6.6 C
Madrid
viernes 26 diciembre 2025
Inicio Blog Página 67

Los Estados de partidos son una ruina

0

En el capítulo nº 55 del programa «La partidocracia entre líneas» Álvaro Bañón y Juanjo Charro hacen un análisis crítico de un artículo publicado en El País el 12 de febrero de 2023 sobre el estado de bienestar.

Una Justicia eficaz

0

La Justicia debe ser eficaz. Uno de los criterios de la norma jurídica ha de ser la eficacia.

Pedro Manuel González y Antonio García-Trevijano Forte, 5 de diciembre del 2013.

Fuentes: https://www.ivoox.com/rlc-05-12-2013-actualidad-juridica-audios-mp3_rf_2619753_1.html

Música: Improntu nº1 en La bemol mayor quasi presto. Op. 29

Marruecos, contexto africano y Turquía

0

Hoy publicamos el capítulo nº 45 del programa «Escenario internacional», presentado y conducido por Marcelino Merino, donde Aitor Céspedes Suárez hace un recorrido por la política internacional de Marruecos, la creciente presencia rusa en el continente africano y la original política internacional de de Turquía.

Inteligencia artificial y justicia (el abogado robot)

0

Los responsables de la aplicación de inteligencia artificial DoNotPay, que prometía convertirse en un auténtico «abogado robot» a operar en los tribunales estadounidenses, han anunciado el abandono en su debut ante los juzgados. Al margen de los impedimentos procesales para su actuación según la legislación norteamericana, su funcionamiento y resultados han sido más que decepcionantes.

El anuncio de la suspensión de DoNotPay en un juicio civil y la retirada definitiva de su oferta en áreas del derecho como las que afectan a consumidores, acuerdos de divorcio y demandas de difamación coinciden con el análisis del funcionamiento de la aplicación en esos mismos campos jurídicos por asesores legales de carne y hueso. Estos pudieron comprobar que los textos generados por el programa no contenían ningún tipo de análisis, adoleciendo además de graves errores y descuidos de redacción, no ofreciendo los resultados prometidos.

Sostenía Luis Zarraluqui Sánchez-Eznarriaga en su libro Con la venia o sin ella (La Esfera de los Libros, 2001) que el abogado no se hace sino que nace. Y parece que esto sirve también al postmoderno abogado tecnológico.

Según el prestigioso matrimonialista, la oratoria, la redacción coherente y las técnicas de convicción son precisamente eso, técnicas que se pueden aprender a poco que se ponga empeño. El trabajo jurisprudencial y el estudio de la ley material son labores en el que la tecnología supone una ayuda inestimable. Sin embargo, la capacidad de discusión, el escepticismo frente a todo dogma, la curiosidad y, en definitiva, el espíritu litigante, son cualidades innatas frente a las que la técnica más depurada aprendida y la compilación de datos resultan inútiles. De ahí que se trate de una profesión vocacional. Un abogado técnico carente de estímulo natural al litigio es como San Manuel Bueno, un cura ateo.

Más allá de la destreza profesional, la configuración del letrado como simple colaborador de la Administración de Justicia ha acabado con su prestigio profesional. Si su ilusión sobrevive a todos los obstáculos con los que se enfrenta en el día a día, se dará cuenta que sólo la libertad política y la acción humana destinada a su consecución —la república constitucional— conseguirán la dignificación de la profesión. Y, por fin, abogará como miembro de pleno derecho de la jurisdicción mediante su participación en el cuerpo electoral de la Justicia independiente y separada en origen con voz y voto en los designios de la matrona de la balanza.

Resulta imprescindible en estos tiempos de recorte del derecho a la tutela judicial y de progresiva administrativización de la Justicia que existan jueces, fiscales profesores de derecho y abogados que desde su posición individual creen opinión pública denunciando a los gobiernos para que abandonen el paulatino recorte del derecho a la defensa bajo excusa de razones de eficiencia tecnológica.

Y digo desde su posición individual porque colectivamente nada se puede esperar de quienes institucionalmente asumen gustosamente su rol en el Estado de poderes inseparados. Serán principalmente los jueces y fiscales situados más abajo en el escalafón, sin contaminar aún por la parasindicalización judicial, las escasas cátedras rebeldes y los abogados no inmiscuidos en la mal llamada «vida colegial» factores clave de la movilización para la acción constituyente que separe en origen la Justicia.

