemas que están mal planteados desde un principio. Para utilizar un ejemplo didáctico, recurramos a una analogía. La constitución de un país debe de ser el conjunto de axiomas que permiten desarrollar el sistema legal del país (las proposiciones). Por tanto, esos axiomas deben estar correctamente formulados, y aunque puedan aparecer contradicciones en determinadas situaciones, el funcionamiento general debería ser correcto (como ocurre con las matemáticas). En este sentido, ¿cómo responde la Constitución del 78? En primer lugar, hay que partir del hecho de que una constitución se ocupa del poder. Las libertades y derechos preceden a una constitución, por lo que la única materia susceptible de tratar en ella es la cuestión del poder. Como decía Joaquín Navarro, “donde no hay separación de poderes, no hay constitución”. La carta magna, por tanto, debe establecer los postulados que garanticen una separación real de poderes. Y a partir de ellos se desarrolla el sistema legal, como los teoremas que se deducen partiendo de axiomas. Cuando una ley (o proposición en nuestra analogía) no cumple los postulados (o axiomas) constitucionales, se define como inconstitucional. O lo que es lo mismo en un sistema lógico: la proposición es falsa. Como ya explicó Antonio Muñoz Ballesta en su artículo “Mandato” (edición del 21-03-2008), el axioma 67.2 de nuestra Constitución convierte en falsos todas las proposiciones generadas a partir de su aprobación. No es posible, pues, aplicar el teorema de Gödel a este “sistema” axiomático, ya que ni siquiera aparece como consistente. En sucesivos artículos, se mostrará la existencia de otros axiomas que invalidan totalmente nuestro sistema legal, y demuestran la inconsistencia de nuestra carta magna, puesto que es posible deducir a partir de ellos una proposición y su contraria.
Agua para Barcelona
Las reservas de agua en Cataluña están al 20 por ciento de su capacidad. Si no llueve en abundancia antes del otoño, Barcelona padecerá importantes restricciones en el consumo doméstico, fabril y urbano. No es momento de recriminaciones partidistas, ni de enfrentamientos nacionalistas, por la falta de previsión del Gobierno central y los gobiernos autonómicos, implicados en la nefasta politica hidrológica que ha conducido a la presente situación. Es la hora de la acción para resolver el futuro abastecimiento de la capital de Cataluña, y no de la discusión antagónica sobre responsabilidades políticas por las omisiones del pasado. Esta puede posponerse, aquella, no. Al parecer solo existen dos planes de emergencia, viables en lo inmediato y a corto plazo. Debería ser obvio para todos que, de las dos soluciones posibles -trasvase temporal de aguas del Segre (afluente del Ebro) a Barcelona o suministro por barco desde la planta desaladora de Carboneras en Almería-, el Gobierno del PSOE debería preferir la más rápida y barata, sin reparar en las implicaciones ideológicas o partidistas que comporte. Los primeros cálculos de los costes de ambos remedios han evaluado el suministro por barco en una cantidad dineraria que supera diez veces la que ocasionaría el trasvase temporal del Segre. Sin embargo, el Gobierno Zapatero se ha opuesto, por boca de la Vicepresidente, a la razonable propuesta de la Generalitat de trasvasar provisionalmente aguas del río Segre, y ha optado por el caro suministro de agua a Barcelona desde Almería. Las divisiones ideológicas son tan extremas que hacen coincidir la oposición del PP andaluz, al suministro desde la desaladora de Carboneras, con la de los diputados socialistas y de ERC de Lérida y Gerona, al trasvase temporal del Segre que propone Montilla y el Consejero catalán de Medio Ambiente. Y esto ocurre en momentos en los que las aguas del Segre afluyen a un Ebro desbordado como no se conocía desde hace tiempo. Cuando son estatales, es decir, subvencionados y convertidos en órganos del Estado, los nacionalismos, sean de signo españolista o secesionista, son siempre prejudiciales. Abordan la solución de cualquier problema, incluso los de carácter técnico, bajo el prejuicio sentimental y demagógico de lo patriótico. florilegio "El vaivén del principio acción-reacción, base de la filosofia de la historia de Toynbee, explica los sentimientos instintivos de las masas gobernadas, pero no justifica las conductas gobernantes que, mecánicamente, responden con patriotismos regionales al desaforado patriotismo nacional que las precedió."
