8.9 C
Madrid
jueves 18 diciembre 2025
Inicio Blog Página 6

Carta IV: Los relojes rotos de la ira

2

Estimado lector:
‘Crónicas de un cadáver adornado’ se publica en la revista del MCRC Diario de la República Constitucional, fundada por Antonio García-Trevijano, arquitecto de la teoría pura de la democracia. Inspirada en Montesquieu ―cuya separación de poderes Trevijano llamó «alma de la libertad»―, esta columna presenta al Omar ibn Hassan, viajero persa que desmonta los mitos democráticos de Europa con ironía coránica y bisturí trevijanista.

Sobre la juventud europea que olvidó rebelarse contra el tiempo muerto

Querido hermano Naser al-Din:

En la Universidad de Bolonia —donde el fantasma de Irnerio aún vela los códices—, un profesor mustio me mostró un reloj de arena detenido en 1968. «Aquí el tiempo se paralizó —susurró— cuando los estudiantes cambiaron a Marcuse por wifi gratis». Hoy te revelaré la tragedia que Trevijano, con ojos de astrólogo, vislumbró en vano: la rebelión generacional que Europa extravió en el laberinto del confort.

Recuerdas la sentencia de Omar Khayyam: «Cada generación barre playas de ideologías muertas». Trevijano, bebiendo de Pareto —y recordando lo que Ortega tomó prestado de Justin Dromel—, calculó con exactitud de geómetra persa: cada quince años, la savia nueva pudre los cimientos viejos. Tras el 68, anunció un cataclismo hacia 1998. «El estancamiento universitario» —escribió— sería la mecha. ¡Ay! Los europeos prefirieron Maastricht a la revolución. Como camellos que cambian el desierto por un establo climatizado.

En un aula berlinesa —hediendo a café rancio y derrota— presencié una «asamblea horizontal contra el fascismo digital». Un joven con barba de profeta gritaba «¡Abajo los algoritmos patriarcales!» mientras subía su protesta a Instagram. Al mencionar a Trevijano, una muchacha con nariz perforada espetó: «¿Ese viejo blanco muerto?». ¡Ironía que haría llorar a Rumi! Aquel que denunció la partitocracia, tachado de caduco por nietos de burócratas. El círculo se cerró: la Generación del 68, hoy en el poder, adoctrinó a sus vástagos en simular rebeldía mientras piden becas al ministerio.

En París, un punk sesentón me escupió la verdad: «El mayo francés murió cuando mis hijos pidieron hipotecas para un loft en Le Marais». Trevijano lo intuyó: la Guerra Fría no solo cercenó la libertad, sino la capacidad de imaginar utopías. Ahora corean «Otro mundo es posible» mientras firman contratos basura con Amazon.

En Heidelberg, un sociólogo mostró gráficos que confirmaban la profecía: cada 30 años, picos de efervescencia (1945, 1968, 1998… ¡1998!). Señalé el valle plano donde debía alzarse el monte. «Ah —suspiró—, ese año Alemania ganó el Mundial». ¡Subhanallah! Prefirieron la cerveza a la revolución. Como reza nuestro proverbio: «Pueblo que baila al son del tirano, merece bufón por rey».

Pero lo más triste lo vi en Madrid. Junto a la estatua de Cervantes —ironía cruel—, «indignados» de 2011 vendían chapas de «Democracia Real Ya» fabricadas en China. Al preguntarles cómo revocarían a los diputados corruptos, respondieron: «Con más asambleas». Ah, Trevijano… cuánta razón: confundieron el síntoma (rabia callejera) con el diagnóstico (oligarquía de partidos). Como quien trata la peste con perfume de rosas.