Entre todos los operadores jurídicos actualmente la abogacía es la mejor habilitada para la denuncia y acción contra la inseparación por no estar considerada miembro de pleno derecho de la jurisdicción, sino que, junto con la procura, se define como mero colaborador necesario de la misma. Aún con los actuales lazos de dependencia colegiales, el margen de maniobra para la rebeldía es tremendamente superior a los restantes colectivos implicados en la vida judicial.

La integración de abogados y procuradores en la facultad jurisdiccional del Estado como miembros de pleno derecho se alcanza formando parte del cuerpo electoral separado que elija al Consejo de Justicia, lo que debe funcionar como motor e incentivo a una inexcusable responsabilidad replicante ante el actual estado de cosas. 

Legisladores y animales

0

En el capítulo nº 54 del programa «La partidocracia entre líneas» Pedro Manuel González y Fernando de las Heras analizan tres noticias del diario El Mundo de 9 de febrero de 2023 sobre la pugna entre los jefes de partido de los socios de Gobierno para reformar la nueva ley del “Solo sí es sí”, la polémica nueva ley animal y la previsible desaparición de Ciudadanos.

Consejo de Legislación

1
Lectura de un proyecto de Ley en el Salón de Sesiones. Asterio Mañanós, 1908. Congreso de los Diputados de España
Lectura de un proyecto de Ley en el Salón de Sesiones. Asterio Mañanós, 1908. Congreso de los Diputados de España.

Una de las joyas que encontramos en Teoría pura de la república constitucional es el Consejo de Legislación.  Por primera vez, un pensador político señala y somete a examen el error de la doctrina constitucional de llamar poder legislativo a la mera reunión de una Asamblea de diputados con potestad legislativa, adscritos al interés objetivo de su distrito, así como el  error histórico de una doctrina que, saltándose por otra parte el difícil escollo de obviar que todas las leyes son  promulgadas y publicadas por el poder ejecutivo, hace caso omiso a la injerencia de este,  «el ejecutivo» en la rama legislativa, al suplantar su entidad.

 El problema está en que las representaciones otorgadas a los diputados elegidos en los distritos no se pueden transformar por transustanciación en representación nacional, interés nacional, o voluntad nacional. La suma de intereses locales no se puede convertir por ciencia infusa en voluntad nacional, no es la suma del interés objetivo. No puede ser el interés general la suma de voluntades particulares que entran en conflicto, este obedece a la lucha política entre las voluntades particulares vinculadas a la verdad objetiva de los electores del distrito, a su fuerza.

 Siguiendo la doctrina jurídica de Antonio García-Trevijano, la cuestión se deriva del error de no haber esclarecido con precisión la diferenciación entre nación y Estado. La natural separación de sus funciones, como ramas distintas del poder, no explican como aún no se ha esclarecido la distinta naturaleza de las dos abstracciones, y lo confuso que resulta que una abstracción como el Estado, con naturaleza ejecutiva, con imperio, sea quien sancione, promulgue y publique las leyes cuya naturaleza se corresponde con la otra rama del poder, la legislativa.

¿Cómo una comunidad, la nación, sin personalidad jurídica, se puede dotar de representación legal y promulgar las leyes?

Bien, sometamos a examen los factores que actúan en una y otra dirección. Por una parte, el Estado es una organización artificial y heredada, y la nación una comunidad vivida. Si antes de que el Estado fuese la personalidad jurídica de la nación, esta tenía órganos legislativos para promulgar leyes en esa comunidad vívida, no da lugar a que después ocupe el Estado, como personalidad jurídica de la nación, y con imperio, ese atributo que pertenece a la nación, a la materia de legislar.

Sin embargo, el Estado sigue promulgando y publicando leyes sin que se alce ninguna voz discordante, sin que el resultado desafinante ofenda a ningún intelecto —¡disculpen!, sí, al intelecto del gran pensador Antonio García-Trevijano—. Si aceptamos, dice Trevijano, que la soberanía desapareció desde que dejó de existir el soberano absoluto, y que las constituciones separaron precisamente las diferentes ramas del poder —legislativo y ejecutivo— para que ninguno fuese soberano, el Estado no puede promulgar leyes, pues aunque la nación no marcó sus fronteras espaciales, y el origen del Estado como personalidad jurídica de la nación está en la fijación de esos límites territoriales, desde el punto de vista legislativo el valor jurídico de las leyes y sus fuentes siguen estando en las naciones, regiones, municipios, usos y costumbres, nunca en el Estado. Los usos y las costumbres son coercitivos, fuentes de derecho, y su procedencia no es estatal.

