4.1 C
Madrid
jueves 25 diciembre 2025
Inicio Blog Página 983

Malestar impotente

0

Nietzsche (foto: Yelmoc) La indiferencia hacia los asuntos generales o complejos que se produce en las sociedades de consumo rápido, hace que sea todavía más quimérica una “democracia participativa” que surgiera de la igualdad social. Pero las masas sin libertad política, y por tanto ajenas a la realidad de una democracia representativa, pueden sustituir la participación en la política, el deporte o la riqueza, por la participación en el espectáculo de sus manifestaciones.   La introducción de las nuevas tecnologías en los hogares y en los trabajos incrementa la igualdad de circunstancias de tal modo, que hace posible participar en la información y el conocimiento. Pero esa oportunidad no podrá ser aprovechada o no dejará de ser una mera ilusión mientras sigamos sojuzgados por secretos estatales o razones del poder y por secretos profesionales o razones del saber.   Los gobernantes de los países más desarrollados y de los más emergentes discutirán en el conciliábulo del G-20 cómo afrontar la crisis provocada por los profesionales de la globalización financiera. España no asistirá, pero dada la brillantez de propuestas como la Alianza de Civilizaciones, la Casa Blanca está dispuesta a considerar las nuevas ocurrencias de Zapatero. Cuando se reprime la libertad de pensamiento y no hay libertad de expresión para las ideas de la sociedad civil, los mensajes de los centros de poder caen en cascada sobre la población, formándose la única corriente de opinión pública tolerada: la oficial.   Hoy, más que con la cultura, sentimos malestar respecto a una civilización de progreso técnico, donde aumenta la información y disminuye la captación de su sentido. Un tiempo de nihilismos en el que no son las acciones de la libertad colectiva las que predominan, sino las voluntades particulares de poder, como auguraba un Nietzsche que, sin embargo, quería sostener la dignidad de la vida humana frente a la impotencia del hombre moderno.   Incluso en las épocas de agostamiento cultural y petrificación política, permanece intacta la fuente de todas las cosas grandes y bellas, que no es más que la facultad de actuar libremente para configurar una realidad propia. Frente a la falsedad de lo establecido, quedaríamos irrevocablemente destinados a la ruina si no nos decidiéramos a intervenir y crear lo nuevo en lo común.

Debate sobre la crisis

0

Hace tan sólo unos meses Solbes afirmaba que la crisis financiera cuyo epicentro estaba en las subprime de EEUU no afectaría a España o tendría un impacto pequeño en nuestra economía. Ahora, en el debate parlamentario sobre los Presupuestos, se reafirma en que “es la peor crisis desde que tengo conciencia” y en que siempre dijeron que “este país tiene un problema interno significativo: la burbuja inmobiliaria”.   En esta ocasión, el ministro de Economía ha recalcado que las cajas y bancos españoles no son inmunes a la situación internacional, pero que nuestro sistema financiero –a pesar de quienes “parecen cuestionarlo sin ningún fundamento suscitando con ello incertidumbres”-, permite afrontar la crisis en buenas condiciones; No obstante, augura que dicho sistema será distinto y probablemente redimensionado, pero “con toda seguridad” más sólido.   Solbes asegura que el Gobierno tiene dos motivos de preocupación: la dificultad de nuestras entidades para financiarse en los mercados de capitales internacionales y el aumento de la morosidad, cuya escalada en los últimos doce meses ha vaciado el fondo para insolvencias de la banca. En este sentido, tras lo de Fadesa, el director financiero del Santander avisa del peligro de otra suspensión de pagos de una gran constructora.   Si persiste esa situación, será inevitable una mayor restricción del crédito que golpeará a la economía real y al empleo. Pero, Solbes, olvidando sus recientes exhortaciones al consumo, señala las consecuencias positivas de no obtener préstamos: “traerá por fin una sana contención voluntaria en el nivel de endeudamiento de algunos agentes económicos”. El vicepresidente económico está convencido de que las entidades financieras transferirán los fondos que les suministrará el Estado, a las familias y empresas.   Rajoy dice que no está dispuesto a resignarse, y tras acusar a Zapatero de cometer el “error de no buscar el consenso”, considera que la petición de éste al PP para que acate sin rechistar las medidas del Ejecutivo parece destinada a querer que no haya oposición en España. De todas maneras, los dos jefes de los partidos estatales coinciden en que no exista control efectivo del Poder.   hechos significativos El ministro de Justicia considera que los secretarios judiciales y los jueces intentan presionar al CGPJ. La Reserva Federal destinará 540.000 millones a salvar los planes de pensiones.  