En el tren a Ámsterdam, un exmaoísta —que en 1968 lanzó adoquines— me confesó llorando: «Mis nietos protestan contra el cambio climático… ¡pero vuelan a Tailandia en low cost!». Recordé la sentencia de Trevijano: «La juventud no se levanta cuando la vejez cae, sino cuando reduce a prejuicios los viejos juicios de la sociedad que la esteriliza». Europa ha parido la generación más letal: la que cree haber superado a sus padres por cambiar ‘él’ por ‘elle’ en sus perfiles sociales, un triunfo virtual que celebra mientras la bota oligárquica le pisa el cuello en el mundo real.

Mientras cruzaba los Alpes —cordillera de utopías muertas—, abrí mi Bustán de Saadi. Una línea brilló: «Quien teme al lobo no planta viñedos». Europa, hermano, ya no planta viñedos. Sus jóvenes beben el vino agrio del conformismo en copas de diseño nórdico.

Trevijano soñó una rebelión que limpiara el establo de Augías partidista. No contó que los establos modernos tienen wifi gratis. Cuando el invierno económico hiele sus huesos quizás recuerden que, como escribió Attar, «solo el fuego renueva el bosque». Mientras, seguirán trocando cadenas por likes.

Tu hermano que mira el crepúsculo sin miedo.

Sheij Omar ibn Hassan.
*Ginebra, a 22 de Shawwal de 1419*

Representación y representatividad, el rey, Israel y Palestina

0

Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 280 de «La lucha por el derecho» nos habla del discurso del rey en la ONU.

El rey en la ONU

3

El reciente discurso de Felipe VI en la Asamblea General de Naciones Unidas, refiriéndose al conflicto de Oriente Próximo, es la última muestra del papel catalizador del consenso de la Corona dentro del régimen partitocrático español. Ni una mala palabra, ni una buena acción. Todos contentos con una perorata que vale para unos y también para los otros. No ha hablado el jefe del Estado de una nación que se gobierna a sí misma, sino el portavoz de una oligarquía partidista que, bajo el disfraz de un falso parlamentarismo, ha anulado la independencia política de los españoles.

Felipe VI, heredero de una institución sin legitimidad de origen, pretende con frases de manual diplomático revestir de autoridad moral a una nación que carece de representación política y a un Estado del que no puede ser representativo. ¿Con qué derecho habla en nombre del pueblo español sobre cuestiones de guerra y paz? Ninguno. Si un rey designado por Franco y sostenido por la Constitución del 78, que niega la separación de poderes, no puede arrogarse la voz de España en el concierto internacional, sus herederos tampoco

Mientras en Gaza y en Israel se libra un drama humano atroz, la voz del rey no aporta ni análisis, ni propuesta, ni principios universales de derecho político. Se limita a repetir el lenguaje burocrático de Naciones Unidas. Lo hace, además, con la obediencia propia de un monarca cuya supervivencia depende de la sumisión a las directrices de Bruselas, Washington y al consenso de partidos.

El problema no es que Felipe VI hable mal o bien, sino que hable en absoluto. El pueblo español no ha tenido ocasión de otorgarle palabra alguna para que hable en su nombre. El rey, al igual que el Parlamento y el Gobierno, forma parte de un mismo bloque de poder donde no hay separación ni control. Lee lo que el Gobierno le escribe rebajado con el agua del consenso, no sea que alguien diga que está haciendo política. No se nota, no se mueve y no traspasa.

Esta tragedia nos recuerda la importancia de instituciones legítimas que garanticen tanto la representación como la representatividad, tan parecidas en su raíz y escritura como diferentes en su significado. La representatividad es hacia fuera, la representación, hacia adentro. Solo alguien legitimado por la libertad constituyente puede pronunciarse con autoridad moral sobre los principios universales de paz y justicia, en suma ser representativo. España carecerá de esa autoridad mientras se mantenga encadenada al régimen de la Transición, esa ficción urdida para preservar la continuidad del franquismo y blindar la corrupción del sistema de partidos.