 Una vez enmarcado el contenido que esclarece las materias que tratan las dos ramas del poder, y la tradicional injerencia de una de ellas en una facultad que no le pertenece, me gustaría examinar, siguiendo la doctrina jurídica de Trevijano (no me desvío en nada, soy una mera intermediaria entre ustedes y él) cómo la nación convierte la potestad de la Asamblea para hacer leyes en poder legislativo, con capacidad para promulgar y publicar las mismas y darles la vis coactiva, ¿cómo adquiere esa personalidad jurídica? ¿Cuál es el  camino a recorrer?:

  1. Como ya sabemos, el diputado es proclamado representante de un distrito, a doble vuelta, si fuese necesario, y promete lealtad a la causa concreta y objetiva por la que ha sido elegido. Además, existen contrapesos para que esa lealtad no sea una cuestión de fe, sino que estén vinculados estrechamente los intereses del representante con los del colectivo de electores, que cede esa facultad de representarlo. En caso de deslealtad tendrá que bajar a este nivel principal y renovar el acta, por ello otro contrapeso son las elecciones frecuentes.
  2. Reunida la cámara de representantes con actas para la diputación, la cámara se divide en dos instituciones estrechamente vinculadas, pero con cometidos y funciones distintas: la Asamblea de representantes, presidida por un coordinador elegido por mayoría absoluta dentro de la misma, y el Consejo de legislación, cuyo presidente y miembros son elegidos por la misma asamblea. Los miembros del Consejo pierden su representación diputacional, y son sustituidos por los suplentes.
  3. El Consejo de Legislación, ahora sí, órgano de representación nacional, sin acta de diputación y con funciones muy concretas, pasa a desempeñar las siguientes competencias:
    • Examen de las iniciativas legislativas procedentes de cualquier diputado, del Gobierno o la Autoridad judicial, para decidir sobre la dimensión nacional de las iniciativas de ley, la constitucionalidad de las mismas y la generalidad de su contenido.
    • Las iniciativas que, a juicio del Consejo de Legislación, cumplan con los requisitos de dimensión nacional, constitucionalidad y generalidad pasan al Coordinador de la Cámara de representantes para que la comisión competente según la materia a tratar dictamine, y la proposición sea sometida a debate y votación por la Asamblea.
    • Las proposiciones aprobadas por la Asamblea se remitirán al Consejo de Legislación para que las promulgue y las publique. Las leyes no se sancionan, esto es una república constitucional, el concepto de soberanía no existe, nadie es soberano, hay separación de poderes.
    • La iniciativa de ley que no sean aprobada por el Consejo de Legislación será devuelta a su procedencia con un informe sobre los motivos del rechazo.

Las comisiones de control del Gobierno y las de investigación de responsabilidades políticas en cargos estatales o entidades públicas, así como la aprobación de los presupuestos generales del Estado, son funciones de la Asamblea Nacional, no del Consejo de Legislación, la función de este se limita a la apertura y cierre de las iniciativas legislativas.

Del juicio político que se realice por las comisiones de investigación se dará cuenta al Consejo de Justicia, con independencia de que su responsabilidad sea punible, pues se distingue la responsabilidad política de la penal, pudiendo existir responsabilidad de la primera y absolución penal de la segunda.

Con este frugal recorrido, se descubre que la nación sí puede ser concretada como abstracción separada, y ser representada atendiendo a la naturaleza de su poder –legislar– lo mismo que el Estado, que adquiere la personalidad jurídica de esta y su naturaleza es la del Gobierno. Las diputaciones son mandatos imperativos, encomiendas políticas para ser representados y para el control del Gobierno. Dado que ya se ha explicado que anteriormente a que el Estado fuese la personalidad jurídica de la Nación, esta ya poseía órganos legislativos con capacidad para dar coerción a los usos y costumbres (la ley) sobra decir que, como abstracción (separación) y con realidad propia, adquiere la representación nacional derivándola de las propias representaciones monádicas y constituyendo dentro de la Cámara de representantes monádicos el Consejo de legislación con funciones y competencias distintas.

