Wie traurig dieser Abend “Qué triste es esta tarde” dijo profundamente el poeta George Trakl: lo mismo podría pensarse ayer en Madrid ante el acaecimiento del juicio penal contra Federico Jiménez Losantos, periodista y conductor del programa de la COPE La Mañana, acusado de injurias al Alcalde Gallardón, cuya actitud política representó como “obstáculo para averiguar el 11-M”, calificándolo de “traidor”.   Es triste ver en soledad ante un Juez, a un periodista que dice su opinión y al que se le quiere imponer el silencio para que no la manifieste más. Aunque sea una opinión recalcitrante en el error. Es triste comprobar, a la mañana siguiente, que los únicos periodistas que defienden al acusado, son sus amigos y compañeros de tertulia radiofónica: Gabriel Albiac, P. J. Ramírez & cia. Y que los políticos, Zaplana, Acebes, Aguirre (¿testigos de la defensa?), a los que él defendió y publicitó durante cinco años le abandonan.   Es más triste aún contemplar el “campo de rastrojos” de los intelectuales del Estado de partidos español que no defienden las libertades de opinión y de expresión ajenas. Sin embargo, las opiniones deben ser llevadas al ágora para que todos puedan debatirlas, criticarlas y sustentarlas; de lo contrario la sociedad no podrá mejorar nunca (John Stuart Mill) y no podrán evitarse males sociales peores (Tocqueville).   Es más triste aún no entender que no habrá libertad de expresión auténtica ni canalización de la libertad de pensamiento hasta que no se constituya en España la libertad política. Sin libertad pública, colectiva, política, las libertades individuales son ilusiones, placebos o coartadas de la inexistencia de aquélla.   Sr. Ruiz Gallardón (Chesi_FotosCC)      ¿Por qué sucede el fenómeno (caso jurídico) Losantos? Porque La Mañana no es republicana, ni en ella es defendida la instauración de la democracia. En una República Constitucional, en la que existiera la libertad política, serían inadmisibles e inconcebibles las censuras a la libertad de expresión. Mañana La Mañana, en la aurora de la libertad ¿será verdaderamente republicana? O seguirá a expensas de los intereses bastardos de la Monarquía de partidos. 

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