Tras cinco meses de la reunión del G-20 en Washington, la velocidad de los efectos devastadores de la crisis ha hecho patente la inutilidad de aquella cumbre. De su verborrea, sólo queda en pie el propósito de dotar con más dinero al Fondo Monetario. Y no para que se encargue de la gobernanza del mundo, como allí y entonces se dijo, y nuestro Diario ridiculizó, sino para que pueda evitar, con préstamos adecuados, la quiebra financiera de los Estados del este europeo, no integrados en la zona euro e incapaces de pagar su deuda pública. Motivos de estrategia política común, contra el riesgo de que esos países puedan caer por necesidad económica en la zona de influencia rusa, y arrastren a la bancarrota a varias entidades crediticias occidentales, darán preferencia al acuerdo de socorrerlos, en la inmediata reunión del G-20 en Londres. Donde las estrategias económicas diferentes de EE.UU. y Europa hacen improbable o muy difícil la toma de decisiones de trascendencia para hacer frente común a la crisis.   La divergencia entre el pragmatismo de pensamiento y acción de Obama, respecto de la ausencia de pensamiento y oportunismo de acción de los gobiernos de la UE, impedirá la adopción de acuerdos efectivos para combatir las causas de la crisis o, al menos, frenar la expansión mundial de sus efectos catastróficos. Mientras que el gobierno federal de EE.UU. ha emprendido el camino del gasto público en saneamiento del sistema crediticio, y pide a la UE que lo siga en esa senda, los gobiernos de Alemania y Francia permanecen en su postura inicial de regular antes el mercado financiero, y comprobar la eficacia de las medidas aplicadas.   Obama cree que eliminando los efectos recesivos de la demanda se suprime la causa primaria que los originó. Pudiera ser respecto de los efectos expansivos. No quiere saber si son galgos o podencos, constitutivos de la crisis o secuenciales de sus efectos sobre la contracción del crédito. Lo que le importa es combatir el desempleo, no tanto con empleo directo en obras públicas (Roosevelt), como haciendo fluir el crédito a las empresas y los particulares. Gastar primero en sanear el sistema financiero y regularlo después. El premier Gordon, tiene el mismo criterio. Pero en los países con sindicatos estatales, el desempleo no es materia urgente. Ejemplo: Barroso quiso convocar la reunión acordada en la UE sobre el empleo. Bruscamente, Sarkozy lo interrumpió: ¡Nada tenemos que discutir! Y Zapatero se calló.   florilegio "El pragmatismo de pensamiento es una filosofía de la acción, el de la acción sin pensamiento, una cínica aventura del oportunismo."

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