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martes 23 diciembre 2025
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Factor irlandés

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El pequeño pueblo irlandés -que con la emigración de la pobreza impuso al mundo anglosajón el reconocimiento de su espíritu insobornable- puede decidir con su reciente riqueza el porvenir inmediato de la Unión Europea. Pese a que ningún país ha recibido una proporción semejante de los fondos comunitarios (con el 10 % de la población española ha ingresado más de la mitad que España), y a que ocupa el primer lugar en la inversión directa de capital europeo, lo que coloca a Irlanda en el  segundo  lugar en la renta per capita de los 27 miembros de la UE, la posibilidad del NO en el referendo del 12 de junio, ha vuelto a planear sobre las cancillerías de  Europa.     Tres factores operaban contra la aprobación popular del Tratado. La reducción de la PAC, retrasada maquiavélicamente hasta que se celebrara este referendo, unió a los agricultores contra Bruselas. La proyectada equiparación comunitaria de los impuestos sobre beneficios empresariales –en Irlanda son la mitad que la media europea- formó un frente común de empleadores y empleados. Y la complejidad técnica del Tratado convirtió a los euroescépticos de antaño en euroignorantes actuales. Solo la Irlanda oficial y la propaganda estaban por el SI en el referéndum.          Irlanda está vinculada desde la alta edad media a la primera idea política de Europa. Fueron los monasterios irlandeses quienes impusieron su modelo de enseñanza en  Escocia y norte de Inglaterra, educando en la cultura humanista de  Boecio y San Isidoro de Sevilla al “maître à penser” de la incipiente civilización occidental, al preceptor de Carlomagno y de sus hijos, el monje Alcuino. En los entretenimientos literarios de la Corte de Aquisgrán, Carlomagno se hacía llamar David, Alcuino era Horacio y Angilberto encarnaba a Homero. La escuela de Palacio dramatizaba de este modo el ideal de la síntesis cristiana de las culturas hebraica, griega y romana. Y la Irlanda profunda, desbordando el cuadro imperial, agregó una visión cercana a la expresada dos siglos antes por los monjes celtas que preservaron y trasmitieron la literatura pagana. El novelista de “Gentes de Dublín”, James Joyce, retornó a esas fuentes del humanismo monacal irlandés para llamar Ulises a una de las obras más simbolistas de la literatura moderna, donde hace protagonista al propio  lenguaje, bajo la mirada, ya renacentista, de las Etimologías de Isidoro. florilegio "Las ambiciones egoístas de los agentes económicos son inseparables de un cierto modo de pensar ideológico, bajo el que se cobijan y justifican. Si se prescinde de la libertad política, economía y politica vienen a ser lo mismo."

Para una vez

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Que se puede elegir al jefe de un partido mediante un sistema mayoritario -una persona adulta, un voto- en el Estado de partidos diseñado por el franquismo, resulta que… ¡no es un partido español!   Esquerra Republicana de Catalunya es un partido independentista catalán que tiene como horizonte el año 2014 para la construcción de un Estado propio en su región, siguiendo la estela del referéndum de Montenegro. Sus militantes, sin embargo, pudieron votar directamente, entre varios candidatos (Puigcercós, Carretero y otros), a su presidente y su secretario general. Ganó Joan Puigcercós pero “el derecho a decidir” de los catalanes sigue vigente para el congreso del partido.   El primer ejercicio de democratización, por lo tanto, en un partido en suelo español después de más de treinta años de transición hacia la democracia de la libertad política –“transición” aún no terminada- ocurrió hace unos días en Cataluña. Es un dato positivo, a pesar de que sigan pensando que “ser un partido español” implica necesariamente carecer de una mínima democracia interna.   Por otra parte, ¿ERC es un partido monárquico? Obviamente no: cualquier acto de democracia en un partido, por pequeño que sea, lo convierte en “republicano”. Mas no es suficiente ser “republicano” para ser un partido democrático.   Un partido político pretendidamente democrático en su funcionamiento interno precisa además de un comportamiento coherente en sociedad. Aunque ERC sea un partido independentista -y también precisamente debido a ello-, pertenece a la estructura y el funcionamiento del Estado de Partidos postfranquista español, lo que le impide ser un verdadero partido democrático y “repúblico”. Esta pertenencia obliga y legitima a ERC, como bien sabe Puigcercós, a mantener el tripartito en el gobierno catalán.   Don Juan Puigcercós (foto: Cresi-Fotos CC)