Neblumo

0

Donde se cita el alma (foto: fernando) Neblumo Cada insomne está por regresar a su espejo de calígine, maniobrando catalejos hacia lúmenes de vísceras con una invidencia profunda, incisiva, como de bisturí hueco. Sabe que la visión primogénita no existe, y para qué esta arboladura de bosques mínimos. Cada despierto está por regresar a su nicho. Son erguidos que asemejan gabardinas viejas dispuestas a reunirse con los tejidos de osarios.   Hay cuerpos de golondrinas posadas en zanjas comunes, como si fueran un cauce de caviares negros. Y no sirve examinar al trasluz el temblor fosilizado, marcar con números el listín telefónico de sepulturas bobas. Los difuntos siguen viajando con sus alas de pez oscuro. Cómo sembrar en distintos prados esas escamas si nacen de borrascas, en las cárcavas de turba, como un sola médula de orugas disecadas.   Es esa fina orfebrería de la conciencia tras una detonación de cormoranes que todos han consensuado en afonía, con amnistías perfectas y abrazos coloniales entre homicidas y cobardes, antes de amenizar los textos didácticos y los anales de historia con una perfecta deglución.   Ahora sí, ya podéis emular la justicia, mitigar la verdad con aplausos. Porque los perecidos están bien inhumados bajo el recato del tiempo mentido. Descuidad la pulcritud tras inspeccionar las coronas frías sin esmalte de urces. Todos sabemos que los muertos no hablan.

Depravación judicial

0

Acontecimiento inaudito por una causa audita. Rebelión corporativa por motivos corporativos. Paro de los secretarios judiciales por solidaridad de cuerpo con una compañera castigada por el poder extrajudicial. Plante de la corporación juzgadora por falta de medios materiales para despachar, en tiempo procesal, los asuntos judiciales. Esto no degrada la justicia, la corporativiza como estamento estatal separado de la sociedad. Ni la más remota relación con el vicio medular de la magistratura: su dependencia de los partidos y del Gobierno. Esto no la indigna y, por tanto, la deprava.   Dos cosas degradan la justicia. No separar los poderes estatales y fiar la independencia judicial a la solitaria conciencia del Juez. Pero la separación de poderes no basta para asegurar la independencia juzgadora, en los países que idearon la juris-dicción como fórmula de decir el derecho en nombre de un soberano. No la garantiza porque en las instituciones que encarnan las grandes emociones morales, como las de la fe en la justicia divina o en la humana, acaba prevaleciendo el espíritu de sus tradiciones corporativas, eclesiásticas o judiciales. Y es tradición heredada la que nos hace creer que los jueces son independientes por el hecho de que en el momento del fallo, como en la religión, están a solas con su conciencia. Pocos saben que, en el albor de la modernidad, el nuevo poder les negó incluso la conciencia. La primera ley organizativa de la justicia moderna, ideada por la Asamblea de la Revolución francesa, prohibió a los jueces que interpretaran las leyes.   La libertad de conciencia interpretativa la otorgó el Estado, cuando se percató de que la tradición de gentileza hacia lo sagrado, impediría pensar al justiciable que los jueces, como sacerdotes laicos, fueran capaces de prevaricar. Ningún magistrado admitirá que se deprava si deja de tomar una resolución justa en el momento adecuado, o borra indicios de criminalidad en algún colega. Pero, pese a las dilaciones que le permiten las costumbres forenses, o a la disculpa gremial, comprensiva del delito judicial, es un depravado. La prevaricación sólo existe en teoría. La institución judicial es la más baja en los prestigios sociales. El conflicto que la desgarra no es de orden corporativo. Proviene de la confrontación latente, que estallaría con la libertad política, entre los magistrados arribistas, proclives al partido que los promociona, y la pasión por descubrir la verdad en el supuesto de hecho juzgado, que es la genuina fuente de las vocaciones judiciales.   florilegio "Si los jueces fueran justos, con ciencia en la prueba y equidad en el fallo, muchas veces el criminal sería inocente, y el culpable nunca sería absuelto."

