José Montilla (foto: hyde) Introducen de matute beneficio tributario a ciertos banqueros, en la disposición final de un Decreto dedicado a otros fines, con una redacción oscura y difícil de detectar ya que para comprender sus implicaciones hay que bucear en otras tres normas y dentro de ellas en varios apartados. Nadie se hubiese dado cuenta, si no es por un medio de comunicación que pone luz y taquígrafos a otro desfalco del erario público. Juegan con los impuestos que nos exigen como si fuesen bulas o listas de banquetes.   Realizan subastas para comprar “activos de máxima calidad” (en realidad son cédulas hipotecarias y bonos de titulación) a los Bancos y Cajas de Ahorro sin ninguna publicidad, bajo la escusa de no crear desconfianza en los ciudadanos en esas instituciones financieras. Otra vez gracias a los medios de comunicación sabemos quiénes han acudido a dichas subastas. Tratan a los ciudadanos como súbditos requisando su dinero presente (impuestos) o futuro (deuda pública) sin ningún escrúpulo.   Negocian de forma secreta los votos necesarios para levantar el veto del Senado a los PGE para 2009 con dos grupos nacionalistas minoritarios, el BNG gallego y el PNV vasco, a sabiendas de su odio al Estado español. Una vez más los medios de comunicación publican las jugosas contraprestaciones por votos favorables.   Acuden con sigilo al palacio de la Moncloa, primero José Montilla y después Manuel Chaves, para pactar la financiación de sus Comunidades Autónomas, en actos bilaterales privados, despreciando las competencias del órgano multilateral, el Consejo de Política Fiscal y Financiera, creado por ellos mismos. Hasta que los medios de comunicación publican la noticia. Pillados en fuera de juego, los siguientes que han pasado por allí, lo han hecho a bombo y platillo.   Mientras tanto vemos en los mismos medios con todo lujo de detalles la comparecencia de los presidentes de las grandes industrias automovilísticas americanas (GM, Ford, Chrysler) y del poderoso sindicato UAW en el Senado de los Estados Unidos de América para justificar las ayudas pedidas, que posteriormente les negaron. ¡Qué lejos estamos de la luz! ¡Qué lejos estamos de la verdad y la libertad políticas!

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