No es a un rey al que corresponde hablar en nombre de España, sino a un jefe del Estado representativo elegido por todos los ciudadanos con igualdad de voto cuyas palabras puedan ser avaladas o reprobadas por la nación a través de representantes elegidos en libertad y bajo la protección de una Constitución de verdad, no una carta otorgada. La única voz que puede situar a España en el mundo con dignidad es la de una república constitucional.

Hasta entonces, cada palabra del monarca en la ONU no será más que el eco vacío de un poder ilegítimo.

No hay libertad, ni democracia

0

Las primarias que se hacen en las partidocracias son pantomimas copiadas de la tradición democrática de Estados Unidos de América.

Fuentes del audio:

Radio libertad constituyente: https://www.ivoox.com/rlc-2016-02-02-albert-rivera-no-descarta-irse-a-audios-mp3_rf_10286907_1.html

Música: Allegro. BWV 1055. J.S.Bach.

La libertad constituyente, llave de la república constitucional

0

Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 279 de «La lucha por el derecho» nos habla del concepto de libertad constituyente.

Libertad constituyente y república constitucional

4

La confusión doctrinal y práctica de la política contemporánea consiste en creer que la libertad política colectiva puede alcanzarse dentro de un marco institucional previamente fijado por los propios poderes constituidos. Ese error —propio de las oligarquías de partidos— lleva a identificar la mera reforma legal con el ejercicio de la libertad constituyente. Sin embargo, la historia constitucional demuestra que la libertad constituyente no es un atributo permanente ni un bien jurídico disponible a voluntad de los gobernados, sino una potencia histórica que aparece solo en el instante preciso en que una comunidad política se emancipa del poder constituido para darse sus propias reglas de convivencia.

Según García-Trevijano:
«Es constituyente la libertad colectiva que decide en referéndum electivo, y no en plebiscito, la forma de Estado (monarquía o república) y la forma de gobierno (oligarquía partidocrática o democracia representativa). Tal tipo de libertad concreta el momento fundacional de la libertad política. Dada su naturaleza colectiva, no puede ser otorgada por nada ni por nadie. Ha de ser conquistada por la parte más lúcida y generosa de los gobernados, arrebatándosela a los partidos estatales que la secuestraron al final de las dictaduras fascio-nazistas» (Libertad Constituyente, Editorial MCRC, 2011).

Ahora bien, conviene dejar claro que la libertad constituyente no es un fin en sí misma. Confundir el momento constituyente con la finalidad de la acción política es tanto como confundir el acto de abrir una puerta con la plenitud de la vida que se halla tras ella. La libertad constituyente es la llave, la condición necesaria para que pueda nacer el único sistema político que garantiza la democracia formal: la república constitucional.

¿Qué es la república constitucional? No una mera república nominal, reducida a la sustitución de un monarca por un presidente elegido. Tampoco un régimen de partidos estatales donde la representación es suplantada por el reparto proporcional de cuotas de poder. La república constitucional es el sistema político que establece la separación de poderes en origen; donde el ejecutivo surge de la elección directa de los ciudadanos y el legislativo representa a la nación, libre de la servidumbre partidocrática. Solo en ella la libertad política colectiva se transforma en institución estable, en garantía jurídica de la democracia.

De ahí que la libertad constituyente deba ser concebida como un tránsito: un momento creador y a la vez limitado, cuya razón de ser se agota en fundar instituciones que aseguren la permanencia de la libertad en la vida política ordinaria. Quien idolatra la libertad constituyente como si fuera una meta definitiva cae en la trampa de la revolución permanente o del fetichismo democrático. La libertad constituyente es el medio; la meta es la república constitucional.

Solo entonces, cuando el poder de constituir queda sustituido por la vigencia de instituciones que aseguran la separación de poderes y la representación auténtica, puede hablarse de democracia como forma de gobierno y no como simple adjetivo legitimador de cualquier régimen.

Por eso, la misión de los demócratas no consiste en reclamar reformas ni en mendigar libertades a los poderes constituidos, sino en exigir y ejercer la libertad constituyente para dar nacimiento a la república constitucional. Esta, y no otra, es la garantía institucional de la democracia.