El juez intemporal

0

Hay cosas, como decía Larra, que para ponerlas en ridículo basta parar la atención en ellas. Así, la Fiscalía ha dictaminado que la causa general abierta por Baltasar Garzón contra el franquismo quiebra las más elementales reglas del proceso penal. Aunque los delitos de detención ilegal son permanentes (si se enmarcan en los crímenes contra la humanidad) hasta que no aparecen las víctimas, aparte de la evidencia del fallecimiento de los “secuestrados”, ha de tenerse en cuenta que semejante tipificación no existía cuando se cometieron los hechos denunciados.   Si bien esos delitos habrían prescrito merced a la Ley de Amnistía de 1977, Jiménez Losantos nos hace concebir falsas esperanzas cuando dice que Garzón, al que califica de “analfabeto funcional”, quiere liquidar la Transición abriendo fosas comunes. Este locutor estrella recrimina al Rey no salir en defensa de su ex tutor, aunque sólo sea para “salvar su negocio”, ya que resulta increíble que Franco fuese tan malvado si lo designó a él como sucesor. Y desde el campo filosófico, Gustavo Bueno observa en Garzón las trazas de un Juez Universal que con un acusado “complejo de Jesucristo” aspira a juzgar a los vivos y a los muertos.   Baltasar Garzón (foto: sagabardon) La teoría política clásica situaba al tirano fuera de la humanidad: “un lobo con forma humana” cuyo gobierno, por su posición de uno contra todos, no tenía relación con las distintas formas de reinado (“Basileia”). De esta manera, Garzón debe de creer que figuras como las de Juan Carlos, Suárez o Fraga, gracias al espíritu santo de la Transición, ya no tienen nada que ver con el franquismo, esa mezcla de error y violencia que debe ser sometida al Juicio Final.   El lugar del Hacedor de leyes y el Juzgador de los hombres fue ocupado por Cristo, la encarnación visible de Dios sobre la Tierra. Y ahora, un Tribunal Penal Internacional presidido por Garzón podría hacer las veces de la divinidad. Es cierto que si no castigamos a quien cometió el mal estamos privando a las nuevas generaciones de todo fundamento de justicia. Los jóvenes asimilan que la vileza nunca se castiga en la tierra, y que, por el contrario, siempre aporta bienestar. Pero, en España, las hermosas páginas de la Justicia no pueden ser escritas con renglones torcidos por un megalómano demasiado humano.

Mi hipoteca y yo

0

Con esto de la crisis y el euribor, el otro día, picado por la curiosidad y con un poco de ansiedad, no lo niego, me puse a leer por primera vez la escritura de propiedad de mi casa -¿mi casa?- y la del préstamo hipotecario. Es arduo leer la escritura de hipoteca. Luego de seis folios de representaciones, habilitaciones, facultades y apoderamientos de la entidad financiera, se entra en el meollo de la cuestión. Resulta que del crédito hipotecario respondemos mi casa y yo, y eso que siempre he creído que la hipoteca era una garantía real, que respondían los bienes hipotecados y no las personas. Me hacia ilusión pensar que, llegado el momento y dadas las circunstancias, entregaría al banco las llaves para que se cobrase la deuda; y yo, vuelta a empezar, a buscarme la vida de nuevo. Pero no es así, el banco se cobra o no la deuda con la casa, y tal como están las cosas y los líos de los “subasteros”, lo más probable es que el banco no cobre todo lo que le debo, que es mucho más de lo que me prestó. Todo mi gozo en un pozo, no puedo volver a empezar, pues el banco intentará cobrarse de mí, embargando mi sueldo, las pocas joyas, el coche, la tele y si aún no fuera bastante, dejaré a mis deudos en herencia lo demás que deba. Mi amigo el notario se cura en salud, yo renuncié, como pone al final de la escritura, a leer semejante “tocho” y lo que iba a ser un simple negocio hipotecario resultó ser una hipoteca que garantizo personalmente con todos mis bienes presentes y futuros.   No creo que sea a esto a lo que se refería el otro día un ínclito banquero patrio cuando hablaba de las buenas prácticas bancarias y de los abusos. Claro que para él lo que a mi me sucede no será abuso, aunque todo indique que es la forma de someter a esclavitud financiera a un par de generaciones. Los españoles tenemos hipotecas con garantía personal, porque los gobiernos toleran y amparan lo que Don Gumersindo de Azcárate quiso borrar para siempre. Y es que la usura no está únicamente en los desmesurados intereses, sino en las cláusulas de abusivas garantías que desnaturalizan, como es el caso, el negocio hipotecario, convirtiendo la hipoteca en un mero procedimiento de rápida ejecución de la deuda, pero no de su extinción.   Promesas vacías (foto: My Buffo) Habrá que recuperar la confianza en el sistema financiero, en el notariado y, en realidad, en todo. Pero no nos lo ponen nada fácil. Se lo diré a los cinco diputados de mi provincia, a ver que les dicen en sus partidos.