De este modo, Trevijano arranca por fin la nación al Estado, separa por fin esta abstracción y la concreta en una realidad con poder legislativo y representación nacional. En la Teoría pura de la república constitucional, Trevijano distingue entre la función representativa de los ciudadanos, atribuida a la Cámara, y la representación de la Nación, atribuida a la Presidencia del Consejo de Legislación. De este modo, la función legislativa se divide según las «fases del proceso» entre la Cámara y el Consejo; el Estado no ocupa ningún lugar durante la producción legislativa, regresando a la naturaleza propia de su poder, y equilibrándose ambas ramas.

El abogado robot

1

Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 146 de «La lucha por el derecho», analiza el primer fracaso del uso de la inteligencia artificial en sustitución de un abogado. Ello ha tenido lugar en un pleito de Estados Unidos.

Legitimidad de la Justicia

0

El CGPJ es un servidor del poder ejecutivo. Según el propio CGPJ tiene un escaso poder político.
El Presidente del Tribunal Constitucional, de los Cobos, afirma que hay escasez de legitimidad en la Justicia.

Pedro Manuel González y Antonio García-Trevijano Forte, 5 de diciembre del 2013.

Fuentes: https://www.ivoox.com/rlc-05-12-2013-actualidad-juridica-audios-mp3_rf_2619753_1.html

Música: Improntu nº1 en La bemol mayor quasi presto. Op. 29

La situación en Chile, Perú y Brasil

0

Hoy publicamos el capítulo nº 44 del programa «Escenario internacional» y el sexto de la serie «La democracia en América», donde Daniel Vázquez Barrón, Thulio M. Moreno y Juanjo Charro analizan la actualidad política de Chile, Perú y Brasil.

Concatenación entre representación, separación de poderes e independencia judicial

1

Si los legisladores fueran auténticos representantes de la ciudadanía, las leyes que estos propusieran y aprobaran responderían eficazmente a las necesidades sociales. La demanda social de regulación de nuevas situaciones antes inexistentes se plasmaría en la propuesta legislativa correspondiente, cubriendo el vacío legal. En el Estado de partidos, donde estos son los únicos agentes políticos, la producción normativa se caracteriza por la extravagancia ideológica del posmodernismo, obedeciendo sólo a razones particulares de clase política como la permanencia en el poder, el impacto mediático o la simple originalidad en la resolución de conflictos.

Las sentencias que dictan los juzgados y tribunales inseparados de ese poder político adolecen de la correlativa extravagancia, siendo, como son en muchas ocasiones, la simple consecuencia de la norma en vigor, por mucho que luego escandalicen a la opinión pública. Si el control político del funcionamiento de la Justicia como mero departamento administrativo del poder resulta evidente y fácilmente demostrable por grosero e indisimulado, los efectos de la ausencia de representación en la producción normativa son igualmente perniciosos. Sin auténtica representación, la cadena de lo legal y lo justo se rompe irremisiblemente.

Cuando las cámaras legislativas representan a los partidos y no a los ciudadanos, su producción normativa obedece tan sólo a los intereses ideológicos de aquellos, dejando sin respuesta jurídica las necesidades sociales. Entonces el derecho y la sociedad corren caminos no solo dispares, sino opuestos, debido a la propia naturaleza coactiva de la ley positiva. Leyes absurdas o contrarias a los más básicos principios generales del derecho se interpretan al hilo de una jurisprudencia servil y dependiente, que necesita retorcer la letra y el espíritu de la norma para darles validez o aún su posible aplicación, siempre mirando y buscando el aplauso de la mayoría de turno.

Desde estatutos de autonomía imposibles hasta la lesión del principio básico de igualdad por razón de sexo a la hora de castigar el crimen representan una voluntad ideológica, la partidista, ajena a necesidades sociales claras, ya que, por su propia irrepresentatividad, los legisladores carecen de la información eficiente siquiera para intuirlas. Por la misma razón, las lagunas legales son la regla y no la excepción, siendo especialmente apreciables en el ámbito de las nuevas tecnologías, donde esa información imprescindible se genera a una velocidad de vértigo, es difícilmente articulable y notablemente más dispersa.