El horror a la libertad política

0

En el Estado de partidos no hay representación, solamente hay integración de las masas en el Estado.

La no separación de poderes hace que el poder no pueda ser controlado.

Fuentes del audio:

Radio libertad constituyente: https://go.ivoox.com/rf/25624339

Música: Allegro. BWV 1055. J.S.Bach.

¿Por qué no se construyen más casas en España?

2

Decía Zapatero que durante su época de presidente, todos los indicadores económicos iban bien: déficit público, paro, inflación, pero que nadie le había hablado del saldo por cuenta corriente. Sería una anécdota simpática, si no se hubiera traducido en una tragedia económica para muchos ciudadanos españoles.

El saldo por cuenta corriente es el reflejo de la posición financiera neta de un país con el exterior. Incluye comercio de bienes y servicios, rentas y transferencias. El gráfico es bastante explicativo. El saldo de España era deficitario desde el 2000, alcanzando un déficit pico en 2008, coincidiendo con el crash inmobiliario. Esta tendencia cambió a partir del 2009.

Lo que esto quiere decir es que muchas de las casas que se construyeron durante el boom inmobiliario se financiaron con dinero extranjero y que el crash se produjo en el momento en que este dinero dejó de fluir. A todas luces era una situación no sostenible pues tarde o temprano el dinero extranjero iba a dejar de fluir en la economía española.

En el siguiente gráfico podemos ver la evolución de la deuda total (privada y pública) en España. De nuevo el pico se da en torno al año 2008. A partir de entonces España se desendeuda de una manera bastante intensa hasta el 2024.

Lo que ocurre es que el dinero extranjero deja de fluir en el 2008 y además los ciudadanos hipotecados pagan sus cuotas, lo que significa una disminución de la deuda.

Como consecuencia de todo esto, en España disminuyó drásticamente el número de casas que se construían, pues no había financiación. Esto implica un bajón en la actividad económica, que implica una reducción del PIB, de ahí que se llegase a la Gran Recesión.

En términos generales, si inyectas dinero en una economía esta se acelerará y crecerá. Si sacas dinero de la economía el efecto será el contrario.

España se endeudó mucho hasta el 2008 y después, claro, tuvo que pagar las deudas. Los inversores extranjeros arriesgaban al prestar el dinero a España, pero al hacerlo a través de los bancos, estos eran su garantía, ya que, como finalmente ocurrió, el Estado acudiría a su rescate con dinero de todos los españoles si era necesario.

Es interesante ver que la deuda pública y la deuda privada se comportaron de manera diferente a partir del 2008. La deuda pública creció, en parte para rescatar a las cajas de ahorro, y la deuda privada disminuyó de manera importante, a través, principalmente, del pago de las cuotas de las hipotecas por parte de los compradores de pisos.

En definitiva, si alguien le hubiera dicho a Zapatero lo importante que era el saldo por cuenta corriente, no digo que no hubiera habido burbuja inmobiliaria, pero España, seguramente, no hubiera sido uno de los cuatro países del mundo más afectados por el boom inmobiliario.

Y ahora, ¿qué? Al reducir el número de casas que se pueden construir, al no haber financiación, y aumentar la demanda de las mismas, por haber aumentado la población, entre otras cosas, el precio de la vivienda ha aumentado.

Como solución todo indica que se deben construir más casas y quizás volver al déficit por cuenta corriente. Por supuesto, no en las cantidades previas al 2008 y, así, aprovechar, que desde entonces se ha conseguido un saneamiento de las cuentas nacionales a través del esfuerzo de todos los españoles.

Sin representación, irresponsables ante tragedias naturales

0

Pedro Manuel González, autor del libro «La Justicia en el Estado de partidos», en el capítulo nº 278 de «La lucha por el derecho» nos habla de las consecuencias de la falta de representación política ante tragedias naturales.

