La crisis económica actual se agrava en España por varias incoherencias políticas fruto del consenso de una provinciana monarquía de partidos admitida por el club europeo. Basten dos ejemplos para señalar las contradicciones de quien desea pertenecer a un club por razones de clase y status político aun en perjuicio de sus conciudadanos.   La Unión Europea no cumple con los criterios propuestos por la teoría de Mundell acerca de las áreas monetarias óptimas (A theory of Optimun Currency Areas (OCA)). La primera condición, la movilidad laboral, necesaria para colocar grandes bolsas de parados, consecuencia de la pérdida de soberanía monetaria y una heterogénea estructura económica y política, en aquellos países de la UE con mayor capacidad productiva no se cumple. A pesar de la libre circulación de personas en la UE, la movilidad laboral entre distintas regiones es tres veces inferior si la comparamos con EEUU. Esto puede ser explicado fácilmente por razones culturales, pero el caso español refleja la incoherencia y el interés oligárquico: la participación de la clase política en el desarrollo de una economía financiera basada en préstamos hipotecarios sobre viviendas que endeuda a las familias y las retiene en el territorio ante la explosión de la burbuja inmobiliaria y la imposibilidad de venta de sus inmuebles. La pobreza productiva del país se ve agravada por la movilidad laboral que sí obedece una pequeña y precaria élite, marca de la casa, conocida en Europa por su fuga de cerebros, fuga debida a un capital inepto para invertir a largo plazo en innovación cuando puede obtener pelotazos urbanísticos y a una universidad en manos del consenso partidista.   La segunda incoherencia refleja la crítica Keynesiana a la UME y el tratado de Maastrich (aumento del déficit público a través de incentivos fiscales para reactivar el empleo y el consumo) en la estrambótica, infantiloide e ideológica política social de Zapatero. Este se llama socialista y mantiene una bolsa de parados superior al 20%, no tiene soberanía monetaria y quiere a través de la subida de impuestos financiar una cobertura social mediante la creación exponencial de deuda que tendrán que pagar sus ciudadanos, ¡con más paro!   El círculo vicioso podría acabar por romper la Unidad Monetaria Europea al obligar al rescate indeseado y permanente de los P.I.G.S. por parte de los privilegiados (Alemania y Francia) mediante la creación de nuevos subclubs con un euro devaluado o podría llevar a la bancarrota de España a través de la especulación financiera basada en la compra de deuda de alto riesgo cubierta por el mercadeo de unos CDS al alza. En cualquier caso, los rescates financieros no podrán obviar la inexistencia de los principios para que se dé un Área Monetaria Óptima.

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