La decisión del vocal del Consejo General del Poder Judicial y catedrático de Derecho Penal, José Manuel Gómez Benítez, de denunciar por un  delito de malversación de fondos públicos, ante la Fiscalía General del Estado, al mismísimo presidente del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, confirma el verídico aforismo español de  que llueve sobre mojado.

El Magistrado Dívar es acusado de pagar con dinero público seis fines de semana por el precio de 6000 euros en un hotel de lujo de Marbella, y en cenas con acompañante. Además, se desplazaron con él siete escoltas que costaron 27.000 euros.

El magistrado ya había protagonizado una polémica similar a raíz de otros viajes a Costa de Marfil, Buenos Aires y Estambul que suscitaron igual controversia en la prensa y entre los jueces. En el programa informativo  de Radio Libertad Constituyente, Antonio García Trevijano recordó que “no es la primera vez que se levanta el velo que protege tradicionalmente a las autoridades judiciales de la no democracia española”. Y dijo además que “no hay democracia porque, entre otras causas,  falta el requisito sine qua non de la independencia del Poder Judicial, el de la no separación de los poderes estatales y la falta de presentación politica de la sociedad civil”.

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