Corrientes de ambición
La derrota electoral del Partido Popular en las elecciones legislativas por segunda vez consecutiva, con Mariano Rajoy como jefe de filas, concitó dudas sobre su permanencia y críticas acerca de su continuidad, por parte de los periodistas conservadores más influyentes (Pedro J. Ramírez y Jiménez Losantos) que pronto fueron despejadas y desoídas. La confirmación de su liderazgo, con una nula contestación interna, ha llevado aparejada la exigencia de renovar el equipo directivo del partido con el que se presentó a las pasadas elecciones. Los señores Acebes y Zaplana, que ya no será el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, han sido los dirigentes más asociados al pasado y al fracaso del partido. El líder del PP baraja una serie de nombres para formar su nuevo aparato de poder: Soroya Sáenz de Santamaría, Pío Escudero, Esteban González Pons, siendo éste último, posible sustituto de Zaplana en el Congreso, el que está despertando más recelos en el interior del partido, ya que su nombramiento, a causa de su vinculación con el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, sería interpretada como una designación encubierta del sucesor de Rajoy, tal como ha afirmado el diputado popular Vicente Pujalte. Esperanza Aguirre, con sólidos apoyos internos y externos, representaría una de las candidaturas a la sucesión de Rajoy más factibles. Los diputados Monserrat Nebrera y Jorge Moragas han sido los últimos miembros del PP, en manifestar la necesidad de una urgente renovación. Estos movimientos no ocultan la incoherencia de solicitar cambios en la estructura del partido, presentando caras nuevas y abriendo las ventanas al aire fresco de la periferia, sin aludir a la imposibilidad de poner en tela de juicio la jefatura que les ha conducido al estancamiento. Rajoy confecciona las listas, y por tanto, mantiene el control absoluto sobre unas corrientes internas, a las que puede canalizar o contener a su antojo. Que los integrantes de los partidos no puedan elegir ni revocar, de manera democrática a sus dirigentes es lo propio de esa clase de organizaciones. Lo que resulta impropio de la sociedad civil, es no tener libertad de elección de mandatarios políticos. hechos significativos Según la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid, la crisis en el sector de la construcción, elevará la tasa de paro hasta el 9'5 por ciento en 2009, afectando a 600.000 trabajadores. Los corresponsales españoles en Marruecos denuncian el acoso de las autoridades marroquíes y su desamparo ante la arbitrariedad del Gobierno local.
Malpaís
EL Hierro (foto: Óscar) Malpaís No es en la oscuridad donde el hombre acomete filosamente el sacrificio del mito. Basta la luz equinoccial para anublar el pensamiento.- Persuasión de la condición humana, de la sinergia entre la reflexión y el genio- Y es justamente ahora, fusilada toda ensoñación, cuando afluye el somnífero de nuestro tiempo, el ansiolítico de los débiles y los cobardes. La mentira se infiltra en los vasos sanguíneos del soma social, ya no hay capilares exentos de anhídrido. El antifaz perverso que insiste en travestirnos de inmunidad ante lo que es sublime; allí donde no puede, donde arpegios únicos del mundo nutren nuestros tejidos de belleza, encauzan aspiraciones nobles, educan nuestro intelecto, preludian parcelas fértiles donde habrán de emerger las libertades todas como gramíneas de un prado sobre el que ir edificando leales propósitos, un “politecosistema” de hombres libres. Todo tan amañado y tan intrincados los nervios bajo la piel de nuestros gobernantes. Prensadas las palabras falaces y exprimido el jugo de la demagogia, habrá de fermentar el almíbar en alcohol añejo dentro de la vorágine de sus estómagos. Pero la destemplanza de la impudencia y de la soberbia nos hará deshibernar de un pesado letargo para espalar la nieve de los senderos. Acaso, ¿no se oyen a lo lejos por encima de fortificados muros a los salvajes con alma de Malpaís? ¡Qué primicia sentir estreno del mundo, comprender que lo elevado y lo hermoso son cadencias posibles! Saber a ciencia cierta con los ojos plenos de cordialidad y valentía, que es posible abordar una ruta verdadera y engrandecida -un gran desfiladero- de las ambiciones más puras y nobles, del ideal de ser libres.
Huelga en Justicia
En su editorial del jueves 27 de marzo, el periódico “El País” empequeñece y retuerce los motivos que mantienen todavía la huelga de los funcionarios de la administración de Justicia. Los empequeñece, al llamar la atención sobre el hecho, reconocido como parcial, de que “la huelga continúe a pesar de la escasa diferencia, apenas veinte euros, que separa a las partes en el terreno económico”. Los retuerce, al ubicarlos en una “abismal diferencia de concepto sobre la mejora salarial en discusión”, entendiendo por conceptual que los huelguistas reclamen igualdad de sueldos a igualdad de funciones, en todo el territorio español, sin admitir el agravio comparativo de que, ejerciendo las mismas funciones, ganen más en unas Autonomías y menos en otras. Contra el principio indiscriminatorio, sostenido por los huelguistas, el Ministerio de Justicia se lava las manos, alegando que la gestión de los servicios traspasados, con su correspondiente presupuesto, es responsabilidad exclusiva de los gobiernos autonómicos, y que la equiparación salarial debe responder a un compromiso de mejora. “El País” afirma que “la posición del Ministerio de Justicia tiene su lógica”, pues si la gestión de los servicios es responsabilidad de cada una de las autonomías, “entonces la referencia para la equiparación de los salarios no puede ser solo y exclusivamente el agravio comparativo, sino la calidad de las gestión y del servicio prestado”. Además de que ese “entonces” es absurdo, este sofisma presupone dos cuestiones distintas e indemostrables: 1ª, que sin Autonomías no habría discriminación salarial entre los funcionarios de Justicia y 2ª, que en las Autonomías donde tienen mejores sueldos, los servicios son de mayor calidad. Al agravio comparativo, este argumento añade la ofensa a unos funcionarios que, ganando menos, prestan la misma clase y la misma calidad de servicio. Este Diario comprende la posición de los huelguistas. Y aunque reconoce la desproporción del daño que la huelga causa a los justiciables y administrados, no es justo exigir a una sola de las partes que se comprometa a poner al día el retraso amontonado, sin que la Administración le pague horas extraordinarias para disminuir un daño causado por la lenta y recalcitrante postura estatal que la ha discriminado. florilegio "El Estado sabe que ciertas profesiones nimbadas con halos de gloria, como las que sirven a la religión, la justicia o la ciencia, gozan de una tradición de gentileza hacia ellas, que se rompe si huelgan por motivos económicos."