Crisis y derecho

0

Libertad y responsabilidad son dos caras de una misma moneda. Las acciones libres se someten al tamiz del Derecho cuando sus efectos últimos los sufre el conjunto de la ciudadanía, concretándose el reproche social con el ejercicio del monopolio estatal de la Ley y la violencia. La ausencia de seguridad jurídica y de normas punitivas que castiguen las actuaciones malévolas en el orden económico es caldo de cultivo para acciones destructoras de la creatividad inherente al ejercicio libre de la función empresarial. La ausencia de “la Ley de la Libertad”, como la denominó F.A. Von Hayek en su “Derecho, Legislación y Libertad”, es factor crítico y catalizador de las crisis económicas que se añade a otras de orden netamente económico.   F.A. Hayek en las librerías (foto: Jay Dugger) Por ejemplo en España, so pretexto de facilitar la expansión del negocio mercantil, se ha favorecido una legislación societaria promotora de la irresponsabilidad empresarial personal ilimitada bajo capa de artificiales velos o formas jurídicas sin sustrato material alguno que dotan al empresario de una suerte de impunidad absoluta que carece de todo reproche en el orden penal, siendo el resarcimiento en el ámbito civil o mercantil imposible. Las consecuencias de esta situación se denuncian como fallos del mercado, cuando realmente se trata de un fallo en la regulación.   La práctica procesal diaria nos muestra la ingente producción judicial de Sentencias estimatorias de demandas de carácter dinerario cuya ejecución resulta imposible, hecho que resulta especialmente grave en el ámbito de los Juzgados de lo Social en el que la actuación empresarial de mala fe queda indemne siendo absorbida por el conjunto del tejido social a través del Fondo de Garantía Salarial. Si esto es así en el nivel más básico de la economía, el premio jurídico a la irresponsabilidad se multiplica exponencialmente en las altas finanzas, donde la confusión entre lo público y lo privado añade un nuevo ingrediente al guiso, llegándose incluso a premiar la irresponsable actuación de los banqueros con ingentes inyecciones de dinero público.   Actualmente, la regulación del delito económico en nuestro ordenamiento, es testimonial y se limita a describir conductas penales derivadas de la actuación desleal del administrador frente a los socios, pero no castiga su actuación en el tráfico económico que queda siempre impune. Nuestros legisladores han, por el contrario, despenalizado ilícitos como la emisión de cheque o medio de pago sin fondos, ubicándolos en el ámbito meramente civil.

Perspectiva democrática

0

Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy (foto: RFCM) Los dirigentes políticos mundiales buscan una nueva refundación de la “arquitectura” política económica. Para ello necesitan una perspectiva más realista, humanística y democrática. Esa perspectiva tuvo su origen en el arte del Renacimiento.   Cuando Brunelleschi descubre la perspectiva central en la representación estética cambia con ello la visión del mundo para los espectadores acostumbrados al relato dogmático religioso-político expuesto en los templos católicos.   Ghiberti la reprodujo en las puertas del poder eclesiástico y, además, enseñó a los demás artistas y orfebres, asegurando, con ello, la vida de la nueva visión humanística. El hombre del Renacimiento y, en definitiva, el hombre moderno – nosotros mismos- es heredero de tal creación técnica de la perspectiva que introduce el tiempo y el espacio real en las imágenes y ayuda a la formación de la conciencia individual y libre.   El hombre moderno consigue recuperar el orden seguro de las matemáticas y de la geometría, y a la misma vez, empieza a dudar de las creencias impuestas por la tradición gótica (medieval) porque su posición y subjetividad como espectador y ciudadano es la que determina la vida de la representación, incluso de la imagen bíblica.   El hombre moderno primero humaniza a la palabra divina, en un segundo momento consigue lo mismo con la creación objetiva de la ley de la naturaleza, humanizándola, y por último –porque es cuestión de poder- quiere saber la realidad del comportamiento político. Desde entonces intentamos crear y comprender las reglas mejores del juego político para conseguir la más perfecta democracia.   Las normas fundamentales de las instituciones democráticas y su funcionamiento, herederas de la perspectiva del Renacimiento son las de la República Constitucional. Ellas hacen imposible el gran engaño de la oligarquía financiera a los ciudadanos libres: que éstos acepten servilmente su pérdida de poder adquisitivo, crisis económica y endeudamiento generacional. Sin cambiar la partidocracia no podrán ver la perspectiva humanística y democrática.