Engaños del pluralismo

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En su ensayo “La democracia liberal y su época”, C.B. Macpherson señala una circunstancia de orden externo que inevitablemente obliga a los partidos políticos a evolucionar hacia formas de organización no democráticas: la servidumbre de dirigir su mensaje no a un pequeño grupo de electores de distrito, como sí sucedía en el tradicional parlamentarismo inglés, sino a toda la nación. Cuando el receptor adquiere unas dimensiones tan vastas, los partidos políticos se ven forzados a convertirse en maquinarias burocráticas fuertemente centralizadas y con el poder depositado en unas pocas manos: la coherencia de propósitos, o, en moderna jerga publicitaria, la integridad del mensaje, aconseja una organización piramidal en la cual las directrices partan del vértice a la base sin discordancias. Es difícil exagerar el peligro que, para la democracia formal e institucional, supone esta situación.   Sin embargo, en lugar de advertir el mal y obrar en consecuencia, defendiendo a las instituciones de esta perniciosa e inevitable tendencia, en Europa Occidental, y en España en particular, se ha optado –con la excepción de los anglosajones y, con matices, los franceses- por una entrega total del Estado a los partidos políticos, erigidos, en si mismos, en parte de la estructura institucional del Estado: a través de un silogismo tramposo, so pretexto del pluralismo político como uno de los fundamentos de la democracia, se legitima así la conversión de los partidos en organizaciones estatales, hasta el punto de que el propio Estado ha asumido la protección de estos mediante los consabidos mecanismos de sostenimiento económico; financiación que, además, en el caso de España, cae en el estrepitoso circuito de realimentación positiva que privilegia el mantenimiento de aquellos partidos con mayor representación en el parlamento.   La búsqueda del ansiado “centro” político es en realidad la más rotunda e indisimulada renuncia de los partidos a acudir, precisamente, al terreno de la política donde los ciudadanos habrían de esperarles, con la finalidad de encontrar, en ellos, el correlato de la inevitable división ideológica de la sociedad civil. La política se ha corrompido en la misma medida en que los partidos han entregado la gestión de las campañas electorales a agencias publicitarias, y el mensaje se ha vaciado de contenido, como vacío es todo mensaje publicitario, que lejos de incidir sobre el receptor como un sujeto del que se espera la más cabal voluntad de entendimiento, incide sobre él como objeto cuya voluntad debe ser manipulada.   En esta coyuntura, no es extraño que los partidos políticos se vean impelidos a exagerar las diferencias que los separan: pero, por encima de todos los matices, están unidos por la coherencia de propósitos, las tendencias conspiradoras y la conciencia de clase de sus jefes, características con las cuales Meisel describió, justamente, a la clase política.

