El origen de los assignats: La Revolución Francesa

En el programa económico del Lunes 19 de Marzo le pregunté a don Antonio por el origen de los assignats. Contestó que eran cédulas hipotecarias de bienes nacionales que estuvieron en circulación en Francia. Su uso como medio de pago se extendió tanto que hizo las veces de moneda. Su origen hay que buscarlo en la noche del 4 de agosto de 1789, la denominada noche mágica, fecha en la que se produce la abolición del feudalismo y auténtico comienzo del hecho revolucionario francés.

Una semana antes, y sin conexión con los crímenes cometidos el 14 de Julio con la Toma de la Bastilla (1), el pánico se apoderó de las masas campesinas. Éstas, pensando que hordas conducidas por la aristocracia iban a apropiarse de sus cosechas, se dotaron de armas. Se prepararon para luchar contra un enemigo que temían pero que no había hecho aparición. Fue un movimiento de furor violento que les hizo pasar “de una reacción defensiva contra no se sabe quién a una acción ofensiva contra su antagonista tradicional: la nobleza (2). ”Quemaron castillos y registros. A este despertar súbito de las conciencias de grupo George Lefebvre lo denominó estado de masa en su libro La Grande Peur.

Las noticias de la violencia campesina produjeron una reacción inesperada de la Asamblea (3). La aristocracia decide anticiparse. La noche anterior al 4 de Agosto se concertaron en el Club Bretón un grupo de menos de 100 diputados paradar un golpe de mano. Acuerdan hacer una propuesta que confundiese a todos. En secreto y por sorpresa pactan proponer a la Asamblea la supresión de los privilegios de los nobles. ¡Los señores feudales piden abolir el feudalismo! La moción fue aceptada. A cambio recibirían el valor actualizado de las rentas futuras de sus inmuebles. El resultado del descuento financiero les daba derecho a recibir  de una vez 30 veces la renta anual que obtenían por su bienes rústicos. El inmovilizado material de los señores feudales se convierte en activo corriente. Como pocos pueden resistirse a recibir hoy lo que deberían cobrar mañana (ley de la preferencia temporal) el acuerdo produjo la alegría de la aristocracia. También de la burguesía, que a partir de ese momento podía acceder a la propiedad.

La imposibilidad de abonar a los dueños de los feudos de la tierra el valor de todas sus propiedades se solucionó con un artificio monetario. El Estado emitió cédulas hipotecarias, títulos de deuda garantizados con bienes nacionales, con los que pagó el precio de las tierras de la nobleza: los assignats. Abolieron los privilegios feudales envileciendo los medios de pago. La llegada de un grave desorden monetario era irremediable. Sus continuas emisiones sin respaldo real hicieron reducir su valor de emisión al 0,30% del nominal durante el Directorio. “La inflación fue tan galopante que el 28 de diciembre de 1795 el sueldo de los funcionarios aumentó 30 veces el de 1790 (4). “El daño que la inflación haría a Francia ha quedado grabado en la memoria colectiva de los franceses que aún hoy, conscientes de sus peligros, mantienen la costumbre familiar de atesorar una apreciable cantidad de oro amonedado o en lingotes (5). Francia tardó mucho tiempo en recuperar su producción anual de 1788.


1 Antonio García-Trevijano, Teoría Pura de la República,pp 54

2 ídem pp 55

3 ídem pp 56

4 ídem pp 129

5 Jesús Huerta de Soto, Dinero, Crédito Bancario y Ciclos Económicos pp 91.

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