Si perdemos la capacidad para sobrecogernos cuando el analfabetismo de los gobernantes de esta monarquía de partidos es seguido por una entusiasta salva de aplausos de un público entregado, todo habrá acabado. Pero si además la farfulla analfabeta del iluminado o iluminada, por utilizar la dualidad políticamente correcta, atenta directamente contra los más básicos principios que el ordenamiento jurídico establece para la protección de las mínimas garantías personales y permanecemos callados, seremos no ya cómplices o encubridores, sino autores por omisión.

Traducir

Política de privacidad

Queremos que leas y comprendas esta Política de Privacidad. Por eso, la hemos redactado en un lenguaje fácil y sencillo. No obstante, si quieres consultar las cuestiones más importantes, puedes dirigirte directamente al final y las verás especificadas de forma concisa en una tabla.

¿Quiénes somos y qué hacemos con tus datos?

En la asociación Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC) (en adelante, “MCRC"), somos responsables del tratamiento de tus datos de carácter personal que llevaremos a cabo desde la página web del Diario Español de la República Constitucional (en adelante, el “Diario”): www.diariorc.com, la cual incluye la tienda de la editorial del MCRC (en adelante, la “Tienda”), cuyo dominio es de nuestra titularidad, según la información recogida en esta política de privacidad. Debes saber que somos una asociación cultural con domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid, y nuestro NIF es G-86279259. Si tienes cualquier duda o consulta acerca de cómo tratamos tus datos, puedes escribirnos a [email protected] y estaremos encantados de atenderte. El acceso y/o uso al Diario te atribuye la condición de usuario (en adelante, “Usuario”), e implica la aceptación, desde dicho acceso y/o uso, de la presente Política de Privacidad para las finalidades indicadas en la misma así como el Aviso Legal, que también puedes consultar en el Diario.

¿Qué información recabamos sobre ti?

Recogemos los datos estrictamente necesarios para garantizar el correcto funcionamiento del boletín, la provisión de los servicios de venta ofrecidos en la Tienda, así como para asegurar que cumplimos con lo que nos piden los Usuarios, ya sea mediante la solicitud de información como el envío de compras realizadas a través del Diario. Recabamos información sobre ti cuando:
  • Nos solicitas información, ya sea vía email o a través de nuestro formulario web.
  • Te suscribes a nuestro boletín informativo, y/o solicites el envío las publicaciones por Whatsapp.
  • Nos remites obras para su publicación en el Diario.
  • Realizas una compra en la Tienda.
  • Dejas un comentario en la sección de comentarios de los contenidos del Diario.
Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, recuerda comunicarnos las modificaciones que se vayan produciendo de tus datos de carácter personal a través de un correo electrónico a nuestra dirección. Además, cuando navegues por el Diario, podrán instalarse en tu dispositivo distintas cookies y otros dispositivos de seguimiento con el fin de asegurar un correcto funcionamiento de la página web, tal y como te explicamos en la Política de Cookies que puedes consultar en el Diario.

¿De dónde hemos obtenido tus datos?

Como puedes ver en el apartado anterior, los datos personales que necesitamos tratar en relación con el Diario, nos los aportas libremente a través de distintos canales. No obstante, en caso de que aportes datos personales de un tercero, garantizas que le has informado de esta Política de Privacidad y has obtenido su autorización para facilitarnos sus datos con las finalidades indicadas. Igualmente, te haces responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. Como Usuario, garantizas que los datos que nos facilites -ya sean tuyos o de un tercero- serán veraces y exactos, debiéndonos comunicar cualquier modificación de los mismos. Nos reservamos el derecho a excluir del Diario a aquellos usuarios que hayan facilitado datos falsos, sin perjuicio de las demás acciones que procedan en Derecho.

¿Cómo funciona el boletín y la lista de difusión de Whatsapp?

El MCRC cuenta con un boletín informativo digital mediante el cual se comunica con sus asociados y suscriptores para mantenerles informados de las últimas publicaciones, novedades, acciones y participaciones. Suscribirte al boletín es muy sencillo, simplemente tienes que indicar tu correo electrónico en el apartado al efecto del Diario. Así mismo, el MCRC dispone de una lista de difusión de Whatsapp mediante la cual realiza avisos informativos con las publicaciones del boletín. Si quisieras recibir los avisos mediante la lista de difusión simplemente tendrás que aportar tu número de teléfono. Todos los datos que nos proporciones serán tratados de conformidad con esta Política de Privacidad.

¿Cómo usaremos tus datos y en base a qué?