Estado de masa

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La convocatoria de una huelga motivada por el alza del precio del gasóleo, que el Gobierno afrontó como una simple negociación sectorial con empresarios del transporte, ha generado una crisis que está afectando al abastecimiento de productos básicos, al funcionamiento de la industria y al tráfico viario, provocando una gran alarma social. En 2005 fue creada, conforme a las indicaciones de Zapatero, la Unidad Militar de Emergencias, para hacer frente no sólo a catástrofes naturales de gran magnitud, sino también a situaciones como la actual.   Supermercado desabastecido (foto: vicintosh87)       En el editorial “Masas de esperanza”, Antonio García Trevijano citaba al gran historiador de la revolución francesa, George Lefebvre, que descubrió la causa de los sucesos de“El gran miedo de 1789” en la mentalidad colectiva de unas masas campesinas dominadas por el pánico ante un enemigo imaginario (supuestas cuadrillas de bandoleros) que adquieren un nuevo “estado de masa” y atacan a sus enemigos reales. Lefebvre articuló lo psicológico y lo sociológico en una historia social de la creencia, que contribuía a explicar los acontecimientos políticos y en especial la acción de las concentraciones de masas revolucionarias.   Esas mutaciones humanas guardan una asombrosa relación con los fenómenos biológicos que René Thom explica en su “teoría de las catástrofes”, un campo matemático singular que abarca todas las transformaciones que se producen de un modo súbito o imprevisto. Esta metodología pretende descubrir las discontinuidades que pueden presentarse en la evolución de un sistema complejo, es decir, entender y predecir el comportamiento de la bolsa de valores o las infestaciones de plagas.   El Gobierno proclama su “tolerancia cero” ante cualquier acto de coacción y está dispuesto a movilizar al Ejército para evitar el desabastecimiento. Resulta evidente el desorden del cambio o la ruptura del orden que la falta de productos básicos podría desencadenar, y la emergencia de sentimientos colectivos de miedo y violencia en una situación caótica. En Sevilla se ha producido una batalla campal entre policías y pescadores después de que éstos entregaran un documento con reivindicaciones a un grupo de parlamentarios andaluces. Si en la mentalidad colectiva de una buena parte de españoles penetrase la conciencia de la irrepresentación y opresión políticas de la casta oligárquica, irrumpiría una gran esperanza democrática.

Volar, escribir y trabajar

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Parlamento en Estrasburgo (foto: Wikimedia Commons) Todo aquel que tenga que viajar alguna vez en avión por Europa, debería saber que existe una “Gran Lista Maestra” que regula lo que se puede llevar o no como equipaje de mano. Sin embargo, hay un pequeño problema: es secreta. Forma parte de una legislación de la Unión Europea al respecto, y aunque cada país puede añadir elementos a esa lista que sí pueden ser de dominio público, la legislación como tal debe permanecer secreta por razones de seguridad. Así pues, los ciudadanos europeos estamos indefensos ante una ley que no podemos conocer. Y ya sabemos que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.   La Comisión Europea de Cultura acaba de aprobar una resolución que será sometida a discusión en el Parlamento en septiembre próximo. En ella se aboga por una regulación de los blogs en Internet y por un etiquetado voluntario de los mismos. Según argumentan, para aportar seguridad al exceso de información que circula a través de la blogosfera. Porque ya sabemos todos que los demás medios de comunicación tradicionales “no” producen exceso de información y lo que nos comunican es “veraz”. No hay nada más que ver los casos de fotografías falsificadas de Adnan Hajj en Routers.   Y en plena crisis económica, la Unión Europea ha llegado a un acuerdo para ampliar la semana laboral de 48 hasta 60 horas (65 en algunos colectivos como los médicos). En principio, el gobierno español se opone a la medida, pero ¿hasta cuándo? Es posible que la opción de que los trabajadores pacten de forma individual con la empresa los horarios de trabajo funcione en otros países europeos, pero desde luego no lo hará en el nuestro, donde los sindicatos son meros órganos estatales. Y ya hay colectivos (médicos) que amenazan con huelga (otra más). Parafraseando a Nietzsche, quien no dispone de dos tercios de su jornada es un esclavo.   Las instituciones de la Unión Europea reproducen las de sus estados miembros, en manos de las oligarquías de partidos. La clase política europea, al igual que ocurre en muchos de sus países, legisla totalmente desconectada de la realidad que afecta a la sociedad civil. Y en muchos casos, contra esta última, a la que teme. Mientras los ciudadanos de Europa no posean la libertad política para elegir y deponer a sus representantes, tanto a nivel estatal como europeo, la democracia en Europa seguirá siendo una quimera.

