El primer ministro británico ha tomado la iniciativa instando al gobierno nacionalista escocés para que convoque un referendum sobre la independencia en dieciocho meses como máximo y con una sola pregunta en la que se elija claramente sí ó no a una Escocia separada del Reino Unido.

Los nacionalistas escoceses, crecidos después de su aplastante victoria en las recientes legislativas al parlamento de Edimburgo ,buscan demorar el referéndum porque saben que las encuestas muestran que el apoyo del electorado a su propuesta no supera el 25%.Queda lejano el sueño de los nacionalistas que quieren vivir en un país independiente que controle el petróleo y el gas del mar del norte-lo que el primer ministro escocés, Mr Salmond, llama desarrollar el potencial ecónómico de Escocia-.

El órdago del gobierno tory se apoya también en la negación del derecho que se arrogaba el nacionalismo escocés de promulgar el referendo decidiendo la pregunta ó las preguntas ,ya que ante la presumible derrota a sus tesis independentistas buscaban imponer una segunda pregunta en la que se ofreciera al electorado escocés la posibilidad de permanecer en el Reino Unido pero recaudando todos los impuestos y adquiriendo de facto la mayoría de las atribuciones que se reserva un estado.

Cameron no ha aceptado la política de hechos consumados que le imponía el nacionalismo escocés ,no ha consultado siquiera a los Lib-dem comandados por el viceprimerministro Clegg y se ha asegurado el apoyo del principal partido unionista en Escocia:sí , desocupado lector,el partido laborista .que sufrió una humillante derrota en las legislativas escocesas siendo este territorio una de sus bases más seguras durante decenios.De paso recuerdo a los lectores que los tories sólo tienen un representante en Edimburgo ya que desde los años ochenta del pasado siglo han desaparecido de la primera línea de la política escocesa.

Con la excusa de que la demora en la celebración del referendo lesionaba los intereses económicos del Reino Unido Cameron ha logrado unir en torno a su partido a más gente que nunca en Escocia; ,ha dejado de nuevo al margen a sus compañeros de coalición que no quieren ni oir hablar de romper el pacto por el que están en el gobierno ya que han traicionado a su electorado y saben que una temprana elección ,que quizás esté pasando por la mente del primer ministro les arrojaría definitivamente al bául de la historia.

Al igual que hizo semanas atrás en Bruselas al rechazar las imposiciones franco-alemanas ,este primer ministro apodado por la prensa de izquierda como David el bravo vuelve a llevar la iniciativa de la agenda política británica.

¿Dónde habrá aprendido a jugar al mus?

Fotografía de World Economic Forum

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