Representación política y tragedias naturales

2

En España, cada verano, el fuego arrasa miles de hectáreas, devora casas, arrincona pueblos y se lleva consigo vidas humanas. Y cuando no es el fuego es el agua. Inexorablemente las autoridades reaccionan tarde, con torpeza y con la misma retórica hueca de siempre: «medidas excepcionales», «recursos extraordinarios», «la climatología adversa»… Pero al margen del factor natural, en la magnitud de la tragedia concurre, con la misma reiteración, un factor humano como es la existencia de una estructura de poder que impide la responsabilidad de los gobernantes ante los gobernados.

La clave está en la ausencia de representación política. En España no elegimos a personas, sino que ratificamos listas elaboradas por las cúpulas de los partidos. El ciudadano no vota a su diputado, vota al aparato. De este modo, los legisladores no se sienten compelidos por el deber de responder eficazmente, por las personas de un territorio concreto. Y cuando no hay responsabilidad política individual, tampoco hay previsión ni cuidado eficaz de lo que es común.

En los sistemas donde rige la representación uninominal de distrito, cada diputado se debe a su circunscripción. Si en su distrito se producen incendios devastadores o riadas arrolladoras por negligencia en la prevención, el diputado sabe que los ciudadanos le retirarán su confianza y no saldrá elegido en la próxima ocasión, si es que llega a entonces. Esta presión es el motor de su diligencia. No se trata de moralidad personal, sino de un mecanismo institucional que vincula la supervivencia política del representante a la seguridad material de sus representados.

En España, al contrario, ¿qué sucede? Que cuando arden los montes de Galicia, de Ávila o de Castellón, ningún diputado se siente interpelado directamente. Los partidos, como máquinas cerradas, reparten culpas entre gobiernos autonómicos y central, mientras que el ciudadano mira impotente cómo se esfuma su presente y su futuro. La política de listas convierte la tragedia en mera estadística administrativa.

El fuego y el agua, en este sentido, son metáfora y realidad de la irresponsabilidad política: donde no hay representación, solo queda propaganda. Se improvisan brigadas cuando el humo ya asfixia o la inundación ahoga, se anuncian presupuestos que nunca se ejecutan, y se promete una reconstrucción que llega tarde o no llega nunca. Hasta allí acude el rey, aunque no apague ni una cerilla.

La naturaleza no perdona la irresponsabilidad institucional. Allí donde falta representación, falta previsión. Y allí donde falta previsión, las catástrofes son consecuencia directa de la eliminación de la relación de causa y efecto entre el voto del ciudadano y la acción del gobernante.

Mientras no exista una democracia representativa, la tragedia seguirá siendo doble: la natural y la del ciudadano condenado a la impotencia política.

Traducir

Política de privacidad

Queremos que leas y comprendas esta Política de Privacidad. Por eso, la hemos redactado en un lenguaje fácil y sencillo. No obstante, si quieres consultar las cuestiones más importantes, puedes dirigirte directamente al final y las verás especificadas de forma concisa en una tabla.

¿Quiénes somos y qué hacemos con tus datos?

En la asociación Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional (MCRC) (en adelante, “MCRC"), somos responsables del tratamiento de tus datos de carácter personal que llevaremos a cabo desde la página web del Diario Español de la República Constitucional (en adelante, el “Diario”): www.diariorc.com, la cual incluye la tienda de la editorial del MCRC (en adelante, la “Tienda”), cuyo dominio es de nuestra titularidad, según la información recogida en esta política de privacidad. Debes saber que somos una asociación cultural con domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid, y nuestro NIF es G-86279259. Si tienes cualquier duda o consulta acerca de cómo tratamos tus datos, puedes escribirnos a [email protected] y estaremos encantados de atenderte. El acceso y/o uso al Diario te atribuye la condición de usuario (en adelante, “Usuario”), e implica la aceptación, desde dicho acceso y/o uso, de la presente Política de Privacidad para las finalidades indicadas en la misma así como el Aviso Legal, que también puedes consultar en el Diario.