Subir los tipos

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Jean-Claude Trichet, Gobernador del Banco Central Europeo desde 2003, anunció el pasado jueves que “es posible, aunque no seguro, que suban los tipos en una pequeña cantidad”, tras advertir que los riesgos para la estabilidad de precios se han incrementado. Como consecuencia, el índice EURIBOR alcanzó su máximo absoluto (5,4%) desde 1999, año en que comenzó a utilizarse, con una subida record de 0,3% en un solo día.   El Tratado de Maastricht establece como objetivo primordial del Eurosistema mantener la estabilidad de precios, estableciendo una cota máxima de inflación anual del 2%. Son dos los principales mecanismos de actuación del BCE sobre los precios: primero administrar el suministro de dinero en el mercado financiero (ajustar la cantidad total de dinero en circulación a las condiciones de actividad económica) y segundo establecer el tipo de interés de referencia del dinero creado. Este último es el mecanismo más conocido por el público ya que tiene incidencia directa sobre las rentas disponibles de las familias, por ejemplo en forma de EURIBOR.   Como el metro para la longitud o el gramo para el peso, la moneda es la unidad de medida en el intercambio. Su magnitud exacta, lo grande que es cada unidad de moneda, ha de ser apropiada para medir con precisión en la escala de lo intercambiado; y la cantidad total de moneda circulando, ajustada al valor de todo lo transaccionado. Si la economía crece pero no se aumenta el suministro de dinero al mercado, la escasez de moneda hace que la unidad monetaria se agrande para poder abarcar el crecimiento de la economía (los precios bajan). Si por el contrario se aporta al mercado más moneda de la necesaria, el exceso hace aumentar los precios: la inflación. Los reguladores del mercado monetario deben ajustar el volumen monetario mediante aportaciones o retiradas de liquidez conforme a las previsiones de actividad económica.   El BCE fue fundado 1 de junio de 1998 con un capital inicial de 5.000 millones de euros, proveniente de las aportaciones de los Bancos centrales nacionales de los países firmantes del Tratado de la Unión Europea. La crisis “de confianza” financiera con origen en la opacidad de las titulizaciones de hipotecas de alto riesgo en los EEUU ha “obligado” al BCE a realizar continuas inyecciones monetarias al sistema desde el pasado agosto para salvar la falta de liquidez de muchas entidades crediticias incapaces de seguir colocando en el mercado financiero los productos hipotecarios de los que obtienen los fondos para continuar la vorágine de préstamos. Un solo día, el 17 de diciembre pasado, el BCE suministró la obscena cantidad de 348.700.000.000 € (equivalente a un tercio del PIB español) para refinanciación de deuda bancaria. La inflación se situó el mes de mayo en el 4.7% interanual La subida de tipos anunciada por Trichet servirá para inflar más las cuentas de beneficios de los bancos acreedores y no tendrá ninguna repercusión en el control de la inflación.

La economía del fraude

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Especulación (autor: clotxa) No hace falta detener la mirada en el rostro con más o menos visajes del Poder, para reconocer la grotesca artificiosidad que despide. Pero tras la simiesca farsa política, percibimos un inequívoco mensaje de ruin desesperanza: la urdimbre económica que las oligarquías políticas y económicas tejen, se hace inextricable. El aumento de los precios de alimentos básicos, del combustible y de la luz asfixia las economías de los hogares y la subida del Euribor endurece la condena de las hipotecas vitalicias.   La jerigonza de los economistas convencionales solemniza máximas rellenas de maniquea banalidad. Por el lado “liberalizante”, nos presentan un Estado con iniciativas obstructoras de la libertad económica y, por ende, de la posible prosperidad que ha de generar el Mercado, cuando se conoce de sobra, la preponderancia de los mercados cautivos o la amañada competencia que se libra en éstos; y por el flanco “socializante”, se corrige la dirección de la mano invisible y son redistribuidos los dones que otorga, por un Estado (de partidos) incorregible y dispendioso. Se ufanan de aquellos logros económicos que dimanan de la ortodoxia ideológica, y se encrespan ante cualquier asomo de cambio sustantivo, motejado como desviación que por lo visto, conduciría a la ruina y la descomposición social.   ¡Qué insufrible dogmatismo, taraceado de cientifismo, el de esos recurrentes transformistas de la única posibilidad que les interesa admitir, en ineluctable realidad económica! Dado el estado de vulgaridad intelectual y escepticismo malicioso de la vida pública, resulta prudente aclarar, aunque sea labor baldía con los vocacionales o profesionalizados sofocadores de ímpetus rupturistas, que la lucha prioritaria consiste en conquistar un sistema democrático y no en imponer un régimen igualitario o desembocar en una liberalización orgiástica y asilvestrada.   Con la democracia, serán pertinentes y viables los intentos políticos de modificar situaciones y aspectos cuya injusticia se nos presenta inmutablemente enquistada en la sociedad. Entonces, se controlará y eliminará el tráfico de influencias y medros estatales, y se abrirán las vías para proponer la resolución de problemas que ahora se presentan como “estructuralmente” insolubles: el despropósito del paro involuntario, la explotación, coacción y corrupción que anidan en el mercado laboral y el enriquecimiento que mana del privilegio.