Apriscados por el Estado

0

Si la conducta comunitaria de las personas estuviera delimitada por sus genes, habría que concluir, teniendo en cuenta la teoría de la evolución, que la propia selección social dentro de colectivos sometidos a un históricamente continuado autoritarismo tendería a producir una mayoría de individuos cada vez más dóciles, al ser depurados los más rebeldes, ya fuera físicamente o por disponer de menores oportunidades vitales. Un somero repaso a nuestra historia, convierte a España en caso paradigmático. La situación señalada, se tornaría mucho más intensa si la supervivencia material de los sujetos hubiera de ser fruto obligado de una relación social desequilibrada y externa a los grupos primarios, exactamente el mundo laboral actual.   De acuerdo con la tesis inicial, cualquier confrontación individual con el poder ha de tener altas probabilidades de empeorar, como poco, el estatus del disidente. Los lazos familiares suelen actuar como un lastre. No mediando la desesperación, es necesaria una fuerte convicción moral, o la oportunidad de un sustancioso botín, para dar el paso. Pero las resistencias personales, por mucho que se adicionen, resultan estériles contra el orden establecido. Es necesaria la capacidad de intuir el mundo como algo construido y compartido para llegar más allá.   La acción colectiva resulta más difícil de conseguir (el premio se diluye) y costosa de planificar, pero tanto más efectiva cuanto más participada. Aún así, el riesgo se torna personal para los cabecillas, como igual de potente su oportunidad de ascenso si se triunfa. De todas maneras, el nexo de unión de las voluntades es la aspiración común al objetivo deseado; y la conexión natural, que asciende de lo individual a lo colectivo, ha de pasar necesariamente por la búsqueda compartida de un bien universal objetivable, lo que implica una asunción ética de los valores.   En la mocedad del espíritu, suele ser común buscar el destino al que dirigir nuestros pasos. Tanto, como en la madurez asentar la convicción por el último camino tomado. Para desactivar la juvenil rebeldía, nada habría más conveniente que una educación individualista y hedonista, ahíta de relativismo intelectual y moral, en una sociedad convenientemente parcelada, donde cualquier programa colectivo es patrimonio exclusivo de los órganos estatales o subvencionados. Basta que la propaganda pública convierta el orden político-institucional en inmejorable para sellar el redil.   “Eran cien ovejas” (foto: Memo Vasquez)

Viejas neurosis

0

Cámara de seguridad Nuestro mundo se enfrenta a paradojas que, aunque no son ni muchísimo menos nuevas, resultan más sobresalientes.   Vieja es la tendencia neurótica a rodearse de más y más cordones de seguridad para hacer prevalecer una ansiada paz que por supuesto ya no podrá ser así. Pero las nuevas tecnologías junto con la naturaleza despótica de nuestros Estados están procurando que esta neurosis se encrespe hasta grados inauditos de control, que en ocasiones igualan o hasta superan la pesadilla orwelliana. Las cámaras vigilantes en espacios públicos o la re-escritura de la historia por motivos puramente ideológicos, saltándose a la torera el dato objetivo, son asuntos demasiado comunes como para que a nadie sorprendan ya.   Y no obstante la lucha por libertad empieza por su observación. Y prosigue en la investigación de los medios que podemos utilizar para retornar a ella o alcanzarla. En el plano individual o subjetivo numerosas técnicas se han ensayado con cierto éxito. Pero salvando la fe absoluta de quien se ha entregado incondicionalmente y no tiene nada que perder, tales éxitos son relativos porque no alcanzan la dimensión colectiva, a saber, política, de la libertad. Ésta se basa en y utiliza otros criterios. Su dilucidación ha pasado por demasiados meandros históricos, y sólo con pasmosa lentitud se ha establecido con el rigor científico que otros dominios adquirieron antes, y todavía atacada por todos los flancos.   La democracia de los atenienses fue uno de esos momentos resplandecientes de libertad política, que ya quisiéramos en la inmensa mayoría de los Estados del mundo dos mil quinientos años después. La Constitución estadounidense es otro de esos momentos. Y aunque quede mucho por mejorar no podemos perder de vista lo conseguido hasta la fecha.   Consecuciones semejantes están amenazadas no sólo por el pensamiento de tiranos, escépticos y incautos entusiastas, sino, incluso de forma más considerable, por la cultura del anonimato promovida por los circuitos de información masivos, cada vez más precisos y capaces de desconectar a conveniencia unos factores con otros, unas personas con otras.

