rh?zom?ng plεats oƒ dεs?rancε (foto: jef safi) Insertos La presentadora narraba con sofisticación cualquiera de las relevantes noticias del informativo; y cuando de su boca gominola surgía la palabra “payaso”… una fotografía fija de don Mariano Rajoy. Segundos interminables. El decisivo asunto generó una polémica otoñal. Quizá por eso nadie reparó en el inserto terrible que nos había preparado, como venganza, un portavoz del Partido Popular: está bien que hagan propaganda, pero no subliminal, dijo. Nunca, nadie, había hecho un retrato tan duro y triste de la partidocracia, en un sarcasmo gris.   Subliminal, como sublime, mana etimológicamente de lo que se encuentra “bajo el umbral”. Parece que la expresión tiene extrañas connotaciones de caída, de “entrega” al dintel. De yacimiento. Pero, ¿qué umbral deja de traspasar un alegre y caminante payaso-Rajoy? El de la conciencia. Entonces, suponiendo que la conciencia sea sólo un estar preinteligente en el mundo, ¿el payaso se ha refugiado más hondo, en el ser? Y aceptando también este lugar, ¿qué ser político yace en la mente del celtíbero?   El Estado cooptado sólo puede hacer propaganda subliminal, porque la propaganda tradicional se denomina información, como el reparto discrecional de la riqueza lujuriosa se llama Economía y como la intervención anterior y posterior del gobierno sin Estado o estado de Gobierno (no de sitio) en la sociedad civil se conoce como Política. Todo lo asombroso y revolucionario que suele ser lo sublime en el Arte, es tosco y conservador en la Política. La pérdida inducida de la conciencia nacional, de haber nacido juntos, no niega la sublimación de la conciencia estatal o estado sustitutivo de conciencia. Mente funcionaria. El Estado subliminal es aquel que habiendo sido usurpado, no tiene capacidad de contener, sino que sólo puede ser contenido; somos sus contenedores. De la misma forma que no nos es dado presentarnos o representarnos en él, sino ser sus servidores. Ocurre cuando el individuo es enfrentado a él sin el molesto trámite de la socialización (civil) y excluye la libertad.

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