De Costa a Obama

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El senador Obama, tras su nominación como candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, ha insistido en el “Yes we can” de sus discursos porque “¡Este es el momento que definirá una generación!”. Pedro J. Ramírez, que no cree en las posibilidades de Obama frente a John McCain, apostaba por la derrotada Hillary Clinton;  y en España, ante su absoluta desconfianza en un tercer asalto de Rajoy al poder, se ha  inclinado estas últimas semanas por Juan Costa, arguyendo que no es Kennedy ni Obama, ni siquiera Hillary, pero “merece la pena escucharle”.   El director de El Mundo prosigue su particular nominación afirmando que “los seguidores de un partido, los ciudadanos de un país, necesitan que de vez en cuando alguien sea capaz de hacerle remontar el vuelo y ayudarles a soñar” y que “Zapatero ha conseguido inyectar ese chute de empatía en la izquierda social”; “en eso consiste el liderazgo que luego amortigua el coste de los más graves errores” concluye el Sr. Ramírez.   El ex ministro y coordinador del programa electoral del PP reveló en el Comité Ejecutivo de su partido que “es necesario un nuevo liderazgo integrador y capaz de generar ilusión”. El diputado Juan Costa ha estado barajando la posibilidad de presentar una candidatura alternativa, de carácter testimonial, en el próximo Congreso de Valencia, para hacer frente a la “crisis de ilusión” existente; al final, ha desistido al no tener la seguridad de contar con los avales necesarios, pero insiste en pedir que los militantes escojan de manera directa un nuevo líder que supere la desilusión actual.   Mientras tanto, Rajoy afirma que su partido “está demostrando que no se asusta ante nadie”, y se congratula de que al final “sólo dependas de los intereses generales de los españoles”; y para ello anima a “hablar con todo el mundo” y a “luchar por la centralidad” porque no se puede “estar situado en una esquina”. En esa línea, Manuel Fraga, situado en el centro reformista, tal como en el franquismo, ha declarado en El País estar más cerca de Obama que de McCain. En su reciente artículo dominical,  Pedro J.,  de manera inopinada, halla la clave de todo este asunto: “No se trata de Mariano sí o Mariano no, sino de democracia sí o democracia no”.   hechos significativos El Euribor se dispara hasta el 5,4 por ciento después de que el presidente del Banco Central Europeo insinuara una próxima subida de tipos. Zapatero ha reclamado “prudencia” y “responsabilidad” a Jean Claude Trichet, presidente del BCE, y el Gobierno alemán anuncia que el presidente español “tendrá que explicar” esas críticas. 