Aritmética sin control
Los políticos agraciados en las últimas elecciones han de cumplir el protocolo parlamentario de toma de posesión de las actas de diputado. Para realizar ese trámite tuvieron que conseguir un puesto preferente en una lista de partido. El reparto de escaños del congreso no permite a Zapatero ser investido presidente del Gobierno únicamente con los votos de los diputados del PSOE, lo que le obliga a pactar el apoyo explícito, o al menos la abstención de otros partidos. En esos pactos sin transparencia se hurta a los españoles el conocimiento de las concesiones y favores mutuos que implica el consenso. Parlamento con banco azul (foto: lademocracia.es) La formación de la mesa del Congreso, órgano de gobierno del parlamento, deja el primer episodio del cambalache, que inició el PSOE renunciando a una de las cinco sillas que le corresponden a favor de los nacionalistas, a la vez que pedían al Partido Popular el mismo gesto para “favorecer la pluralidad”: como si la mesa del Congreso cumpliera mejor su cometido con sus sillas ocupadas por representantes de diferentes partidos. ¿Por qué no nombra Zapatero a un ministro de cada formación política para favorecer esa misma pluralidad? Los populares, con Rajoy a la cabeza, afrontan la legislatura con la intención de “controlar al gobierno y hacer oposición” (Zaplana dixit). Éste ha replicado a José Blanco que por “aritmética parlamentaria” les corresponden cuatro miembros de la mesa, y no van a ceder ninguno, ya que con más elementos propios su labor de control será más eficaz. Sin embargo, Zaplana olvida que por la misma aritmética el PP queda inhabilitado para controlar al gobierno en el parlamento. Para que el control del gobierno sea efectivo, la separación de poderes exige esta disposición electoral: unas elecciones legislativas, y otras distintas, para elegir al presidente del gobierno. Mientras se mantenga la discriminación a los españoles que sólo somos consultados para resolver, en elecciones con listas de partido, la cuota de poder inseparado del que dispondrán los partidos en el Estado, el control parlamentario de la acción gubernamental es una quimera.
Segunda vuelta española
Los ciudadanos franceses eligieron directamente al Presidente de su República en la segunda vuelta, ya que en la primera ninguno de los candidatos logró la mayoría absoluta. Un mes después, en las elecciones generales a la Asamblea Nacional, se utilizó el mismo procedimiento para la elección del representante de cada uno de los distritos o circunscripciones del territorio francés. Hace pocos días, en las elecciones locales, se ha podido ver otro tanto de democracia. Como puede verse, en el país vecino son los ciudadanos los que deciden en la primera y segunda vuelta; y los posibles pactos de apoyo a los candidatos que pasan a la segunda vuelta se hacen a la vista de los electores. Aquí, en España, se desconocen las más elementales reglas de la representación política de la sociedad civil a todos los niveles (nacional, regional y local). En las recientes elecciones generales los votantes se limitaron a escoger una de las Listas que les presentaban. Como el conjunto de las Listas de ningún partido político alcanzó la mayoría absoluta en el Congreso, comenzó esta peculiar segunda vuelta en los despachos de los jefes políticos, sentados en el sofá, de espaldas a los electores y al margen del Parlamento, presunta sede de la soberanía popular. En los sótanos de los partidos se negocian los apoyos al partido gubernamental y a los presidentes y a las mesas del Congreso de los Diputados y del Senado, calculándose los costes-beneficios, para que los días de la constitución de las cámaras y de la investidura del Presidente del Gobierno sean el “climax” del consenso. Todo aparecerá “atado y bien atado”, incluso habrá pantomimas (Josu Erkoreka llama cabestro al pactado presidente del Congreso y éste contesta que no dirá ni muu…) que amenicen el encuentro. Estas jornadas serán días de esplendor del Estado de Partidos, de la unidad de Poder con separación de funciones, de la representación de una comedia política: las votaciones serán un mero trámite de lo ya decidido en el sofá del partido político más votado. ¡Qué diferencia hay entre el sistema francés y el régimen español! ¡Qué abismo nos separa! Señores Bono y Erkoreka.