Los datos de carácter personal recabados por el MCRC podrán ser utilizados para las siguientes finalidades: (i) Información. (ii) El envío del boletín informativo del MCRC mediante correo electrónico, y para enviarte mensajes informativos por Whatsapp en el caso de haberte suscrito. (iii) El envío de compras realizadas en la Tienda. (iv) La publicación de comentarios en el Diario. Desde el MCRC utilizaremos tus datos con las siguientes finalidades:
  1. Atender tus peticiones de información.
  2. Enviarte el boletín informativo en el case de haberte suscrito.
  3. Enviarte cualquier compra realizada en la Tienda a la dirección que nos proporciones.
  4. Generar facturas relacionadas con las compras realizadas en la Tienda.
  5. Atender cualquier solicitud de ejercicio de tus derechos que nos puedas hacer llegar, en cumplimiento de nuestras obligaciones legales.

¿Durante cuánto tiempo guardamos tus datos?

Sólo mantendremos tus datos durante el tiempo que sea estrictamente necesario para ofrecerte la información que requieras y poder realizar los envíos y realizar un seguimiento de los mismos, y posteriormente durante el periodo que resulte indispensable para poder cubrir eventuales responsabilidades o para la formulación, ejercicio o defensa de reclamaciones. No obstante lo anterior, podrás solicitar la eliminación de tus datos, y en caso de resultar aplicables dichos plazos legales de conservación, se mantendrán bloqueados durante el tiempo que la normativa establezca. En cuanto a nuestro boletín, conservaremos los datos proporcionados en tanto no manifiestes tu voluntad de darte de baja de los servicios.

¿Vamos a comunicar tus datos a terceros?

No cederemos tus datos a terceros excepto cuando se nos requiera por Ley, y en particular, podremos comunicar tus datos a las siguientes entidades, siempre en relación con las finalidades descritas:
  • A los órganos competentes de las Administraciones Públicas en cumplimiento de las obligaciones legales que nos sean de aplicación.
  • A nuestros proveedores de servicios auxiliares, necesarios para el normal funcionamiento de los servicios contratados, incluido el envío de las compras realizadas en el portal. En el caso de que algún proveedor se encuentre en una jurisdicción ajena al ámbito de aplicación del RGPD, te garantizamos que se encontrarán adheridos al Escudo de Privacidad (Privacy Shield) UE - EE. UU. Puedes aprender más haciendo click en este hipervínculo: https://www.aepd.es/sites/default/files/2019-09/guia-acerca-del-escudo-de-privacidad.pdf
    • A nuestros colaboradores, en el seno de prestaciones de servicios, los cuales estarán obligados a su vez a guardar la más estricta confidencialidad.

¿Cuáles son tus derechos y cómo puedes ejercitarlos?

  1. Derecho a acceder a tus datos personales para saber cuáles están siendo objeto de tratamiento y con qué
  2. Derecho a rectificar cualquier dato personal inexacto -por ejemplo, si necesitas actualizar la información o corregirla en caso de que fuera incorrecta-.
  3. Suprimir tus datos personales, cuando esto sea posible. Si la normativa vigente no nos permite eliminar tus datos, los bloquearemos durante el tiempo restante.
  4. Solicitar la limitación del tratamiento de tus datos personales cuando la exactitud, la legalidad o la necesidad del tratamiento de los datos resulte dudosa, en cuyo caso, podremos conservar los datos para el ejercicio o la defensa de reclamaciones.
  5. Oponerte al tratamiento de tus datos personales.
  6. Llevar a cabo la portabilidad de tus datos.
  7. Revocar el consentimiento otorgado -por ejemplo, si te suscribiste al boletín y ya no deseas recibir más información-.
  8. Ejercer tu derecho al olvido.
Podrás ejercitar tus derechos en cualquier momento y sin coste alguno, indicando qué derecho quieres ejercitar, tus datos y aportando copia de tu Documento de Identidad para que podamos identificarte, a través de las siguientes vías:
  1. Dirigiendo un correo electrónico a nuestra dirección: [email protected]
  2. Dirigiendo una solicitud escrita por correo ordinario a la dirección Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid.
  3. Además, cuando recibas cualquier comunicación nuestra, clicando en la sección de baja que contendrá esa comunicación, podrás darte de baja de todos envíos de comunicaciones del MCRC previamente aceptados.
  4. Cuando te hayas suscrito a la recepción de mensajes informativos a través de Whatsapp podrás cancelar la suscripción desde el formulario del Diario donde te diste de alta, indicando que deseas darte de baja.
Si consideras que hemos cometido una infracción de la legislación en materia de protección de datos respecto al tratamiento de tus datos personales, consideras que el tratamiento no ha sido adecuado a la normativa o no has visto satisfecho el ejercicio de tus derechos, podrás presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos, sin perjuicio de cualquier otro recurso administrativo o acción judicial que proceda en su caso.