Traducir

Política de privacidad

Queremos que leas y comprendas esta Política de Privacidad. Por eso, la hemos redactado en un lenguaje fácil y sencillo. No obstante, si quieres consultar las cuestiones más importantes, puedes dirigirte directamente al final y las verás especificadas de forma concisa en una tabla.

¿Quiénes somos y qué hacemos con tus datos?

En la asociación Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC) (en adelante, “MCRC"), somos responsables del tratamiento de tus datos de carácter personal que llevaremos a cabo desde la página web del Diario Español de la República Constitucional (en adelante, el “Diario”): www.diariorc.com, la cual incluye la tienda de la editorial del MCRC (en adelante, la “Tienda”), cuyo dominio es de nuestra titularidad, según la información recogida en esta política de privacidad. Debes saber que somos una asociación cultural con domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid, y nuestro NIF es G-86279259. Si tienes cualquier duda o consulta acerca de cómo tratamos tus datos, puedes escribirnos a [email protected] y estaremos encantados de atenderte. El acceso y/o uso al Diario te atribuye la condición de usuario (en adelante, “Usuario”), e implica la aceptación, desde dicho acceso y/o uso, de la presente Política de Privacidad para las finalidades indicadas en la misma así como el Aviso Legal, que también puedes consultar en el Diario.

¿Qué información recabamos sobre ti?

Recogemos los datos estrictamente necesarios para garantizar el correcto funcionamiento del boletín, la provisión de los servicios de venta ofrecidos en la Tienda, así como para asegurar que cumplimos con lo que nos piden los Usuarios, ya sea mediante la solicitud de información como el envío de compras realizadas a través del Diario. Recabamos información sobre ti cuando:
  • Nos solicitas información, ya sea vía email o a través de nuestro formulario web.
  • Te suscribes a nuestro boletín informativo, y/o solicites el envío las publicaciones por Whatsapp.
  • Nos remites obras para su publicación en el Diario.
  • Realizas una compra en la Tienda.
  • Dejas un comentario en la sección de comentarios de los contenidos del Diario.
Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, recuerda comunicarnos las modificaciones que se vayan produciendo de tus datos de carácter personal a través de un correo electrónico a nuestra dirección. Además, cuando navegues por el Diario, podrán instalarse en tu dispositivo distintas cookies y otros dispositivos de seguimiento con el fin de asegurar un correcto funcionamiento de la página web, tal y como te explicamos en la Política de Cookies que puedes consultar en el Diario.

¿De dónde hemos obtenido tus datos?

Como puedes ver en el apartado anterior, los datos personales que necesitamos tratar en relación con el Diario, nos los aportas libremente a través de distintos canales. No obstante, en caso de que aportes datos personales de un tercero, garantizas que le has informado de esta Política de Privacidad y has obtenido su autorización para facilitarnos sus datos con las finalidades indicadas. Igualmente, te haces responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. Como Usuario, garantizas que los datos que nos facilites -ya sean tuyos o de un tercero- serán veraces y exactos, debiéndonos comunicar cualquier modificación de los mismos. Nos reservamos el derecho a excluir del Diario a aquellos usuarios que hayan facilitado datos falsos, sin perjuicio de las demás acciones que procedan en Derecho.

¿Cómo funciona el boletín y la lista de difusión de Whatsapp?

El MCRC cuenta con un boletín informativo digital mediante el cual se comunica con sus asociados y suscriptores para mantenerles informados de las últimas publicaciones, novedades, acciones y participaciones. Suscribirte al boletín es muy sencillo, simplemente tienes que indicar tu correo electrónico en el apartado al efecto del Diario. Así mismo, el MCRC dispone de una lista de difusión de Whatsapp mediante la cual realiza avisos informativos con las publicaciones del boletín. Si quisieras recibir los avisos mediante la lista de difusión simplemente tendrás que aportar tu número de teléfono. Todos los datos que nos proporciones serán tratados de conformidad con esta Política de Privacidad.

¿Cómo usaremos tus datos y en base a qué?

