Portada de “Jara y Sedal” Escandalizarse de los efectos lógicos de la inseparación de poderes o es directamente síntoma de imbecilidad, o en el peor de los casos, de hipocresía. Nadie que sepa reconocer la ausencia de separación de poderes que caracteriza esta oligarquía partitocrática puede llevarse las manos a la cabeza porque D. Mariano Fernández Bermejo, que hace tan sólo diez días dimitió como Ministro de Justicia por haber participado sin licencia en una cacería en la que también estaba el Juez Baltasar Garzón y el jefe de la Policía Judicial, se vislumbre ahora como futuro Presidente de la Comisión Parlamentaria de Administraciones Públicas.   El que fuera rector de los destinos de la Justicia patria, estuvo el pasado cinco de Marzo en el Congreso tomando posesión de su despacho de Diputado en la tercera planta bis del edificio de ampliación de la cámara baja. Según informaron a Europa Press fuentes del PSOE, el ex ministro ya se había acercado una semana antes por la Carrera de San Jerónimo para que se le indicara el despacho que habría de ocupar, ahora que había cesado en sus funciones ministeriales. El Diputado por Murcia (¿?) Fernández Bermejo estuvo hablando con otros parlamentarios socialistas para ponerse al día de sus nuevos cometidos. Entre sus “cicerones” estuvo su compañera de candidatura Sara García Ruiz. Esta semana, en la primera sesión plenaria de Marzo, Bermejo “estrenará” también su nuevo escaño en el hemiciclo, ya lejos del banco azul del Gobierno que venía ocupando hasta ahora. El portavoz socialista José Antonio Alonso (Juez en excedencia), ya le indicó hace días que el grupo parlamentario le buscaría un nuevo cometido concreto.   Lo habitual es que se reserven las Presidencias de Comisión para los ex ministros, y dentro de unos meses quedará vacante la de Administraciones Públicas ya que su actual titular, Juan Fernando López Aguilar, abandonará con toda seguridad el Congreso para ocupar escaño en el Parlamento Europeo. Fernández Bermejo asumirá esa tarea después del verano, relevando así por segunda vez a López Aguilar a quien ya sustituyó en su día como Ministro de Justicia. No obstante, si el ex ministro encuentra insuficientemente reconocida su valía en el nuevo cargo, siempre podrá volver a su puesto de Fiscal donde le espera su puesto excedente para reincorporarse con preferencia, y ejercer desde allí sus mejores oficios al servicio del partido. Totum revolutum.

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