¿Qué información recabamos sobre ti?

Recogemos los datos estrictamente necesarios para garantizar el correcto funcionamiento del boletín, la provisión de los servicios de venta ofrecidos en la Tienda, así como para asegurar que cumplimos con lo que nos piden los Usuarios, ya sea mediante la solicitud de información como el envío de compras realizadas a través del Diario. Recabamos información sobre ti cuando:
  • Nos solicitas información, ya sea vía email o a través de nuestro formulario web.
  • Te suscribes a nuestro boletín informativo, y/o solicites el envío las publicaciones por Whatsapp.
  • Nos remites obras para su publicación en el Diario.
  • Realizas una compra en la Tienda.
  • Dejas un comentario en la sección de comentarios de los contenidos del Diario.
Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, recuerda comunicarnos las modificaciones que se vayan produciendo de tus datos de carácter personal a través de un correo electrónico a nuestra dirección. Además, cuando navegues por el Diario, podrán instalarse en tu dispositivo distintas cookies y otros dispositivos de seguimiento con el fin de asegurar un correcto funcionamiento de la página web, tal y como te explicamos en la Política de Cookies que puedes consultar en el Diario.

¿De dónde hemos obtenido tus datos?

Como puedes ver en el apartado anterior, los datos personales que necesitamos tratar en relación con el Diario, nos los aportas libremente a través de distintos canales. No obstante, en caso de que aportes datos personales de un tercero, garantizas que le has informado de esta Política de Privacidad y has obtenido su autorización para facilitarnos sus datos con las finalidades indicadas. Igualmente, te haces responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. Como Usuario, garantizas que los datos que nos facilites -ya sean tuyos o de un tercero- serán veraces y exactos, debiéndonos comunicar cualquier modificación de los mismos. Nos reservamos el derecho a excluir del Diario a aquellos usuarios que hayan facilitado datos falsos, sin perjuicio de las demás acciones que procedan en Derecho.

¿Cómo funciona el boletín y la lista de difusión de Whatsapp?

El MCRC cuenta con un boletín informativo digital mediante el cual se comunica con sus asociados y suscriptores para mantenerles informados de las últimas publicaciones, novedades, acciones y participaciones. Suscribirte al boletín es muy sencillo, simplemente tienes que indicar tu correo electrónico en el apartado al efecto del Diario. Así mismo, el MCRC dispone de una lista de difusión de Whatsapp mediante la cual realiza avisos informativos con las publicaciones del boletín. Si quisieras recibir los avisos mediante la lista de difusión simplemente tendrás que aportar tu número de teléfono. Todos los datos que nos proporciones serán tratados de conformidad con esta Política de Privacidad.

¿Cómo usaremos tus datos y en base a qué?

Los datos de carácter personal recabados por el MCRC podrán ser utilizados para las siguientes finalidades: (i) Información. (ii) El envío del boletín informativo del MCRC mediante correo electrónico, y para enviarte mensajes informativos por Whatsapp en el caso de haberte suscrito. (iii) El envío de compras realizadas en la Tienda. (iv) La publicación de comentarios en el Diario. Desde el MCRC utilizaremos tus datos con las siguientes finalidades:
  1. Atender tus peticiones de información.
  2. Enviarte el boletín informativo en el case de haberte suscrito.
  3. Enviarte cualquier compra realizada en la Tienda a la dirección que nos proporciones.
  4. Generar facturas relacionadas con las compras realizadas en la Tienda.
  5. Atender cualquier solicitud de ejercicio de tus derechos que nos puedas hacer llegar, en cumplimiento de nuestras obligaciones legales.

¿Durante cuánto tiempo guardamos tus datos?

