En estos tiempos en los que la sociedad de masas consume los objetos ofrecidos por la industria del entretenimiento -que ya incluye a los grandes conglomerados mediáticos- como lo hace con cualquier otro bien de consumo, el “público” no quiere exquisiteces culturales ni someterse al rigor de la sinceridad informativa. La verdad es que todos necesitamos divertirnos de una u otra manera, y caeríamos en el esnobismo si negáramos que nos pueden entretener las mismas cosas que a la mayoría de nuestros congéneres. No deja de ser una ilusión creer que tal sociedad se volverá más “culta” con el paso del tiempo gracias a la educación.   Respecto a “la opinión de los gobernados” la moderna organización de la cultura vertical de la autoridad está orientada a producir, mantener y difundir en las masas, opiniones de orden estatal, tales como las partidocráticas. Sólo con una cultura horizontal de la libertad puede surgir de la sociedad civil una nueva corriente de opinión pública que se convierta en el discurso hegemónico de la vida democrática, o en la idea política que haga justicia a la desnuda mayoría social.   Impulsado por esa corriente de libertad horizontal, Obama puede haber alcanzado la Presidencia en uno de esos raros momentos de “flexión de los tiempos” en los que un tiempo viejo está sacado de quicio u obligado a plegarse a las necesidades impuestas por un tiempo nuevo. Y si la tradición, sobre todo en las edades de renovación, no es una herencia que se acepte pasiva o automáticamente, sino más bien la selección de un legado, el nuevo presidente de los EEUU, puede abandonar el nacionalismo imperialista de los últimos sesenta años y refundar el patriotismo moral de los orígenes, del que todavía conservan la separación entre sociedad civil y sociedad política, y sobre todo, la garantía constitucional contra el abuso de poder de las autoridades representativas.   Aunque siempre se ha considerado la phrónesis o el arte de la prudencia como una de las principales virtudes políticas, existe un “no ir demasiado lejos” recomendado por los agentes del control de la sociedad que no es más que uno de sus principales medios de entontecimiento general. Esperemos que Obama sea considerado prudente no sólo por pensar de manera justa sino también por ser capaz de actuar con audacia.   Barack Obama (foto: Barack Obama)

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