primeraLos Conservadores británicos ya le han puesto un nuevo nombre a Theresa May: La Primera Ministra Interina. Después de obtener un desastroso resultado de las elecciones ya es considerada públicamente un pato cojo “lame duck” en inglés.

Pero los Tories también saben que buscarle un substituto ahora supondría pasar de nuevo por las urnas, y eso podría ser aun mas catastrófico, ya que Jeremy Corbyn podría salir elegido primer ministro. Así que han decidido apoyarla en publico, aunque en los pasillos del palacio de los Comunes el tema de conversación es sólo uno, y no es si la premier debe irse, sino cuando.

El sistema político británico castiga duramente los fracasos, especialmente si son estrepitosos como el que tuvo la señora May. Que tenía todas las cartas para salir triunfal de su encuentro con las urnas. Primero porque la oposición esta muy escorada hacia lo que conocemos en España como la Nueva Izquierda, que mas bien es el retorno del Laborismo a las posiciones que mantenía en la década de los 80. Otro factor a tener en cuenta es el incremento en el apoyo popular al Brexit, desde que la señora May activo el articulo 50 y apostó por un Brexit duro. Lo cual le dio una imagen y unos índices de popularidad mayores que los que tenía la Dama de Hierro.

Pero con todo esto a favor no se pudo evitar el desastre en las filas conservadoras. Muchos factores confluyen, la dureza de los recortes que aún se siente en las clases populares, la percepción de este gobierno como alejado de las preocupaciones reales de la gente y muy altanero, de hecho May no fue a los debates de televisión. Con toda esta mala gestión de la campaña electoral se obtuvo un sonoro fracaso que acabó con la corta carrera de la Dama de Cristal en el 10 de Downing Street.

Andan revueltas buscando un nuevo líder las filas conservadoras, que las podemos dividir en tres tipos: Primero los partidarios de un Brexit duro, esto es sin acceso al mercado único y sin pertenencia a la unión aduanera. En el segundo grupo están los partidarios de la UE y ministros, pocos pero con mucha influencia, creen que el fracaso de la jugada electoral de May para ampliar su mayoría es positivo para ellos, y toman como prueba la entrada de algunos ministros contrarios al Brexit en la actual remodelación del gabinete, entre ellos Damian Green, vicepresidente y pro-EU. En el ultimo grupo están los antiguos aspirantes al liderazgo, como Boris Johnson, que siempre tienen el cuchillo preparado por lo que les pueda caer. Especialmente estos días se habla mucho de la posibilidad de que David Davis, el negociador británico del Brexit, reemplace a la Primera Ministra en el caso de que acabe su mandato antes de marzo de 2019.

Los tres grupos están agazapados esperando el momento. Echarla muy pronto supondría otro posible fracaso electoral, esperar mucho haría caer a los conservadores muy abajo en las encuestas, otra opción es esperar al desinfle de Corbyn, pero sus seguidores, los llamados Corbynistas son muy leales y llevan mucho tiempo esperando su oportunidad.

Tenemos que añadir al mal momento político después de las elecciones la tragedia de la torre Grenfell, donde la actuación política dejó mucho que desear. Y que se ha saldado con mas de 50 muertos.

La gestión posterior a la catástrofe ha sido pésima y la primera ministra se esta llevando muchas criticas, que justo le caen en el momento que esta intentando cerrar un acuerdo de gobierno con la derecha dura de Irlanda del Norte, los Unionistas.

Así pues la situación política a este lado del canal de la Mancha se complica por momentos.

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