Devyani Rana

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Cultura nepalí (foto: Óscar) Devyani Rana Si alguna vez el amor ha abierto las puertas a la libertad, cosa verdaderamente extraña siendo el amor como es, ha sido con ese nombre. Devyani Rana estaba en el alma de Dipendra de Nepal cuando este asesinó a su familia más cercana e hirió a muchos otros. Devyani abrió las puertas a la República exigiendo la sangre de quienes no quisieron ser sus suegros en la ablución de bienvenida. Para que un pueblo anclado en el absolutismo, y financiado por millones de fotografías de turistas sensibles, espirituales y ecologistas hasta la extenuación respirara, tuvo que colmar de amor el corazón homosexual de un príncipe heredero. Tras la matanza, su familia se ocupó de sacarla rápidamente del país y, más adelante, cuando todo se hubiera calmado y la pequeña estuviese más tranquila, de preparar una fantástica boda con un muchacho más adecuado.   La boda de una princesa, como casi lo fue. Ni sus propios progenitores ni el inquieto Dipendra comprendieron nunca que su querida niña india quería ser República asiática. Sin embargo, desde los clubs de campo o las oficinas que la ONU reserva a los hijos de los poderosos del mundo no es fácil guiar al pueblo a la manera de la libertad de Delacroix, así que tuvo que hacerlo desde el interior de un mimoso heredero real asiático. Y lo consiguió. Dipendra, sentado frente a los cuerpos del rey y la reina, pensó en ella, en la extraña dignidad que representaba para él, antes de volarse la cabeza para enterrar la dinastía en el imposible reinado de su degenerado tío.   Pero la libertad también contrae meningitis. Y esa enfermedad unida a la fuerza que "El feroz" comunista emboscado en el Himalaya había adquirido, templó el empuje de Devyani, que decidió ocultar el pecho moreno bajo el sari y ayudar a su padre a ganar las elecciones de Nepal. Sería el presidente ideal, todos en Nueva York lo decían.

Masas de esperanza

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Obama ganará las elecciones a la presidencia de EEUU. Esta afirmación, contra lo que pueda parecer,  no es un pronóstico deducido de la simple suma de las opiniones individuales de los futuros electores. Se trata de un diagnóstico basado en el síntoma que expresa hoy la psicología de las masas estadounidenses, entendida en el sentido preciso de esta disciplina, fundada  por Gustave Le Bon, y aplicada con extraordinario éxito por el historiador del Gran Miedo de 1789, Georges Lefebvre. Ahora estamos ante la Gran Esperanza de 2008.   Las encuestas no son instrumentos adecuados para analizar esos fenómenos sociales, intensos y repentinos, donde lo individual se disuelve en la potencia de ciertos sentimientos colectivos de pavor, violencia, resignación, juego (hinchadas) o esperanza. Pasiones que se contagian y fortalecen,  hasta dotarse de autonomía colectiva, con el número y la contigüedad espacio-temporal de los que las padecen. Fenómenos muy distintos de los comportamientos afines o iguales de individuos atomizados dentro de un consenso (consumo de masas, politica de masas, espectáculo de masas). Precisamente la nota específica de la psicología de las masas es la ruptura,  transitoria o permanente, del consenso de  donde emerge.       Según  todos los indicios, Obama sólo ha sido el elemento catalizador que ha reactivado las energías de enormes masas, inconsciente y oscuramente  esperanzadas en un cambio radical de la politica dominante en la tradición de la cultura norteamericana. Por ello, su comparación con Kennedy es tan superficial como ridícula. Habría que retroceder a Lincoln para encontrar algo equiparable en dignidad politica.   Nuestro diagnóstico se basa en que la ruptura del tabú negro, en la idiosincracia blanca, superando las divisiones partidistas, afecta al inconsciente colectivo de toda la sociedad norteamericana. Demócratas y republicanos han sido alcanzados por esa ruptura. En adelante, seguirá existiendo racismo consciente de sí mismo. Pero, con Obama Presidente, entra en vías de extinción el de quienes consideraban iguales en derechos a los  negros, pero sin darles la oportunidad de que compartieran la dirección cultural del país o  entraran en sus familias. El riesgo que acecha a esta revolución cultural, como a toda Gran Esperanza, es el de la decepción. florilegio "Las masas juveniles del 68 fueron rebeldes y no revolucionarias porque carecian de ambicion politica. Las masas no se mueven más que para entregarse. Si el líder sube con ellas hay progreso y revolución; si es a costa de ellas, hay demagogia y reacción."

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