Sólo mantendremos tus datos durante el tiempo que sea estrictamente necesario para ofrecerte la información que requieras y poder realizar los envíos y realizar un seguimiento de los mismos, y posteriormente durante el periodo que resulte indispensable para poder cubrir eventuales responsabilidades o para la formulación, ejercicio o defensa de reclamaciones. No obstante lo anterior, podrás solicitar la eliminación de tus datos, y en caso de resultar aplicables dichos plazos legales de conservación, se mantendrán bloqueados durante el tiempo que la normativa establezca. En cuanto a nuestro boletín, conservaremos los datos proporcionados en tanto no manifiestes tu voluntad de darte de baja de los servicios.

¿Vamos a comunicar tus datos a terceros?

No cederemos tus datos a terceros excepto cuando se nos requiera por Ley, y en particular, podremos comunicar tus datos a las siguientes entidades, siempre en relación con las finalidades descritas:
  • A los órganos competentes de las Administraciones Públicas en cumplimiento de las obligaciones legales que nos sean de aplicación.
  • A nuestros proveedores de servicios auxiliares, necesarios para el normal funcionamiento de los servicios contratados, incluido el envío de las compras realizadas en el portal. En el caso de que algún proveedor se encuentre en una jurisdicción ajena al ámbito de aplicación del RGPD, te garantizamos que se encontrarán adheridos al Escudo de Privacidad (Privacy Shield) UE - EE. UU. Puedes aprender más haciendo click en este hipervínculo: https://www.aepd.es/sites/default/files/2019-09/guia-acerca-del-escudo-de-privacidad.pdf
    • A nuestros colaboradores, en el seno de prestaciones de servicios, los cuales estarán obligados a su vez a guardar la más estricta confidencialidad.

¿Cuáles son tus derechos y cómo puedes ejercitarlos?

  1. Derecho a acceder a tus datos personales para saber cuáles están siendo objeto de tratamiento y con qué
  2. Derecho a rectificar cualquier dato personal inexacto -por ejemplo, si necesitas actualizar la información o corregirla en caso de que fuera incorrecta-.
  3. Suprimir tus datos personales, cuando esto sea posible. Si la normativa vigente no nos permite eliminar tus datos, los bloquearemos durante el tiempo restante.
  4. Solicitar la limitación del tratamiento de tus datos personales cuando la exactitud, la legalidad o la necesidad del tratamiento de los datos resulte dudosa, en cuyo caso, podremos conservar los datos para el ejercicio o la defensa de reclamaciones.
  5. Oponerte al tratamiento de tus datos personales.
  6. Llevar a cabo la portabilidad de tus datos.
  7. Revocar el consentimiento otorgado -por ejemplo, si te suscribiste al boletín y ya no deseas recibir más información-.
  8. Ejercer tu derecho al olvido.
Podrás ejercitar tus derechos en cualquier momento y sin coste alguno, indicando qué derecho quieres ejercitar, tus datos y aportando copia de tu Documento de Identidad para que podamos identificarte, a través de las siguientes vías:
  1. Dirigiendo un correo electrónico a nuestra dirección: [email protected]
  2. Dirigiendo una solicitud escrita por correo ordinario a la dirección Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, Pozuelo de Alarcón, 28223, Madrid.
  3. Además, cuando recibas cualquier comunicación nuestra, clicando en la sección de baja que contendrá esa comunicación, podrás darte de baja de todos envíos de comunicaciones del MCRC previamente aceptados.
  4. Cuando te hayas suscrito a la recepción de mensajes informativos a través de Whatsapp podrás cancelar la suscripción desde el formulario del Diario donde te diste de alta, indicando que deseas darte de baja.
Si consideras que hemos cometido una infracción de la legislación en materia de protección de datos respecto al tratamiento de tus datos personales, consideras que el tratamiento no ha sido adecuado a la normativa o no has visto satisfecho el ejercicio de tus derechos, podrás presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos, sin perjuicio de cualquier otro recurso administrativo o acción judicial que proceda en su caso.

¿Están seguros tus datos?

