El ministerio de educación propone e impone un nuevo nombre a la asignatura de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos, la denominada “Educación cívica y constitucional”.

La educación cívica no es adoctrinar al alumno, es cierto, pues sus contenidos esenciales y tareas no pueden ser otros que enseñar el humanismo clásico a los niños. Aprenderán, pues, las virtudes básicas para convivir en sociedad.

Pero la segunda parte de la asignatura, “la educación constitucional”, sí será una doctrina ideológica y jurisprudencial nada menos que ¡ para los niños !

La educación en la constitución española de 1978, y en los tratados de la unión europea y, puede, que en los estatutos de autonomía de las 14 autonomías españolas y en los estatutos de las 3 autonomías históricas de Euskadi, Catalunya y Galicia, es una educación doctrinal pues la constitución española es una norma fundamental del estado que, entre otras cosas, responde a la doctrina de la jurisprudencia alemana y su ideología de contención del comunismo de la extinta unión soviética.

La jurisprudencia del Tribunal constitucional de Bonn definió al estado actual como “estado de partidos” en el que los partidos políticos dejaban de ser asociaciones de la sociedad civil, que proponían y ayudaban a determinados candidatos políticos para que representaran a sus distritos, y se convertían en unos órganos más del estado con la función de integrar a las masas en su estructura eimpedir la representación política de la sociedad civil.

Las constituciones europeas después de la derrota de los totalitarismos en la segunda guerra mundial llamaron equivocadamente “separación de poderes” a la simple división de funciones del poder salido de las urnas de partidos. Este fue el argumento de la jurisprudencia de Bonn a favor de la partidocracia, a la que consideró moderna superación de la democracia directa de Rousseau, en palabras literales del presidente del Tribunal constitucional de Bonn, Gerhard Leibholz, y que, ahora, pretende el ministro Juan Ignacio Wert que se aprendan de memoria los niños españoles.

La Jurisprudencia alemana definió científicamente el tipo de estado que defiende la constitución española de 1978 y ahora el ministerio pretende que los niños españoles aprendan dicha jurisprudencia como si fuera un “meme partidocrático” que invada sus mentes desde la más tierna infancia.

Se contradice el ministro con esta imposición pues su intención era, parece ser, la contraria, por lo menos es lo que indicó cuando la presentó ante los medios de comunicación, es decir, que cambiaba el nombre a la asignatura de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos por la de Educación cívica y constitucional, precisamente, para “evitar adoctrinamientos” de cualquier tipo.

Fotografía de congreso.es

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