¿Están seguros tus datos?

La protección de tu privacidad es muy importante para nosotros. Por ello, para garantizarte la seguridad de tu información, hacemos nuestros mejores esfuerzos para impedir que se utilice de forma inadecuada, prevenir accesos no autorizados y/o la revelación no autorizada de datos personales. Asimismo, nos comprometemos a cumplir con el deber de secreto y confidencialidad respecto de los datos personales de acuerdo con la legislación aplicable, así como a conferirles un tratamiento seguro en las cesiones y transferencias internacionales de datos que, en su caso, puedan producirse.

¿Cómo actualizamos nuestra Política de Privacidad?

La Política de Privacidad vigente es la que aparece en el Diario en el momento en que accedas al mismo. Nos reservamos el derecho a revisarla en el momento que consideremos oportuno. No obstante, si hacemos cambios, estos serán identificables de forma clara y específica, conforme se permite en la relación que hemos establecido contigo (por ejemplo: te podemos comunicar los cambios por email).

Resumen de Información de nuestra Política de Privacidad.

Responsable del tratamiento MOVIMIENTO DE CIUDADANOS HACIA LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL (MCRC) Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. NIF: G-86279259
Finalidades de tratamiento de tus datos personales - Atender tus solicitudes de información, comentarios, peticiones y/o consultas en el marco de tu relación con el MCRC. - Atender las solicitudes para el ejercicio de tus derechos. - Enviarte todas las comunicaciones a las que te hubieras suscrito, incluido el boletín (si te hubieras suscrito) y comunicaciones por Whatsapp. - Enviar cualquier compra realizada en la Tienda del MCRC.
Origen de los datos tratados - Nos los has facilitado libremente tú mismo o un tercero en tu nombre. - Los hemos recabado a través de nuestro Sitio Web mediante cookies. Puedes obtener más información sobre este tratamiento en nuestra Política de Cookies.
Base de Legitimación para el tratamiento - El tratamiento es necesario para la ofrecerte la información necesaria en atención a tu condición de asociado del MCRC. - Para determinados tratamientos, nos has dado tu consentimiento expreso (ej participación en una acción; boletín…). - Contrato de compra entre las partes.
Cesión de datos a terceros - Cedemos tus datos a proveedores de servicios, incluidos aquellos relativos al envío de las compras realizadas en la Tienda. - En ningún caso se cederán tus datos a personas ajenas a la actividad del MCRC (ya sean asociados o ajenos a la asociación) y los servicios que nos has sido solicitado. - Cedemos tus datos a determinadas autoridades en cumplimiento de obligaciones legales (ej. Administraciones Públicas).
Plazos de conservación - Conservaremos tus datos durante el tiempo que siga vigente tu relación con el MCRC. - Si nos pides expresamente que los eliminemos, así lo haremos salvo que exista una obligación legal que nos lo impida o que, por ejemplo, necesitemos utilizarlos para la formulación, ejercicio y defensa de reclamaciones.
Derechos del interesado Podrás solicitarnos el ejercicio de tus derechos por correo electrónico: [email protected], o por escrito a nuestro domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. Puedes pedirnos el derecho a acceder a tus datos, a solicitar su rectificación o supresión, a limitar el tratamiento de tus datos, o a oponerte a determinados tratamientos, a retirar el consentimiento que nos hubieras prestado, a la portabilidad de tus datos o a no ser objeto de una decisión basada únicamente en el tratamiento automatizado. Si no estás de acuerdo con el tratamiento que realizamos de tus datos, puedes presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos: www.aepd.es. Si tienes alguna duda sobre esta Política de Privacidad o el tratamiento de tus datos, escríbenos a nuestra dirección de correo electrónico [email protected], y estaremos encantados de atenderte.

¡Hola! ¿Quieres recibir todas nuestras novedades al instante?
Envíanos tu número de teléfono y te añadiremos a nuestra lista de
difusión de Whatsapp.