A pesar del apoyo mayoritario en la sociedad civil española que desde el real proceso de descolonización del Sahara Occidental presenta la opción por un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui basado en el censo español de 1974, la política exterior del gobierno de España no ha cambiado un ápice en su apoyo a la monarquía feudal alauita a la que, entre otras cosas, vende armas y ante la cual mira hacia otro lado cuando se dispara el número de torturas y detenciones ilegales cometidas contra los saharauis (y que han sido denunciadas por Amnistía Internacional). La impotencia del movimiento civil español pro-saharaui es un reflejo de la falta de democracia formal que el sistema proporcional de listas de partido trae a la política de Estado. Muchos no se dan cuenta de que un sistema electoral mayoritario uninominal en mónadas republicanas permitiría escoger a aquellos representantes fieles a la causa saharaui. Si éstos fueran sobornados por el poder podrían ser depuestos ipso facto por la mónada.   Las muestras de apoyo a pie de aeropuerto recibidas por Aminetu Haidar en su huelga de hambre provocada por un Estado español que ni siquiera es de derecho cuando de la monarquía marroquí se trata, no son más que una franca pero impúdica manifestación de simpatía cuando una persona ha emprendido el poderoso camino de la desobediencia civil pacífica. Para hablar de solidaridad propiamente dicha, la única acción solidaria con Haidar es la unión en la huelga de hambre hasta la muerte si llegara el caso.   Los métodos de desobediencia civil son los más poderosos contra los Estados. Pero son también los más exigentes para el manifestante, quien ofrece su sacrificio en distintos grados como respuesta a la violencia institucional para que ésta se haga visiblemente intolerable. Aminetu Haidar ha emprendido el sacrificio máximo por la libertad política de los saharauis que viven sometidos en los territorios ocupados por Marruecos tras la marcha verde de noviembre de 1975, mientras que en España, a día de hoy, la misma aquiescencia a la táctica de hechos consumados de la monarquía alauita continúa siendo la norma que rige la política exterior. Sin libertad política en España, la esperanza de libertad política en el Magreb es todavía, si cabe, menor.     "A pure theory of democracy"     Publicada la traducción inglesa de "Frente a la gran mentira"

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