“Somos un país que no tiene oro. El recurso que tenemos es nuestro pueblo”. Así reza el Himno Nacional Finlandés. Como no pueden cultivar otra cosa, porque no tienen recursos naturales, cultivaron a las personas y han conseguido uno de los puebles mas instruidos del mundo. La consecuencia inmediata es que es una de las naciones más productivas que existen. El propio Gobierno Finlandés, alardea de que un pueblo instruido, no tolera la corrupción, sabe distinguir al demagogo y apartarlo y elige al político mas preparado.

A contrario sensu, un pueblo con una instrucción mediocre, será un pueblo con baja productividad, la corrupción corroerá su sistema político y administrativo, la demagogia, una de cuyas variantes es la partitocracia, será el sistema que impere y los votantes depositarán en las urnas, los nombres de los políticos que busquen el propio provecho a cambio de la ruina general.

Ahí tenemos unos parámetros, -productividad, corrupción, demagogia, preparación de los políticos- directamente relacionados con la instrucción de un país. Conociendo estas variables, se sabe con precisión la calidad del sistema instructivo.

El lunes seis de febrero, en un fantástico debate económico en Radio Libertad Constituyente, (disponible en ivoox, ¡no se lo pierdan!) Don José Molero Zayas y Félix Fernando Muñoz Pérez, con sendas carreras profesionales dedicadas a las universidades Autónoma y Complutense, hicieron un análisis apasionante de la formación universitaria y su relación con la investigación y el mercado laboral.

Siguiendo las mismas tesis que los colaboradores citados, el “Consell Valencia de Cultura”, órgano consultivo de la Gereralidad Valenciana, ha publicado un informe sobre el estado de las Universidades de esa comunidad, que ha levantado airadas protestas en el sector.

Se relatan en el informe los usos y costumbres arraigados en las universidades españolas, que reducen la calidad educativa que imparten. Comienzan analizando el absentismo de los estudiantes, que es asombroso, pero aún lo es más, que no existan estudios sobre este fenómeno. Dado que el estudiante solo paga entre el 10 y el 20% del coste de sus estudios, su falta de asistencia a clase es cuando menos, una falta de respeto y una burla, hacia los no universitarios que costean la fiesta.

Continúa el informe haciéndose eco de la “endogamia” y el “caciquismo” enraizado en los usos para la promoción de los docentes en los departamentos universitarios. Este dato es primordial porque la preparación de los profesores y catedráticos es decisiva en la labor universitaria. Si existe caciquismo en la selección de éstos, no hace falta seguir analizando la calidad de la instrucción que imparten. No obstante se quejan los autores del informe, de que ningún Premio Novel, -“ni siquiera de literatura”- imparte clases en alguna universidad Valenciana.

El informe acusa a las autoridades universitarias de falta de planificación, mencionando que hace unos años el llamado “paro médico” restringió las plazas universitarias de medicina. El resultado es que tenemos que importar médicos de otros países. Fenómenos como éste, se extienden a otras materias, siempre según el informe.

Naturalmente, los representantes de las cinco universidades, han protestado enérgicamente por la publicación de un informe en esos términos y con membrete oficial. Acusan a sus autores de falta de rigor, de subjetivismo, de falta de datos…

La Universidad –decía Ortega- es el cerebro, la cabeza, de un país. Ninguna universidad española, está entre las 150 mejores del mundo. España no tiene, ni mucho menos, la mejor cabeza, es más, parece que la ha perdido.

Analizando el estado de la corrupción, la demagogia, la falta de productividad, sí podríamos concluir que España va caminando, como San Dionisio, como San Lamberto, con la cabeza entre las manos, decapitada por irresponsables, aplaudida por ignorantes, buscando un lugar apacible para celebrar sus propias exequias.

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