Los datos de carácter personal recabados por el MCRC podrán ser utilizados para las siguientes finalidades: (i) Información. (ii) El envío del boletín informativo del MCRC mediante correo electrónico, y para enviarte mensajes informativos por Whatsapp en el caso de haberte suscrito. (iii) El envío de compras realizadas en la Tienda. (iv) La publicación de comentarios en el Diario. Desde el MCRC utilizaremos tus datos con las siguientes finalidades:
  1. Atender tus peticiones de información.
  2. Enviarte el boletín informativo en el case de haberte suscrito.
  3. Enviarte cualquier compra realizada en la Tienda a la dirección que nos proporciones.
  4. Generar facturas relacionadas con las compras realizadas en la Tienda.
  5. Atender cualquier solicitud de ejercicio de tus derechos que nos puedas hacer llegar, en cumplimiento de nuestras obligaciones legales.

¿Durante cuánto tiempo guardamos tus datos?

Sólo mantendremos tus datos durante el tiempo que sea estrictamente necesario para ofrecerte la información que requieras y poder realizar los envíos y realizar un seguimiento de los mismos, y posteriormente durante el periodo que resulte indispensable para poder cubrir eventuales responsabilidades o para la formulación, ejercicio o defensa de reclamaciones. No obstante lo anterior, podrás solicitar la eliminación de tus datos, y en caso de resultar aplicables dichos plazos legales de conservación, se mantendrán bloqueados durante el tiempo que la normativa establezca. En cuanto a nuestro boletín, conservaremos los datos proporcionados en tanto no manifiestes tu voluntad de darte de baja de los servicios.

¿Vamos a comunicar tus datos a terceros?

No cederemos tus datos a terceros excepto cuando se nos requiera por Ley, y en particular, podremos comunicar tus datos a las siguientes entidades, siempre en relación con las finalidades descritas:
  • A los órganos competentes de las Administraciones Públicas en cumplimiento de las obligaciones legales que nos sean de aplicación.
  • A nuestros proveedores de servicios auxiliares, necesarios para el normal funcionamiento de los servicios contratados, incluido el envío de las compras realizadas en el portal. En el caso de que algún proveedor se encuentre en una jurisdicción ajena al ámbito de aplicación del RGPD, te garantizamos que se encontrarán adheridos al Escudo de Privacidad (Privacy Shield) UE - EE. UU. Puedes aprender más haciendo click en este hipervínculo: https://www.aepd.es/sites/default/files/2019-09/guia-acerca-del-escudo-de-privacidad.pdf
    • A nuestros colaboradores, en el seno de prestaciones de servicios, los cuales estarán obligados a su vez a guardar la más estricta confidencialidad.

¿Cuáles son tus derechos y cómo puedes ejercitarlos?

  1. Derecho a acceder a tus datos personales para saber cuáles están siendo objeto de tratamiento y con qué
  2. Derecho a rectificar cualquier dato personal inexacto -por ejemplo, si necesitas actualizar la información o corregirla en caso de que fuera incorrecta-.
  3. Suprimir tus datos personales, cuando esto sea posible. Si la normativa vigente no nos permite eliminar tus datos, los bloquearemos durante el tiempo restante.
  4. Solicitar la limitación del tratamiento de tus datos personales cuando la exactitud, la legalidad o la necesidad del tratamiento de los datos resulte dudosa, en cuyo caso, podremos conservar los datos para el ejercicio o la defensa de reclamaciones.
  5. Oponerte al tratamiento de tus datos personales.
  6. Llevar a cabo la portabilidad de tus datos.
  7. Revocar el consentimiento otorgado -por ejemplo, si te suscribiste al boletín y ya no deseas recibir más información-.
  8. Ejercer tu derecho al olvido.
Podrás ejercitar tus derechos en cualquier momento y sin coste alguno, indicando qué derecho quieres ejercitar, tus datos y aportando copia de tu Documento de Identidad para que podamos identificarte, a través de las siguientes vías:
  1. Dirigiendo un correo electrónico a nuestra dirección: [email protected]
  2. Dirigiendo una solicitud escrita por correo ordinario a la dirección Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid.
  3. Además, cuando recibas cualquier comunicación nuestra, clicando en la sección de baja que contendrá esa comunicación, podrás darte de baja de todos envíos de comunicaciones del MCRC previamente aceptados.
  4. Cuando te hayas suscrito a la recepción de mensajes informativos a través de Whatsapp podrás cancelar la suscripción desde el formulario del Diario donde te diste de alta, indicando que deseas darte de baja.
Si consideras que hemos cometido una infracción de la legislación en materia de protección de datos respecto al tratamiento de tus datos personales, consideras que el tratamiento no ha sido adecuado a la normativa o no has visto satisfecho el ejercicio de tus derechos, podrás presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos, sin perjuicio de cualquier otro recurso administrativo o acción judicial que proceda en su caso.