La protección de tu privacidad es muy importante para nosotros. Por ello, para garantizarte la seguridad de tu información, hacemos nuestros mejores esfuerzos para impedir que se utilice de forma inadecuada, prevenir accesos no autorizados y/o la revelación no autorizada de datos personales. Asimismo, nos comprometemos a cumplir con el deber de secreto y confidencialidad respecto de los datos personales de acuerdo con la legislación aplicable, así como a conferirles un tratamiento seguro en las cesiones y transferencias internacionales de datos que, en su caso, puedan producirse.

¿Cómo actualizamos nuestra Política de Privacidad?

La Política de Privacidad vigente es la que aparece en el Diario en el momento en que accedas al mismo. Nos reservamos el derecho a revisarla en el momento que consideremos oportuno. No obstante, si hacemos cambios, estos serán identificables de forma clara y específica, conforme se permite en la relación que hemos establecido contigo (por ejemplo: te podemos comunicar los cambios por email).

Resumen de Información de nuestra Política de Privacidad.

Responsable del tratamiento MOVIMIENTO DE CIUDADANOS HACIA LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL (MCRC) Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. NIF: G-86279259
Finalidades de tratamiento de tus datos personales - Atender tus solicitudes de información, comentarios, peticiones y/o consultas en el marco de tu relación con el MCRC. - Atender las solicitudes para el ejercicio de tus derechos. - Enviarte todas las comunicaciones a las que te hubieras suscrito, incluido el boletín (si te hubieras suscrito) y comunicaciones por Whatsapp. - Enviar cualquier compra realizada en la Tienda del MCRC.
Origen de los datos tratados - Nos los has facilitado libremente tú mismo o un tercero en tu nombre. - Los hemos recabado a través de nuestro Sitio Web mediante cookies. Puedes obtener más información sobre este tratamiento en nuestra Política de Cookies.
Base de Legitimación para el tratamiento - El tratamiento es necesario para la ofrecerte la información necesaria en atención a tu condición de asociado del MCRC. - Para determinados tratamientos, nos has dado tu consentimiento expreso (ej participación en una acción; boletín…). - Contrato de compra entre las partes.
Cesión de datos a terceros - Cedemos tus datos a proveedores de servicios, incluidos aquellos relativos al envío de las compras realizadas en la Tienda. - En ningún caso se cederán tus datos a personas ajenas a la actividad del MCRC (ya sean asociados o ajenos a la asociación) y los servicios que nos has sido solicitado. - Cedemos tus datos a determinadas autoridades en cumplimiento de obligaciones legales (ej. Administraciones Públicas).
Plazos de conservación - Conservaremos tus datos durante el tiempo que siga vigente tu relación con el MCRC. - Si nos pides expresamente que los eliminemos, así lo haremos salvo que exista una obligación legal que nos lo impida o que, por ejemplo, necesitemos utilizarlos para la formulación, ejercicio y defensa de reclamaciones.
Derechos del interesado Podrás solicitarnos el ejercicio de tus derechos por correo electrónico: [email protected], o por escrito a nuestro domicilio social en Calle Alondra 1, Prado de Somosaguas, 28223, Pozuelo de Alarcón, Madrid. Puedes pedirnos el derecho a acceder a tus datos, a solicitar su rectificación o supresión, a limitar el tratamiento de tus datos, o a oponerte a determinados tratamientos, a retirar el consentimiento que nos hubieras prestado, a la portabilidad de tus datos o a no ser objeto de una decisión basada únicamente en el tratamiento automatizado. Si no estás de acuerdo con el tratamiento que realizamos de tus datos, puedes presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos: www.aepd.es. Si tienes alguna duda sobre esta Política de Privacidad o el tratamiento de tus datos, escríbenos a nuestra dirección de correo electrónico [email protected], y estaremos encantados de atenderte.

¡Hola! ¿Quieres recibir todas nuestras novedades al instante?
Envíanos tu número de teléfono y te añadiremos a nuestra lista de
difusión de Whatsapp.