¿Están seguros tus datos?

La protección de tu privacidad es muy importante para nosotros. Por ello, para garantizarte la seguridad de tu información, hacemos nuestros mejores esfuerzos para impedir que se utilice de forma inadecuada, prevenir accesos no autorizados y/o la revelación no autorizada de datos personales. Asimismo, nos comprometemos a cumplir con el deber de secreto y confidencialidad respecto de los datos personales de acuerdo con la legislación aplicable, así como a conferirles un tratamiento seguro en las cesiones y transferencias internacionales de datos que, en su caso, puedan producirse.

¿Cómo actualizamos nuestra Política de Privacidad?

La Política de Privacidad vigente es la que aparece en el Diario en el momento en que accedas al mismo. Nos reservamos el derecho a revisarla en el momento que consideremos oportuno. No obstante, si hacemos cambios, estos serán identificables de forma clara y específica, conforme se permite en la relación que hemos establecido contigo (por ejemplo: te podemos comunicar los cambios por email).

Resumen de Información de nuestra Política de Privacidad.

Responsable del tratamiento MOVIMIENTO DE CIUDADANOS HACIA LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL (MCRC) Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. NIF: G-86279259
Finalidades de tratamiento de tus datos personales - Atender tus solicitudes de información, comentarios, peticiones y/o consultas en el marco de tu relación con el MCRC. - Atender las solicitudes para el ejercicio de tus derechos. - Enviarte todas las comunicaciones a las que te hubieras suscrito, incluido el boletín (si te hubieras suscrito) y comunicaciones por Whatsapp. - Enviar cualquier compra realizada en la Tienda del MCRC.
Origen de los datos tratados - Nos los has facilitado libremente tú mismo o un tercero en tu nombre. - Los hemos recabado a través de nuestro Sitio Web mediante cookies. Puedes obtener más información sobre este tratamiento en nuestra Política de Cookies.
Base de Legitimación para el tratamiento - El tratamiento es necesario para la ofrecerte la información necesaria en atención a tu condición de asociado del MCRC. - Para determinados tratamientos, nos has dado tu consentimiento expreso (ej participación en una acción; boletín…). - Contrato de compra entre las partes.
Cesión de datos a terceros - Cedemos tus datos a proveedores de servicios, incluidos aquellos relativos al envío de las compras realizadas en la Tienda. - En ningún caso se cederán tus datos a personas ajenas a la actividad del MCRC (ya sean asociados o ajenos a la asociación) y los servicios que nos has sido solicitado. - Cedemos tus datos a determinadas autoridades en cumplimiento de obligaciones legales (ej. Administraciones Públicas).
Plazos de conservación - Conservaremos tus datos durante el tiempo que siga vigente tu relación con el MCRC. - Si nos pides expresamente que los eliminemos, así lo haremos salvo que exista una obligación legal que nos lo impida o que, por ejemplo, necesitemos utilizarlos para la formulación, ejercicio y defensa de reclamaciones.
Derechos del interesado Podrás solicitarnos el ejercicio de tus derechos por correo electrónico: [email protected], o por escrito a nuestro domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. Puedes pedirnos el derecho a acceder a tus datos, a solicitar su rectificación o supresión, a limitar el tratamiento de tus datos, o a oponerte a determinados tratamientos, a retirar el consentimiento que nos hubieras prestado, a la portabilidad de tus datos o a no ser objeto de una decisión basada únicamente en el tratamiento automatizado. Si no estás de acuerdo con el tratamiento que realizamos de tus datos, puedes presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos: www.aepd.es. Si tienes alguna duda sobre esta Política de Privacidad o el tratamiento de tus datos, escríbenos a nuestra dirección de correo electrónico [email protected], y estaremos encantados de atenderte.

¡Hola! ¿Quieres recibir todas nuestras novedades al instante?
Envíanos tu número de teléfono y te añadiremos a nuestra lista de
difusión de Whatsapp.